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Vivencias: Treinta Y Cinco Años En Misiones No Tradicionales
Vivencias: Treinta Y Cinco Años En Misiones No Tradicionales
Vivencias: Treinta Y Cinco Años En Misiones No Tradicionales
Libro electrónico294 páginas3 horas

Vivencias: Treinta Y Cinco Años En Misiones No Tradicionales

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Vivencias, treinta y cinco aos en misiones no tradicionales es la recopilacin de las experiencias vividas por Luz Esther Cdiz durante su trayectoria sirviendo en las misiones. Aunque ella inici como misionera en el campo forneo, plantando iglesias en Per, la mayor parte de su trayectoria ha sido buscando respuestas para que los creyentes y las iglesias se involucren ms activamente en misiones. Regres de Per porque Dios le llam a ensear a otros. Pens que en dos aos regresara al campo forneo, pero no fue as y siempre luch con la idea de volver. Dios la devolvi al campo transcultural, solo que treinta aos despus. A ti no te hace misionera el lugar donde ests; te hace misionera tu compromiso con la Gran Comisin fue la respuesta de Dios a su corazn. En Vivencias usted encontrar de forma simple y amena los altos y bajos, las victorias y las luchas de una mujer de Dios. Ella escribe como si estuviera dialogando con usted. Preprese para disfrutar lo hermoso de una vida sencilla y en obediencia a Dios. Vida que lleva a bendecir y edificar la vida de muchos en su deseo de cumplir los sueos de Dios.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento23 feb 2017
ISBN9781506518305
Vivencias: Treinta Y Cinco Años En Misiones No Tradicionales
Autor

Luz Esther Cádiz

LUZ ESTHER CÁDIZ  es una puertorriqueña y contagiosa mujer apasionada por las misiones. Sirvió como misionera en Perú. Es fundadora de la agencia AMIES Internacional en Puerto Rico y de WEC Latino en WEC Internacional.  Graduada de Maestría en Divinidad con el Seminario Wesley.  Al presente sirve como misionera movilizadora y consultora en misiones, con base en la República Dominicana.  Es la feliz madre de una hija por adopción y abuela de tres hermosos nietos.

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    Vivencias - Luz Esther Cádiz

    Copyright © 2017 por Luz Esther Cádiz.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    El texto Bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960™ es una marca registrada de la American Bible Society, y puede ser utilizada solamente bajo licencia.

    Fecha de revisión: 20/02/2017

    Luz Esther Cádiz

    1-407-575-9791

    luz.esther14@gmail.com

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    747240

    Contents

    1 ¿Qué pasó antes de los 35?

    2 Aprendiendo la obediencia

    3 Aventura de Fe

    4 Creciendo en el caminar

    5 Deseos que se hacen realidad

    6 Cambios que nos sacuden

    7 Anochece para un nuevo amanecer

    8 Un nuevo comienzo

    9 Extendiendo nuestro alcance

    10 Comienza la multiplicación

    11 La realidad de los no alcanzados

    12 Transformación

    13 No hay victoria sin luchas

    14 Cultivando el fruto misionero

    15 Creciendo en influencia y responsabilidad

    16 Un nuevo siglo con mayores retos

    17 Limpieza y nueva dirección

    18 Cosechando de la obediencia

    19 Nueva Empresa de Fe

    20 Una nueva multiplicación

    21 Provisión NUNCA esperada y Milagro de Amor

    22 Un nuevo destino con mayores retos

    23 El tiempo más difícil y la mayor victoria

    24 ¿Qué ha sucedido en los últimos 10 años?

    25 Mayor preparación y un nuevo rumbo ministerial

    Dedicatoria

    Con amor dedico esta obra a dos mujeres excepcionales:

    A mi madre, Doña Lucy, quien es mi heroína;

    y a mi hija Sacha, un inesperado regalo de Dios

    que cambió mi perspectiva de la vida.

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    Agradecimientos

    Agradezco a Dios por el regalo de tantas personas que ha puesto a mi lado en esta jornada de vida. Entre ellos están mis padres y hermanos, mi hija y su familia, en especial mis tres nietos.

    Mis compañeros de ministerio, tanto en AMIES como en WEC Internacional y la escuela de misiones EHMIT. De igual forma, el equipo pastoral de la Iglesia Palabra Viva y el Equipo de Misiones del Distrito Multicultural de la Florida de las Asambleas de Dios.

    Agradezco a Dios de forma especial por mis pastores, quienes me enseñaron y apoyaron, y a mis compañeros ministros, quienes me han ayudado a tener una mejor visión para servir a la pastoral en su quehacer misionero.

    Gracias a todos los que de una u otra forma hicieron posible la publicación de este libro y la motivación para realizar una nueva edición.

    Sobre todas las cosas, agradezco a Dios por escogerme para servir en su reino y ser parte de su propósito para este tiempo.

    Prólogo

    a la 2da edición de Vivencias…

    A través de este libro VIVENCIAS descubrimos el corazón de una verdadera sierva de Dios, educadora, pastora, amiga, hija, hermana, madre, abuela, pero por sobre todo misionera. La realidad es que cuando muchos de los que formamos parte del movimiento misionero iberoamericano todavía no teníamos ni idea de lo que era misiones, Luz Esther Cádiz estaba ya sirviendo como misionera en Perú.

    En este libro de género biográfico, podemos descubrir los intrincados caminos de aquel que es llamado por Dios para servirle. Resulta obvio que el llamado es el fundamento de nuestro servicio y cuando aceptamos el llamado del Señor y la misión que él nos ha encomendado, sabemos que iniciamos un camino peligroso, desafiante y demandante; pero al final, nos damos cuenta que es un camino maravilloso. Luz Esther nos lleva a través de 25 capítulos en una jornada de 35 años de vida que no solo revela su corazón, su visión, su pasión y su misión, sino es en un sentido, un esbozo histórico del movimiento misionero iberoamericano que ella ha acompañado desde su inicio. La abundancia de detalles, fechas y eventos históricos del movimiento misionero Iberoamericano hacen de esta biografía un buen texto histórico para el movimiento misionero.

    Conocí a Luz Esther a finales de los 80’s cuando compartía con mi familia en un restaurante de San Salvador, El Salvador. Ambos asistíamos a eventos misioneros locales en aquel país. Su rostro, su hablar y actitud reflejaban su pasión y su corazón por las misiones. Por casi tres décadas he sido testigo de cómo Dios ha usado a Luz Esther en la movilización, capacitación, cuidado integral y sobre todo en liderar proyectos creativos e innovadores en el mundo de las misiones. Su libro en particular me impresiona sobre todo porque en él, Luz Esther nos deja ver no solo sus cualidades ministeriales, pero mucho más impactante, nos deja ver su humanidad.

    Leer una biografía en la cual solo vemos triunfos y logros resulta aburrido y surreal. Leer VIVENCIAS resulta didáctico, desafiante y renovador pues de muchas maneras nos vemos reflejados en las manifestaciones humanas de la Luz Esther que, aunque en sus apariciones públicas está siempre elegante, radiante y con el rostro de una triunfadora; no obstante en este libro nos muestra la cara real de todo gran ser humano; es decir, alguien frágil, vulnerable y falible.

    Seguramente leyendo VIVENCIAS, podrás, amado lector, gozar, reír, llorar y a veces lamentar, pero por sobre todo, podrás decir, Yo he pasado por eso, me identifico con la experiencia de la autora. Me agrada sobre todo que en las páginas de este libro uno puede entender que la labor del escultor divino es tal que nada escapa a su propósito de moldear nuestras vidas conforme a su diseño. Lo negativo, lo no exitoso y sobre todo las cosas que parecieran ser un fracaso, son en realidad las cosas de las cuales más aprendemos. No se escapa de mi apreciación el ver a una Luz Esther que tiene la capacidad de reconocer que cometió errores y que es capaz, aún después de que ha pasado mucho tiempo, de venir y pedir perdón. Tal calidad humana refleja el carácter de una verdadera líder-sierva.

    Seguro que la lectura de esta biografía afectará tu percepción de aquellos que sinceramente sirven a Dios en las misiones. Gracias, Luz Esther, por bendecirnos al contarnos tu historia. La gloria, como tú siempre lo haces, se la damos al Todopoderoso y a su Hijo Jesucristo.

    Por Rodolfo Rudy Girón,

    Director Ejecutivo

    Instituto Iberoamericano de Estudios Transculturales (IIBET)

    Málaga, España.

    Introducción

    a la segunda edición

    VIVENCIAS fue escrito por primera vez como ofrenda al Señor por los 25 años de ministerio que había logrado alcanzar. Encontré muy enriquecedor compartir estas experiencias que podían ser de gran bendición a otros. Y ciertamente lo fue. Aunque las copias impresas se agotaron, el libro continuó vigente en la versión digital.

    Al aparecer la oportunidad de publicarlo a través de una casa publicadora, tuve el desafío de revisarlo y actualizarlo. El tiempo pasa más rápido de lo que pensamos. Ya han pasado 10 años de la primera publicación y era necesario la actualización. No me daba cuenta que Dios simplemente estaba concluyendo un proceso en mi vida que inició justo cuando publiqué el libro por primera vez.

    Dios nos conoce desde antes de nacer. Pero necesita que nosotros nos conozcamos para poder cumplir Su propósito en nosotros. Durante esta revisión Dios una vez más me ha dejado ver su amor y fidelidad. Relatar los últimos 10 años en forma breve, simplemente me ha mostrado su continuidad.

    En VIVENCIAS encontrará situaciones comunes y corrientes. Lo poderoso es cómo Dios las ha usado para formar mi carácter y llevarme al propósito que él diseñó para mí. Estoy segura que al leer se sentirá que estoy sentada junto a usted conversando.

    Mi confianza es que Dios hable a su corazón, le muestre su voluntad y sea grandemente edificado. Disfrute la lectura, comparta la experiencia, sea bendecido con estas VIVENCIAS.

    1

    ¿Qué pasó antes de los 35?

    "Antes que te formase en el vientre, te conocí y antes que nacieses te santifiqué, te di

    por profeta a las naciones"… Jeremías 1:5

    Todo comenzó la tarde del 14 de enero en la segunda mitad del siglo pasado, en una pequeña isla caribeña llamada Borinquen; cuyo nombre oficial es Puerto Rico. Wow, parece que hace mucho tiempo, pero aún no el suficiente. Crecí en un hogar común y corriente, siendo la mayor de cinco hijos de don Jorge y doña Lucy. Mis primeros doce años también creció con nosotros mi hermano mayor por parte de madre. Aunque nací en el pueblo de Río Piedras, crecí en la ciudad de Bayamón, conocida también como la ciudad del chicharrón y de los vaqueros.

    Mis padres me educaron con mucha sencillez, pero me enseñaron a amar a Dios desde mi cuna. A pesar de que ellos no practicaban su religión católica, la supieron sembrar en mí fuertemente. Recuerdo que me propuse hacer la primera comunión y lo logré, aunque no tenía la edad requerida y casi no me dejan hacerla. Desde pequeña era muy determinada en lo que quería hacer. Entre mis 8 y 11 años, cada domingo asistía a la iglesia. Era la única en casa que asistía y tenía que caminar unos 15 minutos solita para llegar y estar con papa Dios. Al salir de la iglesia hacía algunas maldades, pero no me preocupaba porque el próximo domingo lo resolvía confesándome. Dondequiera que se rezaba un rosario, allí estaba yo. Para entonces, mi hogar era seriamente afectado por el alcoholismo de mi padre y las luchas que eso representa. Pero Dios tenía un propósito eterno.

    Ahora puedo ver con claridad cómo Dios tenía trazado un plan para mi vida aún antes de nacer. Era increíble cómo simpatizaba con las cosas de la iglesia y fue precisamente ese anhelo ferviente lo que finalmente me llevó al Señor.

    Una niña habló con Dios

    En 1971 nos mudamos a una nueva urbanización en la ciudad Bayamón. Allí no había iglesia y podía sentir el vacío que eso representaba. Una noche, mientras me mecía en un sillón en el balcón de mi nuevo hogar, miré al cielo y le dije a Dios que necesitaba ir a la iglesia. Aún recuerdo el sentimiento que embargaba mi corazón en ese momento. Dios se dispuso a responder.

    Poco tiempo después, un pastor conocido como Pepito, levantó una iglesia evangélica justo al lado de mi casa. Eso no era lo que yo esperaba. No me gustaban los evangélicos. Yo nací católica y me muero católica, fue una expresión que quedó sembrada muy profundo en mi corazón. Pero Dios tenía un plan perfecto. Dios no me llevaba a un cambio de religión, sino a un cambio de relación con él. Dios me llevaba a conocerle personalmente y yo no lo sabía.

    Me voy a meter a la iglesia…

    Dios capturó mi atención a través de la música. Fui un par de veces a la iglesia y no me interesé. Pero cuando me enteré que formarían un grupo musical, eso sí capturó mi atención. "Me voy a meter a la iglesia y cuando me canse, me salgo", dije en mi interior. Esa fue mi convicción para convertirme al Señor. Creo que Dios no le dio importancia a mis motivaciones, porque él conocía mucho más. Le abrí la puerta de mi corazón y definitivamente él entró. Aquella expresión la olvidé y comencé a crecer en el Señor rápidamente. La agrupación acostumbraba a reunirse en oración y ayuno cada domingo y ahí comenzaron mis primeros pasos de vida cristiana.

    Mis primeros años de formación

    La iglesia se convirtió en mi vida y era todo lo que hacía, además de ir a la escuela, a mis tiernos 12 años de edad. Me bauticé a los 13 años y a los 14 ya era maestra de niños intermedios. Siendo uno de los primeros frutos en una iglesia naciente, uno tiene que aprender de todo muy rápido.

    Algunos de mis líderes eran una gran inspiración para mí y me ofrecieron oportunidades para crecer. Héctor y Evelyn, quienes fueron parte del conocido Grupo de Avivamiento de la Iglesia Defensores de la Fe de Bayamón, iniciaron un grupo musical similar, llamado Los Siervos del Mesías. Allí aprendí a cantar y a tocar la batería.

    Rubén, como presidente de jóvenes y maestro, me dio oportunidades para crecer en el liderazgo. En una ocasión me asignó preparar el culto de jóvenes durante todo un mes y en uno de ellos me invité yo misma a predicar. No lo hice perfecto, pero rompí el hielo y desde entonces, a mis 17 años, comencé el ministerio de la predicación.

    Ser líder de jóvenes y de escuela bíblica fueron mis talleres de formación, además del ministerio musical. Al comenzar la universidad, también comencé mis estudios en el Instituto Bíblico de las Asamblea de Dios. No creía que tuviera llamado al ministerio, pero quería ser una buena líder en la iglesia. Quizás algún día sería esposa de pastor, pensaba. Pero pronto en el caminar me di cuenta que Dios tenía otros planes.

    La Confra de la Universidad

    Un recurso clave que Dios usó en mi formación fue la Confraternidad Universitaria de Avivamiento (La Confra), grupo cristiano de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Les conocí en mi segundo año y fue allí donde Dios comenzó darme visión por la obra misionera. También donde comenzó a romper el cascarón denominacional y empezar a ver que la iglesia del Señor es mucho más amplia y diversa que mi iglesia local. Crecí en un ambiente muy conservador y prejuiciado. Así que ver líderes con costumbres diferentes a las mías y ser usados por Dios poderosamente, fue algo que me impactó grandemente. Aquella experiencia fue el principio de aprender a trabajar con la diversidad de la iglesia, en un ministerio interdenominacional.

    Agrupación Apocalipsis

    La música fue medular en mi formación. Me convertí por interés en la música y en mi desarrollo, Dios me permitió aprender a tocar batería, guitarra, piano y clarinete. También aprendí a cantar como solista. El año ´76 fue muy significativo. Me gradué de cuarto año e ingresé a la Universidad de Puerto Rico. Ese mismo año, en medio de una crisis familiar en la que mi madre intentó quitarse la vida, decidió darle una oportunidad a Dios y entregó su corazón al Señor, sirviéndole fielmente hasta partir a la eternidad. Para entonces me desempeñaba como líder de jóvenes y baterista de la agrupación. Un cambio de liderazgo en la iglesia me llevó a quedar como directora de la agrupación por un breve tiempo.

    Tuvimos un cambio pastoral y nuevas personas se añadieron a nuestra iglesia. El pastor Mike le pidió a una amiga y líder musical, Rebecca, mejor conocida por Becky; que nos ayudara con el grupo musical. Ella también venía del Grupo de Avivamiento y conocía el estilo de ministerio. Fue así como en diciembre de 1976 nació la Agrupación Apocalipsis. El horizonte comenzó a ampliarse mucho más. Esta nueva fase me permitió desarrollarme en la música y la predicación de la Palabra. Fueron años de mucho crecimiento y formación.

    Entre las muchas experiencias, sobresale una que marcó la vida de todos en el grupo. El 9 de diciembre de 1977, poco antes de celebrar nuestro primer aniversario, íbamos a ministrar a una iglesia en el pueblo de Camuy cuando el carro de la directora se accidentó seriamente. El auto, que era conducido por uno de los miembros del grupo, impactó otro auto que salió inesperadamente a la vía principal. El impacto fue tal que uno de los pasajeros salió lanzado por la ventana. Otras dos jóvenes quedaron mal heridas y el bebé de 5 meses cayó en el piso de atrás. Yo viajaba con los padres de Rebecca y una vez descubrimos el accidente, tomé el volante para conducir su auto, en aquella larga travesía que apenas comenzaba.

    Luego de horas de confusión, finalmente nos encontramos todos en la sala de emergencias del Centro Médico de la capital. Aún no habíamos encontrado a varios pasajeros del accidente. Nos indicaron que el bebé y Gaby, el chofer del auto accidentado, estaban al borde de la muerte. Lamentablemente una de las involucradas en el accidente llegó muerta al hospital. Ante la confusión, y sin el debido protocolo, de momento un doctor certificó la persona fallecida con el nombre de Rebecca. No hay palabras para describir cómo aquella noticia estremeció nuestro corazón.

    De inmediato convoqué a todos los que allí estábamos e hicimos una cadena de oración. Todavía recuerdo con la fuerza y la convicción que dirigí aquella oración, afirmando que aquella persona no era Rebecca y que de ser ella, Dios la iba a levantar. Aquella oración retumbó en todo el edificio de la sala de emergencias de Centro Médico. Luego nos dirigimos al área de medicina forense para reconocer el cadáver y fuimos con una convicción plena en el poder de Dios. Celeste, su mamá, fue la valiente que entró a hacer la identificación y aunque al principio se le pareció, por una cicatriz que ella tiene en el ojo izquierdo, pudo identificar que aquella no era su hija. Salió contenta a darnos la noticia. Lo triste fue que entonces la persona muerta era la joven del otro vehículo, quien también era creyente e iba camino a una campaña evangelística al momento del accidente. Aquella experiencia marcó nuestras vidas. Los días por venir fueron intensos de clamor y esfuerzos. Dios obró milagros. Las muchachas heridas se recuperaron. Sammy, el joven que salió por la ventana, fue hallado milagrosamente y se restauró. El chofer y el bebé fueron librados de la muerte por el poder de

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