Piotr Kropotkin (1842-1921) es un personaje excepcional, que combinó las facetas del revolucionario y del científico. Su autobiografía, Memorias de un revolucionario, publicada en 1899, permite acceder a un hombre que en su época fue conocido como el «príncipe anarquista», al haber renunciado a su origen aristocrático por su compromiso social, a los privilegios de su clase en la Rusia zarista por el exilio y la prisión. Pese a ello, procuró mantener y desarrollar su vocación científica. Cartógrafo y naturalista ya reconocido mundialmente, Kropotkin escribirá durante los años de su encarcelamiento en Clairvaux (Francia), de 1882 a 1886, entradas sobre distintos temas de Geografía y Geología para la Enciclopedia británica, una colaboración que nos da idea de su prestigio científico pese a sus avatares revolucionarios.
Tras más de cuatro décadas de exilio en Reino Unido, Kropotkin regresa a su Rusia natal en julio de 1917, tras el triunfo de la revolución y el derrocamiento de la monarquía. En Petrogrado es recibido por decenas de miles de personas. Pero los apenas cuatro años finales de su vida en Dmítrov (al norte de Moscú) estuvieron marcados por su decepción ante la deriva autoritaria del régimen bolchevique. Kropotkin dedica aquellos años a la redacción de una obra que denominó La base natural de la ética. Su propósito era argumentar el fundamento evolutivo de la moral humana, un tema que había ocupado su reflexión intelectual cuando menos desde mediados de la década de 1880. Kropotkin muere en febrero de 1921 y la Ética se publicará al año siguiente en ruso y, un año después, en inglés.
En este volumen, Kropotkin desarrolla los contenidos evolucionistas de publicado en 1902. Siendo una obra menos conocida que la permite apreciar el desarrollo, la profundidad y anticipación del pensamiento científico de su autor. Kropotkin dedica los tres primeros capítulos del libro a proponer un origen adaptativo de los fundamentos de la moral humana, mostrando una sorprendente aproximación a nuestra actual comprensión sobre el origen de nuestra especie, y ello pese a los limitados conocimientos de la época. El resto de la obra es una excelente revisión de las ideas éticas y morales a lo largo de la historia de la filosofía.