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Leer el cuerpo gordo: Miradas a la narrativa mexicana contemporánea desde la adipocrítica
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Libro electrónico104 páginas2 horas

Leer el cuerpo gordo: Miradas a la narrativa mexicana contemporánea desde la adipocrítica

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Información de este libro electrónico

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IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento28 abr 2022
ISBN9786074178616
Leer el cuerpo gordo: Miradas a la narrativa mexicana contemporánea desde la adipocrítica
Autor

David Loría Araujo

David Loría Araujo (Mérida, 1992) es maestro y doctor en Letras Modernas por la Universidad Iberoamericana, y licenciado en Literatura Latinoamericana por la Universidad Autónoma de Yucatán. Estudia la representación de los cuerpos, los afectos, las enfermedades y la degradación medioambiental en la obra de narradoras latinoamericanas contemporáneas. Se dedica a la enseñanza de la escritura académica y la crítica literaria en diversas instituciones.

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    Leer el cuerpo gordo - David Loría Araujo

    Imagen de portada
    Leer el cuerpo gordo

    Ensayo

    Leer el cuerpo gordo

    Miradas a la narrativa mexicana

    contemporánea desde la

    adipocrítica

    David Loría Araujo

    Universidad Iberoamericana

    UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA CIUDAD DE MÉXICO.

    BIBLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO

    D.R. © 2022 Universidad Iberoamericana, A.C.

    Prol. Paseo de la Reforma 880

    Col. Lomas de Santa Fe

    Ciudad de México

    01219

    publica@ibero.mx

    Versión electrónica: abril 2022

    ISBN: 978-607-417-861-6

    Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.

    Hecho en México.

    Digitalización: Proyecto451

    Índice

    Agradecimientos

    Introducción

    Capítulo 1 - La mirada telescópica hacia dos personajes del Medio Siglo

    Capítulo 2 - Tres miradas parafílicas: Herrera, Blum y García González

    Capítulo 3 - Carlos Velázquez: la mirada corrosiva

    Conclusiones

    Referencias

    Agradecimientos

    La primera versión de las páginas que conforman este libro fue una ponencia presentada en el III Congreso de Teoría y Crítica Literaria de la Universidad Iberoamericana, coordinado por la doctora Gloria Prado Garduño, que en 2016 llevó por subtítulo Cuerpos diversos, textos posibles. El manuscrito se transformó, más adelante, en una tesis de maestría en Letras Modernas que no ha terminado de escribirse y que nunca se ha pensado en soledad. Varios de los hallazgos sobre el tema ya fueron publicados en revistas universitarias y libros colectivos, por lo que aquí se actualizan o diversifican los resultados.

    El conjunto de obras literarias que analizo no es fruto de una extensa pesquisa bibliográfica, sino el resultado de gratificantes y generosas conversaciones con amigas y amigos. Los textos de Guadalupe Dueñas, Salvador Elizondo y Carlos Velázquez no formarían parte de este estudio si no fuera por las complicidades que sostuve con Lucía Echeverría Rosado, Joaquín León Aguilar y Luis Felipe Canudas Orezza Ugalde, respectivamente. Asimismo, las obras de Julieta García González y Marina Herrera no estarían referidas aquí sin el ojo crítico de Ana Rosa Domenella y Adriana Pacheco Roldán, cuyas investigaciones contribuyeron al robustecimiento de este repertorio de cuerpos. Mención aparte merece Michelle Gama Leyva, la primera persona en creer en este proyecto de libro y de quien aprendí, en primer lugar, que hay que asumir una postura y tomar riesgos dentro de la crítica literaria, y en segundo término, a desconfiar de las teorías que encajen a la perfección con un corpus literario. Agradezco su mirada quirúrgica para la revisión de las múltiples versiones que ha tenido este compendio de ensayos.

    Introducción

    Ante todo, el cuerpo es peso. Las leyes de la gravedad conciernen a los cuerpos, y el cuerpo pesa.

    GLORIA PRADO GARDUÑO

    El cuerpo es la única ficción que asumimos siempre como verdadera.

    ROBERTO CRUZ ARZABAL

    Principios de adipocrítica: una propuesta de lectura

    No hay simples presencias, advierte Meri Torras Francés. El cuerpo es una máquina significante configurada por ciertas normas, por gramáticas que legitiman —o no— su legibilidad. Desde la propuesta de la investigadora, a la cual se adscribe este libro, el cuerpo es un texto; el cuerpo es la representación del cuerpo (20).

    En otras palabras, nuestro efecto cuerpo es el resultado de una negociación discursiva. De este modo, aunque podamos encarnarlo, palparlo y asirlo, siempre es inteligible a causa de la mediación del lenguaje y los constructos culturales.

    Como bien señala Lucrecia Masson, autora de diversos textos acerca de activismo y gordura, la lectura de las corporalidades normales o anormales responde a una escenografía que siempre es ficticia:

    [e]s necesario empezar a cuestionarnos cómo se crea el cuerpo normal y evidenciar su carácter de artefacto. Nuestros cuerpos gordos, enfermos, viejos o discapacitados son construcciones sociales. Nuestros cuerpos, así definidos, son resultado de relaciones sociales donde unos cuerpos se privilegian sobre otros. Existe una escenografía de lo social, con cuerpos actuantes que logran diferentes repartos. (226)

    Bajo esos términos, aquello leído como gordo no es una característica ontológica, sino una diferencia establecida por diversos métodos de reconocimiento visual, de producción performativa y de control morfológico (Preciado 85-86). Su lectura es consecuencia de una operación con el lenguaje, ya sea a través de medidas estandarizadas que determinan lo que es bello, sano o responsable, o por medio de elecciones estéticas ejecutadas sobre las narrativas culturales que se vuelven recetas replicadas.

    En los últimos años, y en contextos hispanoamericanos, han surgido propuestas que deconstruyen las miradas médicas, estéticas y morales que articulan el discurso de la gordofobia, definida como:

    el conjunto de estereotipos, prejuicios y estigmas que asocian la gordura con características, hábitos y comportamientos, la mayoría considerados socialmente negativos . . . que exige y privilegia la delgadez al tiempo que genera desigualdades sustentadas en las corporalidades. (Oyosa 320) (1)

    Este paquete ideológico parece justificar todo ejercicio de humillación, invisibilización, maltrato, ridiculización, patologización, marginación, exclusión y hasta . . . de violencia física (Piñeyro 33) contra las personas gordas.

    Desde la teoría, el arte y el activismo feministas, autoras como Laura Contrera, Constanzx Álvarez Castillo, Lucrecia Masson, Magdalena Piñeyro y Alejandra Oyosa Romero —así como diversas colectivas de mujeres— han reclamado el cuerpo gordo como lugar de enunciación política y mapeado las zonas donde esta característica corporal se intersecta con otras categorías identitarias. Gracias al trabajo de estas compañeras, desde nuestras latitudes se está pensando sobre los lugares comunes de la gordofobia como dispositivo de opresión. (2)

    En la literatura, como artefacto de la representación y maniobra del lenguaje, aparecen cuerpos que se adhieren a los dictados de distintos ordenamientos biopolíticos o bien, que disienten y oponen resistencias múltiples. Cuando se caracteriza a un personaje gordo en la ficción, éste suele inclinarse por el servilismo a las normas preestablecidas por otros textos o discursos para interpretarlo como enfermo, repugnante, risible o exclusivamente simpático, en un ciclo que se retroalimenta a sí mismo. Es decir, actúa de manera performativa, tal como entiende Judith Butler a la reiteración de una convención social que, al mismo tiempo que se reproduce, borra las huellas de la arbitrariedad que la originó (34). La presencia del cuerpo gordo en las narrativas culturales, por lo tanto, está marcada por lecturas peyorativas que pasan por inocentes y triviales o que, en caso de ser reconocidas, son consideradas legítimas y justificadas.

    Este libro se propone subsanar de modo parcial el vacío crítico que existe en los estudios de narrativa mexicana contemporánea en cuanto a la representación del cuerpo leído como gordo. En otras palabras, el objetivo es llevar a cabo el diagnóstico de las recurrencias que, a pesar del paso del tiempo, se mantienen e incluso se robustecen. Quise indagar en la serie de figuras retóricas que aparecen de manera constante en cuentos o novelas y que acompañan al cuerpo gordo como una especie de predicado indisoluble. Parece, por ejemplo, que las comparaciones de la gordura con el cuerpo de ciertos animales o la ausencia de voz en primera persona fueran reglas establecidas y acatadas por inercia, sin cuestionamiento.

    Llamo adipocrítica a la disección de las elecciones estructurales, semánticas y retóricas que operan en forma redundante en los textos donde un cuerpo gordo aparece representado. De acuerdo con Katariina Kyrölä, quien ha elaborado un estudio parecido respecto a la gordura en el cine, la televisión y los medios periodísticos, cualidades como ‘amenazante’, ‘desagradable’ o ‘vergonzoso’ se construyen y vinculan a los cuerpos gordos a través de estrategias narrativas y audiovisuales específicas (130). Describir esas maniobras en el panorama de la literatura mexicana publicada en los últimos cincuenta años será el propósito de estas páginas.

    A la manera del test de Bechdel, empleado

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