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Estudios sobre Sonora 2011: Instituciones, procesos socioespaciales, simbólica e imaginario
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Libro electrónico511 páginas6 horas

Estudios sobre Sonora 2011: Instituciones, procesos socioespaciales, simbólica e imaginario

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“Estudios sobre Sonora 2011. Instituciones, procesos socioespaciales, simbólica e imaginario” es la tercera entrega de la recopilación anual de trabajos académicos que coordinan Alex Covarrubias y Eloy Méndez. En esta edición se reúnen 25 investigadores de origen estatal, nacional e internacional para analizar desde diferentes perspectivas una ampl
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento19 nov 2021
ISBN9786077775683
Estudios sobre Sonora 2011: Instituciones, procesos socioespaciales, simbólica e imaginario

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    Estudios sobre Sonora 2011 - Rosangela Rojas

    Página legal

    ISBN: 978-607-7775-68-3

    D.R. © 2013 El Colegio de Sonora

    Obregón 54, Centro, C.P. 83000

    Hermosillo, Sonora, México

    http://www.colson.edu.mx

    Este libro se publicó gracias al apoyo de los siguientes proyectos de investigación:

    Pueblos Mágicos. Estudios de los imaginarios y rediseño de ciudades turísticas Fondo sep-promep.

    Turismo e imaginarios. Estudio de la revaloración de lugares singulares como estrategia de atracción turística del Programa Pueblos Mágicos: prácticas, resultados y líneas alternativas (2001-2014) Fondo sep-conacyt.

    Proyecto (cb-2011-02-167814) La reconfiguración de los sistemas sociales de producción y los sistemas de empleo en la industria automotriz de Norteamérica Fondo sep-conacyt.

    Edición en formato digital: Ave Editorial (www.aveeditorial.com)

    Hecho en México / Made in Mexico

    PRESENTACIÓN

    He aquí la tercera entrega de nuestras ediciones de Estudios sobre Sonora. En ésta, nuestra versión 2011, reunimos catorce ensayos de veinticinco estudiosos que en conjunto aportan un caleidoscopio bastante abigarrado pero no por ello, creemos, menos fecundo para rastrear líneas y contralíneas de la región que nos ocupa. No podemos ocultar nuestro gusto por la permanencia de este esfuerzo objetivado en el propósito simple de cortar retazos anuales de Sonora, los territorios que le circundan, lo global en la región y de ésta a lo global —todo ello desde el lente privilegiado de la interdisciplina al lado de los múltiples enfoques que pueden postular las ciencias sociales y las humanidades—. Un buen grupo de las contribuciones corresponden a estudios y autores que dan continuidad, profundizan y enriquecen ensayos previos incluidos en Sonora 2009 o Sonora 2010. Este sólo dato habla de uno de los varios beneficios que hemos encontrado en estas ediciones colectivas; una plataforma en la que los académicos pueden ventilar los avances de sus programas de investigación.

    El libro lo hemos organizado de nuevo en cuatro partes que van de la esfera pública, el Estado y la sociedad civil, a ciudad, territorio y gobierno; de imaginarios, turismo y migración, a ciencia, tecnología e innovación social.

    La primera parte, relativa a ensayos que interesan a la esfera pública, al Estado y a la sociedad civil, inicia con el ensayo de Álex Covarrubias Valdenebro, Las elecciones 2012 en Sonora: de la cartelización de la política al fin de la era de crecimiento del pan, aportación que da continuidad a su programa sobre los escenarios políticos, electorales y de relaciones de poder en la entidad. Con base en un análisis longitudinal que se extiende a las dos últimas décadas, el autor ve la derrota del Partido Acción Nacional (pan) en los comicios 2012 como representativas del fin de una era —i.e., la era de crecimiento de ese partido—. Argumenta que veremos su ocaso a través de una serie de coflictos y movimientos que impulsarán el surgimiento de una nueva clase dirigente que ocupará el lugar de la actual.

    Mario Alberto Velázquez García enriquece su línea de investigación sobre los movimientos sociales en Sonora. En esta edición desplaza su atención hacia la figura del gobierno estatal con la intención de exhibir los cambios y las continuidades en los mecanismos utilizados por la administración de Guillermo Padrés Elías para contrarrestar o potenciar las distintas movilizaciones sociales. Concluye que el gobierno sonorense guarda peligrosas similitudes con el de Luis Echeverría Álvarez, constituyéndose en una barrera en contra de los grupos que no comparten su ideario político en lugar de favorecer la institucionalización de prácticas que regulen, transparenten y normalicen la relación entre el Estado y la sociedad civil.

    Contribuyendo al estudio de las movilizaciones sociales en Sonora, Héctor Roberto Valenzuela Méndez dirige la atención a un conflicto de dimensiones mayúsculas, como lo es el de Cananea. Su propósito es analizar los efectos de la prolongada huelga iniciada en 2007 por la Sección 65 de Mexicana del Cobre sobre la cohesión social. Revisitando la pregunta de si la organización de los trabajadores mantiene aún la centralidad sindical sobre la sociedad cananense, el autor presenta evidencia empírica a través de jóvenes y otras voces representativas locales que le permiten concluir que hay una paulatina pérdida de legitimación del sindicato minero, paralela al agrietamiento de la cohesión social de Cananea.

    Víctor Hugo Reyna García presenta reflexiones normativas sobre la crisis de los diarios de información general para desafiar la percepción de que el principal y en ocasiones único desafío que afronta el periodismo doméstico es la falta de condiciones de seguridad para cumplir la función de perro guardián que le corresponde en un modelo de democracia liberal. Con base en evidencia detallada sobre el comportamiento de la prensa sonorense antes y durante la intensificación del combate al crimen organizado, el autor desmitifica la contribución a la toma de decisiones democráticas del periodismo de investigación y plantea la necesidad de desarrollar nuevos modelos normativos para evitar la perpetuación del círculo vicioso en el que se encuentra el periodismo estatal y nacional.

    La segunda parte, que hemos denominado Ciudad, territorio y gobierno, abre con el ensayo de Eloy Méndez Sáinz, Alejandro Duarte Aguilar y Milton Aragón Palacios, El proyecto de ciudad Hermosillo 2009-2012: ‘De cartón-piedra… en un escaparate’. Un oportuno y provocador estudio donde los autores nos ayudan a calibrar si con la administración panista existe un nuevo proyecto urbano. Identifican y desmontan un grupo mayor de intervenciones urbanísticas dirigidas a estampar los nuevos símbolos del cambio político que dicen representar, para develar que no hay nada parecido a un nuevo proyecto sino una elaborada construcción de imagen lindante en la ficción urbana. Aprovechamiento oportunista para la continuidad de un proyecto de ciudad que en realidad ya es septuagenario, si bien ahora sirve para empotrar el aparato escenográfico de los gobiernos de la alternancia.

    Aurora García García de León profundiza en su estudio del branding del territorio hermosillense en Ciudadanía, espacio público y democracia: El caso del programa ‘Transformando Hermosillo contigo’. Aquí establece un vínculo con su contribución a la edición previa de este libro (Estudios sobre Sonora 2010), en contraste con la promoción de la marca hmo y la campaña Hermosillo te quiero, enmarcada en una iniciativa cargada de grandilocuencia. Esto es Transformando Hermosillo. Por camino propio abona a la misma conclusión del ensayo previo: la de que no hay una postura concreta en materia urbana del Ayuntamiento de Hermosillo, si bien la adopción de iniciativas implementadas en otras ciudades se hace mítica.

    Ana Gabriela Rodríguez Pérez propone una singular mirada adicional para estudiar las formas en que se construye, transita y habita la ciudad. Trabaja con los conceptos de práctica-vivencia espacial de Delgado y con la tipología de los modos de adaptación de Merton, para focalizar los grupos sociales que se han apropiado de la Plaza Hidalgo —i.e., un espacio relevante por su simbolismo histórico e institucional de Hermosillo, Sonora—. A los modos provistos por el gran sociólogo estadounidense, la autora agrega otros modos de negociación, liminalidad e inercia que cobran sentido en un espacio que se resiste a la privatización de un mundo globalizado desde esta región de México.

    Por su parte, Isabel Rodríguez Chumillas vuelve a demostrar que el estudio del paisaje de las ciudades y los territorios sonorense expone la manera deficiente en la que se produce la gobernanza territorial y urbana en Paisajes urbanos de Sonora. Partiendo de la hipótesis de que el paso de los que van de paso deja huellas y construye el lugar de la misma manera de los que se quedan, analiza una serie de representaciones de las ciudades fronterizas y turísticas de Nogales, Puerto Peñasco y Álamos para concluir que los paisajes urbanos de Sonora se desmoronan, como fruto de procesos deconstructivos a partir de imaginarios y discursos anclados a una retórica política ortodoxa que a su vez contribuye a mantener las puestas en escena de la nostalgia y la melancolía.

    En la tercera parte hemos incluido estudios articulados por los temas de imaginarios urbanos, turismo y migración. Helene Balslev Clausen continúa profundizando sobre su programa de investigación dirigido a captar el impacto sobre las relaciones de poder, subjetividades y valores locales que generan los núcleos de inmigrantes estadounidenses establecidos en Sonora. En esta ocasión con Álamos: las reconfiguraciones de centro/periferia explora cómo los conceptos y relaciones centro/periferia se reconstruyen mediados por ideologías y prácticas locales que forman parte de las manipulaciones de poder. La autora exhibe cómo en este pueblo mágico los migrantes de Estados Unidos que vinieron para quedarse, junto con el turismo, han cambiado la lógica del centro/periferia de manera significativa.

    Sylvia Cristina Rodríguez González presenta Recorrido turístico en Puerto Peñasco a partir del imaginario. En él plantea crear, diseñar y entender los recorridos del turismo en ciudades de sol y playa de Sonora a través de los imaginarios de sus residentes, que traducidos en mapas mentales, revelan una morfología de la ciudad por la que se transita de escenarios turísticos simples a escenografías montadas, donde líneas, formas y leyendas descubren nuevos emblemas de la arquitectura turística del lugar.

    Rosangela Rojas Vásquez y Ana Lucía Castro Luque profundizan también su línea de trabajo relativa a los procesos de integración sociocultural que desarrollan los jóvenes migrantes en camino hacia Estados Unidos, en Biografías de la migración. Experiencias de integración de jóvenes migrantes en un contexto migratorio y multicultural: Estación Pesqueira, Sonora. Las autoras comprueban que la inserción está marcada por un alto grado de discriminación hacia el grupo étnico de pertenencia; si bien, como elemento moderador aparecen los enlaces matrimoniales, que facilitan la aceptación social. Empero, la segregación religiosa relacionada con la presencia de una amplia gama de iglesias minoritarias crea nuevas formas de discriminación en el contexto de una sociedad católica que cuestiona la pertenencia a otros grupos religiosos.

    La cuarta parte, que hemos denominado Ciencia, tecnología e innovación social, abre con el capítulo Sustentabilidad y resiliencia en la frontera de Sonora y Arizona: revisión de literatura sobre tres sistemas ecológico-sociales, de Barbara J. Morehouse, Daniel B. Ferguson, Gigi Owen, Anne Browning-Aiken, Pablo Wong González, Nicolás Pineda y Robert Varady. Este trabajo ofrece una reflexión a profundidad en la que se revisan los casos particulares de tres sistemas sociales y ecológicos acerca de la región del desierto de Sonora, empleando los conceptos de resiliencia socioecológica, vulnerabilidad y transformación. Los autores ponderan la función social de la investigación en el desarrollo sustentable, y sostienen que es necesario un cambio de paradigma en las interacciones entre ciencia y sociedad para crear flujos de información y conocimiento multilaterales con las distintas instituciones del Estado y la sociedad civil. Es decir, se abona por una ciencia interdisciplinaria que integre el conocimiento social, físico y ecológico con el activismo público a escala local.

    Por su parte, José Ángel Vera Noriega y Ángel Alberto Valdés Cuervo evalúan el estado de la educación superior y el desarrollo científico tecnológico en Sonora focalizando las funciones que corresponden y que cumplen o incumplen los programas de posgrado y los centros de investigación de la entidad en el desarrollo económico de la entidad. Se trata de un trabajo anclado en la perspectiva teórica de la economía del conocimiento que cuestiona el papel de las instituciones de educación superior (ies) tanto en la generación y transferencia de conocimientos y tecnologías a la región como en la formación de capital humano especializado. Instituciones que crecen a expensas de la calidad, bajo número de programas que alcanzan estándares nacionales e internacionales de certificación y pocos programas con plantas docentes debidamente habilitados, dentro de otros, describen la realidad de un posgrado con reducidas posibilidades de impactar el desarrollo regional.

    En su turno, Gustavo Adolfo León Duarte y Dora Caudillo Ruiz muestran los primeros resultados de un proyecto de investigación mayor en la línea de investigación de los usos, consumos, preferencias y el control parental de Internet en Sonora. Tomando como unidad de análisis a usuarios de la red entre 12 y 15 años —los denominados nativos digitales—, los autores encuentran un creciente acceso a Internet de parte de los jóvenes sonorenses, particularmente con fines de entretenimiento, que desestabiliza y pone en cuestión la autoridad de padres y docentes. Los investigadores plantean la necesidad de desarrollar políticas públicas orientadas a la protección del menor, que trasciendan las restricciones tradicionales y fomenten comportamientos responsables.

    Finalmente quisiéramos notar que esta vez, por razones de tiempo y espacio, no pudimos dar cabida a todos las colaboraciones que recibimos. En este punto rogamos la comprensión de quienes vivieron esta situación, y adelantamos que sus contribuciones anuncian ya la edición 2012 de Estudios sobre Sonora.

        Los coordinadores

    PARTE I.

    ESFERA PÚBLICA, ESTADO

    Y SOCIEDAD CIVIL

    LAS ELECCIONES 2012 EN SONORA: DE LA CARTELIZACIÓN DE LA POLÍTICA AL FIN DE LA ERA DE CRECIMIENTO DEL PAN

    Álex Covarrubias Valdenebro¹

    Introducción

    El perdedor mayor de las elecciones 2012 fue el Partido Acción Nacional (pan). Si bien este capítulo se ocupa del caso Sonora, no eludimos que hay implicaciones por establecer con el acontecer de las elecciones presidenciales en donde este partido no sólo perdió sino que fue desplazado hasta el tercer sitio en captación del voto. Al presidente Felipe Calderón, durante sus seis años de mandato, le tocó ver sufrir la derrota de la identidad, el programa, la organización y el proyecto de nación que a los fundadores del pan les tomó seis décadas construir.² En Sonora, notamos, se enhebra una historia que puede terminar donde mismo. Frente a un saldo final de elecciones intermedias que arrojó como ganador al Partido Revolucionario Institucional (pri), a la vuelta de tres años —cuando se juegue el Ejecutivo del Estado— el gobernador de la alternancia local, Guillermo Padrés, podrá repetir lo que el presidente Calderón ahora experimenta. Esto es, el regreso del Ejecutivo al pri.

    El gobernador Padrés y su partido del llamado Nuevo Sonora³ con anticipación se prepararon para esta elección y anunciaron que iban por el carro completo —en franco mimetismo de los lenguajes del pri del antiguo régimen. En efecto, en diferentes marcos y recuentos hechos públicos, apuntaron que Sonora se pintaría de azul en 2012. Al efecto proyectaban el triunfo en 17 diputaciones locales para asegurar un congreso favorable a las iniciativas del Ejecutivo; prometían más de 60 alcaldías empezando por asegurar el triunfo en las 13 localidades mayores que concentran cerca del 90 por ciento de la población; daban por descontado obtener las diputaciones federales y anticipaban mucho más que repetirían en el Senado —como ocurrió por casi dos décadas en que sus fórmulas a la Cámara Alta ganaron las mayorías. Publicitaron también que en Sonora arrasaría la candidata panista a la presidencia del país y que ellos se encargarían de aportar votos a Josefina Vázquez Mota como en ningún otro estado.⁴

    Pues bien, de no ser por la conservación de Hermosillo y la mayor parte de las diputaciones federales, el pan no tuvo cosas que reportar mas que retrocesos tasables o resultados inesperados. Éste es el recuento mínimo de sus saldos, cuyos alcances detallados e implicaciones nos proponemos revelar en este estudio: perdió la lucha por el Senado. Perdió el resto de localidades mayores —de Nogales a Guaymas, de Obregón a Navojoa. Si bien en localidades de segundo orden poblacional recuperó Huatabampo y San Luis Río Colorado, entregó a cambio Puerto Peñasco. Sus cuentas para la carrera presidencial tampoco salieron bien; el pri y Enrique Peña Nieto ganaron con holgura Sonora. Más aún, el Congreso local quedó dividido, por lo que la intención de tener una gobernabilidad a modo con un congreso ídem que mucho dejó entrever el gobernador Padrés se desvaneció. Todos estos retrocesos y mudas en la suerte del pan, fueron capitalizados por el pri como enseguida mostraremos.

    El Partido de la Revolución Democrática (prd) por su lado alcanzó apenas una mayor votación de su candidata al Senado, una localidad menor y dos pluris, reflejando que su crisis local provocada por sus pugnas y purgas internas siguió invalidando el impulso positivo que pudiera obtener de la fortaleza nacional mostrada por su candidato a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador.

    Con este estudio damos continuidad a nuestro trabajo sobre la cartelización de la política (Covarrubias 2011), por el que mantenemos que la situación política de la entidad, luego los resultados electorales, son producto de un proceso de cartelización por el que los grupos en poder de los partidos crecientemente emplean los recursos del Estado para limitar la competencia —primero inter, luego intrapartidos—, reproducirse en el poder y asegurar su propio éxito electoral, tanto como son producto de las consecuencias imprevistas de la toma de decisiones (ir)racional y (i)limitada de los actores políticos principales. Puesto que aquí utilizamos el mismo marco conceptual, enseguida abreviamos sus líneas básicas. Proponemos que:

    Estamos frente al actuar de partidos hegemónicos que día a día mimetizan uno a otro en su bregar por ganar primero el Estado, para controlar después la contienda política.

    Los partidos por y en el poder son hegemonizados por elites; grupos pragmáticos para los que el programa, las convicciones y la ideología son sólo instrumentales frente a la meta de obtener el poder y conservarlo a toda costa. Luego sus actuaciones son asimilables a las de los partidos escoba o partidos atrapa-todo (catch-all-parties) para los que la militancia ya no importa. Ésta declina y es declinante.

    Como otras entidades cartel los partidos son organizaciones cuyo primer enemigo es la competencia; pero no la competencia externa, sino la interna que pasa a ser la amenaza que persigue a los usufructuarios del poder. Por ello en estos partidos las purgas y retaliaciones son frecuentes.

    De ahí que los escenarios y cursos político-electorales están crecientemente determinados no sólo por la división entre partidos, sino por las luchas más intensas por el poder que se han dado entre diversos grupos de interés dentro de los partidos y elites inter-partidarias actuando en francos procesos de cartelización.

    En adición, los partidos operan en el fantasioso mundo del espectáculo, el teatro y las imágenes de Bernard Manin (1998). Un mundo donde la impersonalidad de las encuestas, el marketing y los medios cooptados definen quién tiene los apoyos y las preferencias.

    Las elites en el poder no trabajan para maximizar el ejercicio de gobierno; trabajan para controlar al máximo los posibles costos de perder. Por tanto, persiguen a lo más un equilibrio a la Nash: una posición en la que no importan las coaliciones, renuncias y resultados por entregar, sino sólo el estado de fuerzas que les asegure la sobrevivencia y la satisfacción de sus intereses privados.

    Los actores políticos principales actúan con errores de atribución cuyos costos de transacción son mayores en la medida en que los sesgos e incertidumbres de su toma de decisiones acrecen —salpicados por la ceguera de invulnerabilidad de que revisten sus personalidades (cf. Covarrubias 2011).

    Dentro de estos parámetros de comportamiento político, vemos al gobernador Padrés y su pan del Nuevo Sonora enfilándose ciegamente hacia su derrota en 2012. La tesis principal que mantenemos es que con ésta llega a su fin la época —que se extendió por cerca de dos décadas— de crecimiento de este partido. En su lugar veremos una nueva época de declive, disputas por el poder, purgas y reconfiguraciones de grupos hasta que surja una nueva elite dirigente que desplace a la actual.

    La argumentación responde a las siguientes interrogantes específicas: ¿cómo se dieron estos saldos en 2012? ¿Cuáles fueron sus causas y cuáles podrán ser sus implicaciones? El capítulo se compone de tres partes. Primero describimos los resultados electorales de julio de 2012, colocando en perspectiva diacrónica por dos décadas lo acontecido con la lucha por la presidencia del país, el Senado, las diputaciones federales, las diputaciones locales y las alcaldías. Enseguida la exposición exhibe evidencia para revelar tres elementos de la cartelización de la política decisivos en esta contienda. Éstos son las divisiones intrapartidarias, los términos de marketing y espectáculo de audiencias en que se desarrollaron las campañas y el uso de recursos públicos. Un apartado final se destina a recapitular y ofrecer conclusiones e implicaciones.

    Al igual que en el estudio previo ya citado, trabajamos principalmente con técnicas cualitativas, si bien utilizamos estadísticas de dos décadas de procesos electorales para situar dentro de ellas las elecciones 2012. El análisis que se ofrece es en este sentido de naturaleza longitudinal. Cualitativamente, realizamos cuarenta entrevistas entre enero y junio de 2012 con candidatos a todos los niveles en disputa —i.e., al Senado, la Cámara de Diputados Federal, el Congreso local, las alcaldías y regidurías—. Adicionalmente entrevistamos a una docena de dirigentes del pan y del pri. El trabajo de campo se complementó con observaciones in situ en localidades del centro del estado (Hermosillo, Guaymas y Empalme) durante el último mes del calendario electoral. Las observaciones comprendieron asistencia a reuniones de estrategia y campaña en barrios, comunidades rurales y centros acuícolas, así como asistencia a mítines y eventos de cierre de campaña.

    De nuevo, con las excepciones señaladas en cada caso, los datos que se presentan fueron tomados de las estadísticas oficiales del Consejo Estatal Electoral y del Instituto Federal Electoral.

    Los saldos de 2012

    Los números de la contienda presidencial

    Al momento de cerrar este capítulo, los resultados definitivos de la carrera por la presidencia estaban en tribunales provistas las demandas levantadas por los partidos que respaldaron la candidatura de López Obrador (prd / Partido del Trabajo [pt] / Movimiento Ciudadano), atendiendo asuntos de equidad en el proceso, manejo de recursos públicos y manipulación de votantes. Pero como es conocido, el pri y el Verde de Peña Nieto se alzaron con la victoria con 38.1 por ciento de los votos (18.7 millones de votos), contra 31.6 por ciento de López Obrador (con 15.5 millones), 25.4 por ciento del pan y Josefina Vázquez Mota (12.5 millones de votos) y 2.3 por ciento de Nueva Alianza y Gabriel Quadri (1.3 millones de votos).

    Peña Nieto ganó en Sonora con 36 por ciento de la votación, en tanto Vázquez Mota cobró 32 por ciento y López Obrador 18 por ciento. Esto significa que los priistas sonorenses llevaron un poco menos de votos a su candidato presidencial que el porcentaje nacional, que los panistas sonorenses llevaron más a la suya, en tanto los izquierdistas locales llevaron al suyo mucho menos que sus colegas nacionales. Sin embargo, más revelador es notar que Peña Nieto y los priistas en Sonora lograron revertir doce años de resultados adversos en la entidad, desde 1994 , última vez que habían logrado puntear con su candidato. Más aún, los priistas obtuvieron una votación que nunca antes habían alcanzado para un candidato presidencial (369 mil votos) que multiplicó por más de dos sus votos capturados seis años antes para su candidato Roberto Madrazo.

    Por su parte, los panistas capturaron la más baja votación para un candidato presidencial desde 1988. En efecto, los 327 mil votos que llevaron a Josefina apenas se comparan con los 330 mil que en 1994 atrajeron para Diego Fernández de Cevallos; y se quedan muy a la zaga de los contribuidos en 2006 a Calderón (468 mil), al igual que los contribuidos doce años antes a Vicente Fox (447 mil). De manera que desde esta perspectiva diacrónica sus resultados son más bien pobres. En todo caso, refieren que con el pan de Padrés terminó el periodo histórico extendido por más de dos décadas en que los candidatos presidenciales panistas ganaban en Sonora en automático.

    Sobre el prd hay que notar que los 189 296 votos de López Obrador de 2012, se quedaron a la zaga por alrededor de 50 mil votos de lo obtenido seis años antes para él mismo, si bien fueron superiores a los logrados en 2000 (véase figura 1).

    Figura 1

    Número y porcentaje de votos para presidente en Sonora

    (1997-2009)

    fig 1.png

    Fuente: Instituto Federal Electoral (2009; 2012b).

    Los números de la contienda al Senado

    Se presentó una situación similar con los contendientes al Senado. Claudia Pavlovich y Ernesto Gándara por el pri salieron con la mano en alto con 38 por ciento de la votación. Sus contendientes más cercanos, los del pan, se quedaron a la zaga con tres puntos menos y los del prd bordaron 20 puntos menos que los primeros —si bien con la fórmula de la antigua velocista en primera posición, Ana Gabriela Guevara, obtuvieron más votos que cualquier otra fórmula de las izquierdas al Senado en la entidad.

    El tema a subrayar es que con su triunfo los priistas regresaron a su último proceso glorioso, el de 1994, cuando con Armando López Nogales por delante, ganaron por última vez las posiciones de mayoría. Por eso la derrota de los panistas en las figuras de Francisco Búrquez y Florencio Díaz que atrajeron 358 mil votos⁷ significó mucho más que un fracaso aislado. Significó un retroceso en el que se quedaron lejos de obtener los 411 mil votos de 2006, al igual que obtuvieron considerablemente menos que incluso el 2000 —cuando el pan cobró 383 mil votos con Ramón Corral al frente.

    Los números de las diputaciones federales

    Fue éste el nivel donde le fue mejor al pan. Obtuvo cinco de las siete posiciones de mayoría, siendo el pri quien obtuvo las dos restantes. Sin embargo, como exhibe la figura 3, en términos porcentuales el pan capturó 38 por ciento de los votos totales; lo que es inferior a las proporciones obtenidas de 2000 a 2009. El pri obtuvo 37 por ciento del total, cinco puntos menos que lo alcanzado tres años antes y tres puntos menos que lo alcanzado en 2003, los procesos en los que mejor le ha ido en este nivel de contienda en los últimos quince años.

    El prd alcanzó aquí poco más del doble de votación de lo que logró tres años antes; pero no sólo estuvo muy lejos de los votos y proporciones que atrajeron en el mítico año de 1997, sino que no le alcanzó para ganar siquiera un curul en San Lázaro (cf. Covarrubias 2011).

    Los números de las diputaciones locales

    pri y pan empataron en diputaciones locales con 14. Empero, el pan obtuvo 11 de mayoría y tres de representación proporcional, en tanto el pri sumó diez de mayoría y cuatro de representación. Para un gobierno panista, el de Guillermo Padrés, que apostó todo a ganar la mayoría del congreso doméstico así fuera al costo de sacrificar partido y partidarios, el resultado fue bastante magro.

    Figura 2

    Número y porcentaje de votos para senadores en Sonora (2000-2012)

    fig 2.png

    Fuente: Instituto Federal Electoral (2009; 2012c).

    Para entenderlo registremos aquí a manera de ilustración que en Cajeme le dieron la candidatura del Distrito xvi a un ex presidente municipal priista, Francisco Palillo Villanueva, en el afán de jugar hasta el límite para ganar en un sur que sabían complicado de antemano.

    Figura 3

    Número y porcentaje de votos para diputados federales en Sonora (1997-2012)

    Fig 3.png

    Fuente: Instituto Federal Electoral (2009; 2012a).

    Empero, provisto que el prd y Nueva Alianza han sido aliados del pan de Padrés, los panistas podrían tener en ellos la clave para ganar y empujar los acuerdos de mayoría puesto que ambas organizaciones recibieron dos curules de representación proporcional. Pero, por supuesto, nada está escrito.

    En tanto, es de advertirse que el pan nunca había logrado tantas curules locales como esta vez, mientras que el pri nunca había estado en una posición de encarar un congreso con competencia tan cerrada. En cuanto al prd, en 2012 regresa a tener dos escaños como en 2003, así sean de minoría, después de que en 2009 no tuvo ninguno y de que en 2006 apenas obtuvo uno.

    Figura 4

    Número y porcentaje de votos para diputados locales en Sonora (1997-2012)

    fig 4.png

    Fuente: Consejo Estatal Electoral del Estado de Sonora (2012a; 2012c; 2012d; 2012e; 2012f; 2012g).

    Por otra parte, no debe de perderse de vista que el Partido Verde tomó una posición de minoría, y esa posición puede ser una de las más caras del sexenio panista, si no es que la más cara en el futuro inmediato. Es decir, puede ser la que cumpla el rol bisagra frente a votaciones que se cierran, tal y como lo cumplió el voto del diputado Mónico Castillo del pt seis años antes con el pri de Eduardo Bours.

    Con esta combinación de eventos, el escenario más probable que viviremos en los años por venir es uno en el que las decisiones presupuestales y de política pública más importantes salgan del estado, luego del control del gobernador, para dirimirse en negociaciones entre grupos de poder nacionales. No podrá ser de otra manera en la medida en que al menos cuatro líderes y grupos de gran peso específico e interés diverso podrán ejercer su músculo a través de algunos de los congresistas claves:

    Manlio Fabio Beltrones, cercano a Samuel Moreno T. (ungido como coordinador de la facción priista) y Vernon Pérez Rubio, dueño de la silla asignada al Partido Verde; Elba Esther Gordillo, líder indiscutido del Panal, quien podrá actuar a través de las dos posiciones de representación proporcional que recibieron los suyos; Jesús Zambrano G., presidente del cen del prd y líder de la poderosa corriente de Los Chuchos, quien operara en la entidad y en el Congreso a través de Carlos Navarro, y Ricardo y Eduardo Bours, con líneas diversas tendidas hacia Peña Nieto e indudables responsables de las fortalezas y debilidades del pri en el sur del estado. Éstos trabajarán en el Congreso a través de las curules que conquistaron sus candidatos bajo la égida de Abel Murrieta, ex procurador de la administración Bours, a quien el gobierno del Nuevo Sonora de Padrés tuvo a bien mantener durante la primera mitad de su sexenio.

    Los números de las alcaldías

    Los panistas ganaron 45 alcaldías por 26 de los priistas y una de los perredistas. El dato sirvió para promocionar que nunca habían conquistado tantas localidades como ahora. Incluso el secretario general de este partido presentó un balance interno donde se establece que Sonora había pasado a ser el estado más panista de México (Espinoza Espinoza en Reyes 2012). Es un hecho que los panistas no habían ganado nunca tantas alcaldías, como lo es el que los priistas nunca habían ganado tan pocas o perdido tantas, como se desee leer. Pero esto es sólo en números absolutos. En términos de geografía política y gobierno de la población, las cosas son diferentes y dejan no más que escenarios de gran división:

    De los 13 municipios mayores del estado, que concentran 88 por ciento de la población en el último Censo (2010), siete quedaron en manos del pan: San Luis Río Colorado, Hermosillo, Huatabampo, Etchojoa, Caborca, Cananea y Empalme. El pri se quedó con Puerto Peñasco, Nogales, Cajeme, Guaymas, Agua Prieta y Navojoa. En términos de gobierno sobre poblaciones totales, el pan pasó a gobernar 56 por ciento de la población de estos municipios, en tanto que el pri se reservó el restante 44 por ciento; es decir, 1 271 127 y 1 037 084 sonorenses, respectivamente.

    Para continuar, visto en evolución histórica de gobierno sobre la población de estos municipios, en la última década es el pri —no el pan— el que creció mejor. En efecto, de 2000 a 2012 el pri ganó diez puntos porcentuales en población gobernada (de 36 a 46 por ciento), contra sólo tres puntos del pan (que pasó de

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