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La profesión del diseño gráfico en Tijuana
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Libro electrónico313 páginas2 horas

La profesión del diseño gráfico en Tijuana

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El libro compila la historia de los primeros 15 años del diseño gráfico profesional en la ciudad de Tijuana, Baja California. El parteaguas es 1987, cuando egresa la primera generación de licenciados en diseño gráfico, y es a partir de entonces que el perfil de la profesión se va ajustando a la necesidad social de las épocas y separando d
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento14 ene 2022
ISBN9786076077061
La profesión del diseño gráfico en Tijuana

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    La profesión del diseño gráfico en Tijuana - Isabel Salinas Gutiérrez

    Dedicatoria

    A mis alumnos. A quienes fueron mis alumnos durante los pasados dieciséis años. A quienes serán mis alumnos en los siguientes veinticinco años. A quienes tuvieron las dudas que en este libro se contestan. A quienes hicieron preguntas que me convirtieron en investigadora. A quienes estudiando me convirtieron en profesora. A mis alumnos.

    No hace falta ser un viejo en Tijuana para observar su transformación. En otros lugares, el tiempo apenas hace mella. En esta ciudad, el tiempo es tan visible como la marquesina electrónica del Centro Cultural

    No quiero escribir no quiero (1993)

    Luis Humberto Crosthwaite

    Presentación

    Este libro aborda la historia de los primeros años de diseño gráfico profesional en Tijuana. El parteaguas es 1987, cuando egresa la primera generación de licenciados en diseño gráfico y es a partir de entonces que el perfil de la profesión se va ajustando a la necesidad social de las épocas y separándose de las áreas afines que le dieron bases teóricas.

    Para regresar a esos primeros años se recurrió a la entrevista como instrumento de recolección de historias orales y testimonios, mismos que se contrastan con documentos de la época y evidencias de los diseños del momento.

    Algunas preguntas que los diseñadores tijuanenses formulan acerca de los antecedentes de su profesión son los nombres de los involucrados, el tipo de trabajo y las herramientas que se utilizaban. Conocer esos datos ayuda a entender que la labor del diseñador va más allá de las destrezas técnicas que al paso del tiempo quedan obsoletas, no es en ellas donde se cimienta un área de conocimiento sino en la necesidad que la sociedad cubre con estos profesionistas.

    La intención es, pues, compartir una cronología de hechos del diseño partiendo desde las soluciones de los rotulistas, ilustradores, impresores de publicaciones y otros técnicos del diseño, y registrar el recorrido hasta la profesionalización de Diseño Gráfico en Tijuana, tratando que este trabajo ayude a que los diseñadores de Tijuana consideren el perfil de su profesión como un conjunto social que refleja la cultura local.

    Experiencias narradas y una compilación de trabajos de diseño componen este libro, a través del cual el lector tendrá un encuentro con épocas anteriores. Para la colección de testimonios se eligieron a aquellos involucrados con la profesión entre 1987 y 1995, que es cuando egresaron las primeras generaciones formadas profesionalmente. Aun cuando es un periodo estrecho se encuentran rasgos distintivos entre ellos, por lo que se pueden dividir en: a) Profesionales del diseño gráfico, y b) Profesionales de otras áreas.

    Se considera profesionales a aquellos egresados de la carrera de diseño gráfico, sin importar si completaron su titulación, y profesionistas de otras áreas a quienes teniendo una formación universitaria diferente, se involucraron en el ejercicio o enseñanza del diseño. Cada entrevistado representa a un grupo que vivió experiencias similares relacionadas a la profesión del diseño gráfico.

    Hablamos de diseñadores tijuanenses para referirnos tanto a nativos como a quienes teniendo otra ciudad de origen, se formaron o iniciaron su ejercicio profesional en Tijuana. Tal es el caso de algunos que se desempeñan en México D. F., se consideraron sus opiniones porque antes de emigrar tuvieron experiencia profesional en Tijuana durante el periodo estudiado.

    Otro rasgo interesante es que, a pesar de que la recolección de testimonios se hizo con un criterio temporal estrecho, se identificaron varias generaciones ideológicas entre los entrevistados, entendiendo este concepto a partir de su relación, opinión y experiencia con las herramientas de trabajo digitales. Quedando en esta nomenclatura la generación manual[1] y la generación digital.[2]

    Mientras que para las muestras de trabajo y documentos el acopio se realizó con un rango más amplio de fuentes, informantes y fechas; se utilizan tanto imágenes públicas de periódicos, revistas y carteles, como de las colecciones privadas de los autores.

    Este trabajo representa a otros tantos diseñadores que vivieron la profesionalización del diseño en Tijuana; es un fragmento de la realidad y, por lo tanto, contiene las características que forman esa realidad.


    ¹ Quienes aprendieron en su formación profesional técnicas manuales exclusivamente.

    ² Quienes aprendieron en su formación profesional técnicas manuales y digitales.

    De dónde surge la profesión del diseño

    Las profesiones no nacen de la nada, nacen de las necesidades de la sociedad, del ritmo de vida en una ciudad, del tipo de economía que la sostiene y de las creencias de sus habitantes; y el diseño gráfico —como cualquier otra profesión— no es ajeno a estas circunstancias.

    Las razones que originan una creación gráfica son numerosas, pero el motivo primario es la respuesta a una necesidad, dar un uso, ampliar el proceso de la comunicación social. Y en Tijuana se elaboran mensajes visuales para la comunicación entre tijuanenses. De alguna manera se puede contar la historia de la ciudad a través de su gráfica, la mayor parte del material visual que se produce constituye la respuesta a la necesidad de registrar, preservar, reproducir o identificar personas, lugares, objetos o clases de datos visuales.

    El diseño es una representación gráfica de lo que forma una sociedad, registrar estos quehaceres permite entender las causas y características del diseño local, lo que quizá permita ver la dirección de la profesión en las siguientes décadas. En Tijuana existen varias generaciones de diseñadores que han trabajado con los parámetros que la ciudad ha marcado, la necesidad de diseñar nació con la ciudad misma y se profesionalizó cuando la dinámica citadina lo exigió.

    El diseño gráfico existe desde las sociedades primitivas, lo que no existía era la profesionalización del mismo. El rol social del diseñador es ser un proveedor de comunicación gráfica. Algunas disciplinas paralelas, como la Historia del Arte, nos llevan a reflexionar no sólo en cómo han evolucionado las técnicas, sino cuáles eran los motivos para la creación gráfica en las culturas antiguas, la sociedad europea medieval, renacentista, o durante los albores de la era industrial; en esos vastos estudios se puede observar sobre qué temas se elaboraba la comunicación gráfica y cómo contrataban grabadores, impresores, ilustradores, pintores o maestros artesanos que resolvieran sus necesidades.

    Son las sociedades que evolucionan de la economía de producción a la de servicios las que requieren del diseño profesional. Cuando los intercambios comerciales son sencillos requieren de soluciones sencillas, como un rotulista, impresor, carpintero, dibujante, etcétera. Las muestras actuales de comunicación gráfica sencilla —no profesionalizada, pero sí funcional— las podemos ver en poblados pequeños; por ejemplo el Valle de las Palmas, cercano físicamente a la zona metropolitana de Tijuana, pero alejado de su ritmo y cultura.

    Durante la primera mitad del siglo pasado Tijuana tuvo un ritmo social y económico como el de la comunidad agrícola y ganadera Valle de las Palmas, pero en el momento en que su economía cambió hacia una sociedad de servicios fue necesaria la profesionalización del diseño para dar una imagen coherente, funcional, identificable y vendible a esos intangibles en que se basa la economía actual. Y aunque los servicios hoteleros y turísticos han sido una importante entrada de recursos para esta ciudad, fue a principios de 1980 cuando la oferta de todo tipo de servicio para locales, turistas y manufactura industrial encabezó la lista de principales negocios, en ese momento la licenciatura en diseño gráfico se convirtió en una necesidad.

    Al principio esa necesidad de diseño la resolvieron profesionistas de otras áreas, así como hasta hace poco la necesidad de diseñadores industriales ha sido cubierta por arquitectos o diseñadores gráficos, pero definitivamente ha llegado el momento para que los industriales profesionalicen su función y tomen su nicho en esta ciudad.

    El diseño gráfico como profesión surge cuando las características sociales, económicas, culturales de la ciudad molderon a sus profesionistas y fundamentaron su existencia, y hace ya varias décadas que Tijuana tiene las característica de una economía de servicios que requiere de diseñadores gráficos. El diseñador existe porque cumple el rol social de proveer comunicación gráfica; el diseño gráfico existe porque es información entre los habitantes de una sociedad. La profesionalización del diseño gráfico se da cuando los intangibles que requieren de una imagen son la base de la economía. Tijuana requiere diseñadores, quizá en otras sociedades apenas se esté formando esa necesidad; en la nuestra se requieren ya profesionales del diseño especializados en todas las áreas: moda, interiorismo, textiles, etcétera, porque la ciudad sigue creciendo y madurando. Los fundamentos de esta profesión —y de cualquiera otra— se encuentran siempre en las características de la sociedad en que están inmersos.

    La profesión del Diseño Gráfico en México

    La tradición gráfica mexicana tiene sus antecedentes en épocas precolombinas, sin embargo el registro histórico del desarrollo en las artes visuales data de la época colonial, el oficio de producir imágenes fue cambiando junto con las técnicas que surgían con los años: grabado, pintura, imprenta, fotografía. Una forma de conocer la evolución del diseño en México, es hacer un recuento de las escuelas donde el oficio se instruyó formalmente para saber cuándo y dónde se convirtió en profesión.

    La época colonial

    Fundado el 6 de enero de 1536, el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco enseñaba a los indios el arte de la tipografía (Wildemar, 1990). Esta fue la primera vez que una de las disciplinas del diseño fue enseñada de manera formal en una escuela.

    A pesar de las buenas intenciones del virrey Antonio de Mendoza y del obispo Zumárraga, el Colegio no alcanzó el prestigio que se esperaba. Ello se debió a la falta de objetivos y programas definidos y a la intolerancia de quienes no veían con buenos ojos la existencia de una escuela superior para indígenas, aunque éstos fueran nobles.

    Inicialmente el Colegio estuvo en manos de los franciscanos y posteriormente, en 1546, les fue entregado a los indígenas que ahí se habían formado (Wildemar, 1990).

    Comenzó a surgir una cultura visual con características de índole nacionalista, pero su evolución se vio entorpecida durante mucho tiempo por el exceso de vigilancia por parte de la inquisición que decomisó carteles, persiguió a los autores y prohibió la circulación, distribución y lectura de libros relacionados con las actividades gráficas. Durante trescientos años el arte gráfico se vio sometido a licencias eclesiásticas (Bermúdez, 1994).

    El 25 de diciembre de 1783, por Cédula Real, fue aprobado el establecimiento de la Academia de las Nobles Artes de San Carlos de la Nueva España, siendo inaugurada la misma el 4 de noviembre de 1785 (Wildemar, 1990).

    El Diseño en el México Independiente

    Trascendental fue la fundación de la Academia de San Carlos en el siglo

    xviii

    , la primera escuela profesional de artes en México, y durante mucho tiempo la única donde se enseñaban técnicas de reproducción de imágenes. La Academia ha recibido varios nombres dependiendo de la situación política del país, a saber: Academia de las Nobles Artes de San Carlos de la Nueva España, Academia Imperial, Escuela Nacional de las Bellas Artes, Escuela Central de Artes Plásticas, actualmente Facultad de Artes y Diseño Academia de San Carlos dependiente de la Universidad Nacional Autónoma de México (

    unam

    ).

    Era la época de la gráfica popular, sus protagonistas no eran aún diseñadores, pero sí maestros en la producción de imágenes, anónimos en su mayoría, entre los nombres que destacan se encuentran Antonio Vanegas Arroyo, Manuel Manila y José Guadalupe Posada, este último trabajó como maestro de Litografía en la Escuela de Instrucción Secundaria de León Guanajuato. Precedido de su prestigio en la litografía y el grabado, trabajó y fundó periódicos de gran importancia con una producción nacionalista y popular hasta su muerte, ocurrida en 1913.

    El diseño gráfico se reconoce como carrera

    Después de la Revolución Mexicana, a mediados de la década de 1930, Manuel Rodríguez Lozano inició en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (antes Academia de San Carlos) los cursos nocturnos de Dibujo Publicitario, que darían origen a la carrera de Técnico en dibujo publicitario en los años cincuenta. Esta fue la primera vez que esta actividad fue considerada como una carrera.

    A México llegaron, desde 1939 y durante la década de 1940, personajes como Miguel Prieto y Vicente Rojo (refugiados españoles formados en escuelas de pintura y artes, respectivamente), quienes se establecieron en el país y enriquecieron la gráfica nacional de los años cuarenta y cincuenta al trabajar el diseño de las revistas culturales y libros más influyentes de ese momento. Décadas después, Rojo fue nombrado Miembro de Honor de la Academia Mexicana de Diseño.

    En 1957 la Universidad Iberoamericana, en sus instalaciones de la colonia Campestre Churubusco, cerca de Paseo Taxqueña, abrió una opción terminal de Diseño Gráfico para los últimos semestres de su licenciatura en Diseño Industrial, que existía desde 1955; en ese momento diseño gráfico no era considerada una carrera independiente.

    En febrero de 1962 el Instituto Nacional de Bellas Artes (

    inba

    ) fue la primera institución en emplear el término carrera de Diseño, al crear la carrera de Diseño Artístico Industrial en su Escuela de Diseño y Artesanías, en sus instalaciones de La Ciudadela. Sin embargo, la carrera era de nivel técnico, no de licenciatura. Luego, a mediados de los años sesenta, sería elevada al grado de Licenciatura en Dibujo Publicitario por la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la

    unam

    (antes Academia de San Carlos), lo que nos lleva a considerarla como la primera licenciatura de ese tipo en México, pese a que en el nombre no utilizaba la palabra diseño.

    En 1963 el Consejo Técnico de la Universidad Iberoamericana reconoció la necesidad de separar Diseño Gráfico como carrera independiente y la Universidad expidió los primeros títulos en los que se lee expresamente Licenciado en Diseño Gráfico, —sin embargo estos títulos no fueron válidos oficialmente—, para su reconocimiento gubernamental fue necesario que maestros y alumnos de la Iberoamericana mostraran durante las Olimpiadas de 1968 que la profesión de Diseñador era sustentable, por lo que estos estudios se oficializaron hasta 1973.

    Pasaron más de trescientos años para que el oficio se convirtiera en profesión, y esto se dio en un sistema privado de educación.

    En 1970 la Universidad de las Américas creó una licenciatura en Artes Liberales que incluía, entre otros elementos, el diseño gráfico, pero que no llevaba esta denominación.

    En agosto de 1972 la Universidad de Monterrey abrió la licenciatura en Diseño Gráfico, y en 1973 la

    unam

    tomó la decisión de separar la licenciatura en Dibujo Publicitario, dando origen a la licenciatura en Diseño Gráfico y a la licenciatura en Comunicación Gráfica. La separación entre

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