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¿ Pero por qué tantas M ?
¿ Pero por qué tantas M ?
¿ Pero por qué tantas M ?
Libro electrónico165 páginas1 hora

¿ Pero por qué tantas M ?

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Información de este libro electrónico

***Una historia llena de giros y contrastes, de emociones y de humanidad***

El Sr. Michel Muller, devastado por el luto, solo se mantiene sobreviviendo desde hace años. Su hotel, en el corazón del bosque, se asemeja al Titanic cuyos empleados, leales y fieles, son los músicos que siguen tocando sin abandonar el barco, hasta la llegada de la nueva trabajadora andaluza, Malika y de su hija Millie.

Para escapar de una vida de violencia y libertinaje, se han instalado en secreto en la finca forestal del hotel en su vieja autocaravana.

Madre e hija se motivarán e, impulsarán para finalmente despertar al Sr. Muller y a su equipo que están a punto de hundirse.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento30 mar 2022
ISBN9781667429519
¿ Pero por qué tantas M ?

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    ¿ Pero por qué tantas M ? - Magali Dubreuil Bourguet

    ¿PERO POR QUÉ TANTAS M?

    De conformidad con la ley del 11 de marzo de 1957,

    queda prohibida la reproducción total o parcial de la presente obra, en cualquier medio, sin la autorización de la autora, del editor o del Centre français d’exploitation du droit de copie, 20, rue des Grands-Augustins, 75006 Paris.

    Magali Dubreuil-Bourguet

    (Mag.B)

    ––––––––

    ¿PERO POR QUÉ TANTAS M?

    ––––––––

    Novela

    ––––––––

    Traducción del francés: Elizabeth Garay

    ISBN 9791034374168

    DE LA MISMA AUTORA

    Parce que pour mourir, il faut être vivant

    (publicado en 2019)

    Prête-moi tes ailes

    (publicado en 2020)

    À trois je saute

    (publicado en 2021)

    Leggera come una Piuma

    (publicado en 2021)

    Pourquoi tu parles aux papillons ?

    (publicado en 2021)

    Puede ordenar estos libros en todas las librerías independientes, Fnac et Cultura

    También puede contactar con la autora en varias redes sociales, así como en su canal de Youtube

    Me gustaría dar las gracias a todos los que me han descubierto o siguen descubriéndome a través de mis escritos y que se complacen en escaparse en mis propuestas de viaje.

    Dedico esta novela a todas las Malika, esas mujeres que incomodan, que se atreven, que sacuden las cosas porque ellas son demasiado y nosotros muchas veces no somos suficiente, y que, sin saberlo, nos empujan a ser un poco más.

    También dedico esta novela a todos los Millie, es decir, a todos los niños de la Tierra, que a menudo nos ayudan a recordar la belleza de las cosas sencillas, permitiéndonos verlas a través de sus ojos.

    Por último, la dedico a todos aquellos señores Muller, a los que la vida no les ha perdonado que quisieran rendirse al menos hasta encontrar a sus seres queridos que partieron antes que ellos. La vida es corta... por lo que he escrito una frase al respecto:

    Concentrémonos en los que quedan para lo que queda.

    Esto es cierto en ambas direcciones:

    Concentrémonos en lo que queda para los que quedan.

    Magali Dubreuil Bourguet

    Prefacio

    Esta historia busca inspirar la idea de que todos recorremos nuestros caminos con nuestros bultos más o menos llenos de alegrías y de tristezas. Algunos son mucho más pesados ​​de llevar que otros. También me gusta creer que los que llevan menos peso pueden aligerar a los que luchan por llevar el suyo...

    También pienso que todos tenemos una misión de vida en esta Tierra, aunque no entendamos muy bien por qué a veces pasamos por grandes pruebas, o por qué vemos nuestros planes o proyectos destruidos en un chasquido de dedos... Bueno, no es que necesariamente la misión haya cambiado, es sólo que los medios para lograrla cambian según nuestra evolución más o menos rápida.

    Todos sabemos cómo las dificultades nos transforman, haciéndonos más débiles o más fuertes, es cuestión de perspectiva. Se tiene que pasar por la debilidad para ganar humildad y, por lo tanto, sabiduría.

    Así, los cambios de planes no cambian el objetivo, sino la forma en que lo vamos a lograr. También pienso que las almas pueden cambiar de plano terrenal y elegir otro cuerpo, otra familia sin cambiar de misión.

    Magali Dubreuil Bourguet

    Lo que tenga que pasar, pasará, sin importar cuánto se esfuerce por evitarlo. Todo aquello que no debe ocurrir, ocurrirá, sin que importe cuanto se esfuerce por conseguirlo.

    Guillaume Musso

    Señor Michel Muller

    El Sr. y la Sra. Muller habían comprado este hotel en el corazón de un centenar de hectáreas de bosque, un lugar tranquilo, salvaje y preservado. Un sueño que habían realizado y construido juntos. Durante quince años hicieron crecer su negocio, donde llegaban a quedarse clientes de toda Francia y del extranjero, buscando descanso, autenticidad y tranquilidad. No era estrictamente lujoso en el sentido material, pero sí lo era en cuanto a serenidad del lugar.

    Michel y Monica Muller podían acomodar todo tipo de clientela: familias, porque el bosque era una delicia para los niños, amantes de la naturaleza y excursionistas, parejas en busca de romance, personas solas e incluso grupos que venían a lograr un retiro espiritual, artistas en busca de inspiración, personas mayores en busca de calma e incluso tenían una clientela de negocios que acudían a seminarios.

    Un negocio que iba bien, y que también habían elegido este lugar para su propio equilibrio. Mónica soñaba con criar a sus hijos allí. Se sentían privilegiados de vivir en un entorno así. Mónica estaba muy unida a la naturaleza, a los animales, era un poco salvaje, en el buen sentido. No le tenía miedo al mundo, pero necesitaba esta naturaleza para poder integrarse mejor al mundo, necesitaba este balance entre la comunicación humana y la conexión animal y vegetal. Hablaba a los árboles, a las plantas y a los pájaros. Le gustaba salir a pasear de mañana al amanecer o por la tarde al anochecer, porque eran los mejores momentos para cruzarse con animales salvajes, además de que la luz en esos momentos era fenomenal. Aprovechaba para tomar espléndidas fotografías, logrando captar toda la magia al instante.

    En ese tiempo, la vida era buena para el Sr. y la Sra. Muller, excepto por un detalle... Mónica quería hijos y no podían tener ninguno. Habían probado de todo: las técnicas de las abuelas, las técnicas de los médicos, una hora precisa y al minuto, tenían que intentar concebir a como diera lugar. Habían hecho todas las pruebas posibles e imaginables para comprobar cada vez que todo estaba bien. Ambos estaban en muy buena forma en todos los sentidos, sin problemas genitales, hormonales ni genéticos. Poco a poco, hacer el amor había perdido su sentido primario, para adoptar el único objetivo de procrear. La Sra. Muller experimentaba cada nuevo ciclo como una nueva decepción, y el Sr. Muller vivía cada desilusión como un fracaso, hasta que perdió el deseo mismo de empezar de nuevo.

    Año tras año, Mónica perdía su identidad como madre potencial, pero día a día, Michel se veía a sí mismo perdiendo su condición de esposo amante, convirtiéndose en un potencial padre fracasado. Su relación se hacía cada vez más tensa aunque había mucho amor entre ellos ya que su única motivación era poder ofrecer al otro el fruto de su pasión. Pero, paradójicamente, al insistir demasiado, estaban olvidando la esencia misma de lo que era dar a luz este fruto, y en vez de nutrir su amor en ese sentido, lo estaban agotando...

    Mónica se estresaba cada vez más al aproximarse a sus cuarenta años. Y sí, porque a medida que llegamos al final de un libro sin alcanzar a leer el final feliz que esperábamos, cuanto más vemos disminuir el número de páginas restantes, más ralentizamos nuestra lectura, salvo que no podemos hacer que el tiempo se vuelva más lento. Sin embargo, cuanto más tiempo pasaba, más veía cómo se le escapaba su sueño más preciado de crear una hermosa y numerosa familia.

    Y una mañana, mientras volvía a hacer la misma prueba de todos los meses, apareció la línea, no una con apariencia ligera, no, era una línea muy pronunciada, recta, una que había visualizado tanto en todos sus sueños que apenas podía creer lo que estaba viendo. ¿Podría una prueba tener un error? ¿Sería una equivocación? Era difícil de creer. Sin embargo, estaba embarazada. Durante los siguientes meses, la pareja no había sido tan feliz en años. Finalmente habían redescubierto la esencia de su amor, y los gestos de afecto también habían recobrado su espontaneidad. Casi diría que su gratuidad por amor, asumía el sentido de su verdadera motivación de dar ternura para procurar al otro y no por lo que podía traerle, sin cálculo, sin otra voluntad ni fin que para compartir la calidez del momento.

    Habían esperado tanto tiempo este embarazo que se llenaron de alegría. Desde los primeros meses, Mónica se dedicó a decorar la habitación del bebé y comenzó a comprar juguetes, ropa y accesorios. El último examen les había prometido una niña cuyo primer nombre ya habían elegido, su nombre sería Marie. Ella era su propio pequeño milagro, como les gustaba decirlo. Mónica solía decir que no podía creerlo cuando finalmente sucedió. Había dicho que toda la semana anterior había escuchado ulular al búho, impidiéndole incluso dormir en ciertas noches. Y durante un retiro de un grupo de mujeres, una de ellas le había dicho que podía anunciar la llegada de una niña. Sin embargo, en ese momento, Mónica aún no sabía el sexo del bebé.

    Luego, fue a mediados del quinto mes que las cosas se complicaron. La bebé no estaba colocada correctamente, Mónica tenía mucho dolor, ocasionalmente perdía un poco de sangre. Era una mujer bastante frágil, muy delgada y pequeña, y el embarazo la tenía muy cansada. En los últimos meses, había estado en el hospital varias veces, hasta que al final tuvo que estar completamente postrada en cama.

    El día del parto prematuro, las cosas se veían complicadas. Mónica quería a toda costa dar a luz de forma natural a pesar de que los médicos se lo desaconsejaban por temor a demasiadas complicaciones. Fue así como, en el último momento, tuvieron que practicarle una cesárea de emergencia, operación que ella no soportó bien. A pesar de todos los esfuerzos de los médicos, sufrió una hemorragia y la falta de preparación para la cesárea la llevó a la muerte. Habían podido salvar a Marie, pero sólo por unos días. La pequeña había sufrido un derrame cerebral después del parto, lo que ocurre en sólo el catorce por ciento de los casos de muerte materna en el parto.

    Lo fundamental en el infierno es sobrevivir.

    Michel Audiard

    El hotel en el corazón del bosque

    ––––––––

    Han pasado diez años desde esta tragedia, Michel Muller todavía administra el hotel, aunque la palabra administrar no es realmente el término adecuado para la situación. Sobrevive pasiva y tristemente, todo a su alrededor refleja el estado de su alma. El bosque no se ha mantenido desde la muerte de su esposa, ya no hay una sola ruta de senderismo visible, todo

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