Si pudiéramos echar un vistazo al cerebro adolescente, veríamos que dentro de él hay todo un laberinto de desafíos, presiones, estrés, preguntas, dudas, nuevas sensaciones y tentaciones. Es algo esperado y parte de la evolución de la vida misma. Sin embargo, ese cerebro ávido de probar y conocer nuevas cosas, no se ha desarrollado por completo, así que aún no puede gestionar todo a lo que se enfrenta de una manera eficiente.
De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría, es una etapa de transición entre la niñez y la edad adulta, en la que poco a poco se va pasando del pensamiento concreto al abstracto. Junto con ello, el cerebro adolescente experimenta una “poda neuronal”; es decir, empieza a eliminar las conexiones neuronales que ya no le resultan necesarias, a la vez que refuerza las que le servirán para la supervivencia actual y futura, nos explica la psiquiatra