Pipá
()
Información de este libro electrónico
Lee más de Leopoldo Alas Clarín
Avecilla Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos mejores cuentos de Clarín Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas dos cajas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSu único hijo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl gallo de Socrates Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn viaje a Madrid Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuento futuro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRafael Calvo y el teatro Español Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Señor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La regenta I Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSolos y Palique Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos morales Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRegenta I Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSu único hijo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El cura de Vericueto Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCánovas - Leopoldo Alas Clarín Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMis plagios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesZurita Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSinfonía de dos novelas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesObra breve de Leopoldo Alas Clarín Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTres en una Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPipá Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesApolo en Pafos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSperaindeo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Señor y lo demás, son cuentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSuperchería Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSuperchería Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos Leopoldo Alas Clarín Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relacionado con Pipá
Libros electrónicos relacionados
Pipá Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPipá Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPipá Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Juanita la larga Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl alcalde de Casterbridge Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos lobos del centeno Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Fe Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos sacroprofanos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos Alpes en invierno: Ensayos sobre el arte de caminar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl caballo de ébano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Conquista de Canaan (Translated): The Conquest of Canaan, Spanish edition Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTristana Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos sacro-profanos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa querencia de los búhos: Cuentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTristana: Novela Romántica Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos apostólicos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGenio y figura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesViajes con mi borrica a través de las cevenas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMemorias de un sargento de milicias Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPachín González Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl jardín de los frailes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos delatores: Los esclavos de París I Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl exvoto Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesbuena fama Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesA cara o cruz Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa resaca Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa resaca Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesYo fui secretario de León XIV. Memorias de un futuro próximo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLibro de Sigüenza Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl humo dormido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Clásicos para usted
El Arte de la Guerra Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Meditaciones Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Arte de la Guerra - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El libro de los espiritus Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Divina Comedia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Ilíada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los 120 días de Sodoma Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Principito: Traducción original (ilustrado) Edición completa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Política Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Yo y el Ello Calificación: 4 de 5 estrellas4/5To Kill a Mockingbird \ Matar a un ruiseñor (Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El leon, la bruja y el ropero: The Lion, the Witch and the Wardrobe (Spanish edition) Calificación: 5 de 5 estrellas5/51000 Poemas Clásicos Que Debes Leer: Vol.1 (Golden Deer Classics) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Viejo y El Mar (Spanish Edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Don Quijote de la Mancha Calificación: 5 de 5 estrellas5/5EL Hombre Mediocre Calificación: 5 de 5 estrellas5/550 Poemas De Amor Clásicos Que Debes Leer (Golden Deer Classics) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poemas de amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El mercader de Venecia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La interpretación de los sueños Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La confianza en si mismo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Psicología de las masas y análisis del yo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Psicología Elemental Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El lobo estepario Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los hermanos Karamázov Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Orgullo y Prejuicio Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Ilíada y La Odisea Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Libro del desasosiego Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crimen y castigo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las 95 tesis Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Categorías relacionadas
Comentarios para Pipá
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Pipá - Leopoldo Alas Clarín
PIPA
PIPA
- I -
Ya nadie se acuerda de él. Y sin embargo, tuvo un papel importante en la comedia huma-
na, aunque sólo vivió doce años sobre el haz de la tierra. A los doce años muchos hombres han sido causa de horribles guerras intestinas, y son ungidos del Señor, y revelan en sus niñerías, al decir de las crónicas, las grandezas y hazañas de que serán autores en la mayor edad. Pipá, a no ser por mí, no tendría historiador; ni por él se armaron guerras, ni fue ungido sino de la desgracia. Con sus harapos a cuestas, con sus vicios precoces sobre el alma, y con su natural ingenio por toda gracia, amén de un poco de bondad innata que tenía muy adentro, fue Pipá un gran problema que nadie resolvió, porque pasó de esta vida sin que filósofo alguno de
mayor cuantía posara sobre él los ojos. Tuvo fama; la sociedad le temió y se ar-
mó contra él de su vindicta en forma de punta- pié, suministrado por grosero polizonte o
evangélico presbítero o zafio sacristán. Terror de beatas, escándalo de la policía, prevaricador
perpetuo de los bandos y maneras convencio- nales, tuvo, con todo, razón sobre todos sus enemigos, y fue inconsciente apóstol de las ideas más puras de buen gobierno, siquiera la atmósfera viciada en que respiró la vida malea- se superficialmente sus instintos generosos.
Ello es que una tarde de invierno, preci- samente la del domingo de Quincuagésima, Pipá, con las manos en los bolsillos, es decir, en el sitio propio de los bolsillos, de haberlos teni- do sus pantalones, pero en fin con las manos dentro de aquellos dos agujeros, contemplaba cómo se pasa la vida y cómo caía la nieve silen- ciosa y triste sobre el sucio empedrado de la
calle de los Extremeños, teatro habitual de las hazañas de Pipá en punto a sus intereses gas- tronómicos. Estaba pensando Pipá, muy dado a fantasías, que la nieve le hacía la cama, echán- dole para aquella noche escogida, una sábana
muy limpia sobre el colchón berroqueño en que ordinariamente descansaba.
Porque si bien Pipá
estaba domiciliado, según los requisitos de la ley, en la morada de sus señores padres, era el rapaz amigo de recogerse tarde; y su madre, muy temprano, cerraba la puerta, porque el amo de la casa era un borracho perdido que si quedaba fuera no tenía ocasión para suminis- trar a la digna madre de familia el pie de paliza que era de fórmula, cuando el calor del hogar acogía al sacerdote del templo doméstico. Pa- dre e hijo dormían, en suma, fuera de casa las más de las noches; el primero tal vez en la cár- cel, el segundo donde le anochecía, y solía para él anochecer muy tarde y en mitad del arroyo.
No por esto se tenía Pipá por desgraciado, an- tes le parecía muy natural, porque era signo de su emancipación prematura, de que él estaba muy orgulloso. Con lo que no podía confor- marse era con pasar todo el domingo de Car-
naval sin dar una broma, sin vestirse (que bue-na falta le hacía) y dar que sentir a cualquier
individuo, miembro de alguna de las Institu-ciones sus naturales enemigas, la Iglesia y el
Estado. Ya era tarde, cerca de las cuatro, y co- mo el tiempo era malo iba a oscurecerse todo muy pronto. La ciudad parecía muerta, no había máscaras, ni había ruido, ni mazas, ni pellas de nieve; Pipá estaba indignado con tan- ta indiferencia y apatía. ¿Dónde estaba la gen- te? ¿Por qué no acudían a rendirle el homenaje debido a sus travesuras? ¿No tenía él derecho de embromar, desde el zapatero al rey, a todos los transeúntes? Pero no había transeúntes. Le tenían miedo: se encastillaban en sus casas res- pectivas al amor de la lumbre, por no encon-
trarse con Pipá, su víctima de todo el año, su azote en los momentos breves de venganza que el Carnaval le ofrecía. Además, Pipá no tenía fuego a que calentarse; iba a quedarse como un témpano si permanecía tieso y quieto por más tiempo. Si pasara alma humana, Pipá arrojaría al susuncordia (que él entendía ser el goberna- dor) un buen