Un jardín primitivo: Subjetividades, lectura y escritura
Por Laura Escudero
()
Información de este libro electrónico
Relacionado con Un jardín primitivo
Títulos en esta serie (5)
Érase una vez la lectura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl pozo de los vestigios: y otros ensayos a contracorriente Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un jardín primitivo: Subjetividades, lectura y escritura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna paradoja moviente: Loïe Fuller Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFeminismo inimputable: Deriva de un estilo roto Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Libros electrónicos relacionados
Fronteras de lo real Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa lectura, otra revolución Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa letra muerta: Tres diálogos virtuales sobre la realidad de leer Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa intimidad y la alteridad (experiencias con la palabra) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl arte de la lectura en tiempos de crisis Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAlma, nostalgia, armonía y otros relatos sobre las palabras Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTratado sobre las manos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa verdadera patria: infancia y adolescencia en el relato español contemporáneo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLeer el mundo: Experiencias actuales de transmisión cultural Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Silencio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTomar la palabra: La poesía en la escuela Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVerano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesArderá la memoria Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl arte del error Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Habitat Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa biblioteca de agua Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa frontera indómita: En torno a la construcción y defensa del espacio poético Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Algunas familias normales Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAntología de María Teresa Andruetto Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPlantar una sombrilla de colores en la arena (Estoy aquí) Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Érase una vez la lectura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTodas las mañanas del mundo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa escritura como un cuchillo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNarrar por escrito desde un personaje: Acercamiento de los niños a lo literario Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El vuelo de Luci: Cuaderno de tareas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPosmodernidad en la literatura infantil y juvenil Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCorreo literario Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBibliotecas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Prosas fugaces Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPrimavera Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Redacción y escritura creativa para usted
Cómo se escribe una novela Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Storytelling: Cómo contar tu historia para que el mundo quiera escucharla Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Manual de redacción Calificación: 5 de 5 estrellas5/51000 documentos y cartas para cada necesidad Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Cómo narrar una historia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Atrévete a escribir: El método del gran escritor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGuíaBurros Grafología: Lo que revela tu escritura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Guía Breve para el Pensamiento Crítico Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Taller de escritura creativa para niños y adolescentes Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La escritura terapéutica Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Tu Primera Novela: Cómo escribir tu bestseller sin ser escritor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El camino del poeta: Escribir poesía y letras de canciones Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Tesis, tesinas, monografías e informes: Nuevas normas y técnicas de investigación y redacción Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La cocina de la escritura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5¿Quieres escribir un cuento? Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Recursos de estilo y juegos literarios: Cómo dar fuerza y brillo a tu escritura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cómo escribir diálogos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mostrar y decir: El arte de escribir no ficción Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Escribir novela: Manual para novelistas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Abecé de redacción: Una guía accesible y completa para escribir bien Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El arte de crear personajes: En narrativa, cine y televisión Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Leo, luego escribo: Lectura y redacción I Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Escribir poesía Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Coaching para escribir un bestseller Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Atrévete a escribir: Consejos prácticos para el escritor que llevas dentro Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El arte de hablar en público: Técnicas y ejercicios para volverte experto en oratoría Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl arte de reescribir: Pulir el diamante narrativo (novela, cuento, artículo, ensayo) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Texticulos: Manual para escribir microrrelatos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Para escribir una novela Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Para ser escritor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Comentarios para Un jardín primitivo
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Un jardín primitivo - Laura Escudero
Lo que hay entre uno y otro:
el tercer lenguaje
I.
Abre el oído,
somételo
al silencio de las flores.
Onitsura
Me interesa la vida.
Y la literatura como experiencia que es parte de la vida.
Pero la vida definitivamente me interesa más que la literatura.
Cada pequeño evento que define un rumbo –nacimiento, crecimiento, muerte, brote, sexo, deseo, olvido– es un encuentro o desencuentro con otros.
La vida se expresa de una manera tan singular siempre, siempre parte de algo mayor y misterioso, pero distinto a todo lo demás y con la duración de una chispa.
Eso somos y en eso consiste la hermosura.
¿Para qué contamos si no es para que nos escuchen?
¿Si no es para demorar el resplandor de la chispa en el aire?, porque una chispa es chispa si hay alguien que la mira.
¿Para qué contamos si no es para encontrarnos con otros?
¿Para qué escribimos una poesía si no creemos que hay alguien del otro lado?
Existimos y estamos hechos de los otros.
De otros tomamos un nombre y una lengua. Unas tradiciones, unas filiaciones. Un nosotros
que a veces –qué paradoja– se formula en oposición a otros. Somos estos porque no somos aquellos.
Y entonces cuando hablamos de la otredad
pensamos en la otredad
que somos nosotros. La otredad que nos define, esa otredad que pasa a ser una mismidad porque se concreta por los rasgos compartidos.
Lo verdaderamente difícil es imaginar la otredad que es un misterio porque habla de lo ajeno.
Todos somos sordos en muchas y muy distintas situaciones. Escuchar no es fácil y nadie escucha todo.
Escuchar es muchísimo más que oír.
Escuchar es la primera manera de leer. Porque, en primer lugar, es atender. Estar atento con todo el cuerpo a lo distinto. A lo que no se espera.
Si algo se espera, se anticipa una posición de defensa, el cuerpo alerta al peligro no escucha con el corazón abierto del mismo modo.
Mirar, escuchar, sentir suceden en presente y libres de prejuicios especialmente durante el tiempo de la infancia. Cuando el cuerpo habla con señas flexibles, destrabadas, en continuidad orgánica con los lenguajes que entre ese cuerpo y el mundo se despliegan.
Todos nosotros nos expresábamos de ese modo, con libertad y belleza, mucho antes de que la cultura y sus prohibiciones sobre el cuerpo nos quitaran parte de la felicidad del movimiento.
Del movimiento que también puede ser quietud activa, receptiva a las variaciones mínimas de lo que nos rodea.
De las miradas, por ejemplo.
Cómo mirar. Cómo comerse el mundo con los ojos así como los niños.
Hay algo de profunda entrega, de presencia genuina en la mirada de un niño muy pequeño. Es difícil sustraerse a esa captura franca y abierta. A esa disposición vital de conectar cuerpo con cuerpo.
Cómo es que yo misma, que miro con los velos que la cultura ha instalado sobre mis modos de mirar, para cubrir la desnudez con capas de distancia, protección y prudencia, de pronto me asombro cuando me cruzo en cualquier esquina con un niño o una niña que me miran a corazón pleno.
Mirar, escuchar, sentir suceden en presente y libres de prejuicios especialmente durante el tiempo de la infancia. Cuando el cuerpo habla con señas flexibles, destrabadas, en continuidad orgánica con los lenguajes que entre ese cuerpo y el mundo se despliegan.
Que miran a los otros como si no hubiera que cuidarse de ellos.
Es difícil mirar. Difícil como escuchar, especialmente cuando estamos demasiado preocupados por nosotros mismos, porque escuchar, en primer lugar, es un acto de generosidad y de modestia.
Siempre hay otro
y el otro
es mucho más de lo que leo yo.
II.
Meterse dentro del ciruelo
a base de cariño
a base de olfato.
Onitsura
Una experiencia de la otredad quizá sea lo que hay entremedio. El espacio entre uno y otro.
Meterse dentro de eso.
Hace mucho tiempo vi la película Antes del amanecer. Es la historia de dos jóvenes que tienen un día para conocerse mientras recorren las calles de Viena. En un momento ella le dice a él: creo que si existiera algún dios no estaría en ninguno de nosotros, ni en vos, ni en mí, sino en este pequeño espacio entre los dos.
Ese diálogo, creo, vale toda la película.
Sharon Olds da una charla TEDx que se llama: The poetry of the in-between
(La poesía de lo del medio); se las recomiendo mucho. Dice: el amor y el sexo están entre (between) dos personas, lo que uno y otro piensa y lo que realmente uno y otro cree está entre (between) nosotros. La creación de un poema sucede para ser un regalo entre (between) nosotros.
Esto que hay entre uno y otro puede ser un tercer lenguaje. El espacio en el que se encuentran dos lenguajes singulares que inmediatamente se traducen a un tercer lenguaje. Para que eso suceda, algo de uno tiene que tocar al otro y el otro al uno y así. Y por eso se cambian, se modifican, son el mismo y otro. Los bordes se corren, se intersecan, uno se pierde un poco y otro también.
Dejarse tocar por otro, tocar a otro es un asunto delicado.
Se toca con la voz, con la punta del dedo, se toca con las letras escritas sobre una página. De este modo incluso se toca a través del tiempo y el espacio.
Se toca para acortar una distancia. Y siempre hay riesgo.
"Aquel que toma un libro corre el