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Discerniendo Vocaciones a La Vida Apostólica, Contemplativa Y Eremítica
Discerniendo Vocaciones a La Vida Apostólica, Contemplativa Y Eremítica
Discerniendo Vocaciones a La Vida Apostólica, Contemplativa Y Eremítica
Libro electrónico421 páginas5 horas

Discerniendo Vocaciones a La Vida Apostólica, Contemplativa Y Eremítica

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Información de este libro electrónico

En el transcurso espiritual humano, el amor de Dios engendra en todo cristiano inclinaciones de tipo activo, contemplativo y solitario. Por consiguiente, todos queremos hacer obras buenas, ser receptivos a Dios y a ratos estar a solas con Dios. Según va transcurriendo la vida, el amor de Dios suscita también en cada persona una atracción dominante hacia una de esas tres orientaciones, que con el tiempo la impele hacia el correspondiente estilo de vida: apostólica, contemplativa o eremítica. En este libro los autores identifican las características claves de esos tres estilos de vida vocacionales y, a la luz de ellas, presentan un conjunto de señales y patrones que indican cuál es la llamada de Dios. Este estudio ofrece ideas y conocimientos que pueden ayudar tanto a quienes están considerando, o discerniendo, su vocación personal, como a directores espirituales, formadores, superiores religiosos y educadores cristianos que acompañan a otros en ese proceso.
IdiomaEspañol
EditorialXlibris US
Fecha de lanzamiento22 abr 2021
ISBN9781664169845
Discerniendo Vocaciones a La Vida Apostólica, Contemplativa Y Eremítica

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    Vista previa del libro

    Discerniendo Vocaciones a La Vida Apostólica, Contemplativa Y Eremítica - Marie Theresa Coombs Ermitaña

    ÍNDICE

    Reconocimientos

    Notas Preliminares

    Introducción

    PARTE PRIMERA

    NOCIONES FUNDAMENTALES

    1     Tres Estilos Generales De Vida Vocacional

    La Necesidad de Discernir el Llamamiento de Dios

    Interrelación de los Estilos de Vida Generales

    Sinergismo en el Estilo de Vida

    El Enfoque del Discernimiento Vocacional

    2     El Estilo de Vida Apostólica

    El Apostolado

    La Vida Apostólica

    Términos Alternativos: Actividad, Activo/a y Vida Activa

    Posición Singular de la Vida Apostólica

    Influencias en la Formación de una Vida Apostólica

    Distinciones Relacionadas

    3     Estilo de Vida Contemplativa

    Contemplación en Relación a la Vida Contemplativa

    La Vida Contemplativa como la Entendemos en este Estudio

    Personas Llamadas a este Estilo de Vida

    La Vida Contemplativa en Relación con la Vida Monástica

    Una Vocación Contemplativa en un Instituto Apostólico

    Contemplativa y Apostólica: Dos Paradojas Adicionales

    Ser Contemplativa o Ser una contemplativa

    4      El Estilo de Vida Eremítica

    La Designación la Vida Eremítica

    Expresiones de la Vocación Eremítica

    Ideas Equivocadas sobre Ermitaños/as y Vida Eremítica

    Dos Llamadas Similares pero Distintas

    PARTE SEGUNDA

    LA VIDA APOSTÓLICA

    5      Raíces Bíblicas del Concepto Apostólico

    Términos Bíblicos Claves para Misión

    Ejemplos en las Escrituras Hebreas

    Enseñanzas en el Nuevo Testamento

    6      Perspectivas Históricas del Concepto Apostólico

    Antigüedad Cristiana

    Época Medieval

    Siglo XVI en Adelante

    Siglo XVII

    Época Contemporánea: Vaticano II en Adelante

    7      Discernimiento de una Vocación a la Vida Apostólica

    Predisposición hacia el Servicio

    Deseo de Usar un Carisma Personal

    Necesidad de ese Servicio Concreto en Una Comunidad

    Reconocer los Límites del Ministerio

    Formación de un Estilo de Vida    Apostólico en torno al Ministerio

    Cualidad Cristocéntrica en el Ministerio

    Crecimiento en la Dimensión Contemplativa    de la Vida Apostólica

    8      Expresiones Apostólicas de las Virtudes Cristianas

    Amor

    Comunidad

    Fe

    Esperanza

    Receptividad y Obediencia a Dios

    Oración

    Orientación Holística

    Estudio

    Pobreza

    Ocio

    Sacrificio Personal

    9      Observaciones Pastorales sobre la Vida Apostólica

    PARTE TERCERA

    LA VIDA CONTEMPLATIVA

    10    Amor Cristocéntrico y Trinitario

    Profunda, Amorosa e Íntima Relación con Jesús

    Sentido de la Inhabitación de la Santísima Trinidad

    11    Comunión con Dios en la Vida Diaria

    Contemplación

    Clara Orientación Contemplativa de la Vida

    Aquiescencia Sosegada en el Misterio

    12    Buscando la Soledad

    El Seno de la Sociedad

    El Proceso del Nacimiento a la Soledad

    El Contemplativo como Persona Marginada

    Cuestiones para el Discernimiento

    Tres Situaciones de Discernimiento

    13    La Vida Solitaria en un Contexto Comunitario

    Contexto de Celibato

    Contexto del Matrimonio

    14    Vocación Contemplativa en un Instituto Apostólico

    La Respuesta Inicial de la Comunidad Apostólica

    Dificultades de los Superiores en el Discernimiento

    Tres Iniciativas en el Proceso de Discernimiento

    Posibles Situaciones de Vida Contemplativa

    Recomendaciones Pastorales

    Una Última Recomendación

    15    Receptividad Contemplativa ante Dios

    Vida de Oración Integradora

    Oración Solitaria

    Silencio y Soledad

    Sencillez de Corazón

    Vida Estable

    16    Actitud Contemplativa en la Actividad

    Ocio

    Estudio

    Trabajo Manual

    Ministerio

    17    Madurez Emocional en la Vida Contemplativa

    Manejo del Estrés

    Algunos Rasgos Contraindicativos

    Crecimiento Holístico

    18    Amor al Prójimo en la Vida Contemplativa

    Amor al Prójimo del Contemplativo Célibe

    Amor al Prójimo de la Persona Contemplativa Casada

    19    Observaciones Pastorales sobre    la Vida Contemplativa

    Disposiciones para Entrar en la Vida Contemplativa

    Transición a la Vida Contemplativa

    Perseverancia en la Vida Contemplativa

    Entrega en Fe

    Emancipación

    La vocación Contemplativa como Misterio

    CUARTA PARTE

    LA VIDA EREMÍTICA

    20    El Proceso de Nacer a la Soledad Eremítica

    Un Uso Más Preciso de Ciertos Términos

    Dos Pre-requisitos de Experiencias Vocacionales

    Contextos para Vivir la Vida Eremítica.

    Hacia la Soledad Eremítica: Cuatro Fases de Transición

    21    Creciente Anhelo de Soledad

    Anhelo de más Soledad

    Soledad Eremítica

    Señales Positivas

    Contraindicaciones

    22    La Vida en una Ermita

    Enfoques Pastorales Prácticos

    La Vida Cotidiana en una Ermita

    23    Enamorados/as de Dios

    Amor de Dios

    Centrado no en Algo sino en Alguien

    Aceptación del Silencio y la Soledad

    Capacidad para Vivir en el Momento Presente

    Despreocupación

    24    Amor del Ermitaño a las Personas

    Madurez Básica en su Desarrollo Humano

    Interacción con Otras Personas

    Intimidad con los Seres Queridos

    25    Amor Eremítico al Mundo Natural

    La Tierra como Lugar Sagrado

    Comunión con la Creación en y a través de Dios

    Unión con Dios a través de la Creación

    La Renovación en el Mundo Natural

    Función Providencial del Mundo Natural

    Una Única Familia de Dios Compartiendo una Casa Común

    26    Participación en el Misterio Pascual

    Aceptación de la Cruz

    Autoconocimiento

    La Acedia

    Insaciabilidad

    27    Observaciones Pastorales sobre la Vida Eremítica

    La Transición a la Vida Eremítica

    Resumen de los Principios de Discernimiento

    La Perseverancia como Don

    Relación Eremítica con la Sociedad

    Entrega Final

    Una Nueva Creación

    Bibliografía

    RECONOCIMIENTOS

    Queremos agradecer a todas aquellas personas con las que hemos compartido una comunidad contemplativa-eremítica en la Casa de Oración Lebh Shomea. Les agradecemos su amistad, su espíritu de búsqueda y la sabiduría que aportaron a nuestras vidas. Su fe buscando un mayor entendimiento ha sido una fuente de enriquecimiento muy importante para nuestra reflexión teológica sobre la vocación y el discernimiento vocacional.

    En particular, las siguientes comunidades cristianas nos han inspirado con su espíritu contemplativo y han sido fuente de iluminación de lo que significa ser llamado por Dios: Eremos Community (Austin, Texas); Qu’Appelle House of Prayer (Fort Qu’Appelle, Saskatchewan, Canadá); y The Upper Room Home of Prayer (Ottawa, Ontario, Canadá). Agradecemos a los muchos grupos de iglesias en Texas que tan fraternalmente compartieron nuestra vida en Lebh Shomea. Apreciamos la amplitud y profundidad de la perspectiva con que contribuyeron a nuestra reflexión sobre el misterio de la vocación.

    También aprendimos de muchas experiencias vocacionales compartidas por tantas personas a quienes pudimos escuchar y ayudar a discernir en el contexto de dirección espiritual; como también de quienes completaron estudios individuales en Lebh Shomea, y de los grupos de estudiantes que participaron en seminarios o clases que ofrecimos.

    Queremos expresar a las siguientes personas nuestra más sincera gratitud por las muchas maneras en que nos ayudaron a completar este libro: Rev. Dr. Kim Cape; Evelyn Gullatt; Denise Gutiérrez; Walter Hanss; Obispo Janice Riggle Huie; Sheila Coombs Johnson; Jennifer Knight; Rev. Dr. Michael Marsh; Andrea Morein; Hna. Rosemary O’Toole, CSJ; Dr. Michael Rock; Jean Springer; Carmen Zabalegui; y el Padre Glenn Zimmer, OMI. Les agradecemos las dotes y habilidades que cada cual aportó a esta tarea, así como sus comentarios, preguntas y aliento que nos ofrecieron.

    De manera especial agradecemos a la Dra. Rilda Baker por su minuciosa revisión del texto y sus acertadas observaciones sobre el contenido. Le debemos inmensa gratitud por sus contribuciones a la claridad de pensamiento y estilo en nuestra presentación.

    Al equipo de Wipf y Stock, que se prestó a publicar este libro, extendemos nuestro profundo agradecimiento por su amabilidad y profesionalismo a lo largo de todo el proceso.

    NOTAS PRELIMINARES

    1. Al referirnos a la deidad, mantenemos los nombres bíblicos de la Trinidad, es decir, Padre, Hijo y Espíritu, o alternativamente, Creador, Verbo y Espíritu, aunque reconociendo las dimensiones femeninas de Dios y la legitimidad de hablar de Dios como Madre. También encontramos en las Escrituras numerosas imágenes de Dios provenientes de la experiencia humana, de virtudes morales y del mundo natural. Aun así, Dios trasciende todos los nombres, metáforas e imágenes.

    2. Al referirnos a las personas la intención era utilizar un lenguaje inclusivo a lo largo de toda la traducción, pero ante la enorme dificultad que supone hacerlo en este tipo de libro (repetir continuamente los géneros masculino y femenino tanto en los artículos como en los nombres y adjetivos acaba resultando excesivamente engorroso para su lectura) hemos optado por el uso inclusivo pero un tanto limitado, sabiendo que al utilizar términos como nosotros, contemplativos, ermitaños, etc. nos estamos refiriendo a los seres humanos, tanto varones como mujeres. Lo mismo aplica al uso de palabras como contemplativas, ermitañas, etc. refiriéndose a personas.

    3. Empleamos la palabra alma como sinónimo de persona, enfatizando la interioridad más profunda del ser humano. Este uso místico deriva del hebreo nephesh (aliento, persona, alma) y de la palabra griega del Nuevo Testamento psychē (vida, el yo, alma), el cual difiere del clásico significado escolástico de ánima haciendo distinción entre cuerpo y alma.

    4. El concepto naturaleza tiene significados polivalentes. Cuando hablamos aquí de naturaleza, mundo natural o mundo de la naturaleza, nos referimos a los procesos evolutivos de todas las formas de vida, junto con la interrelación de todas las criaturas vivientes como una comunidad que incluye al Planeta Tierra y al cosmos como un todo. Cuando decimos creación, la consideramos desde una perspectiva de fe que ve al mundo natural en relación a Dios como su Creador.

    5. El lenguaje de todo el texto (incluyendo las citas bíblicas) está escrito en el castellano de España, es decir usando el vosotros en lugar del Ustedes –más usado en los países sudamericanos. La razón es que había que escoger una de las dos modalidades. Esperamos que ello no signifique gran problema.

    6. Tanto la bibliografía como las notas a pie de página, excepto las obras citadas en castellano, aparecen en la forma de la edición original.

    7. En varias partes de este estudio se remite a páginas de otros libros escritos por estos mismos autores, por eso copiamos a continuación los títulos y referencias de dichos libros para que quienes lo deseen puedan completar las ideas con las explicaciones que allí se encuentran. En las notas usaremos sus abreviaturas.

    Corazón que Escucha (Madrid: Editorial de Espiritualidad -EDE, 1992). Corazón…

    El Camino de la Dirección Espiritual (Madrid EDE, 1987). Dirección...

    Nuestra Trayectoria Espiritual (Madrid EDE, 1988). Trayectoria…

    Llamados por Dios (Madrid EDE, 1994). Llamados...

    Receptividad (Madrid EDE, 1985). Receptividad...

    Discerniendo Vocaciones al Matrimonio, Celibato y Soltería, Xlibris Co. US 2010

    Discerniendo…

    Oh Noche Dichosa, Xlibris Co. US 2016. Noche Dichosa…

    8. Nota Personal de Marie Theresa Coombs: El 11 de Septiembre de 2014 murió el Padre Francis Kelly Nemeck OMI. Antes de su muerte, él y yo habíamos completado una versión preliminar de este libro. También habíamos planeado revisar algunas secciones y añadir cierto material adicional. Uno de los últimos deseos del Padre Kelly fue que yo acabara el proyecto. He tratado lo mejor posible de incorporar en este libro sus últimas ideas y sugerencias.

    INTRODUCCIÓN

    "Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo,

    el Padre de la gloria,

    os conceda espíritu de sabiduría y de revelación

    para conocerle perfectamente;

    iluminando los ojos de vuestro corazón

    para que conozcáis cuál es la esperanza

    a que habéis sido llamados por él"

    (Ef. 1: 17-18)

    El llamamiento de Dios a toda persona coincide con el inicio de su existencia. Al crear a un ser humano el Padre de la gloria destina a ese individuo a ser transformado en Cristo Jesús. Por tanto, la esperanza a que hemos sido llamados no consiste primordialmente en algo, como por ejemplo una recompensa, un lugar o ciertos privilegios. Dios en sí mismo es la esperanza que sostiene todo llamamiento.

    La transformación plena en Dios constituye la perdurable dimensión de toda vocación. Esa total participación en la misma vida y amor de Dios permanece eternamente. En este lado de la resurrección el llamamiento tiene también unas dimensiones temporales. En el contexto de tiempo y espacio, estos tres aspectos de la vocación, distintos pero estrechamente relacionados, son parte integrante del llamado de Dios:

    • Identidad propia: quién quiere Dios que lleguemos a ser;

    • Estilo de vida: cómo quiere Dios que nos transformemos en Él;

    • Misión: qué quiere Dios que hagamos en la vida.¹

    En Llamados por Dios: Una reflexión Teológica en torno a la Vocación y Compromiso de por vida, presentamos una teología evolutiva y relacional del llamamiento divino y la respuesta humana. Esa teología revitalizada incorpora nuevas ideas de ciertos estudios bíblicos contemporáneos y de la psicología del desarrollo. Destaca también las fases sucesivas de la consciencia vocacional y el compromiso.

    En Discerniendo Vocaciones al Matrimonio, Celibato y Soltería, nos centramos en los estilos de vida vocacionales cristianos: el cómo de la vocación personal. Presentamos en detalle tres modos básicos de vida cristiana, junto con los principios más destacados que son indicativos de posibles llamamientos para ellos.²

    El enfoque de este libro continúa siendo sobre estilos de vida vocacionales cristianos pero ahora abordamos una tercera área relacionada con el llamamiento divino: tres estilos de vida cristianos generales que se integran con los estilos de vida básicos de matrimonio, celibato y soltería. Estos modos de vida generales son la vida apostólica, la vida contemplativa y la vida eremítica.

    A lo largo de esta trayectoria terrena, Dios da a cada persona un sentido de dirección vocacional que brota desde su ser más íntimo. El Dios de nuestro Señor Jesucristo nutre el surgimiento de esa consciencia otorgando espíritu de sabiduría y revelación. Los dones de sabiduría y percepción permiten a la persona reconocer el significado de sus sentimientos, pensamientos y anhelos, junto con la ayuda de innumerables influencias externas de la vida diaria. Esa ayuda, esa iluminación sienta las bases para el discernimiento vocacional y la entrega a Dios en la combinación de estilos de vida a través de los cuales el Padre de la gloria nos lleva hasta la experiencia plena de Cristo Jesús.

    Algunas personas tienden espontáneamente a identificar los términos la vida apostólica, la vida contemplativa y la vida eremítica con ciertos institutos, órdenes o congregaciones de vida consagrada ya existentes, sobre todo en la tradición católica. Piensan inmediatamente en personas célibes como monjes, monjas, religiosos, religiosas y sacerdotes. Es verdad que este estudio va dirigido principalmente a las personas que buscan vivir sus estilos de vida vocacionales con la profesión pública de votos y la bendición oficial de la iglesia, pero también incluimos dentro de los parámetros de nuestra presentación un espectro más amplio de gente espiritual. El contenido tiene aplicación a todas las personas, ya sean casadas, célibes o solteras, a quienes Dios llama a la modalidad de la vida apostólica, contemplativa o eremítica y que desean responder de todo corazón a Dios mediante esos estilos de vida.

    Nuestros objetivos aquí son los siguientes:

    • resaltar la tendencia contemplativa innata en cada persona como guía primordial para discernir su vocación a un estilo de vida cristiano;

    • reconocer la interrelación de la vida apostólica, la vida contemplativa y la vida eremítica, junto con sus efectos sinérgicos, dentro de la comunidad cristiana y en el mundo en general;

    • describir las características principales de los estilos de vida apostólico, contemplativo y eremítico;

    • presentar principios de discernimiento que proporcionen señales de llamadas a cada uno de esos tres estilos de vida.

    Al igual que en nuestros dos libros anteriores sobre el misterio de la vocación y el discernimiento vocacional, abordamos el presente tema desde una perspectiva evolutiva y relacional.

    En el contexto de este estudio, el término evolutivo enfatiza varios aspectos de la vocación:

    • La llamada de Dios a una persona a la vida apostólica, vida contemplativa o vida eremítica de por sí evoluciona. Esa iniciativa divina se despliega en el tiempo y el espacio. Dios forja la dirección y los detalles del llamamiento en relación a la continua respuesta de la persona. Dios incorpora a la evolución de una vocación todos los sis, los nos y los quizás de cada individuo. En ese proceso, Dios invita a ciertas personas a pasar de un estilo de vida a otro.

    • La consciencia personal de su vocación a uno de esos estilos de vida también va madurando.

    • A medida que la llamada de Dios y la consciencia vocacional del individuo evolucionan, la disposición de la persona para responder y su capacidad de compromiso también crecen.

    De ahí que tanto el llamamiento de Dios a alguien a seguir un estilo de vida cristiano, como la consciencia personal de tal llamamiento y el compromiso con Cristo Jesús a través de ese estilo de vida van evolucionando. En lugar de ser una entidad estática o claramente definida, cada uno de los tres estilos de vida vocacionales generales experimenta constantemente cambios, modificaciones y renovaciones.

    La designación relacional como característica de nuestro enfoque denota énfasis en el encuentro de la persona con Dios, consigo misma, con los demás y con todas las criaturas del mundo.

    Con respecto a la creación, muchos cristianos han entendido la vida apostólica principalmente como una implicación asertiva en el mundo, la vida contemplativa como la retirada pasiva del mundo y la vida eremítica como una huida ascética del mundo. Una perspectiva relacional de la vocación subraya algo más que una implicación asertiva, el retiro pasivo o la huida ascética con respecto al mundo. Una perspectiva relacional abarca las siguientes características:

    • Pone el acento en Dios amando tanto al mundo hasta el punto de hacerse carne en Jesús de Nazaret. Hace hincapié en que el Espíritu de Dios mora en cada ser humano y se relaciona con el mundo desde el interior de la creación misma. Habla de comunión con Dios que permanece más cercana y más presente al ser humano de lo que nadie podría imaginar, sentir, pensar o comprender.

    Relacional resalta la conexión íntima entre la vida interior de una persona y su estilo de vida vocacional. Dios morando en el individuo pone en movimiento el llamamiento a la vida apostólica, contemplativa o eremítica. Esa dirección vocacional es parte integrante de la identidad de todo ser humano como hijo/a de Dios.

    Relacional enfatiza la importancia de la presencia: presencia de Dios en el ser humano y presencia de la persona ante Dios. Estos estilos de vida vocacionales generales no son solo contextos para las actividades humanas; son sobre todo, modos de ser y devenir. Son el medio en el que cada cristiano no solo da frutos duraderos en el reino de Dios por medio de esfuerzos activos, sino que también avanza en el proceso de su transformación en Dios.

    Relacional apunta, en el contexto de un estilo de vida vocacional específico, a la comunión amorosa, directa e inmediata de la persona con Dios en la contemplación. Designa también la interacción del individuo con Dios a través de personas, cosas, actividades, eventos, y también a través de criaturas no humanas.

    Relacional subraya el valor de la inmersión en la creación. La vida apostólica, la vida contemplativa y la vida eremítica enfatizan la inserción en la creación, aunque cada estilo de vida lo haga de una manera diferente. Los tres estilos de vida promueven la interrelación humana con el mundo, pero ejerciendo una forma específica de participación.

    • Estos tres estilos de vida generales se relacionan entre sí, y como unidad se relacionan con Cristo. Los tres funcionan juntos en Cristo para gloria de Dios.

    El contenido de este libro, al igual que nuestros dos trabajos anteriores sobre estilos de vida vocacionales cristianos, tiene como base nuestra experiencia de fe, el estudio, la enseñanza de teología y materias relacionadas, junto con la práctica del ministerio y apostolado. Si bien nuestra vida de fe ha tenido lugar principalmente dentro de la tradición católica, hemos trabajado y hemos sido enriquecidos por hermanos y hermanas de otros segmentos de la familia cristiana, de otras tradiciones religiosas no cristianas y por compañeros/as de camino no afiliados a ninguna institución religiosa.

    Durante cuarenta años, tanto el padre Kelly como yo hemos vivido un estilo de vida contemplativa-eremítica en la Casa de Oración Lebh Shomea en Sarita, Texas. Servimos allí como miembros del núcleo de una comunidad que supervisaba la dirección de la Casa de Oración. Antes de vivir en Lebh Shomea, ambos ejercimos la vida apostólica en diferentes lugares geográficos. Además, durante las cuatro décadas en Lebh Shomea practicamos el ministerio de la dirección espiritual y acompañamiento espiritual. Un enfoque especial de ese servicio se orientó hacia aquellas personas que querían cultivar más el elemento contemplativo de sus vidas, y hacia quienes buscaban discernir su estilo de vida vocacional. Durante ese tiempo, ayudamos también en el proceso de formación de personas que se preparaban para ejercer como directores espirituales.

    La reflexión desde la fe sobre nuestras experiencias de vida y nuestro apostolado con orientación contemplativa nos ha llevado a expresar aquí algo de lo que hemos palpado. Creemos que lo que identificamos como el núcleo de la experiencia vocacional cristiana, junto con nuestras sugerencias para acompañar el discernimiento, corresponde a la experiencia y el discernimiento de numerosas personas a través de los tiempos. Esperamos que quienes buscan sondear en las profundidades de su vocación un estilo de vida cristiano, o que practican la dirección espiritual, o que se encargan de la formación espiritual en comunidades religiosas, o que enseñan en programas de educación religiosa para adultos, encuentren útil el contenido de este libro y les ayude en sus esfuerzos por discernir estilos de vida vocacionales y apreciar aún más el misterio del llamamiento de Dios.

    PARTE PRIMERA

    Nociones Fundamentales

    CAPÍTULO 1

    Tres Estilos Generales De Vida Vocacional

    En los dos libros anteriores sobre la vocación, hablamos del matrimonio, el celibato y la soltería como estilos de vida cristianos básicos. Nos referimos a ellos como básicos por las siguientes razones:

    • Esos tres modos de vida forman una base sobre la cual descansan otros estilos de vida vocacionales.

    • Por lo general, una persona vive solamente uno de esos tres estilos de vida a la vez.

    • Todo cristiano espiritualmente adulto es básicamente casado, célibe o soltero.

    En este libro, nos fijamos en la vida apostólica, la vida contemplativa y la vida eremítica. Y lo presentamos como estilos de vida vocacionales cristianos generales por las siguientes razones:

    • En comparación con los estilos de vida básicos, los estilos de vida apostólica, contemplativa y eremítica son modos de vida muy generales. Es más difícil describir lo que constituye la singularidad de cada uno de ellos, y prácticamente imposible precisar en muchos casos dónde termina un estilo de vida y dónde comienza otro.

    • Cada uno de esos tres estilos de vida se lleva a cabo dentro del matrimonio, el celibato o la soltería.

    • La mayoría de las personas adultas pueden constatar inclinaciones apostólicas, contemplativas y eremíticas. Independientemente del estilo de vida vocacional, ya sea básico o general, las tres orientaciones se afirman de alguna manera en la vida de cada persona. Todos tenemos alguna misión o propósito en la vida, experimentamos cierta intimidad con Dios y necesitamos algo de soledad. Sin embargo, una de esas tres propensiones se vuelve tan dominante dentro de cada individuo que da lugar a un estilo de vida que lo abarca todo.

    La Necesidad de Discernir el Llamamiento de Dios

    En nuestro libro, Discerniendo Vocaciones al Matrimonio, Celibato y Soltería, comparamos el matrimonio, celibato y soltería con tres cimas que se elevan sobre un paisaje. Aunque la mayoría de los montañeros espirituales vacilan y tropiezan en algún punto a lo largo de las laderas, o incluso en los valles, esas cimas representan puntos de referencia claramente delineados.

    Al poner ahora nuestra atención en los estilos de vida generales, esa analogía del paisaje necesita cierta modificación. Ya no podemos hablar de picos y valles, ya que los contrastes entre estos estilos generales de vida son con frecuencia bastante sutiles y menos pronunciados. Podríamos, por tanto, comparar el estilo de vida apostólica, contemplativa y eremítica con tres áreas de colinas onduladas que en ciertos lugares casi se juntan imperceptiblemente. Tan poco definidos son sus contornos que muchos caminantes a veces no pueden identificar con precisión qué estilo de vida cristiano general están viviendo. De hecho, esa incertidumbre podría ser indicativa de un avance en su respuesta vocacional.

    Los debates sobre la relación entre apostolado y contemplación, acción y contemplación, o misionero y contemplativo han existido a lo largo de la historia de la espiritualidad cristiana. Muchas de las disputas académicas no solo eran irrelevantes, sino que estaban mal dirigidas. Pierre Teilhard de Chardin en 1924 hizo algunas observaciones sobre las muchas discusiones entre autores espirituales sobre si la actividad debería preceder a la contemplación o si la contemplación debería ser una preparación para la actividad. Teilhard juzgó que esos problemas son seudo-problemas. Confesó que tales preguntas no significaban absolutamente nada para él, quien profesó su permanente comunión con Cristo Jesús, fuente animadora e integradora tanto de su contemplación como de su acción. Resumió su experiencia de esta manera: "Primero soy in Cristo Jesús, y solamente después obro, o sufro, o contemplo".³

    Esta afirmación de Teilhard encaja totalmente con nuestra visión sobre la preeminencia de morar en Cristo; aunque Teilhard no estaba tratando este tema como tal, no se estaba refiriendo al discernimiento de los estilos de vida vocacionales cristianos sino que reflexionaba sobre la relación entre acción y contemplación como dos orientaciones dinámicas dentro de la vida de cada persona, independientemente de su estilo de vida.

    Creemos que los cristianos no solo pueden diferenciar, en términos generales, la vida apostólica, la vida contemplativa y la vida eremítica, sino que también deben hacerlo para seguir mejor el llamado de Dios. Aun cuando estos tres estilos de vida generales sigan siendo difíciles de definir, tanto en la teoría como en la práctica, es importante identificar sus respectivos carismas y discernir sus características más marcadas. Esa visión sirve de guía a quienes buscan una mayor conciencia de su inclinación vocacional, y responder al llamamiento de Dios con una entrega personal más deliberada.

    Tanto las iglesias cristianas como las leyes civiles de muchos países occidentales tienden a institucionalizar claramente el matrimonio. La tradición católica romana institucionaliza el celibato en el contexto de las órdenes clericales y otras formas de vida consagrada. Fuera de estos contextos eclesiales, el celibato sigue siendo totalmente carismático. Claro que incluso en un contexto institucional, las personas se realizan plenamente en el celibato solamente cuando lo abrazan como llamada gratuita de Dios y no simplemente como una obligación o requisito para ciertos ministerios. Por lo general, ni las iglesias ni las sociedades institucionalizan la vida soltera.

    Más allá de ciertos marcos regulados por la iglesia, el término institucionalización no tiene prácticamente ninguna aplicación a la vida apostólica, contemplativa y eremítica. Las variedades, interconexiones y flexibilidades de esas formas de vida superan toda imaginación. Veamos algunos ejemplos. El sacerdote-paleontólogo Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) llevó una vida extremadamente

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