La Realidad Supera la Ficción

Por Rocío de la Cueva

¿Buscas respuestas?... Aquí las tienes.

La razón de ser de este libro es aportar luz en la oscuridad, orden en el caos, cordura en la insensatez, conocimiento en la ignorancia, paz en la zozobra, consuelo en la agonía, salud en la enfermedad y vida en la muerte.

Una sucesión de desgraciados acontecimientos en mi vida han promovido que me dedique en cuerpo y alma al estudio y análisis de la metafísica -rama de la filosofía que estudia la naturaleza, estructura, componentes y principios fundamentales de la realidad— para entender el porqué de tanta crudeza, no comprendía por qué me «tocaba» vivir experiencias tan dolorosas.

Al meterme de lleno en la investigación, pude observar que no hay obras, o por lo menos no han caído en mis manos, que expliquen de forma realmente sencilla cómo esta maravillosa y excepcional ciencia afecta a nuestra vida, y eso es justo lo que me he propuesto hacer en estas páginas.

• Idioma: Español
• Editorial: Caligrama
• Fecha de lanzamiento: 4 nov 2020
• ISBN: 9788418203800

Rocío de la Cueva

Rocío de la Cueva (Madrid, 1976). Nací y crecí en el seno de una familia católica muy numerosa. Ya en la adolescencia , me cuestionaba muy seriamente temas tan trascendentales como el sentido de nuestra existencia y qué sucede tras la muerte. Gracias a mi infatigable tenacidad, mi pasión por la lectura y también a mi carácter curioso, observador y analítico en extremo, he logrado encontrar las tan anheladas respuestas. Y ¿por qué no decirlo?, también mi gran escepticismo ha jugado un papel muy relevante, ya que me ha obligado a ahondar en la materia y no conformarme con la primera respuesta que encontraba o me brindaban; todo lo contrario, he seguido buscando hasta que la incógnita era resuelta desde cualquier punto de vista, en todos los supuestos y circunstancias. Lo que a su vez me ha permitido discernir entre lo real y lo impostado.

Vista previa del libro

La-realidad-supera-la-ficcioncubiertav22.pdf_1400.jpg

La Realidad Supera la Ficción

Rocío de la Cueva

La Realidad Supera la Ficción

Primera edición: 2020

ISBN: 9788418152474

ISBN eBook: 9788418203800

© del texto:

Rocío de la Cueva

© del diseño de esta edición:

Penguin Random House Grupo Editorial

(Caligrama, 2020

www.caligramaeditorial.com

[e-mail])

Impreso en España – Printed in Spain

Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a [e-mail] si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

Dedico este libro a

Jorge y Flavio, mis hijos, a los que quiero

más que a nada y a nadie en este mundo.

¡Gracias por elegirme como vuestra madre!

Sergio, mi marido, por apoyarme sin excepción

en cada proyecto, anhelo, estudio, inquietud…

en que me he embarcado. Te quiero.

Gloria, mi gran amiga, por tu apoyo incondicional y por estar siempre ahí, tanto en los buenos como

en los malos momentos.

Paloma, mi profesora de numerología,

por instarme seria e insistentemente a escribir.

Como queda patente, he seguido tu consejo.

¡Gracias a todos por estar en mi vida!

Prólogo

Es realmente llamativa la velocidad con la que van transcurriendo los días sin que nos demos cuenta de que así es. Únicamente cuando sucede un acontecimiento significativo, como la muerte de un ser querido, una enfermedad grave, un accidente, divorcio o separación, despido laboral…, es cuando nos paramos a meditar sobre la vida y a cuestionarnos si esto es todo. Si consiste simplemente en pasar por ella haciéndolo lo mejor posible o, por el contrario, vivirla al límite sin importar las consecuencias. Otra opción también podría ser; asumir que se trata de un padecimiento perpetuo porque «es lo que toca», como dice mi madre: «La vida es una mala noche en una mala posada».

Hay innumerables formas de enfrentarse y entender este misterio que es la vida, y yo me encontraba en un momento de total desesperación, necesitaba respuestas que explicaran el porqué de tanto sufrimiento; también necesitaba encontrar sentido a una sucesión de acontecimientos realmente dolorosos, que se estaban desencadenando en mi vida uno tras otro.

Para poner en contexto describiré cual era mi situación en aquellos momentos:

Tres años después de tener a mi hijo Jorge me detectaron una enfermedad vascular realmente grave, y la consecuencia directa principal fue que me desaconsejaron vehementemente tener más hijos. La verdad es que me costó muchísimo tiempo asimilarlo, la idea de no tener más hijos se me hacía insoportable; he crecido en una familia muy numerosa, somos ocho hermanos, por lo que tener un hijo único me partía el corazón y me resultaba del todo impensable.

Por otro lado, aceptar que padecía aquella enfermedad y que la muerte me sobrevolaba como un buitre sobre su presa se me hizo muy muy duro.

Meses después de aquella noticia, pasé por un divorcio realmente traumático tras dieciocho años de relación. Es de conocimiento público que enfrentarse a una separación o divorcio es muy complicado, pero, mientras que no lo vives, no sabes hasta qué punto. En mi caso, el dolor se agravaba porque el amor no se había extinguido en absoluto, el problema había radicado en que las prioridades que cada uno teníamos eran del todo incompatibles. Además, éramos muy conscientes de que Jorge, nuestro hijo, que por aquel entonces tenía cuatro años, necesitaba crecer en armonía, no en pleno campo de batalla.

Por si esto fuera poco, mi familia no supo aceptar ni comprender que tomara la decisión de divorciarme, lo que se tradujo en años de profunda soledad. Tampoco comprendieron que me enamorara de Sergio, mi marido, parece ser que no cumplí con el luto estipulado en estos casos y el juicio resultó ser su arma más mordaz. ¿Quién dice que no estuviera viviendo un duelo?, desde luego que lo hacía, echaba muchísimo de menos a José, además de haber sido mi gran amor, también era mi mejor amigo desde los quince años y estaba acostumbrada a compartirlo todo con él.

Por otro lado, diré que conocer a Sergio trajo luz a mi vida. Es buena persona, inteligente, caballeroso, detallista…, pero lo que más me llama la atención de él, por encima de todo, es que no intenta cambiarme en ningún aspecto. Me admira profundamente y además, no tiene el más mínimo reparo en reconocerlo a la menor oportunidad que se le brinda, algo que por cierto deja patente la gran seguridad que tiene en sí mismo y eso, por supuesto, me resulta muy atractivo. Es fantástico compartir mi vida con alguien que no siente la menor rivalidad para conmigo.

A los siete meses de iniciar nuestra relación, Sergio me pidió matrimonio y cinco meses después, el 11 de febrero, nos casamos. En julio supimos que estaba embarazada de Flavio, mi segundo hijo, lo que fue una auténtica sorpresa, teníamos tan descartada esa opción y habíamos tomado tantas precauciones —a la vista está que no las suficientes— que unas semanas antes de la noticia fuimos a la primera reunión de adopción.

Como era de esperar, debido a la enfermedad vascular que padezco, el embarazo fue realmente duro. Sergio tenía que pincharme heparina todos los días para evitar cualquier riesgo de trombosis, con el agravante de que este anticoagulante me provocaba una reacción insoportablemente dolorosa. ¿Por qué me pinchaba Sergio? Porque soy incapaz de hacerlo yo misma, lo intenté varias veces, pero en vano. Es increíble que haya pasado tantas veces por quirófano y que las agujas me sigan dando tantísimo miedo, es un auténtico sinsentido, pero es lo que hay.

Además, debía llevar unas medias de comprensión hechas a medida para que la sangre retornara sin problema al corazón. Añadiré que tuve contracciones y náuseas desde el tercer mes, además de cuatro amenazas de aborto que me exigieron reposo absoluto. Por si esto fuera poco, en el parto, Flavio estaba dando muestras de sufrimiento fetal, por lo que decidieron hacerme una cesárea de urgencia con el riesgo que esto representaba dado mi historial médico. Ya en el quirófano, y una vez que Flavio estaba fuera de peligro, se me reventó una vena situada debajo de las costillas. Por causa de su localización, la cauterización resultó complicada y como consecuencia perdí bastante sangre.

Sigo… Antes del parto, cuando me dijeron que me iban a practicar una cesárea, decidí aprovechar para que me ligaran las trompas, así ya no volvería a poner mi vida en peligro, sobre todo teniendo dos hijos de los que hacerme cargo.

La verdad es que, cuando se me pasó el efecto de la anestesia, sentía como si me hubiera atropellado un camión, el simple hecho de respirar me dolía insoportablemente. Pero, gracias a Dios y al mejor médico del mundo, Rafael Mendizábal, al que aprovecho para agradecerle infinitamente su profesionalidad, Flavio y yo estábamos fuera de peligro.

La relación con mi familia aún no era fluida, ni mucho menos, seguían reticentes a comulgar con mi nueva situación, y aunque continuaba siendo extremadamente doloroso, la llegada de Flavio me cambió la vida.

Todo estaba tomado un nuevo rumbo. Después de mi reciente maternidad, decidí emprender un ambicioso proyecto profesional que en absoluto tenía que ver con nada a lo que me hubiera dedicado hasta la fecha. La nueva aventura consistía en abrir un club femenino de belleza en la zona más exclusiva de Madrid. Un lugar donde las mujeres pudieran desconectar y relajarse en un entorno acogedor ideado exclusivamente para ellas.

Paralelamente a mi nueva andadura, quebró la empresa de Sergio y nos sobrevino una crisis económica realmente asfixiante. No podía comprender cómo se estaba yendo todo al traste de forma tan rápida e irremediable. De nada sirvió que Sergio hubiera tenido la prudencia de diversificar todas sus inversiones, pues una tras otra fueron cayendo, nada fue suficiente para salir de semejante situación financiera. Bien es cierto, que en un primer momento no sospechamos lo que se nos venía encima y, por ese motivo continué con el proyecto, consideré que era una magnífica inversión y que en breve podría ayudar a solventar la situación familiar con las ganancias obtenidas, pero nada más lejos de la realidad…

Este es un pequeño resumen de cómo estaba mi vida en esos momentos y, como se puede observar, todos y cada uno de los pilares fundamentales; salud, amor, familia, trabajo y dinero, se habían derrumbado de forma estrepitosa.

Te preguntarás por qué te cuento todo esto, pues bien, en plena crisis, gracias a la metafísica¹ encontré las respuestas que motivaban el porqué de todo aquello, y no solo eso, sino que también me brindaron la solución. Como consecuencia me propuse escribir un libro que explicara de forma realmente sencilla, cómo esta maravillosa y excepcional ciencia afecta a nuestra vida. En todo momento he tenido muy claro que quería dirigirlo tanto a personas con inquietudes espirituales, así como a aquellas que jamás hayan oído hablar de nada relacionado con el tema, para que llegara a quien llegase le trajera paz y sentido a su vida, tal y como hizo con la mía.

Además, he considerado necesario cuestionar y aclarar determinadas creencias que se nos han ido imponiendo a lo largo de la historia, convicciones que nos hemos visto obligados a asumir como válidas e incuestionables, traduciéndose finalmente en más pesar que consuelo.

Iré contigo de la mano por los diferentes capítulos, mostrándote el camino de manera elocuente, precisa, cercana y de fácil comprensión. En esta obra trato temas que considero cruciales para nuestra existencia, por el modo y la intensidad en la que nos afectan.

A continuación, haré un breve resumen de lo que encontrarás en el libro:

Capítulo I: En él hablo de la reencarnación y de por qué, a mi entender, es una realidad incuestionable, dejando claras evidencias de ello. También queda patente que, cuando asumimos la reencarnación como certeza, nuestra forma de entender la vida y por ende la muerte se transforma irremediablemente.

Capítulo II: Trata de la numerología y de cómo esta extraordinaria ciencia nos brinda las claves para comprender a los demás y a nosotros mismos en profundidad, haciéndonos conscientes de nuestros/sus dones para así poder potenciarlos y, por supuesto, también de nuestras/sus carencias para solventarlas.

A mi juicio esta información nos ofrece una ayuda encomiable.

Capítulo III: A lo largo del mismo, muestro cómo y por qué el alma nos habla a través de los síntomas y enfermedades que padecemos, y a su vez expongo cómo comprender su significado desde un punto de vista metafísico.

Este capítulo proporcionará esperanza, ya que queda constatado que nada es cuestión de azar o producto de la mala suerte, sino todo lo contrario. Nosotros somos la causa y el efecto de todo lo que acontece en nuestra vida.

Capítulo IV: En él abordo la cuestión de cómo nuestro recorrido puede verse claramente allanado si optamos por desapegarnos de los miedos que tanto nos atenazan. ¿Cómo?, se trata de algo muy sencillo, debemos volver a nuestra verdadera esencia confiando en las percepciones que sentimos, vemos y/o vivimos, ya sea a través de premoniciones, intuiciones, señales o sincronías. De esta forma, los sucesos que vivimos se desarrollarán de un modo más fluido, evitándonos así gran parte del sufrimiento que nos empeñamos en padecer.

Capítulo V: A lo largo del mismo hablo de la muerte de una forma clara y sin evasivas. Diré que lo hago con tiento y delicadeza, teniendo presente en todo momento lo que la muerte significa en nuestra sociedad. Justo por ese motivo abordo el tema desde diferentes enfoques, pretendiendo así que el conocimiento extinga ese profundo temor con el que la asociamos. Además, brindará paz ante algo que tarde o temprano todos enfrentaremos.

Capítulo VI: Aunque en el resto de capítulos trato temas puramente metafísicos, he estimado que era necesario e imprescindible, dado el momento histórico en el que vivimos, plasmar el devastador efecto que el mal uso de la tecnología está teniendo en nuestras vidas. De lo contrario, sería una obra inconclusa, pues se basaría en una realidad sesgada.

Es indispensable que seamos conscientes de los problemas que nos atenazan para poder subsanarlos, si no, lo único que conseguiremos será intensificarlos. Este capítulo representa un choque brutal con el resto, tanto por el fondo como por la forma. He considerado hacerlo de esta manera para que su comprensión resulte sencilla a la par que impactante, pretendiendo así concienciar sobre la situación.

Capítulo VII: En este último hablo de los motivos que propician los infortunios, pesares, contradicciones, tragedias…, que nos vemos abocados a afrontar durante nuestra existencia. Con ello procuro que se comprenda que no vivimos situaciones desafortunadas sin una razón concreta, más bien es lo contrario, todo tiene un motivo y a lo largo del capítulo expongo los diferentes porqués.

Además, planteo diversas opciones de cómo hacer frente de forma favorable a las difíciles circunstancias que todos, invariablemente, padecemos en nuestra vida.

La razón de ser de este libro es aportar luz en la oscuridad, orden en el caos, cordura en la insensatez, conocimiento en la ignorancia, paz en la zozobra, consuelo en la agonía, salud en la enfermedad y… vida tras la muerte.

En todo momento me he propuesto brindar esta información de forma amena, didáctica y cercana, ya que tengo muy presente que estoy tratando temas realmente transcendentales que a la mayoría de personas abruman, aburren o que simplemente rechazan. Además, por estos mismos motivos utilizo ejemplos que ilustran cada explicación de un modo muy sencillo.

Espero de todo corazón que la información y conocimientos aquí expuestos toquen tu alma de la misma forma que tocaron la mía, dando como resultado una nueva y mejorada versión de mí misma.

¿Cuáles son mis credenciales? Pues bien, diré que mi gran pasión es la lectura y el estudio, a los que me dedico en cuerpo y alma. Otro de mis rasgos a destacar es que soy una persona profundamente escéptica, necesito encontrar respuestas que satisfagan plenamente mis inquietudes, pero no me vale cualquier réplica, esta debe de cuadrar desde todos los prismas, perspectivas, ángulos y puntos de vista.

Por otro lado quisiera añadir que no me dejo influenciar por nadie, no comulgo con una creencia si sus bases no me convencen por completo. Esto no quiere decir que sea tajante o inflexible, porque en absoluto lo soy, simplemente busco la verdad. Además, tengo un carácter curioso, por lo que cuestiono y analizo todo infatigablemente. También diré que, gracias a mi tesón, constancia, fuerza de voluntad y capacidad de trabajo, siempre, tarde o temprano, logro encontrar lo que busco.

Tras una vida de escepticismo y total carencia de fe, por fin, después de años dedicándome perseverantemente a instruirme en el campo de la metafísica, puedo decir que he encontrado lo que buscaba.

Además, como has podido comprobar en líneas anteriores, donde he expuesto un mínimo resumen de una parte concreta de mi vida, he pasado por muchas y muy diversas experiencias, las cuales me han hecho crecer enormemente, tanto a nivel personal como de evolución del alma.

De nada me serviría tener una gran preparación académica y/o una trayectoria profesional impecable si no transciendo todos esos conocimientos. Por otro lado, también sería inútil vivir toda clase de experiencias sin aprender la lección que estas pretenden transmitirme. El binomio de la teoría y la práctica es lo que hace que el aprendizaje sea completo.

---

¹ Rama de la filosofía que estudia la naturaleza, estructura, componentes

y principios fundamentales de la realidad.

Capítulo I: Reencarnación, el quid de la cuestión

Recuerdo como si fuera ayer aquella noche de noviembre en la que tumbada en la cama clamaba piedad al cielo. Una vez más suplicaba a mi padre, fallecido años antes, que me ayudara, necesitaba su intercesión inmediata.

¿Por qué me dirigía a mi padre cuando necesitaba una «ayudita» extra? Básicamente, porque en esos momentos no creía en nada ni en nadie más que pudiera asistirme «desde el otro lado». Sé que es del todo incoherente admitir no tener fe y sin embargo, concebir la posibilidad de que mi padre fallecido me escuchara, ¿desde dónde se suponía que lo hacía? La verdad es que no podía contestar a aquello, pero desde luego tenía la absoluta certeza de que me acompañaba y cuidaba en mi transitar diario por la vida. ¿Cómo era posible?, eso era otra cuestión que por el momento no podía responder.

El caso es que le suplicaba insistentemente que me ayudara, necesitaba al menos que me diera respuestas de por qué tanto ensañamiento, ¿qué fin perseguía aquel sufrimiento? Como era de esperar, la respuesta fue un silencio sepulcral, tampoco esperaba lo contrario, de hecho, de haberla obtenido posiblemente me hubiese muerto de un infarto, ¿te lo imaginas?

Para ser sinceros diré que al cabo de unos días