Las 7 máximas para la felicidad del alma

Por Paul Rodney Turner

La felicidad es algo que todos buscamos, ya sea en la comida, el sexo, el entretenimiento, las relaciones, los niños, la carrera, los pasatiempos o el sueño. La felicidad nos impulsa, y de hecho define la calidad de nuestra vida. Uno puede tener una riqueza inmensa, pero si no son felices, entonces, en su mayoría, han fallado en la vida.

Sin felicidad, la vida pierde su valor y, con la aparente disminución de la satisfacción, estamos viendo un aumento en el suicidio en todo el mundo.

En un mundo donde los estímulos mentales y físicos abundan, parece inconcebible que alguien pueda ser infeliz. Seguramente, todos pueden encontrar alguna forma de felicidad, pero desgraciadamente, muchas, muchas personas fracasan y viven sus vidas tristes y exasperadas; o esperanza contra esperanza para que aparezca un poco de alegría en el horizonte de su destino.

La felicidad es la naturaleza del espíritu, como se afirma en los Vedanta-sutras: anandamayo 'bhyāsāt - "el alma, por naturaleza, está llena de alegría".

Sin embargo, debido a la identificación errónea de nuestro verdadero ser con la materia, perdemos el contacto con este estado natural de felicidad y nos identificamos con el dolor y el sufrimiento de una forma física.

Cuando un alma es atrapada por un cuerpo material, se identifica de inmediato con las relaciones físicas y olvida su verdadera identidad como ser espiritual. Este ego falso, influenciado por los modos de la naturaleza material, atrapa aún más el alma en una red de acciones y reacciones kármicas.

Mientras que la mente es el instrumento para sentir, la inteligencia tiene una función deliberativa y  puede ayudarnos a navegar a través del fango del materialismo. La persona inteligente, por lo tanto, puede lograr liberarse de la ilusión de la existencia material mediante el uso adecuado de la inteligencia.

La  forma  humana es  ciertamente  una bendición maravillosa, ya que sólo así podemos en realidad comenzar a comprender la magnitud de la vida y las increíbles oportunidades que ofrecen aquellos en la forma humana.

Según los Vedas, es en la forma humana que el alma tiene la capacidad de entender la diferencia entre el espíritu y la materia e investigar los misterios de la vida en sí.

Mientras que otras formas de vida pueden experimentar felicidad, paz y alegría en el compañerismo, es sólo en la forma humana que podemos entender lo que estas experiencias significan y cómo todas y cada una de las decisiones que tomamos pueden, ya sea enredarnos o liberarnos de la esclavitud física.

La perfección de la vida humana, por lo tanto, es aprender tanto como se pueda acerca de su ser superior en cada encarnación humana. Cómo lo hagas es exclusivamente tuyo. Esta es tu vida y tú eres el que la experimenta, no otra persona. Así que no caigas en la trampa autocrítica de vivir tu vida acorde a las demandas de alguien más. Por supuesto, hay un momento en  nuestras  vidas  donde  debemos  someternos  a  un  maestro superior para mejorarnos, pero en cierto punto, uno debe volar su propio avión o dejar el nido y encontrar su camino en la vida según el conjunto único de habilidades y pasión de cada quien. Nosotros mismos debemos volvernos maestros de almas y compartir la sabiduría.

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 25 nov 2020
• ISBN: 9781071545300

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Las 7 Máximas para la Felicidad del Alma

CÓMO DESATAR TU BLISS INTERIOR

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PAUL RODNEY TURNER

Copyright © 2020 Paul Rodney Turner.

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El autor de este libro no brinda consejos médicos ni prescribe el uso de ninguna técnica como forma de tratamiento para problemas físicos, emocionales o médicos sin el consejo de un médico, ya sea directa o indirectamente. La intención del autor es solo ofrecer información de carácter general para ayudarlo en su búsqueda del bienestar emocional y espiritual. En caso de que utilice la información de este libro para usted, que es su derecho constitucional, el autor y el editor no asumen ninguna responsabilidad por sus acciones.

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Contenido

Dedicatoria

Dedico este libro a mi primer mentor espiritual, Jeff Cassells. Crecí con Jeff en el modesto barrio de Whalan, en un pequeño pueblo en los suburbios del oeste de Sydney. Jeff y yo éramos chicos curiosos y durante nuestra temprana adolescencia adquirimos un gusto por la astronomía y pasábamos muchas noches estudiando las estrellas y filosofando acerca del significado de la vida. Fue Jeff quien primero me señaló la dirección correcta cuando mi curiosidad me llevó a preguntarme acerca de Dios. Jeff me introdujo a las enseñanzas místicas de la India, donde aprendí acerca de la reencarnación, el karma y el verdadero propósito de la vida humana. Jeff también estuvo ahí cuando experimenté por primera vez con drogas psicodélicas y tuve mi primera experiencia extracorpórea. Si no fuera por Jeff, no sé lo que habría pasado con mi vida, pero su inteligencia aguda y penetrante me ayudó a tomar decisiones en mi edad  temprana que creo que me han servido bien, y por eso, le estoy por siempre agradecido.

Introducción

La felicidad es algo que todos buscamos en la comida, en el sexo, divirtiéndonos, en las relaciones, con los hijos, en la vida profesional, el ocio o cuando dormimos. La felicidad nos mueve y ciertamente define la calidad de nuestras vidas. Podemos tener una inmensa riqueza pero si no somos felices, todo habrá fallado.

Sin felicidad la vida pierde valor y con la aparente disminución de la satisfacción, se incrementan los suicidios alrededor del mundo.

En  un  mundo  en el que  los  estímulos  mentales y físicos abundan, parece inconcebible que alguien pueda ser infeliz. Seguramente, cualquiera puede encontrar alguna  forma  de  felicidad  pero, desgraciadamente, muchas, muchas  personas  fracasan  y viven sus vidas  tristes  y  exasperadas o  esperan sin esperanza a que aparezca un poco de alegría en el horizonte de su destino.

La felicidad es la naturaleza del espíritu, como se menciona en el Vedanta-sutra: anandamayo ‘bhyāsāt —«el alma, es por naturaleza llena de felicidad».

Sin embargo, debido a la identificación errónea de nuestro verdadero ser con la materia, perdemos contacto con este estado natural de felicidad y nos identificamos con el dolor y el sufrimiento de una forma física.

Cuando el alma está atrapada en un cuerpo material, inmediatamente se identifica con las relaciones físicas y se olvida de su verdadera identidad como  ser  espiritual. Este falso  ego,  influido  por  las  modalidades  de  la naturaleza material atrapan aun más el alma en una red de acciones y reacciones kármicas.

Mientras que la mente es el instrumento para sentir, la inteligencia tiene una función deliberativa y puede ayudarnos a recorrer nuestro camino a través de la mira del materialismo. La persona inteligente, por lo tanto, puede alcanzar la liberación de la ilusión de la existencia material mediante el uso adecuado de la inteligencia.

El erudito védico y mi mentor espiritual, Srila Prabhupada, una vez escribió:

«Una persona inteligente puede detectar la incómoda posición de existencia material y, por lo tanto, comenzar a cuestionar lo que él es, el por qué está sujeto a diferentes tipos de miserias y cómo deshacerse de todas ellas y,  por ende, a través de una buena asociación, esa persona con inteligencia avanzada puede dirigirse hacia una  mejor  vida de autorrealización».

Las «modalidades de la naturaleza material» son fuerzas sutiles que influyen en nuestro comportamiento así como en todos los aspectos de nuestra experiencia física, mental y emocional. El término sánscrito para estas fuerzas es guna, «cuerdas», y el Gita explica cómo nos empujan a actuar de varias maneras, incluso en contra de nuestro mejor juicio. Estas «cuerdas de influencia» aparecen de tres maneras: sattva (bondad), raja (pasión) y tamas (ignorancia).

Los efectos de la sattva-guna, la modalidad de la bondad, se ven cuando una atmósfera de paz, serenidad y armonía prevalecen en nuestro ambiente y dentro de nuestra mente. La modalidad de la pasión o raja-guna levanta su fea cabeza cuando sentimos un deseo abrumador e insaciable por las cosas mortales, luchando por más y cuando nos sentimos insatisfechos persistentemente. Tamo-guna, la modalidad de la ignorancia, se evidencia cuando la persona se siente perezosa, deprimida o desmotivada y también cuando está intoxicada o mentalmente inestable.

Srila Prabhupada creía que el componente más crítico para el éxito en la autorrealización era aprender de los grandes sabios y santos que «desatarán el apego del alma por la materia». Así, una persona puede deshacerse gradualmente de la ilusión de la materia y del falso ego y ser «promovido a la vida real de la eternidad, la sabiduría y la dicha».

De hecho, la asociación con esas grandes almas se considera la «única actividad auspiciosa» en este mundo material.

Lo que propongo hacer en este libro es entregarte lo que he aprendido de mentores santos y presentar su sabiduría de una manera placentera, pragmática y no sectaria.

El propósito de este libro es doble:

1)  Me gustaría que adoptaras estas 7 máximas para la felicidad del alma como una parte fundamental de tu nueva forma de ver el mundo;

2)  Quiero que hagas valer estas verdades en palabras y acciones, a través de la afirmación y ejercitándolas en tus relaciones con otros.

En otras palabras, para sacar el máximo provecho de este libro, tendrás que poner a prueba estas 7 Máximas para la Felicidad del Alma, y confío en que lo harás.

Máxima 1

El Cuerpo Humano es una Bendición

Todos deberían considerar su cuerpo como un regalo invaluable de aquel a quien ama sobre todas las cosas, una maravillosa obra de arte, de belleza indescriptible y un misterio más allá de la concepción humana, y tan delicada que ni una palabra, aliento, mirada ni pensamiento puede dañarlo.

– Nikola Tesla

Las energías materiales

Hay dos formas de ver este mundo en el que vivimos: una, es verlo como una variedad de elementos físicos al azar sin significado alguno detrás de las causas y los efectos que experimentamos. Podríamos, por lo tanto, concluir que somos un cuerpo que nace, come, defeca, se enferma, se enamora, se hace viejo y eventualmente muere, convirtiéndose en alimento para gusanos o en cenizas.

La otra forma de ver este mundo es a través de los ojos ungidos de devoción a un Diseñador inteligente, cuyas energías espirituales divinas se han expandido para permitir que las almas tengan una experiencia física en respuesta a su deseo de ser Seres Superiores independientes. Como alma, esta experiencia física se ofrece como un tipo de campo de entrenamiento para evolucionar nuestra conciencia y brindarnos una oportunidad para ser «el maestro de nuestro dominio», hasta el tiempo en que despertemos a nuestra verdadera naturaleza como almas independientes creadas con el propósito de intercambiar amor puro y servir devotamente.

En su mayor parte, todos estamos siendo programados a través de la educación y de la sociedad para adoptar el primer paradigma: enfocarnos en estudiar la naturaleza de este mundo físico sin considerar la esencia o espíritu que lo anima.

De acuerdo con las enseñanzas de Krishna en la Bhagavad-Gita, este mundo material comprende ocho energías burdas y sutiles: tierra, agua, fuego, aire y éter son los elementos burdos que componen todo lo que podemos experimentar con nuestros sentidos, y luego hay tres elementos sutiles: mente, inteligencia y falso ego. Cada elemento es superior a la anterior. En otras palabras, el falso ego es más sutil y superior a la inteligencia, y la inteligencia es superior a la mente y la mente es superior a los elementos materiales burdos.

Todo  lo  que  experimentamos  en  este  mundo  banal  es una  combinación  de  estos  ocho  elementos.

La naturaleza superior

Sin embargo, por encima de estas ocho energías físicas se encuentra la energía espiritual superior del alma. Esta energía superior es trascendental a los sentidos materiales; no obstante, bajo el hechizo de la ilusión, las almas confundidas están tratando de explotar los recursos de esas energías materiales inferiores.

Además de todo ello, ¡oh, Arjuna, el de los poderosos brazos!, hay una energía Mía que es superior, la cual consiste en las entidades vivientes que están explotando los recursos de esa naturaleza material inferior.[1]

Srila Prabhupada, gurú y erudito del Bhagavad-Gita, comenta:

Mientras explota la energía inferior (materia)  burda y  sutil,  la  energía  superior  (la  entidad  viviente) olvida su verdadera mente espiritual e inteligencia espiritual. Este olvido se debe a la influencia de la materia sobre la entidad viviente. Pero cuando la entidad viviente se libera de la influencia de la energía material ilusoria, alcanza la etapa llamada mukti o liberación. El falso ego, bajo la influencia de la ilusión material, piensa: «Yo soy materia y las adquisiciones materiales son mías».

Es por lo tanto, de gran importancia que comprendas tu naturaleza superior como alma y que el verdadero tú que anima esta forma material se ha originado de la energía espiritual superior. Tu cuerpo material es solo un vehículo temporal para facilitar las experiencias de aprendizaje y de expresión hasta cuando se hace inhabitable y te ves forzado a dejarlo y entrar a otra forma material de acuerdo con tu deseo y karma.

Obtienes lo que deseas y mereces

El concepto de karma es una parte de las antiguas enseñanzas del Bhagavad-Gita pero, ahora se ha vuelto vernácula en la cultura moderna con músicos como John Lennon cantando canciones como Instant Karma. Sin embargo, la simplificación excesiva del karma, con comentarios tales como «es como la ley de la física, por cada acción corresponde una reacción igual y opuesta», ha llevado a la confusión, con muchos preguntándose cómo rayos puede un Dios amoroso permitir que sucedan cosas malas a gente buena.

Lo que necesitamos entender aquí es que el karma no es una reacción igual y opuesta; es un mecanismo extremadamente complejo que armoniza la naturaleza material con múltiples capas de causa y efecto. Déjame explicarlo con un escenario ficticio...

Tommy decidió un día comprarse un traje nuevo. Había investigado y encontró que el mejor lugar para comprarlo sería en la tienda de descuentos de moda Chi Long en el centro de Nueva York. Sabía que el dueño, el Sr. Chi Long ofrecía ofertas especiales al primer cliente en el día de luna llena.

El día siguiente resultaba ser un día de luna llena, así que Tommy puso la alarma a las 6 am para tomar el tren expreso de la mañana y estar en la tienda a las 7:30 am. Supuso que la tienda abriría a las 8 am, así que estar 30 minutos antes sería perfecto.

Acorde a lo planeado, Tommy se despertó temprano a las 6 am, se bañó, vistió y desayunó rápido antes de correr a la parada del autobús para tomar el tren. Todo iba bien, pero diez minutos después de subir al autobús se