Enseñar en positivo
Por Belén Piñeiro
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Te presento mi nuevo libro interactivo: ✨Enseñar en positivo✨.
✅ En él encontrarás las estrategias más prácticas, fáciles y útiles de la Disciplina Positiva que te ayudarán a conseguir que tus hijos colaboren y sean autodisciplinados partiendo de su propia motivación.
Enseñar en positivo es un recurso práctico, actualizado y diseñado para los lectores del S.XXI, acostumbrados a un aprendizaje dinámico y activo.
En su interior encontrarás enlaces a vídeos, códigos QR y actividades, que harán su lectura mucho más amena, y lo que es más importante, te ayudarán a afianzar tus conocimientos.
Después de leer el libro, recordarás lo aprendido sin necesidad de sentarte a memorizar, por lo que te resultará más sencillo incorporar las nuevas estrategias educativas a tu día a día.
¿Cómo saber si es para ti la Disciplina Positiva?
¿Te ves reflejado en estas afirmaciones?
- Consideras que tus niños "son desobedientes"
- Recurres con frecuencia a los gritos y castigos.
- Tienes pequeñas guerras a la hora de las comidas.
- Sientes que tus hijos no te respetan.
- Tus niños se pelean entre ellos.
Te invito a que reflexiones acerca de la relación con tus pequeños y si crees que hay algo que puedas mejorar, este libro te resultará muy útil.
Recuerda que el respeto empieza por uno mismo. Un niño solo puede optimizar su desarrollo al máximo con un educador sensible, constante, afectuoso y comprometido.
¿Te animas a cambiar la forma de comunicarte y relacionarte con tus hijos?
Belén Piñeiro
Belén Piñeiro, es profesora de Educación Infantil, Máster en Neuropsicología y Educación, y está especializada en Educación Emocional en la primera infancia. Se dio a conocer a través de su web: maestraconcorazon.com y sus libros se han convertido en un referente en el sector educativo. Actualmente forma a padres y docentes a través de su plataforma: escuelaconcorazon.com. De la mano de otros referentes educativos, trabaja para incluir las nuevas competencias educativas en las aulas y en las familias, con el fin de introducir un nuevo modelo educativo que permita a los niños potenciar al máximo todas sus cualidades, en base a una buena autoestima.
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Enseñar en positivo - Belén Piñeiro
Definición y origen de la disciplina positiva
Definición de Disciplina Positiva
La Disciplina Positiva es una metodología educativa que tiene como objetivo dotar a padres y educadores de estrategias para que sean amables y firmes a la vez, con el fin de que cualquier niño, desde los tres años aproximadamente hasta un adolescente rebelde, pueda aprender a colaborar creativamente y a tener autodisciplina sin por eso perder su dignidad o su autoestima.
La disciplina positiva se basa en el respeto mutuo y la colaboración, todo con principal objetivo de enseñar al niño competencias básicas para la vida. Es un modelo educativo que pretende entender el comportamiento de los niños y la forma de abordar su actitud para guiarles en su camino siempre de forma positiva, afectiva, pero firme a respetuosa tanto para los pequeños como para los grandes.
Parte principalmente de la comunicación, el amor, el entendimiento y la empatía para disfrutar de las relaciones familiares y ofrece herramientas a los padres para entender el comportamiento de sus hijos y reconducirlo con respeto, sin luchas de poder y siempre positiva.
Origen de la Disciplina Positiva
La Disciplina Positiva fue desarrollada en Viena (Austria) por Alfred Adler (1870-1937), discípulo de Freud que se desbancó de la teoría de la sexualidad y apostó por una teoría del desarrollo más holística. En los años 30 Adler ya había creado las primeras escuelas en las que colaboraban maestros, médicos, padres y psicólogos.
Apostaba por que los padres podían formarse para educar a sus hijos. Más tarde, Rudolf Dreikurs (1897-1972), discípulo de Adler, desarrollo la teoría de la educación democrática. A finales de los años 30 es Dreikurs quién lleva esta metodolgia a Estados Unidos.
Fue entonces cuando Jane Nelsen y Lynn Loot deciden estudiar la metodología Adleriana para adaptarla y traducirla a un lenguaje coloquial, y así poder llevarla alrededor de los estados unidos. Para ello fundan la "Positive Discipline Association" y empiezan a impartir talleres para padres, formar a otros educadores de padres y, en definitiva, llevar la Disciplina Positiva a muchos hogares de Estados Unidos, Centro América y Sudamérica.
Educar antes vs educar ahora
Es muy probable que tú ya no pertenezcas a la generación de "la letra con la sangre entra o la de
lo haces porque te lo digo yo, ¡y punto!, pero seguro que has oído hablar a tus padres, abuelos e incluso habrás visto películas en las que se reproducía el modelo educativo de una generación o dos anterior a la nuestra. ¿Te resulta familiar la frase
eso en mis tiempos no pasaba"? Es cierto que antiguamente los niños obedecían más a los mayores que ahora, pero ¿por qué?.
Entender los posibles motivos nos hará más fácil actuar y también nos liberará de un posible sentimiento de culpa a la hora de educar a nuestros niños. Existen muchos cambios generacionales: los diferentes modelos de familia, la televisión, los videojuegos, la incorporación de la mujer al mundo laboral… La sociedad ha cambiado y los modelos educativos también, sin embargo, pedimos a los niños que se sigan comportando como en las antiguas generaciones.
Rudolf Dreikus señala que hay otros motivos que han influido directamente en las diferencias de los niños de hoy con los niños de antaño:
1. Antes los niños tenían más oportunidades para aprender a sentirse responsables y estar más motivados.
Antiguamente las familias dependían de la implicación de los niños para garantizar su supervivencia económica. Desde bien pequeños los hijos contribuían, en la medida de sus posibilidades, en las tareas domésticas y algunos casos incluso trabajaban junto a sus padres para aprender el trabajo o negocio familiar. Esto les hacía adquirir desde muy temprano el sentido de la responsabilidad y les daba una motivación para superarse cada día. Además, reforzaba su sentimiento de pertenencia al núcleo familiar, el cual es muy importante en la Disciplina Positiva y del cual hablaremos más adelante.
Actualmente los niños poseen pocas oportunidades de desarrollar habilidades para la vida. Es habitual que muchos padres, en nombre del amor, cumplan a sus hijos todos sus deseos sin que los niños tengan que hacer el más mínimo esfuerzo por conseguirlos. En estos casos, los padres están confundiendo el afecto con la permisividad. En este libro intentaremos mostrarte cómo la firmeza no está reñida con la amabilidad y el cariño.
2. Los adultos eran los primeros referentes de sumisión
Hasta hace poco, los adultos eran el primer modelo de comportamiento sumiso de los pequeños. Durante la era industrial, la mayoría de los padres presentaban una actitud de sometimiento ante sus jefes. Las mujeres también debían ser amas de casa sumisas y dóciles. Los grupos minoritarios aceptaban someterse en detraimiento de su dignidad personal… y un largo etcétera. Este comportamiento sumiso era el que estaba aceptado por la sociedad en general en aquellos tiempos y el que se fomentaba tanto a través de los medios, como en la propia familia.
Afortunadamente, la gran mayoría de los adultos ya no representamos este modelo sumiso. El movimiento en favor de los derechos humanos ha hecho que los niños pierdan un referente de comportamiento sumiso. Hoy en día es difícil encontrar a alguien que acepte un papel inferior y sumiso en la vida. Los niños imitan lo que ven y, en consecuencia, también quieren ser tratados con dignidad y respeto.
3. El uso de los castigos
Resulta evidente que el modelo educativo por excelencia en las generaciones pasadas, era el autoritarismo. Tanto padres como profesores, recurrían con frecuencia a los castigos y otros métodos punitarios para conseguir modelar el comportamiento de los niños. No voy a decir que los castigos no funcionan, porque es cierto que a corto plazo erradican la conducta no deseada por parte del adulto. El problema es que estos no conocen sus efectos a largo plazo y los sentimientos que provocan en el niño: rebelión, resentimiento, autoestima dañada y sometimiento.
El principal problema a la hora de eliminar los castigos es que la mayoría de los padres y educadores piensan que la única alternativa es la permisividad. Como hemos visto en el primer punto, en ocasiones confundimos la disciplina con el autoritarismo y la permisividad con el afecto.
¿Qué hacer entonces?
Quiero que conozcas el primer principio de la Disciplina Positiva: Ser amables y firmes al mismo tiempo. Este enfoque no incluye ni el control excesivo ni la permisividad. Se basa en el respeto mutuo y la colaboración, todo con la intención de enseñar al niño competencias básicas para la vida.
A continuación, te mostraré los principios y herramientas con los que contarás para conseguir educar con firmeza y cariño al mismo tiempo.
Principios de la Disciplina Positiva
Al comienzo de este libro, hemos visto que disciplina y castigo no son lo mismo. Sin embargo, ¿te has parado a pensar en el origen de la palabra disciplina? Saber de dónde viene este término es sumamente importarte en el tema en el que nos encontramos.
El término disciplina proviene del término latino discipulus o disciplini, que significa "seguidores de la verdad, los principios o un maestro venerado". Nuestros niños (sean hijos o alumnos) no se convertirán en seguidores de la verdad y los principios a menos que su motivación sea de origen interno (motivación intrínseca - autocontrol). Tanto el castigo como los premios provienen de un origen externo de control (motivación extrínseca). Si quieres más información acerca de estos términos, la tienes aquí:
https://bit.ly/ep-qr1
Una de las razones por las que la mayor parte de los educadores recurren a los premios y castigos, es debido a su efectividad a corto plazo, por eso es importante entender por qué en la Disciplina Positiva se eliminan los premios y castigos como recursos educativos. A continuación explicaremos por qué:
¿Aprender a ser responsable mediante premios y castigos?
La mayoría de padres y educadores desean que sus niños sean responsables, pero ¿Cómo describirías a un niño responsable? Cuando realizamos esta pregunta a padres y/ o docentes, su respuesta suele ser algo así como: Un niño que hace lo que -se supone que- debe hacer. Un niño obediente, un niño
bueno". Pero, ser responsable, no es eso.
Una vez más, recurriremos al origen