90 minutos en el cielo: Una historia real de Vida y Muerte

Por Don Piper y Cecil Murphey

Ahora disponible en español. 90 minutos en el Cielo es el éxito de librería que relata la experiencia de un hombre ante la muerte y la vida. Cuando el ministro bautista Don Piper conducía de regreso a casa luego de una conferencia, su auto chocó con un camión que se cruzó de carril. Lo declararon muerto en la escena del accidente. Durante los siguientes 90 minutos Piper vivió las glorias del cielo, donde vinieron a saludarle quienes habían influido en su vida espiritual, y allí experimentó la verdadera paz. Debajo, en la tierra, un ministro que pasaba y que también había asistido a la conferencia, se sintió guiado a orar por la víctima aunque le dijeron que Don estaba muerto. Milagrosamente Piper volvió a la vida y el placer del cielo fue reemplazado por una recuperación larga y dolorosa.

Durante años Don Piper guardó el secreto de su experiencia en el cielo. Finalmente, amigos y familiares le convencieron para que compartiera su historia. Un relato inspirador y alentador, 90 minutos en el Cielo seguirá llegando y consolando a cientos de miles de personas del mundo, ofreciendo un vistazo de la inexpresable dicha celestial.

• Idioma: Español
• Editorial: Baker Publishing Group
• Fecha de lanzamiento: 1 sept 2006
• ISBN: 9781441201027

Don Piper

Don Piper has been an ordained minister since 1985. He is the author of the New York Times bestseller 90 Minutes in Heaven and other popular books. He has appeared on Today, The 700 Club, James Robison's Life Today, and other television and radio programs, and teaches across the United States and around the world. He and his wife, Eva, live in Texas. Learn more at www.donpiperministries.com.

Vista previa del libro

1982.

Prólogo

Fallecí el 18 de enero de 1989.

Los paramédicos llegaron en minutos al lugar del accidente. No encontraron pulso y me declararon muerto. Me cubrieron con una lona para que los curiosos no me estuvieran mirando mientras atendían a los demás heridos. No tenía conciencia alguna de los paramédicos ni de nadie más.

Inmediatamente después de morir, fui derecho al cielo.

Mientras estaba en el cielo llegó un predicador bautista a la escena del accidente. Aunque sabía que yo estaba muerto, se acercó a mi cuerpo sin vida y oró por mí. A pesar de las burlas de los Técnicos de Emergencia Médica (TEM) se negó a dejar de orar.

Al menos noventa minutos después de que los médicos me declararan muerto, Dios respondió a las oraciones de ese hombre.

Regresé a la tierra.

Esta es mi historia.

1

El accidente

Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda; no temeré. ¿Qué puede hacerme el ser humano?»

HEBREOS 13:6

La Convención General Bautista de Texas (CGBT) organiza conferencias anuales para todo el estado. En enero de 1989 eligieron la costa norte del Lago Livingston, donde la Asociación Bautista de la Unión, compuesta por todas las iglesias bautistas de Houston y sus alrededores, opera un enorme centro de conferencias llamado Trinity Pines. La conferencia se centraba en el crecimiento de las iglesias y asistí porque estaba considerando muy en serio la idea de iniciar una nueva iglesia.

Dicha conferencia comenzaba el lunes y tenía programado terminar con un almuerzo el miércoles. El martes por la noche fui a caminar con el ejecutivo de CGBT y amigo mío J. V. Thomas. Él solía caminar con regularidad ahora, desde que había tenido un ataque al corazón, así que hicimos ejercicios juntos la última noche de la conferencia. Meses antes había estado pensando que ya era hora de iniciar una nueva congregación. Pero antes de embarcarme en tal empresa necesitaba toda la información posible. Sabía que J. V. tenía mucha experiencia y conocimiento en el desarrollo de nuevas iglesias, al igual que todos los de la CGBT. Como había iniciado muchas iglesias exitosas en el estado, la mayoría de nosotros lo considerábamos un experto. Mientras caminábamos juntos esa noche hablamos de mi idea de iniciar una nueva iglesia, cuándo hacerlo y dónde plantarla. Quería conocer las dificultades y escollos que pudiera evitar. Respondió a mi interminable serie de preguntas y mencionó cosas que nunca se me habían ocurrido.

Hablamos y caminamos durante una hora. A pesar del frío y la lluvia, pasamos un maravilloso momento juntos. J. V. recuerda bien ese momento.

Yo también, pero por una razón diferente. Fue la última vez que caminé de forma normal.

El miércoles por la mañana el tiempo empeoró. Llovía sin parar. Si la temperatura hubiera descendido solo un poco más no habríamos podido viajar, porque todo habría estado congelado.

Las reuniones de la mañana se iniciaron a tiempo. El disertante final hizo algo que los predicadores bautistas casi nunca hacen: terminó temprano. En lugar del almuerzo formal, el personal de Trinity Pines sirvió una combinación de desayuno y almuerzo como a las diez y treinta de la mañana. Yo había empacado la noche anterior, así que ya tenía todo dentro del baúl de mi Ford Escort rojo modelo 1986.

Apenas terminamos de comer me despedí de todos mis amigos y me subí al auto para conducir de regreso a la iglesia donde trabajaba, la Iglesia Bautista de South Park en Alvin, una comunidad de dormitorios en Houston.

Cuando arranqué el motor recordé que solo tres semanas antes había recibido una multa por no tener puesto el cinturón de seguridad. Fue cuando volvía de predicar en reemplazo de un pastor amigo mío que necesitaba realizarse una cirugía de la garganta. Me había detenido un patrullero de Texas. Esa multa estaba todavía sobre el asiento del acompañante, y me recordaba que debía pagarla apenas volviera a Alvin. Hasta el momento de la multa no había usado el cinturón de seguridad como un hábito, pero después de eso cambié mi costumbre.

Cuando miré la multa pensé: No quiero que vuelvan a detenerme. Y por lo tanto me ajusté el cinturón de seguridad. Esa pequeña acción sería una decisión crucial.

Había dos formas de volver a Houston para continuar hasta Alvin. Apenas llegué al portón de Trinity Pines tuve que elegir si iría por Livingston y luego por la Autopista 49, o si marcharía hacia el oeste a Huntsville, hasta la ruta I-45, conocida también como la Autopista del Golfo. Cada opción implica probablemente la misma distancia. A veces, de ida o vuelta de Trinity Pines, elegía la Autopista 59. Esa mañana decidí tomar la Autopista del Golfo.

Sentía alivio porque habíamos podido salir temprano. Eran apenas pasadas las once de la mañana, así que llegaría a la iglesia alrededor de las dos. El ministro principal había ido con un grupo a Tierra Santa y me tocaba a mí el servicio de mitad de semana en la Iglesia de South Park. También me había pedido que predicara los dos domingos subsiguientes. Esa noche había una reunión de oración que requería de poca preparación, pero necesitaba trabajar en mi sermón del domingo siguiente.

Antes de salir de Alvin había escrito un borrador para el primer sermón, titulado: «Creo en un gran Dios». Mientras manejaba, pensé que debía repasar el sermón y evaluar lo que había escrito hasta ese momento. Muchas veces desde ese día he pensado en mi decisión de tomar la Autopista del Golfo. Es asombroso que no prestemos atención a las sencillas decisiones en el momento en que las tomamos. Sin embargo, me recordaba que hasta la decisión más pequeña suele tener consecuencias importantes. Esta fue una de ellas.

Salí de Trinity Pines, giré a la derecha y me dirigí por la Autopista 19 de Texas. Esto me llevaría a Huntsville, donde se intercepta con la I-45 que lleva a Houston. No tuve que conducir demasiado para llegar al Lago Livingston, una laguna en realidad, creada al construirse el dique del Río Trinity. Lo que había sido el lecho del río ahora era una hermosa y gran laguna. Al cruzar el Lago Livingston hay una autopista de dos carriles, construida sobre el nivel del lago. La ruta no tiene banquinas, por lo cual es angosta en extremo. Tenía que conducir un largo trecho sobre ese camino que cruza el lago para llegar del otro lado. No había tenido premoniciones sobre el viaje, aunque estaba al tanto de la falta de banquinas.

En el extremo de la autopista que cruza el lago está el puente original sobre el Río Trinity. Justo después del puente el camino sube en un ángulo empinado para elevarse por encima del lecho del río. La visibilidad en esta subida es un problema para los que conducen en ambas direcciones.

Era la primera vez que veía el puente, y me resultó extraño. No tengo idea del largo, pero lo vi bastante extenso. Es un puente viejo, con una infraestructura pesada de acero oxidado. Además del camino que tenía inmediatamente delante no veía demasiado, y por cierto no vi que hubiera tráfico. Era un puente peligroso, como reconocería más tarde, y habían ocurrido varios accidentes allí. (Aunque ya no se usa, el puente sigue allí. El estado ha construido otro justo al lado.)

Conducía a ochenta kilómetros por hora porque no conocía el camino. Encogí un poco los hombros porque dentro del auto sentía frío. El viento hacía que la mañana fuera más fría de lo que indicaba el termómetro. Ahora llovía más fuerte. Me alegraría cuándo llegara por fin a Alvin. Cerca de las once y cuarenta y cinco, justo antes de llegar al extremo este del puente, un vehículo de dieciocho ruedas conducido por uno de los internos del correccional de Texas avanzó por la línea del centro y chocó contra mi auto de frente. El vehículo comprimió a mi pequeño automóvil contra el lado del puente y la cabina del conductor del camión. Y todas las ruedas pasaron por encima de mi auto, y lo aplastó.

Recuerdo fragmentos del accidente, muy pocos, pero la mayor parte de mi información proviene del informe del accidente y los testigos oculares.

Por la descripción que dieron los testigos el camión luego se deslizó hacia el lado opuesto del puente angosto y barrió con dos autos más. Estaban frente al camión y ya me habían pasado yendo en dirección opuesta. El registro de la policía dice que el camión iba a alta velocidad, por lo menos a cien kilómetros por hora, cuando chocó contra mi auto. El conductor inexperto al fin logró detener el camión casi al final del puente.

Un joven vietnamita estaba en uno de los vehículos chocados, y en el otro había un hombre caucásico de avanzada edad. Aunque quedaron muy impactados, ambos conductores sufrieron solo lesiones menores. Se negaron a recibir ayuda, por lo que los paramédicos no transportaron a ninguno de ellos al hospital.

A causa de la velocidad del camión el informe del accidente establece que el impacto fue a unos ciento ochenta kilómetros por hora. Es decir, que el camión me chocó mientras iba a cien kilómetros por hora entretanto yo iba de forma cuidadosa a ochenta. El conductor recibió una citación por no haber controlado su vehículo y por exceso de velocidad. Luego llegó la información de que ni siquiera tenía licencia para conducir el camión. En la prisión los supervisores habían pedido voluntarios para conducir el camión que debía recoger mercancía y alimentos para traerlos al correccional. Y debido a que era un voluntario le permitieron conducir el camión de provisiones. Dos guardias le seguían de cerca en otra camioneta propiedad del estado.

Después del accidente el conductor del camión no tenía siquiera un rasguño. El camión no se dañó siquiera. Pero el pesado vehículo había aplastado mi Ford, y lo sacó del angosto camino. Fue el riel de contención sobre el lado del puente lo que impidió que mi auto cayera al agua.

Según los testigos oculares los guardias llamaron al servicio médico de la prisión, que llegó a los pocos minutos. Alguien me examinó y al no encontrar pulso declaró que había muerto al instante.

No tengo recuerdo del impacto ni de nada de lo que sucediera después.

En un segundo, abrumador y potente, fallecí.

2

Mi tiempo en el cielo

Y con mucho temor, añadió: «¡Qué asombroso es este lugar! Es nada menos que la casa de Dios; ¡es la puerta del cielo!»

GÉNESIS 28:17

Cuando morí, no avancé flotando por un túnel largo y oscuro, ni tuve la sensación de esfumarme o regresar. Jamás sentí que mi cuerpo fuera transportado hacia una luz. No oí voces que me llamaran ni nada parecido. En el mismo momento de mi último recuerdo del puente y la lluvia me envolvió una luz con un brillo que no puedo describir con palabras y ni podía comprender. Nada más que eso.

Cuando recuperé mis sentidos estaba en el cielo, de pie.

El gozo latía a través de mí mientras miraba alrededor, y en ese momento me di cuenta de que había una gran multitud de personas. Estaban paradas frente a una puerta brillante y muy decorada. No tengo idea de la distancia, porque cosas como las dimensiones no tenían importancia. Cuando la multitud se me acercó no vi a Jesús, pero sí a personas que había conocido. Se acercaban y yo reconocía al instante que todas habían muerto durante mi vida. Su presencia parecía absolutamente natural.

Todos venían hacia mí, y todos sonreían, gritaban y alababan a Dios. Aunque nadie lo dijo, de forma intuitiva supe que era mi comité de bienvenida celestial. Era como si todos se hubieran reunido junto a las puertas del cielo a esperarme.

La primera persona a la que reconocí fue a Joe Kulbeth, mi abuelo. Se veía tal como lo recordaba, con su cabello blanco y la nariz que yo llamaba «nariz de banana». Se detuvo frente a mí, con una sonrisa. Quizá dije su nombre, pero no lo recuerdo.

«¡Donnie!» (Así me llamaba mi abuelo siempre.) Se le iluminaron los ojos y extendió los brazos, al dar unos pasos hacia mí. Me abrazó fuerte. Era el abuelo robusto y potente que recordaba de mi niñez.

Había estado con él cuando tuvo un ataque al corazón en casa, y lo había acompañado en la ambulancia. Me quedé en la puerta de la sala de emergencias en el hospital cuando el doctor salió y me dijo con suavidad, negando con la cabeza: «Hicimos todo lo posible».

Mi abuelo me soltó y mientras miraba su rostro me invadió una dicha de éxtasis. No pensé en su ataque al corazón ni en su muerte porque no podía sobreponerme al gozo de haberme reunido con él. Cómo habíamos llegado al cielo era algo que parecía irrelevante.

No tengo idea de por qué fue mi abuelo la primera persona que vi. Quizá tuvo algo que ver con el hecho de que estuve allí cuando murió. No fue una de las grandes guías espirituales en mi vida, aunque por cierto influyó en mí de manera positiva en ese aspecto.

Después de que me abrazó mi abuelo no recuerdo quién fue el segundo y el tercero que me saludó. La multitud me rodeaba. Algunos me abrazaban y otros me daban un beso en la mejilla, en tanto otros más me daban la mano. Jamás me sentí más amado.

Una persona en ese comité de bienvenida era Mike Word, mi amigo de la infancia. Mike era especial porque me invitó a la escuela dominical y fue de gran influencia en mi conversión como cristiano. Mike era el cristiano joven más devoto que haya conocido. También era un chico muy popular y había estado cuatro años en los equipos de fútbol, baloncesto y atletismo, una hazaña importante. Además era mi héroe porque vivía el estilo de vida cristiano del que hablaba. Después de la escuela secundaria, Mike recibió una beca completa para ir a la Universidad de Louisiana. Cuando tenía diecinueve años murió en un accidente automovilístico. Me rompió el corazón la noticia de su muerte y me llevó mucho tiempo reponerme. Su muerte fue la experiencia más dolorosa e impactante que hubiera tenido que vivir hasta entonces.

Cuando asistí a su funeral, me pregunté si alguna vez dejaría de llorar. No podía entender por qué Dios se había llevado a un discípulo tan dedicado. Y a lo largo de los años nunca me fue posible olvidar el dolor y la sensación de pérdida. No es que pensara en él todo el tiempo, pero cuando lo hacía me invadía la tristeza.

Ahora estaba viendo a Mike en el cielo. Me rodeó los hombros con su brazo, y mi pena y dolor desaparecieron. Nunca lo había visto con una sonrisa tan brillante. Todavía no sé por qué pero el gozo de ese lugar borraba cualquier pregunta. Todo era dicha. Perfecto.

Cada vez venían más personas que me llamaban por mi nombre. Me sentía abrumado por la cantidad de gente que había venido a darme la bienvenida al cielo. Había muchas personas, y jamás había imaginado que alguien pudiera verse tan feliz como se veían ellos. Sus rostros irradiaban una serenidad que nunca había visto en la tierra. Todos estaban llenos de vida y expresaban un gozo radiante.

El tiempo no tenía significado alguno. Sin embargo, para ser más claro relataré esta experiencia en términos que

Comentarios para 90 minutos en el cielo

[kingstonuca · Calificación: 5 de 5 estrellas]

This book is written by a Christian minister who dies in a car crash and through prayer is revived. He describes his experiences in heaven and the succession of miracles that occurred during his slow and painful recovery. A riveting book and a quick read.

[leena_duncan · Calificación: 3 de 5 estrellas]

Any book that talks about heaven I will enjoy reading. But I thought something was missing in this book. The author focused too much on his own struggles and not enough on his experience in heaven. It seemed that the balance between them was missing. It is a very easy read-I finished it in one day and I tend to read slowly.

[pandalovesyou-1 · Calificación: 1 de 5 estrellas]

I am so glad I am not the only person so give this book only one or two stars. I'm trying not to feel guilty about giving it such a mow rating, but I just wasn't feeling it. In fact, I could probably classify this book as a DNF (did not finish). I really just scanned the last half of it. I found it to be more disheartening than uplifting and just a bad mood in general.

I would recommend reading Heaven is for Real instead.

[bill5bradford · Calificación: 4 de 5 estrellas]

What I like is there are very few details from the afterlife - most of the book details Piper's experiences and the effect that his brief visit to heaven had on him.

[dannyp777-1 · Calificación: 5 de 5 estrellas]

Very inspiring, moving, vivid, rich description of the authors experience of dying, going to heaven and then returning to a long painful recovery in hospital and his subsequent personal journey as the Lord has used him to share his experience with us and bringing numerous persons to faith in Jesus.

If you are a sceptic looking for proof you will probably be disappointed as near death experiences are personal and subjective by character anyway. Read it with an open mind and take from it what you will.

It makes me curious to know how consistent near death accounts are compared with common conceptions.

[moniica_1 · Calificación: 3 de 5 estrellas]

Don Piper was not even forty years old when he died in an auto accident. While the accident scene was being cleaned and others were being helped, Don remained under a tarpaulin until someone would come and prise him free as much as possible from the car. Although he was dead, a minister was allowed to sit in the car and pray for him, and amazingly, Don came back to life. This book is told from Don's point of view: what he remembers of heaven and his journey of recovery.While Don's description and experience in heaven was great to read, it only last about two chapters (out of a total of eighteen). Also, he went on about his recovery far too much and repeated himself many times.

[ague_3 · Calificación: 5 de 5 estrellas]

A really gripping true life story. Interesting near death experience and many instances of helping others. A book that promotes prayer. Don Piper was a minister before the accident and still is today. Don Piper is now sure that he is going to heaven when he dies. A friend lent me this book.

[gayldashersmith · Calificación: 4 de 5 estrellas]

A lot to think about. Whether or not your belief system allows you to see this as non-fiction, it was an interesting view into life after a catastrophic accident.

[edawmik22 · Calificación: 2 de 5 estrellas]

This book was more about his recovery process and dealing with his depression during his recovery than it was about heaven. He does describe his heaven experience, and then tells how sharing it has affected people.

[beearedee · Calificación: 1 de 5 estrellas]

I read this years ago but this book was just forgettable. I didn't even remember reading it until I saw it at the store yesterday and went "ah yes, that book that I read years ago and then forgot all about months ago"

[jrillamas-1 · Calificación: 4 de 5 estrellas]

205/205 quarter 1 This book is about a man,Don Piper,who was driving on his way home from a conference,got into a horrible accident and was pronounced dead. 90 minutes later they found a pulse. His story is about his strife and trials of recovering in a hospital for 13+ months and still incapable of the everyday actions he used to do before his accident. His suffering was one of physical and spiritual.One day a visitor came to him and Don revealed that he had gone into heaven during the 90 minutes he was dead. Don Piper is a strong man.He is the all around family man,very loving, very caring, and wants to help everyone.He is strong in his faith and relationship with God. He is almost stubborn in that he doesn't like people doing the littlest things for him. He doesn't like people to think about him as a hopeless being who needs people to help him going to the bathroom.But throughout the book he realizes he has physical limits and needs people to do things for him. I can relate to this by Don Piper is like my dad. My father doesn't let anyone help him he is headstrong in everything he does. But he is also a very family oriented guy. Since this is a non-fiction book I don't think I would change anything.I would recommend this book to any Christian who is going through a physical suffering or has a family going through a physical suffering.

[ladycato · Calificación: 3 de 5 estrellas]

I've heard a lot about this New York Times bestseller on the Knight Agency blog, so I picked it up out of curiosity. I admit, my faith is frail at this point and I approached it as a skeptic. I can't say it convinced me of anything, but it's an intriguing read and a book I'll pass along to my mom to read.The title tells the basics of the tale: Don Piper died. One instant he was driving down a narrow bridge in Texas, and in the next he was in heaven. It was a place of boundless joy. He felt no regrets, and didn't have a thought of who he had left behind on Earth. Long-dead friends and family welcomed him as they praised together. The music he heard as beyond description. Meanwhile, on Earth, he was declared dead for ninety minutes. Multiple EMTs verified it. No one rushed to extract him from his car as they waited for the coroner. Then a bystander asked to go pray over the dead man, and to shock the dead man was not dead. Don Piper had returned to Earth, to a wrecked and ruined body. No one could explain his survival. Other the next days and months, he almost died again and again. He knew deep, dark depression, and raged at his constant pain and helplessness. However, he survived, and as he opened up about his experience of seeing heaven, that became part of his ministry.What Don Piper dealt with is a miracle. There's no question of that. I marvel at how he has endured so much pain and struggle, and now uses that to tend to others, especially those using the Ilizarov fixator to lengthen bones. He does not come across as a quack. He has faith in his experience, and uses that to comfort others as they confront death or debilitating pain.

[sbrush_7 · Calificación: 5 de 5 estrellas]

Biblical reference is the only detailed account we have that describes the way heaven looks. 90 Minutes in Heaven is a miraculous journey of the senses - depicting the sights, sounds, and feelings found within a mysterious place so unknown to the living. The book means hope and consolation for the terminally ill, the suffering, those who have lost loved ones, and the rest of us who only hope to one day experience the utter peace and pure happiness found on the other side of life. Piper's experience in heaven naturally changed his entire existence - from dealing with his own excruciating recovery, returning to his family, work, and life in general. His perspectives had been changed forever.

[lahoffman-1 · Calificación: 4 de 5 estrellas]

Great example of overcoming a life changing event with God's help.

[jamesfallen · Calificación: 4 de 5 estrellas]

Author was sincere and believed all that he wrote. He is a Baptist pastor and interpreted his experiences in the light of his beliefs. It stuck out for me that he has never critically examined anything.

[cmash_2 · Calificación: 4 de 5 estrellas]

90 MINUTES IN HEAVEN by Don PiperPublished by Baker Publishing GroupISBN-13: 9780800733995This book was purchased by me, at the recommendation from my 2 cousins. Synopsis (borrowed from B&N): He thought it was going to be just another day. God had other plans.Don Piper died instantly when his car was crushed by a semi. While his body lay lifeless inside the ruins of his car, Piper went to heaven. Ninety minutes after the wreck, he miraculously returned to life on earth with only the memory of heavenly bliss. His faith in God was severely tested as he faced an uncertain and grueling recovery. Now he shares his life-changing story with you.If you've ever wondered what heaven was like, if you've ever questioned God's goodness because bad things happen, if you've had trouble believing that heaven is real--this incredible true story will change your life. My Thoughts and Opinion: This past December, while at a family funeral, my cousins and I started to talk about and discuss spiritual books we had read, such as The Left Behind Series. Two cousins mentioned this book and both gave very good verbal reviews on it. Once home, I hopped online and ordered it and since that time it has been in my tbr bookcase. Fast forward to September 5th when I received the news that my Mother had 2 weeks to live. But first a caveat and I apologize in advance if I offend anyone. I am of the Catholic faith and believe that there is an afterlife, Heaven, eternal life. However, I am and always have been curious as to the transition from this life to the next. That's when I felt I must and needed to read this book. I made the decision, and I have such comfort knowing that I was there, to be with my Mom when she made her transition.Don Piper, a Minister, retells his experience of the day he died. What he experienced, what he saw, what he felt. He also writes about the excruciating pain and 30+ operations he had to endure after the accident that took his life for 90 minutes. How for many months that turned into years of recuperation and dealing with anger, depression, hopelessness and wanting to return to Heaven again until he realized what God's plan was for him. If you are a believer, this story will strengthen and confirm that belief. It gave me great solace and reassurance in a very difficult situation. My Rating: 4

[cemar-1 · Calificación: 3 de 5 estrellas]

The early chapters draw you in the true life experience of passing from this earth to what's next. However, it lost its story after that and I found it a bit boaring. I did find the descriptions of the injury and the medical technology applied to heal interesting. This was an OK read but something I will pass along through Book Mooch.

[allenkeith · Calificación: 3 de 5 estrellas]

This is a story of overcoming extreme odds to have physical, emotional and spiritual life with the punch line that the previewed live in heaven is worth the struggle we have on earth. The author exemplifies winning in this struggle and witnesses the truth not just the struggle but that it's worth it for the prize of heaven.

[jenniferrobb · Calificación: 4 de 5 estrellas]

Though I have to admit to a bit of skepticism, I did find the book interesting and well-written in the fact that it is hard to put down and the story flows from chapter to chapter.

I appreciated Piper's honesty in saying he doesn't know the answers to the "why?" questions but that he trusts there is a purpose behind what he experienced and why he is here. That belief translates well to many life situations. I also appreciate that he wants to encourage and give hope to others who find themselves wearing fixator devices like what he had. Talking to someone who's been through the experience and lived is often a great encouragement--just to know someone understands what you're going through is a great encouragement.

I received this book several years ago as part of a secret sister exchange but didn't read it until now. I think I understand parts of his experience better now than I might have before 2013.

[kristinfox-1 · Calificación: 3 de 5 estrellas]

A thought provoking true story about a man who died in a car crash. He claims to have spent 90 minutes in heaven before returning to face recovery from his critical injuries. The content of this book actually spends more time discussing the many challenges he faces as he struggles to recover. It also touches many times on the powerful relationships that strengthened him through his recovery. Not much time is spent discussing his 90 minutes in heaven as the title seems to imply he will. A quick, enjoyable read for those who like a biographical read every now and then.

[realbigcat · Calificación: 3 de 5 estrellas]

Very inspirational book about Pastor Don Piper's horrific car crash that literally left him dead. He claims he went to heaven and then was brought back to life. He gives a very detailed account of heaven and his short visit there. Thisd serves as giving hope to believers and calm fears of those who worry about an afterlife. Much of the book is about his struggle to heal from his horrible injuries. While he has all my sympathy on his struggle to recover this part of the book does drag on and gets a little boring with all the details. Piper has used his experience to inspire and comfort people giving hope to those facing death and those uncertian about death.

[caseygirl1107 · Calificación: 3 de 5 estrellas]

Good read with powerful message of hope.

[trishager · Calificación: 5 de 5 estrellas]

Amazingly inspiring story!

[msliblady · Calificación: 4 de 5 estrellas]

very thought provoking! inspiring!

[maryann12_1 · Calificación: 5 de 5 estrellas]

Written in straight-forward, simple style without a lot of "religionese," Don Piper has told the story of his devastating accident, his brief time in heaven and his return to a life full of pain and questions. I read it cover-to-cover in two hours and then loaned out my copy. I would recommend this book to just about anybody -- to those with questions about faith, questions about prayer, questions about life and death and pain which we all face to some extent.

His descriptions of heaven are human ones -- simple, not overly poetic or grandiose, just those of someone who experienced the indescribable and then tried to describe it. I loved the descriptions of the incredible heavenly music and I get the feeling that vast choirs and heightened senses await us there. And despite the incredible experience, Piper found it too personal, too private, and too intimate to share with anyone for over a year after his accident. I'm so glad he found the courage to do so.

I also love the honesty with which he describes his pain and depression and the inevitable questions that we must face when we have close encounters with the Almighty. The God we meet is often not the one we expected, and while we can't understand why God does what he does, we can no longer deny this God we don't understand. And while we hold these two things together, our lives are changed and grace is showered down amid the ruins of what we thought was important to us.

A simply-told story of the greatest mystery of all -- you HAVE to read this book!!

[niajones-1 · Calificación: 2 de 5 estrellas]

My response to this book is I became interested in the beginning when Don talked of stopping by in heaven. It is a very slow book with lots of lessons learned and experiences. There were alot of coincidences also such as the last name of his bestfriend, Gentiles and Dons wife Eva (close to Eve).

[mojomomma_1 · Calificación: 4 de 5 estrellas]

Pastor Piper is in a serious car accident and is found dead in his mangled car. Ninety minutes later, though, a faint pulse is found and he is rushed to the hospital to undergo over a year of intensive, painful therapy that saves his life and allows him to walk again. This book describes his brief visit to heaven and his coming to terms with his "new normal" life.

[jimocracy · Calificación: 1 de 5 estrellas]

BORING, DELUDED, AND STUPID

[cynditefft · Calificación: 2 de 5 estrellas]

The heaven part was great, but the majority of this book was about his pain on earth.

[daddy0dude · Calificación: 5 de 5 estrellas]

90 minutes is a short time for many things. Compared to years of recovery, it barely makes a blip. Unless that 90 minutes is spent declared dead by fully qualified and equipped paramedics. Then it is important, but not much happening in it to write about. Spent in Heaven, there is plenty to write about. However, the spiritual, emotional and physical recovery after that is still the bulk of an autobiography like this.Many people find it (and Mr. Piper's speaking engagements) a consolation about loved ones that have gone on to Heaven. I find his descriptions of Heaven very interesting and engaging. However, I'll get to fully experience those myself one day. Recovery like his I hope to learn from without personal experience.