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El cerebro del niño
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Libro electrónico119 páginas2 horas

El cerebro del niño

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En la actualidad, hemos detectado, la existencia de más padres interesados, en la búsqueda de conocimientos y herramientas para atender a los hijos, pero también es cierto, que hemos observado la falta de algo muy importante, y es, la comprensión detallada de las bases, en el funcionamiento del cerebro de los niños y todo lo que podemos ir haciendo, para favorecer su desarrollo mental.

Ahora bien, te invitamos a que te detengas por un instante y pienses lo siguiente ¿Crees que el cerebro de tú hijo y el de una persona adulta son iguales?, si responde afirmativamente, es momento de indagar mucho más en el tema…De algo que si estamos seguros, es que no lo es,… de hecho, cometemos un grave error cuando creemos que es así.

Por lo tanto, en este libro de una forma amena y sencilla te daremos respuestas y te ayudaremos a profundizar en el cerebro del niño, para que sepas qué hacer y, tengas las herramientas para comunicarte con los pequeños, ayudándolos a que resuelvan las situaciones y conflictos diarios. Porque te entendemos y sabemos,… que cuando se trata de nuestros hijos, queremos y deseamos que sobresalgan.

IdiomaEspañol
EditorialJosue Guerra
Fecha de lanzamiento21 jul 2021
ISBN9798201076726
El cerebro del niño

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    Vista previa del libro

    El cerebro del niño - Josue Guerra

    Índice

    Introducción

    Capítulo 1

    ¿Cómo se desarrolla el cerebro en los niños?

    Cambios en la estructura cerebral de los padres

    Cambios en el cerebro de una madre

    Cambios en el cerebro del padre

    ¿Cómo ocurren estos cambios cerebrales?

    El Cerebro Pleno.

    Importancia del cerebro pleno en nuestros hijos

    Estrategias prácticas para integrar los cerebros superiores

    e inferiores

    Capítulo 2

    ¿Cómo integrar el cerebro de un niño?

    Estrategias para ayudar ambos hemisferios.

    Importancia de trabajar los dos hemisferios del cerebro.

    Entrenamiento del hemisferio derecho e izquierdo.

    Inteligencia Emocional.

    La Inteligencia Emocional en los niños.

    La Inteligencia Emocional y la relación de la personalidad.

    Dimensiones de la personalidad.

    Capítulo 3

    Conexión del Cerebro Inferior Instintivo y Superior

    Reflexivos 

    Tomas de Decisiones

    Percepción Personal

    Empatía

    Moralidad

    Capítulo 4

    Estrategias para hacer frente en los momentos difíciles.

    Estrategias para ayudar en los estados de ánimo.

    Estrategias para enseñar a mi hijo la felicidad.

    Conclusión

    Introducción

    Al momento de convertirnos en padres comenzamos a cuestionarnos si vamos a realizar un buen papel en el cuidado de los hijos. Dentro de nuestra mente se asoman unas series de preguntas relacionadas a su alimentación, educación, hábitos, conductas, motivación y hasta cómo corregirlos. Es así, que vivimos pensamos muchas cosas o aspectos de su vida y a preocupamos de los que será mejor o no.

    En la actualidad, hemos detectado, la existencia de más padres interesados, en la búsqueda de conocimientos y herramientas para atender a los hijos, pero también es cierto, que hemos observado la falta de algo muy importante, y es, la comprensión detallada de las bases, en el funcionamiento del cerebro de los niños y todo lo que podemos ir haciendo, para favorecer su desarrollo mental.

    Lo más curioso, es que el cerebro a pesar de ser un órgano muy importante para todos, donde se puede planificar las cosas que vamos construyendo para nuestros hijos, terminamos sin prestarle la debida atención, por no conocer todo lo maravilloso que podemos lograr con él.

    Ahora bien, te invitamos a que te detengas por un instante y pienses lo siguiente ¿Crees que el cerebro de tú hijo y el de una persona adulta son iguales?, si responde afirmativamente, es momento de indagar mucho más en el tema...De algo que si estamos seguros, es que no lo es,... de hecho, cometemos un grave error cuando creemos que es así.

    Un día estaba escuchando a Lucía, madre de una niña de 3 años, y me comentó que su hija Luciana era muy madura, me despertó la curiosidad, por lo que pregunté... ¿Cómo sabes tú que Luciana es muy madura? A lo que ella me respondió... ¡Mi hija es muy madura porque ella lo entiende todo!...

    Así como comenta Lucía muchos padres acostumbran a realizar comentarios similares y... ¡Ojo!, ¡alerta!, ¡por favor no nos confundamos! Ten en cuenta que la capacidad de entendimiento a esa edad es muy ilimitada. Entonces, si eres de esas madres, o padres, que viven afirmando con aquella certeza de que tú hijo o hija lo entiende todo, te invitamos a que sigas leyendo este libro, para que conozcas las cosas fundamentales en el cerebro de los niños, que te van a ayudar muchísimo en el día a día con el pequeño ser.

    Sonia es madre de Juan, un niño de 6 años, le llama la atención porque luego de estudiar por largo rato las características de los animales, al preguntarle los conceptos de cada uno de sus tipos con ejemplo, el niño se queda pensativo y no le responde nada.  Su mamá comienza a levantar la voz y a desesperarse, porque pareciera que Juan se queda con la mente en blanco. 

    ¿Te ha pasado lo mismo que a Sonia? Te has preguntado alguna vez ¿qué pasa en la mente de mi hijo que se queda en blanco cuando le hago preguntas?, o te cuestionas exclamando: ¡no sé por qué mi hijo tiene ese comportamiento!

    Carlos es padre de dos niños, una hembra de 8 años y un varón de 7 años, le gusta dar sermones a sus hijos cuando tiene tiempo con ellos. Él le corrige un determinado comportamiento o actitud de los niños tratando de enseñarles los valores éticos, de justicia y respeto. Puede durar largo tiempo hablando. Pero, aunque los niños, en ocasiones, parecen estar atendiendo, ellos solo se quedan mirándolo y no dicen nada al culminar la explicación. Carlos se pregunta si ellos están entendiéndolo o no.

    Por supuesto, esto hace preguntarse, pero... ¿Qué hago?, No tengo idea de lo que pasa por el cerebro de mis hijos, cuando le estoy dando una explicación o le doy un sermón... Ellos simplemente se quedan parados sin saber qué decir...

    Roxana por su parte, tiene un niño varón de 4 años, y se preocupa cuando le dice a su pequeño que salude a las personas al llegar a un lugar. Sin embargo, éste se muestra tímido y se paraliza, no dice nada. Roxana lo obliga porque no quiere que se convierta en un niño maleducado, el simple acto de no querer saludar también le está generando preocupación...

    Lo mismo dice Tania, mamá de Sarita que tiene 6 años, ella dice ¡Mi hija es un poco tímida!, se me ocurrió mandarla a comprar una golosina en la tiendita y se quedó totalmente paralizada...

    Y así, hay más inquietudes... ¿Alguna vez, te ha pasado que cuando le preguntas a un niño en la calle cualquier cosa, éste queda absolutamente bloqueado?...

    Pues, estas son algunas de las situaciones, de muchas que podemos enumerar y que son similares, donde no entendemos qué pasa por la mente de los niños.

    Por lo tanto, en este libro de una forma amena y sencilla te daremos respuestas y te ayudaremos a profundizar en el cerebro del niño, para que sepas qué hacer y, tengas las herramientas para comunicarte con los pequeños, ayudándolos a que resuelvan las situaciones y conflictos diarios. Porque te entendemos y sabemos,... que cuando se trata de nuestros hijos, queremos y deseamos que sobresalgan.

    Nos dirigimos a ti... Mamá o papá, tú aspiras que tu hijo resuelva rápidamente unas pataletas y gritos que haga en la calle, o que disfrute de compartir y relacionarse a su alrededor con otras personas favorablemente, que también sea exitoso en la escuela, que sea responsable o que se sienta bien consigo mismo y hasta que trabaje mucho ¿Cierto? Bueno es hora de relajarte y abrir la mente porque así podrás encontrar aquellas respuestas y estrategias que necesitas.

    Si en estos momentos te preguntamos ¿Qué es lo que más te preocupa de tus hijos?, ¿Qué responderías?... Tómate un tiempo y piensa bien, te invitamos a que escribas las respuestas en una hoja y, al final de leer este libro revísalas. Esta interrogante se ha realizado en una entrevista a un grupo numeroso de padres, la mayoría de las respuestas fueron dirigidas a dos vertientes, la primera en sentido de supervivencia, ya que las respuestas que dijeron, iban en la dirección de buscar soluciones, para salir de la mejor manera ante una situación, como por ejemplo,  ¡Deseo salir airosa en las esas situaciones difíciles en esta tarea de ser padres!

    Soraya tiene un niño de 5 años llamado Miguel, ella dice que es muy inquieto y desde que nació ha sido así, le cuesta tomar la siesta, dice que rara vez pasa mucho tiempo sentado, al menos que esté pintando o armando sus legos. ¡Mi hijo no para de hablar!, Soraya dice que no la deja ni pensar, aunque le encanta sus conversaciones. Sin embargo, en la escuela también comentan que es un niño con altas capacidades y que tiene la destreza de agotar a cualquiera. Realmente su energía me desborda. A veces, me comentan que tengo que ser más dura y que voy a tener problemas cuando sea grande. Yo le hablo mucho y le explico las cosas, en fin no es fácil. Lo tengo en varias actividades en el día, béisbol, música y clases de inglés, pero a veces solo quiero que se acabe el día, para que duerma y así descansar. En este caso Soraya lo único que manifiesta es su deseo de sobrevivir en el día a día de todas las actividades demandantes de Miguel.

    También, hubo una inclinación hacia una segunda vertiente donde las respuestas fueron más dirigidas hacia conseguir las herramientas para salir adelante con los hijos, por ejemplo, ¡Deseo progresar con mi familia y mis hijos!

    Tuvimos una hermosa experiencia con Raúl un niño de 7 años de edad, que tenía dificultades en el lenguaje, titubeaba y se trababa al pronunciar palabras. Sus padres estaban al lado de él, lo cuidaban de la misma manera que a su hermanito menor, pudimos apreciar en la mirada de los padres la esperanza en que su hijo mejoraría su dicción, muy atentos le dedicaban tiempo a sus ejercicios y se mostraban satisfechos por los avances que mostraba. En breve tiempo Raúl mejoró, jugaba con su familia ejercicios de lengua y trabalenguas, una y otra vez. Como padres buscaban el bienestar de su hijo, y ante las debilidades de Raúl estos padres se centraron en buscar

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