Apropiación cultural
A lo largo de la historia, el acto de tomar como inspiración diferentes tipos de referentes culturales ha servido para la construcción de nuevas civilizaciones y nuevas culturas en donde, por este mismo suceso, podemos encontrar una serie de similitudes entre diferentes partes del mundo. La imitación resulta parte inherente de nuestra naturaleza seamos conscientes de esto o no. Y es que, en realidad, esta práctica ha sido realizada ya hace varios siglos atrás; desde los inicios de la moda europea y con el intercambio textil de otras culturas. Dentro del universo del diseño, toda creación vive a través de una carga deen su colección EtoilePrimavera-Verano 2015, en donde retomó elementos y siluetas de la vestimenta femenina de la comunidad indígena Mixe, en Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca. Tras la polémica y conflicto, como resultado final la diseñadora francesa invitó a colaborar en sus creaciones a artesanas mexicanas de la zona. El 2017 fue un año controversial para firmas como Chanel y Marc Jacobsdonde el término ‘apropiación cultural’ se hacía sonar con mayor fuerza en redes sociales. Por ejemplo, el búmeran australiano a cargo de Chanelen la precolección Primavera-Verano 2017, fue calificado negativamente como una banalización hacia la cultura australiana, convirtiendo el objeto en un juguete de más de mil dólares. Mientras que otra mitad defendía a la marca y cuestionaba si era realmente ofensivo o no. La casa de la camelia tomó cartas en el asunto y se disculpó con el siguiente comunicado: “Chanel está muy comprometida con el respeto de todas las culturas y lamenta que algunos se hayan sentido ofendidos”, remarcan, aunque no especifican si quitarán o dejarán el búmeran en la serie venidera. De igual forma, la firma italiana Valentinoen su colección Primavera-Verano 2016, inspirada en África, desató las críticas por la dominante representación con modelos caucásicos debido a su carácter irónico. La adopción de referencias culturales ajenas mantiene una connotación por su notable diferencia de poderes entre una cultura a otra. Asimismo, Marc Jacobspadeció un problema similar al ser acusado de racismo y apropiación cultural por incluir peinados con rastas y hacer desfilar a una minoría de modelos afroamericanas durante su desfile SS17. Tras las constantes críticas, el diseñador neoyorquino lanzó una misiva pidiendo disculpas, aceptando la falta de sensibilidad hacia los orígenes y simbolismo de aquéllas. En el más reciente caso, Carolina Herrera, con un cambio de dirección creativa con Wes Gordon –quien se inspiró en sus recorridos y vacaciones por México para la nueva colección Resort 2020– decide implementar en sus diseños elementos tradicionales mexicanos, tales como el tejido con telar de pedal del sarape y bordados típicos de diferentes regiones del país. Resultando en un intento de demanda por plagio a cargo de la Secretaría de Cultura. “Se trata de un principio de consideración ética que nos obliga a hacer un llamado de atención”, declaró el gobierno mexicano. Otras marcas como Zara y H&M también han sido afectadas por estas críticas. Y a estas alturas ¿quién no?, pues a partir de esto, es relevante entender y analizar el marco globalizado que nos rodea, en el cual resulta casi inevitable no permearse de culturas ajenas a la nuestra. El prohibir o castigar socialmente esta acción, pareciera un retroceso en nuestro camino hacia un entorno más diverso y multicultural, en donde el conflicto parece resultar a partir de la reproducción y venta de estos elementos. Las campañas publicitarias de moda son otra vertiente que no podemos dejar escapar, puesto que ofrece un mundo paralelo de fantasía y deseo por una vida aspiracional; sin embargo, también demanda una gran responsabilidad. En una sociedad donde ser ‘políticamente correctos’ es una nueva destreza social, campañas publicitarias como la previamente mencionada, Valentino SS16con inspiración en África, y Dior Resort 2019inspirada en un grupo específico de mujeres mexicanas, cuyas críticas giraron en torno a la elección de la actriz estadounidense, Jennifer Lawrence, como figura representativa de la campaña, al ser considerada una errónea elección para esta presentación, y ofensa hacia la cultura mexicana. ¿Apropiación cultural o culturalmente sensibles?
