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Una Flor En El Desierto: Lo Que Dios Unió No Lo Separe El Hombre
Una Flor En El Desierto: Lo Que Dios Unió No Lo Separe El Hombre
Una Flor En El Desierto: Lo Que Dios Unió No Lo Separe El Hombre
Libro electrónico119 páginas1 hora

Una Flor En El Desierto: Lo Que Dios Unió No Lo Separe El Hombre

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Información de este libro electrónico

El énfasis de este texto narra lo inevitable de situaciones difíciles que suceden después de un divorcio, a pesar de que la pareja se ame el uno al otro; por lo cual, este nuevo y cuarto libro de mi hermano y amigo Blady Cg, se lo recomiendo.
Es una realidad que el divorcio afecta de una manera negativa a los hijos en su desarrollo académico y prácticamente en todos los aspectos, por la falta de un padre; pero afortunadamente, se encuentra el consejo para que el matrimonio sea restaurado.
En la actualidad, existen en nuestra ciudad, y en todas partes del mundo, muchos hogares disfuncionales; creo firmemente que quien tome el tiempo para leer esta narrativa, le resultará en edificación de una manera única.
Felicito a Blady como su pastor, en los ministerios Maranatha de Phoenix, Arizona.
Pastor Efrén Fernández
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento21 nov 2019
ISBN9781506530932
Una Flor En El Desierto: Lo Que Dios Unió No Lo Separe El Hombre
Autor

Blady CG

Blady Cg. Nació en el estado de Tabasco México Para más información escribanos al Email bladycg@hotmail.com Facebook: Blady Cg

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    Una Flor En El Desierto - Blady CG

    Agradecimientos

    Agradezco especial y eternamente a Dios mi Padre, por darme la bendición de publicar este cuarto libro, gracias Señor, la Gloria sea para tí.

    Gracias a mi familia, a mi esposa Male, por su apoyo y sus oraciones, a mis hijos, Jayr, Joed y Jenell, por entenderme siempre y darme su sincera aprobación, los amo.

    Agradezco a mi papá, todo lo que hizo por mi, aunque no esté entre nosotros pero vives en mi corazón, gracias eternamente por ser mi padre y encausarme en el bien.

    A mis hermanos, Oli, Tino, Lilia, y Carmita por su cariño y apoyo moral y espiritual, los amo Dios los bendiga.

    A mis pastores, Efren y Arminda Fernández, gracias por apoyarme a mi y a mi familia y por recibirnos con mucho cariño, Dios les pague. Gracias pastor por su colaboración y aportación en este libro.

    A mi amigo Antonio Santiago Ponce R. Sabio de las letras por estar siempre dispuesto a darle lustre a cada obra. Muchas gracias de verdad.

    ÍNDICE

    Introducción

    1    Encuentro casual

    2    Recordando viejos tiempos

    3    Lágrimas de un amigo

    4    La plaga del divorcio

    5    El demonio de bata azul

    6    La dulzura de un ángel

    7    Veneno mortal

    8    ¡No temas, yo estoy contigo!

    9    Flor del Desierto

    10    El renuevo de una flor

    11    ¡Que Sorpresa!

    12    Otra oportunidad

    13    ¿Por qué debo perdonar?

    14    Emily

    15    Glorioso pregón

    16    El renuevo de un amor

    17    Altar sagrado

    18    Batalla campal en el hogar

    19    Una boda excepcional

    20    Carta para mi amor

    Epílogo

    Otras obras del autor

    Introducción

    Existe una enfermedad en el matrimonio que ha crecido en los albores del siglo 21; la cual comienza con pleitos, infidelidades y continúa con el divorcio; y por consecuencia, termina con la vida de niños y jóvenes destruídos; Sí. Esto es lo que pasa a menudo en las familias: niños que nacen sin padre y, crecen sufriendo burlas y discriminación por no tener un papá que los represente.

    Estos son algunos de los mayores desafíos al que se enfrenta nuestra sociedad; sin añadir, el tener que vivir soportando la presión psicológica, pues el mayor deseo de un niño es estar rodeado con los brazos y la fuerza del amor de sus padres.

    Ahora, ¿habrá alguna alternativa para mejorar el vínculo matrimonial? En mi opinión se debe buscar ayuda, pues yo sí creo que existe un buen conductor; digamos, la hebra del hilo que los llevará a revivir la chispa del amor que estuvo enterrada en sus corazones; pero que es suficiente para encender de nuevo la pasión para amarse y, aunque no es fácil, es lo más saludable para lograr reunificar una familia quebrada; se trata de acudir al que estableció el matrimonio como el núcleo para poblar la tierra, vivir en armonía en un hogar, y tener excelentes hijos; y así, que nos precedan nuestros formidables nietos y se sucedan generaciones con las bases fundamentales del creador, y se forme una sociedad que viva en dulce armonía, y se amen el uno al otro.

    Tal vez existan muchas maneras de lograr una familia funcional, pero entre todas las variantes, no hay como ésta, Jesús en el centro, y después, levantar una muralla alrededor del altar sagrado llamado matrimonio, donde solo existen dos centinelas que se aguardan a sí mismos y también, cuidan del cerco, con órdenes precisas de exterminar a esos enemigos intrusos que, camuflados, quieren filtrarse al interior de esta institución maravillosa, tales son, entre otros, el Orgullo, la Indiferencia, y la Amargura.

    Dios puso ahí a la pareja; no para destruirse el uno al otro, sino para cultivar su amor cual rosa en un desierto inhóspito, donde las arenas cada vez se vuelven más candentes y las tormentas desafían con desaparecer el hogar completo. Así que no hay mejor manera de sobrevivir en el desierto que, cuidándose el uno y el otro, reconociendo que el matrimonio es algo que posee un toque divino, especialmente porque fue instituido por Dios y, su sueño es que el marido y la mujer permanezcan en unidad, y sean uno sin tener intermediarios, amándose con amor puro.

    1

    Encuentro casual

    Sentí una mano que tocaba mi hombro derecho, mientras estaba con la mirada fija en la impresionante estructura arquitectónica y, pensando en el genio que construyó el aeropuerto de Denver. Quedé asombrado; y al mismo tiempo escuché una voz muy respetuosa:

    —Disculpe señor, se le calló su bolígrafo. —Y lo puso en mis manos.

    —¡Ah!, lo siento, muchas gracias, —repliqué.

    Cuando volteé para ver quién era, quedamos con las miradas cruzadas; él con un gesto amable, sorprendió:

    —¡George!, ¿eres tú? —Gritó desconcertado.

    —¡Sí, claro, —respondí!

    —¡Tanto tiempo sin verte! —Exclamó.

    —Así es, —recalqué en voz baja, inseguro y, todavía con la enorme intriga. «¿Quién era este tipo que me hablaba con tanta seguridad y confianza como si me conociera?, ¿me estará confundiendo?, ¿estará bromeando?».

    ¡Dónde has estado!, —volvió a insistir.

    Pero lo más curioso es que me hablaba por mi nombre. Con toda la vergüenza del mundo me vi obligado a preguntarle:

    —Disculpe usted, ¿me conoce? —Una carcajada retumbó en toda la sala, entiendo; ¡ya han pasado 24 años o un poco más!

    —¡Soy Héber, tu amigo del colegio!

    —¡Ah perdón! —Exclamé con la cara enrojecida como los tomates de California—. No sabes que pena siento, discúlpame por no reconocerte.

    —No te preocupes George, —me respondió al mismo tiempo que nos abrazamos. Le invité a sentarse en una de las butacas para ordenar un café, mientras esperábamos nuestros vuelos.

    —Héber: mil disculpas otra vez, créeme que no te reconocía, querido amigo.

    Con ese carisma que lo caracteriza y, esa sonrisa que casi es una carcajada, se levantó de su asiento, me abrazó más fuerte, y aclaró:

    —No tengo nada que disculparte George, al contrario, estoy encantado de volver a verte después de muchos años; pero te confieso que quien estaba a punto de pedir disculpas era yo.

    —¿Y eso, por qué?, —protesté.

    —Pues pensé que no eras tú y me había equivocado.

    —Héber; ¡de verdad! Estoy fascinado por volver a verte, y luego con tu estatura de dos metros, me tienes muy sorprendido.

    Él respondió muy sonriente:

    —No te creas George, mido 1.90, pero aparento dos.

    —Y, ¿qué vientos te traen por aquí, Héber?

    —Parece que el mundo es grande, pero muy pequeño a la vez.

    —Eso es cierto, amigo.

    —A ver cuéntame, ¿es un milagro o una casualidad?

    —Creo que las dos cosas, estoy de paso por esta ciudad y radico en Arizona; solo pasé a ver a un profesor de Antropología e Historia.

    —Y, ¿por qué te gusta tanto el Valle del Sol?

    —Bueno, la antesala del infierno, diría yo. —Sonrió—; estoy haciendo una maestría en Arqueología basado en el bajo Egipto, y como Egipto es caliente, hay una similitud entre ambos climas.

    —Eso me suena muy interesante, Héber…

    —Pues me metí en este rollo, y tengo que salir de todos modos; aparte de que me gusta mucho.

    —Y, ¿cuántas veces has ido a Egipto, mi arqueólogo?

    —Pues solo unas tres veces y, la próxima semana salgo para allá, y esta vez es para hacer mi tesis.

    —Qué bien, te felicito, amigo; me da mucho gusto que ya vas a graduarte.

    —Gracias George; y tú ¿a qué te dedicas?

    —Bueno, acabo de graduarme en Psicología Integral.

    —Supongo que es menos complicada que excavar un mes en el desierto del antiguo Egipto, para encontrar una tablilla de cinco cm por cinco cm; que contiene solo un par de jeroglíficos…, ¿no es así, George?, Dijo Héber y se acomodó los anteojos.

    —Creo que cada objetivo en la vida debe ir con el ímpetu del corazón, y eso, vale más que un título colgado en la oficina; aunque es lo que muchos no valoran.

    —Y ¿dónde

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