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Tus hijos quieren que los conozcas
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Libro electrónico44 páginas40 minutos

Tus hijos quieren que los conozcas

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Los hijos vienen sin libro de instrucciones.

Y, aunque existiera no tiene por qué ser el más idóneo para nuestro hijo: cada persona es distinta y lo que puede funcionar para un individuo, puede no funcionar para otro.

Lo que si podemos asegurar es que debemos ayudar a nuestro hijo a ser feliz y a convertirse en un adulto responsable Para ello debemos adquirir un conjunto de habilidades que nos ayudarán a actuar de forma correcta.

En la serie de libros,"Herramientas para familias", os ayudaremos con la emocionante tarea de educar a nuestros hijos y verles crecer felices.

En la primera entrega hablaremos de lo más fundamental: conocer a nuestros hijos como realmente son:

Cómo mejorar la comunicación en casa
Cómo conocer a sus amistades
Cómo saber que hacen en internet y redes sociales
Como establecer una comunicación basada en la sinceridad y la confianza...

IdiomaEspañol
EditorialDiana Scott
Fecha de lanzamiento22 sept 2017
ISBN9781370732548
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    Tus hijos quieren que los conozcas - Fernando Nouvilas

    Introducción

    La mayoría de los padres, tanto primerizos como con cierta experiencia, nos hemos quejado en alguna ocasión haciendo una broma que oculta cierta realidad: que los hijos, lamentablemente, vienen sin manual de instrucciones.

    Si a esto le unimos el hecho de que todo el mundo se cree con derecho a aconsejarnos sobre lo que (creen) que estamos haciendo mal, la cosa se complica y nuestra inseguridad aumenta.

    Nosotros tampoco pretendemos unirnos al coro de personas que regalan consejos, por lo que este pequeño y modesto manual no pretende deciros qué deben hacer los padres para mejorar la educación de sus hijos, sino cómo tener una base sólida que nos permita actuar con seguridad, sentido común y estableciendo un criterio consistente en la crianza del hijo.

    En primer lugar, creo que es conveniente definir qué es lo que entendemos por educación. Hay dos similitudes que, con sus limitaciones, creo que son convenientes:

     La primera sería la de plantar un árbol y cuidarlo en sus primeros años. Al principio es frágil y debemos cuidarle de los peligros y aportarle aquello que necesita y, así, nuestra responsabilidad es darle agua y alimento, evitar que los animales o las malas hierbas le dañen y encauzar su crecimiento (no en vano a los apoyos que se colocan junto a un árbol joven se les llama tutores). Una vez que es fuerte y puede desenvolverse sólo, podremos dejar que continúe creciendo y viviendo por su propia cuenta.

     La segunda sería la del lanzamiento de un cohete: nuestra responsabilidad es la de darle un sistema de guía y suficiente combustible, así como construir la torre de lanzamiento. Una vez que despega, podrá pilotarse por sí mismo, gracias a las herramientas y sistemas que en su momento incluimos en la cabina.

    Por lo tanto, podemos entender que la educación de nuestros hijos consiste en darles los conocimientos, habilidades sociales, capacidades y desarrollo como individuos necesarios para poder desenvolverse adecuadamente en su futuro como adultos en nuestra sociedad y desarrollar el máximo potencial de su persona, con libertad e independencia.

    Es decir, crecer en un ambiente sano supone que el niño y adolescente tiene el derecho de adquirir (y por lo tanto nosotros tenemos la responsabilidad de facilitarle) las habilidades (sociales, conocimiento, cognitivas…) que le permitan cuando sea adulto ser responsable, independiente, conocer sus posibilidades, decidir con suficiente conocimiento su futuro y desarrollar su propio camino con garantías de éxito razonables.

    La dificultad surge cuando nos sentimos perdidos.

    Como decíamos, no existe un manual de instrucciones y, aunque existiera (ese que los bienintencionados intentan crear con sus consejos) no tiene por qué ser el más idóneo para nuestro hijo: cada persona es distinta y lo que puede funcionar para un individuo, puede no funcionar para otro.

    Lo que si podemos asegurar que es fundamental para crear ese ambiente que ayude a nuestro hijo es adquirir un conjunto de actitudes que nos ayudarán a actuar de forma correcta. Estas actitudes se pueden resumir en:

     Asumir plenamente nuestra responsabilidad de padres.

     Establecer canales de comunicación

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