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Ahora Eres Libre Como Las Mariposas
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Libro electrónico288 páginas4 horas

Ahora Eres Libre Como Las Mariposas

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Aunque el libro narra especficamente la prdida de un hijo, pienso que los anlisis, interpretaciones y estrategias empleadas pueden ser de utilidad para toda persona que haya sido, como yo, estremecida por la adversidad. Espero que la lectura de este libro despierte la energa suficiente que permita descubrir la inmensa capacidad que tenemos los seres humanos para enfrentar, manejar y superar los retos que nos presenta la vida. Me gustara que el lector identifique, descubra o reafirme sus propias competencias personales que lo convierten en un ser humano valioso, capaz, fuerte y auto determinado.
La interpretacin psicolgica que hago al final de cada captulo pretende ofrecer, de una manera sencilla, una explicacin sobre los recursos psicolgicos o competencias personales que necesitamos emplear cada vez que enfrentamos desafos y retos. Todos tenemos la posibilidad de descubrir, adquirir, aplicar, usar y aprovechar las ventajas y beneficios que nos ofrecen nuestras fortalezas, pues ellas se convierten en fuerzas estimuladoras del crecimiento personal. Por supuesto, la lista de competencias que ofrezco no agota todas las posibles alternativas pero puedo asegurar que fueron de extrema ayuda en todo el proceso vivido. Lo importante es creer firmemente en nuestra capacidad para salir adelante con una actitud positiva y dispuestos siempre a ver el lado bueno de la vida. Mi lema siempre ha sido Celebremos la vida. Colombia Bustamante
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento4 sept 2014
ISBN9781463389420
Ahora Eres Libre Como Las Mariposas
Autor

Colombia Salom de Bustamante

Colombia Salom de Bustamante es Doctora en Psicología Social, egresada de la Universidad de Kansas (1978). En esa misma universidad obtuvo una Maestría en Orientación (1976). Se graduó de Licenciada en Educación en la Universidad de Carabobo y se ganó el Premio Máxima Calificación (1971). Es profesora titular jubilada de la Universidad de los Andes donde se desempeñó como investigadora en el Centro de Investigaciones Psicológicas. Ha sido reconocida con el Premio Estímulo al Profesor de la Universidad de los Andes (1990). Fue Profesora invitada en la Universidad Old Dominion en Norfolk (USA) (1993). Ha trabajado como consultora en ROGYA, reconocida y destacada empresa (1995-2010) de la cual es Vicepresidenta. Como investigadora ha desarrollado una línea de investigación en el área de las motivaciones sociales, destacándose por el estudio del perfil motivacional de niños, adolescentes, jóvenes y adultos. Ha dedicado especial atención al área de la Motivación de logro, realizando variadas investigaciones orientadas a entender el comportamiento de las personas según el tipo de motivación. Ha estudiado también la dinámica de la Disposición al cambio, identificando un conjunto de metáforas que explican el por qué la resistencia al cambio. Igualmente ha hecho investigación en el área de la autoestima y su relación con el desempeño educacional y laboral. Los resultados de estos trabajos han sido publicados en la colección de reportes de investigación del Centro de Investigaciones Psicológicas de la Universidad de los Andes. Es coautora del libro ¨Los estudiantes exitosos ¿Cómo son ellos?¨ en el cual se describen las competencias motivacionales que caracterizan y diferencian a estudiantes de alto rendimiento. Ha sido tutora de postgrado de un considerable número de profesionales de diversas instituciones del país (Universidad del Zulia, de Carabobo, Centro Occidental, de Guayana y Universidades Pedagógicas) En el área organizacional ha contribuido en la elaboración de instrumentos de medición de diversas variables psicológicas. Ha dictado talleres sobre Crecimiento personal, Motivación de Logro, Venciendo la resistencia al cambio, Diseño de instrumentos de medición, Diseño de Proyectos de Investigación, entre otros. Ha participado en la implementación de Procesos de Seguridad industrial en PDVSA, Procter & Gamble y Operadora Cerro Negro. Ha participado en diversos programas de Crecimiento Psicológico, Trabajo en equipo, Integración organizacional, en empresas como PDVSA, Carbonorca, Remavenca, CANTV, EDELCA, INTESA. Actualmente se ha dedicado a desarrollar un enfoque positivo sobre cómo vivir de una manera feliz y saludable, para lo cual ha estado involucrada activamente en la adquisición e incorporación de nuevos hábitos de salud nutricional y ejercicios físicos.

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    Vista previa del libro

    Ahora Eres Libre Como Las Mariposas - Colombia Salom de Bustamante

    Copyright © 2014 por Colombia Salom de Bustamante.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2014913669

    ISBN:   Tapa Dura               978-1-4633-8940-6

                Tapa Blanda              978-1-4633-8941-3

                Libro Electrónico      978-1-4633-8942-0

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    El texto Bíblico ha sido tomado de la versión de la Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy® Copyright © 2005 by The Lockman Foundation, La Habra, California 90631, Sociedad no comercial. Derechos Reservados.

    Fecha de revisión: 04/09/2014

    Ilustraciones de portada por Nataly Bustamante Quintero.

    Palibrio LLC

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Gratis desde EE. UU. al 877.407.5847

    Gratis desde México al 01.800.288.2243

    Gratis desde España al 900.866.949

    Desde otro país al +1.812.671.9757

    Fax: 01.812.355.1576

    653569

    ÍNDICE

    AGRADECIMIENTOS

    INTRODUCCIÓN

    PRIMERA PARTE

    VIVIENDO LA ADVERSIDAD

    I AQUEL DIA DE AGOSTO

    II BUSCANDO A SU HERMANO

    III DE REGRESO A CASA

    IV ¿CUÁNTOS HIJOS TIENES?

    SEGUNDA PARTE

    MANEJANDO LA ADVERSIDAD

    V CONFESIONES DE UNA MADRE

    VI EL DOLOR PERSISTE

    VII PENSANDO EN TI

    VIII LA FE ES NUESTRA ALIADA

    IX SEÑOR, TÚ ESTÁS CON ÉL

    X LOS ENCONTRÉ CUANDO MÁS LOS NECESITÉ

    XI EDIFICANDO SU HOGAR EN MOSCOW

    TERCERA PARTE

    ENTENDIENDO LA ADVERSIDAD

    XII LA MUERTE NO ES UNA EXTRAÑA

    XIII AVANZAR Y RETROCEDER

    XIV BUENAS Y NO TAN BUENAS

    XV SON LAS MARIPOSAS, MAMÁ

    XVI ENTENDIENDO A MI HIJO

    XVII MISION Y DESTINO EN NUESTRA VIDA

    XVIII TE LLAMÉ Y RESPONDISTE

    CUARTA PARTE

    ACEPTANDO LA ADVERSIDAD

    XIX UNA NUEVA VIDA

    XX MI HIJO SIGUE PRESENTE

    XXI ENCUÉNTRALO ENTRE LOS VIVOS

    XXII TODOS SOMOS BIENVENIDOS

    XXIII SEGUIR VIVIENDO

    XXIV CAMINANDOJUNTO A DIOS

    QUINTA PARTE

    SUPERANDO LA ADVERSIDAD

    XXV ENFRENTANDO LA VULNERABILIDAD

    XXVI CRECIENDO DESDE EL DOLOR

    XXVII REENCONTRÁNDOME CON LA VIDA

    XXVIII ME CAMBIÓ LA VIDA

    XXIX CELEBRANDO DESDE EL CORAZÓN

    XXX NUEVOS COLORES ADORNAN MI EXISTIR

    BIBLIOGRAFÍA

    COMPETENCIAS PERSONALES PARA SUPERAR LA ADVERSIDAD

    QUIEN ES ERNESTO ALFREDO BUSTAMANTE SALOM

    A mi hijo querido Ernesto quien se adelantó en el viaje a la eternidad. Como dijo el poeta cubano José Ángel Buesa: ¨te digo adiós, para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti¨.

    Hasta que nos encontremos de nuevo….Hasta entonces

    Dios te bendiga

    AGRADECIMIENTOS

    •  A Nataly, mi nieta de nueve años, quien estuvo pendiente todo el tiempo de lo que yo estaba escribiendo sobre su tío Ernesto (uncle Ernie). Su inocencia y genuino interés fueron tesoros maravillosos expresados en hermosos mensajes que incorporé al libro. Ella es la autora de los dibujos de la portada. Para ella su tío es como una mariposa libre, colorida y aventurera.

    •  A Samuel Ernesto, mi nieto de dos años, quien llegó a nuestras vidas en un momento de mucha tristeza pero su luz alumbró la oscuridad que nos rodeaba.

    •  A Alfredo, compañero de toda mi vida. Siempre me ha apoyado y se ha mantenido a mi lado acompañándome en la tristeza y en la alegría. Juntos hemos transitado este camino de superación del dolor.

    •  A mi hijo Alfredo por su incondicional soporte y apoyo. Me ha brindado no sólo su afecto sino su hospitalidad y ayuda. Siempre tiene una solución para cualquier problema que le planteamos. Nos hace sentir que podemos confiar en él.

    •  A su esposa Janette por su fortaleza y asertividad para ayudarnos a superar este dolor. Gracias por su paciencia porque durante un largo rato convertimos su casa en nuestro refugio.

    •  A Celeste, mi querida hermana. Durante todo este tiempo nos ha brindado su apoyo, ayuda y solidaridad. Ha sido mi incansable lectora. Siempre dispuesta a estimularme y animarme para que siguiera escribiendo.

    •  A Goyo, así lo llamamos con mucho afecto. Él es Gregorio Escalante, colega y profesor de la Universidad de los Andes. Ha sido la persona que ha leído cada palabra de mis escritos. Me ha hecho valiosas sugerencias y ha corregido el estilo y la calidad de lo producido.

    •  Para el final he querido mencionar un agradecimiento muy especial. Gracias mi Dios por ser mi roca y mi refugio en cada instante que te busqué. Has estado a mi lado siempre. Gracias por recibir a nuestro querido hijo Ernesto y darle un hogar de amor y paz. Gracias.

    INTRODUCCIÓN

    Cuando decidí escribir este libro tenía en mente dos propósitos: (1) perpetuar la memoria de mi hijo Ernesto y (2) compartir con el lector el proceso que se vive al enfrentar la adversidad. Sin embargo, durante el desarrollo del mismo descubrí un tercer propósito: hacer catarsis para aliviar el dolor que finalmente conlleva a la recuperación. Y en verdad resultó una vía maravillosa para drenar mis angustias y mis inquietudes y, al mismo tiempo, una travesía emocionante que me deparó inesperados descubrimientos.

    Escribí los capítulos sin seguir un orden en particular. Solamente narraba lo que estaba sintiendo y qué estaba haciendo para superar la adversidad. Estuve muy clara desde un principio que quería compartir no sólo el lado doloroso de mi experiencia sino también el lado hermoso de la sanación. Quise narrar las vivencias de una madre ante la pérdida de uno de sus dos hijos. Característica básica de este libro es que está escrito en tiempo real, pues su contenido iba surgiendo a medida que experimentaba diferentes vivencias que luego se mezclaban con la necesidad de compartirlas. Y así, en cada capítulo habla la madre.

    A medida que progresaba en la escritura decidí incorporar, al final de cada capítulo, mi propia interpretación psicológica. Quería ofrecer al lector algunas herramientas con la idea de ayudarle a entender el proceso de recuperación mediante el uso apropiado de los recursos psicológicos que yo estaba empleando. Quiero reiterar que al escribir cada capítulo no pensaba en hacer interpretaciones, pues mi mente simplemente dejaba que brotaran espontáneamente mis sentimientos y mis reacciones momentáneas. Solo fue después de cierto tiempo que decidí incorporar el aporte psicológico. Y así, al final de cada capítulo habla la psicóloga.

    Soy psicóloga y he trabajado en el área de crecimiento personal y motivacional durante varias décadas. Por supuesto que la experiencia acumulada durante mi carrera fue muy útil para hacer las distintas interpretaciones psicológicas que ofrezco. En especial quiero reconocer la influencia de dos destacados psicólogos, amigos y compañeros de trabajo. Ellos son una pareja excepcional y cada uno ha hecho aportes importantes en el área de la Psicología Positiva. El Dr. Oswaldo Romero García desarrolló un modelo de crecimiento personal donde las motivaciones juegan un papel prioritario. Propuso un conjunto de competencias personales que permiten identificar y diagnosticar áreas de fortaleza o debilidad motivacional. Su esposa, la Dra. Nancy Romero, ha desarrollado un modelo donde plantea el rol fundamental de la esperanza en el crecimiento personal. Apoyándome en estos modelos y en mis propios aportes en el área del crecimiento realicé la respectiva interpretación psicológica al final de cada capítulo.

    Cada vez que escribía un capítulo lo enviaba a familiares y amigos para que me dijeran sus comentarios sobre su contenido, sus reacciones ante lo descrito y el efecto que les producía. Todos me enviaron respuestas muy alentadoras que me animaron a continuar con mi tarea. Les estaré siempre agradecida. Quise, también, incorporar al libro los aportes que muchas personas hicieron al escribir mensajes para Ernesto, cartas para mi esposo y para mí, así como palabras y mensajes de consuelo. Quiero que cada persona que ha estado pendiente de mi hijo se vea reflejada en este trabajo y que en algún punto de la lectura se encuentren protagonizando algún pensamiento o haciendo algún comentario.

    Tal como lo mencioné antes, escribí cada capítulo a medida que iba surgiendo en mí la necesidad de expresar y compartir mis reflexiones, aprendizajes, interrogantes y respuestas. No hubo un plan preconcebido sobre lo que yo deseaba escribir. En ese proceso completé treinta capítulos que luego traté de organizar de alguna manera que resultara útil al lector. Descubrí que mis escritos ofrecían una secuencia que no era temporal puesto que no obedecían necesariamente a un orden cronológico. Se trataba más bien de un orden psicológico que expresa las grandes fases que viví durante todo el proceso de duelo y recuperación. Quiero compartir con ustedes, amigos lectores, este descubrimiento porque me impactó muchísimo darme cuenta que podía agrupar los capítulos de una manera significativa y que me permitía al mismo tiempo comprender mejor todo el proceso que había vivido. De ese modo, ahora puedo decir que logré identificar cinco fases que van desde la vivencia de la tragedia o adversidad, pasando por las estrategias para manejar esa situación, seguida por la necesidad de entenderla para después poder aceptarla y finalmente llegar a la fase de superación. Es un proceso que va desde el sufrimiento hasta la sanación.

    El libro consta de cinco partes que describen las diferentes fases que viví en mi proceso. La primera parte se titula VIVIENDO LA ADVERSIDAD. Allí describo diferentes episodios vividos desde que recibí la noticia del suicidio de mi hijo, hasta el momento en que acepté que lo había perdido, pasando por la búsqueda de sus restos y su traslado a su ciudad natal. La segunda parte es MANEJANDO LA ADVERSIDAD. Se refiere a la búsqueda de significado a la tragedia, el papel de la fe y las creencias religiosas, el papel de los recuerdos y la importancia de la ayuda. El tercer capítulo es ENTENDIENDO LA ADVERSIDAD. Narra las diferentes estrategias empleadas para entender lo que había pasado, los por qué y para qué. El cuarto capítulo es ACEPTANDO LA ADVERSIDAD. Describe el proceso de darle nuevos significados a la experiencia vivida y va desde pensar en una nueva vida hasta sentir que estaba pasando por un proceso de crecimiento personal. La quinta y última parte es SUPERANDO LA ADVERSIDAD. Allí hablo de la recuperación experimentada a través de la reconstrucción de la tragedia en una experiencia de confrontación, crecimiento, reencuentro, cambio y celebración. Para culminar cierro con un enfoque positivo cargado de diferentes colores que dan alegría a mi existir.

    El enfoque de este libro es realista, positivo y esperanzador. Es realista porque narra con crudeza los sentimientos, las angustias, la tristeza y el dolor que experimenté. Pero es positivo porque siempre presenté el lado bueno de las diversas vivencias. Y es esperanzador porque ofrecí permanentemente un mensaje de aliento, fe y confianza en que saldríamos adelante y fortalecidos después de vivir tan desgarradora experiencia. Pienso que el lector que haya vivido situaciones similares (pérdida de un ser querido) se verá reflejado en mi experiencia y podrá identificarse con las reflexiones compartidas. A la vez podrá encontrar motivos para manejar, aceptar, entender y superar la tragedia vivida.

    Aunque el libro narra específicamente la pérdida de un hijo, pienso que los análisis, interpretaciones y estrategias empleadas pueden ser de utilidad para toda persona que haya sido, como yo, estremecida por la adversidad. Espero que la lectura de este libro despierte la energía suficiente que permita descubrir la inmensa capacidad que tenemos los seres humanos para enfrentar, manejar y superar los retos que nos presenta la vida. Me gustaría que el lector identifique, descubra o reafirme sus propias competencias personales que lo convierten en un ser humano valioso, capaz, fuerte y auto determinado.

    La interpretación psicológica que hago al final de cada capítulo pretende ofrecer, de una manera sencilla, una explicación sobre los recursos psicológicos o competencias personales que necesitamos emplear cada vez que enfrentamos desafíos y retos. Todos tenemos la posibilidad de descubrir, adquirir, aplicar, usar y aprovechar las ventajas y beneficios que nos ofrecen nuestras fortalezas, pues ellas se convierten en fuerzas estimuladoras del crecimiento personal. Por supuesto, la lista de competencias que ofrezco no agota todas las posibles alternativas pero puedo asegurar que fueron de extrema ayuda en todo el proceso vivido. Lo importante es creer firmemente en nuestra capacidad para salir adelante con una actitud positiva y dispuestos siempre a ver el lado bueno de la vida. Mi lema siempre ha sido ¨Celebremos la vida¨.

    Escoger el título del libro no fue tarea fácil. Quería que encerrara un mensaje positivo, atractivo y hasta misterioso a tal punto que despertara curiosidad en el potencial lector. Hice una lista de 15 posibles títulos y se los envié a familiares y amigos cercanos para que me dijeran cual preferían y por qué. Después de recibir las respuestas identifiqué dos títulos que presentaban la mayor frecuencia de escogencia. El primero fue ¨Ahora eres libre como las mariposas¨ y el segundo fue ¨Vivirás por siempre¨. Los dos me gustaban pero elegí el primero. Pienso que la libertad es un derecho primordial para todo ser humano y aunque la vía que escogió mi hijo para lograrla fue la más dolorosa, también fue sin duda su gran necesidad. Él no quería vivir preso en una enfermedad que cada día se agudizaba y amenazaba lo que él más valoraba: ser exitoso y destacado en lo que hacía. Además, me gusta la idea de la mariposa porque transmite el mensaje de transformación que ocurre al pasar del estado de libélula al de otro ser más hermoso, colorido y feliz. Yo creo que mi hijo se transformó al morir. Finalmente, me terminó de convencer cuando recordé que mi nieta Nataly siempre ha dibujado a su tío como una mariposa….

    Colombia

    PRIMERA PARTE

    VIVIENDO LA ADVERSIDAD

    I

    AQUEL DIA DE AGOSTO

    Era un día martes, 23 de Agosto de 2011. Mi esposo y yo, en casa, disfrutábamos del calor de nuestro hogar. Recién habíamos regresado de Valencia, nuestra ciudad natal, luego de unas cortas vacaciones familiares, muy agradables, aunque ensombrecidas por el fallecimiento de mi suegro. El papá de mi esposo, el Sr. Luís, tenía 104 años y había vivido una vida plena. Lamentamos y nos dolió su pérdida, pero sentíamos paz al entender que había tenido una larga vida y que ya era el momento de regresar. Tuvo una muerte tranquila, sin enfermedades y en compañía de sus hijos.

    Ese día decidimos ir a la iglesia. Hacía buen tiempo, con una temperatura ideal. Y el cielo estaba brillante. A las dos de la tarde nos fuimos al centro de la ciudad. Mi esposo me dejó en la iglesia y él siguió a reunirse con un amigo. Desde que supe la enfermedad que sufría Ernesto, mi hijo menor, constantemente ofrecía misas, novenas y oraciones, pidiendo a Dios que lo ayudara a vivir con los vaivenes emocionales que suelen experimentar quienes sufren de bipolaridad. En esta oportunidad fui a la iglesia donde tienen la imagen de San Judas Tadeo, a quien le había pedido que ayudara a mi hijo a conseguir el trabajo que deseaba. Él se había desempeñado como Profesor de una universidad al noroeste de Estados Unidos. Había trabajado allí durante cuatro años y siempre fue muy bien evaluado por sus estudiantes. A principios de Agosto había decidido renunciar porque, entre otras razones, le surgió una buena oportunidad de trabajo en una ciudad del este de Estados Unidos.

    Ernesto me había comunicado que comenzaría un nuevo trabajo como Consultor en una importante empresa de alta tecnología en New Jersey. Esa noticia me produjo una gran felicidad y, por eso fui a la iglesia para dar gracias a San Judas por el favor recibido. Mis ruegos habían sido escuchados. Mi hijo empezaría su nuevo trabajo la primera semana de septiembre de ese mismo año. Cuanta felicidad experimenté al saberlo e intuir que Ernesto haría un buen papel en esa nueva labor, porque él ´es muy brillante y siempre se destaca en todo lo que hace´. Gracias Dios mío por concedernos esa gracia. Estuve en la iglesia, encendí una velita a San Judas Tadeo y oré mucho. Le di muchas gracias al Señor y le pedí que mi hijo encontrara en este nuevo lugar una vida feliz.

    Al salir de la iglesia me sentí reconfortada, reanimada. Busqué luego un laboratorio fotográfico que revelara las fotos de nuestro reciente viaje a Valencia. Eran aproximadamente las tres de la tarde cuando recibí una llamada de mi esposo, quien me dijo: ¨Vente, vente, es muy urgente¨. No quiso o no pudo decirme nada más. Me asusté y pensé mucho en mi familia en Valencia pero no me atreví a predecir nada. Cuando de nuevo estuve al lado de mi esposo, estaba llorando. Secándose las lágrimas me dijo, casi sin poder hablar: ¨Ernesto se dio un tiro¨.

    Mi primera reacción fue de estupor. Muy aturdida, en ese instante pensé que mi hijo estaría vivo, pues tal vez solamente se había herido y sanaría. Volví a preguntarle qué había pasado. ¨Se dio un tiro en la cabeza¨. Entonces entendí que no había esperanza. Había sucedido lo peor: mi hijo estaba muerto. Mi esposo no pronunciaba palabras y pensar que sólo habían pasado siete días desde que asistió al funeral de su padre.

    Trato de recordar lo que sentí en aquel instante y se me hace muy difícil. Todo me parece confuso. Neblinoso. Es como cuando uno recibe un golpe en la cabeza y luego no se recuerda nada. No grité, ni lloré. En mi angustia y desesperación sólo quería irme a casa. En el camino recuerdo que llamé a Rubén, un amigo de Ernesto, en busca de más explicaciones sobre lo sucedido. Rubén fue quien dio la noticia a Alfredo, mi hijo mayor. Siempre estaba pendiente de Ernesto y se comunicaba constantemente con él. Mi hijo sentía un especial afecto por su amigo de la infancia. En una oportunidad me comentó que Rubén le había salvado la vida más de una vez. Imagino que mi hijo llamaba a Rubén cuando se sentía mal. De hecho, ese 23 de agosto Rubén recibió de Ernesto un mensaje: ¨Llámame¨. Lamentablemente, cuando Rubén trato de contactarlo no recibió respuesta; ya era demasiado tarde.

    Rubén me explicó que le llamaron mucho la atención los últimos mensajes a Ernesto aparecidos en Facebook. Eran mensajes de despedida. Sorprendido, pero sin atreverse a sacar una conclusión, llamó a mi otro hijo, quien vive en Houston, para comunicarle que algo raro estaba pasando con Ernesto. Fue después de que a Rubén se le ocurrió indagar en la página de noticias del periódico del pueblo de USA donde vivía Ernesto (Moscú, Idaho) que pudo confirmar la noticia de su fallecimiento. Para ese momento mi hijo mayor ya se había comunicado con algunas autoridades de Moscú, donde le confirmaron la noticia del suicidio. Fue entonces cuando llamó a su papá para informarle lo ocurrido.

    La tarde se había vuelto sombría y yo estaba desesperada por llegar a casa. Era como mi refugio. Lo primero que hice fue llamar a nuestro hijo mayor Alfredo. No recuerdo lo que hablé con él en ese momento; sólo sé que me confirmó la noticia y estaba sumamente afectado. Yo quería saber más y me fui al cuarto de estudio para revisar en la computadora la página del periódico local de Moscú, la ciudad de donde había surgido el fatídico anuncio. La noticia ocupaba el primer plano. Aparecía la foto de mi hijo vistiendo un traje formal, con corbata. También había fotos del hotel donde Ernesto se hospedó esa noche, en una de cuyas habitaciones lo encontraron la mañana del martes, a eso de las nueve. Según el informe forense mi hijo había muerto a las dos y media de la madrugada.

    Mi hijo estaba muerto. No había duda. Tampoco había esperanza. Habíamos perdido a nuestro querido Ernesto. En ese momento me preguntaba por qué no presentí nada. Yo tenía una especial conexión con Ernesto y cuando él estaba mal, lo presentía. En esta oportunidad fue diferente, pues no sentí ninguna angustia ni sobresalto. La noche anterior, antes de irme a acostar, le dije a mi esposo ¨¿qué será de la vida de Ernesto?¨, pero no tuve ningún mal presentimiento. Luego recordé que el mismo día de su muerte había ido a la iglesia para pedirle a Dios que Ernesto fuera feliz en esa nueva vida que iba a comenzar. Es obvio que me refería a su nueva vida en el nuevo empleo en New Jersey. Jamás imaginé que estaba pidiendo a Dios por la felicidad de Ernesto en su vida eterna… Cuando examino estos recuerdos me doy cuenta del inmenso poder de Dios para hacernos llegar mensajes que a veces no logramos captar en su justa dimensión.

    ¡Cuánto dolor Dios mío! Y teníamos que darle la noticia a la familia. Llamé a mi hermana Celeste y sin mayores ambages le dije que su sobrino se había suicidado. Recuerdo los gritos de mi hermana que decía ¨la depresión puede hacer que alguien se quite la vida¨. Estaba desesperada y lloraba sin consuelo. Trataba de calmarla diciéndole que mi hijo no pudo soportar la presión de su enfermedad, pero que ahora él estaría

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