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Edy Gualdrapas: Especialista en desastres
Edy Gualdrapas: Especialista en desastres
Edy Gualdrapas: Especialista en desastres
Libro electrónico119 páginas1 hora

Edy Gualdrapas: Especialista en desastres

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Información de este libro electrónico

Edy te engancha con su espontaneidad, con sus líos. ¡No podrás dejar de leer!

Este es Edy.

Así, sin apellidos.

Bueno... Sin apellidos, sin padres y pobre como una rata. Que no tiene ni una triste peonza que echarse al bolsillo, ni móvil, ni mp3.

A primera vista, puede parecer una «albondiguilla con patas», como dice Dani, su mejor amigo. Pero que no te engañe su pinta. Edy es, en realidad, un superhéroe «camuflao», un culo inquieto siempre envuelto en líos que, junto a su panda «la Tribu del chicle», vive mil aventuras tronchantes y disparatadas.

Estos chicos no sufren de masiado por los suspensos.

Las únicas calabazas que les preocupan son las de Halloween y los monstruos de un monasterio maldito al que van de excursión.

A veces, viajan a la Luna. Otras, visitan el zoo y se pelean con los monos por la merienda. Hay días en que organizan el rescate de una mascota atrincherada en el interior de un piano, o en los que deben resolver un atraco al colegio.

Y cada capítulo es una aventura.

Cada aventura, un motivo para reír y llorar de la risa.

Y una excusa para aprender una forma positiva de vivir. Esa, que nos ayuda a afrontar nuestros miedos y obstáculos con valentía y buen humor. Esa, que nos permite convivir con respeto hacia todos, descubriendo el valor oculto de cada persona.

¡Porque cada niño lleva en su alma, la semilla de un gran destino!

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento1 ago 2017
ISBN9788491129585
Edy Gualdrapas: Especialista en desastres
Autor

Laura Ruiz Rivas

Laura Ruiz Rivas ha obtenido numerosos premios literarios. Trabaja como psicóloga en un centro educativo y, a menudo, como sus chicos, vive aventuras y disfruta hasta morir de la risa. Porque a vivir se aprende con cada sonrisa, a cadapaso, en cada latido.

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    Edy Gualdrapas - Laura Ruiz Rivas

    Edy Gualdrapas

    Especialista en desastres

    filigrana

    Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta obra son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados de manera ficticia.

    Edy Gualdrapas. Especialista en desastres

    Primera edición: agosto 2017

    ISBN: 9788491128342

    ISBN e-book: 9788491129585

    © del texto

    Laura Ruiz Rivas

    © Del texto y de las ilustraciones: Laura Ruiz Rivas, 2017

    © Diseño de portada: Laura Ruiz Rivas, 2017

    © de esta edición

    , 2017

    www.caligramaeditorial.com

    info@caligramaeditorial.com

    Impreso en España — Printed in Spain

    Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a info@caligramaeditorial.com si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

    Edy Gualdrapas

    Especialista en desastres

    Laura Ruiz Rivas

    caligrama

    

    A Roberto, porque juntos inventamos sueños.

    A mi familia, compañeros fieles en este

    camino incierto de la vida.

    A José y Ana, por su cariño y su apoyo.

    A todas las personas con capacidades diferentes y a sus familias, por su incansable lucha, por sus lágrimas, por su sonrisa.

    A toda la gente que defiende el derecho a la igualdad pero también, a la diferencia, y a las ayudas y oportunidades que nos aseguren a todos una vida digna y de calidad.

    El niño perdido llora, pero sigue cazando mariposas.

    Ryusui Yoshida

    1. Soy Edy

    Ese es mi nombre.

    Así, sin apellidos.

    No padres: no apellidos.

    Y si eres pobre: nombre cortito. Que ya conozco yo a algún chulito de esos que se llama Jesús Andrés de No Sé Qué, marqués de No Sé Dónde y media hora de apellidos. Pero si no tienes donde caerte muerto porque eres pobre como una rata, ¡nombre corto!

    ¡Y no te andes con florituras!

    En el Hogar Cuna, donde me llevaron al nacer, me pusieron Edy Expósito, que es el apellido que ponían a los que llegaban sin él.

    Pero no me gusta.

    No lo uso.

    No lo quiero.

    Cuando encuentre unos padres que me molen, a lo mejor me pongo sus apellidos.

    Por ahora, solo Edy. Sin apellidos.

    Vale: sin apellidos, sin padres y pobre como una rata. Que no tengo ni una triste peonza que echarme al bolsillo, ni cromos, ni móvil, ni mp3.

    Y llegados a este punto, pensarás que soy un chaval poco interesante, además de pobre...

    Pero nada más lejos de la realidad más real.

    ¡VAS A ALUCINAR EN COLORES!

    Voy a un colegio de educación especial. Y vivo en la residencia de ese cole, con un grupo de compañeros de mi edad, la Tribu del chicle, como nos llaman los profes. Conmigo duermen Dani el Piraña, Miguel Boca chancla, Fabián el Extraterrestre (E.T., que es más corto) y Aitor el Rape.

    Todos tenemos algún mote.

    El mío, ya lo conoces: Gualdrapas.

    Y no puedo olvidarme de los otros chavales... ¡Que si no se ven en esta aventura, me linchan! Pero mejor, ¡ya los irás conociendo!

    Tengo diez años.

    Y no presumo de guapo, ¡aunque motivos me sobran!

    Soy un poco bajito y la barriga no me deja ver el calzón. Los pies sí que me los veo... Pero... ¡Epa! Tengo que calzarme, que con la cosa de empezar esta historia, me he despistao.

    A primera vista, puedo parecer una albondiguilla con patas, como me llama Dani. Pero que no te engañe mi pinta, porque en realidad soy un superhéroe camuflao que va disfrazado de niño torpe y con gafas, para despistar. Porque a los superhéroes nos gusta el anonimato —que no sé lo que es, pero nos gusta, que lo he visto en la tele.

    Y sobre todo, ¡SOY UN TÍO FELIZ!

    ¡FELIZ! Sí, como lo oyes.

    Y lo primero que hago por las mañanas es sonreír.

    Bueno, lo primero, lo primero..., es hacer pis. Que me levanto como una bala y tengo que apretar los dientes para llegar al WC —el baño, para que me entiendas—. Que no sé por qué lo llaman baño si luego en la puerta pone WC... ¡Son cosas de mayores! Pues ese WC está al final de una autovía-pasillo de km y pico tan larga, que cuando llego, ¡llego por los pelos! Y ya en baño, canto feliz al ritmo alegre del chorrillo saltarín que alivia mi vejiga.

    Y de vuelta al dormitorio..., SONRÍO.

    Porque como dice mi seño Paula, «Hay que sonreír siempre».

    Pues eso, pase lo que pase, yo sonrío.

    Sí, un tío alegre, como tiene que ser. Aunque me las den todas, ¡que me las dan! Pero yo voy con mi sonrisa por delante. Porque me da la gana. ¡Y porque me da la risa! Y porque dice Paula que hay que poner siempre buena cara a la vida:

    «La sonrisa nos viste de alegría. Si somos feos, se nos ve guapos. Si estamos tristes, nos contentamos. Y con nuestra sonrisa, borramos las penas de los demás.»

    Eso dice Paula, que tiene una sonrisa de lo más bonita: toda llena de dientes blancos y en fila india.

    Nunca sé qué va a pasar, porque cada día es una aventura.

    Día nuevo, ¡sorpresa al canto!

    Y hoy es una mañana chuli de esas que estrenas tú, cuando aún no se ha despertado nadie. Y mola, porque siento cosquillas en la barriga, como si algo bueno fuese a pasar...

    ¡Que vete tú a saber qué pasa!

    Porque yo soy uno de esos chavales que no se conforma con hacer lo que hacen todos...

    No.

    ¡Yo siempre la lío parda!

    Y da igual que intente hacer las cosas bien... ¡La lío parda!

    Lo llevo escrito en los genes desde que nací. Y ese maleficio se despertó el día que me pusieron de mote Gualdrapas. Porque aquí todos tenemos mote, como te he dicho, y yo no iba a ser menos.

    ¡Edy Gualdrapas, mocos y garrapatas!

    Esa era la cantinela con la que me saludaban al principio... Mucho antes de hacerme respetar, mucho antes de ganarme un sitio de prestigio dentro de la tribu.

    Pero ahora soy un tío feliz. ¿Ya te lo he dicho?

    Me gusta jugar, me gusta el cole, me encantan mi habitación y mis amigos. Me gusta que me riñan..., o eso dicen los profes. También me flipan los grillos y los ratones, y cualquier avichucho en general. Me gustan tanto, que soy una especie de Superman salvador de bichos. Un defensor del mundo animal.

    Ese soy yo: super-Edy.

    El gran, el maravilloso, el sobrehumano... ¡EDYMAN!

    O solo Edy Gualdrapas, si voy de incógnito.

    Toca desayuno.

    Vamos corriendo al comedor. Y entramos todos a la vez por la puerta, que nos mola atascarnos y hacer fuerza para ver quién pasa primero. Te espachurran un poquito, te clavas algún codo y te descuajeringas las costillas. Pero es muy divertido. ¡Sobre todo cuando al final logras liberarte!

    La tribu y yo nos sentamos juntos a la mesa,

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