Cuentos completos Vol 5
Por Hermanos Grimm
()
Información de este libro electrónico
Lee más de Hermanos Grimm
Cuentos completos Vol 4 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos completos Vol 1 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos completos Vol 7 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos completos Vol 3 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos completos Vol 2 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos completos Vol 6 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relacionado con Cuentos completos Vol 5
Libros electrónicos relacionados
La voz del caracol Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPregúntame Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesÁguila que camina - el niño comanche (Walking Eagle - The Little Comanche Boy) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Bella Durmiente del bosque: La Bella Durmiente del bosque Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos completos Vol 2 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMi naturaleza Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa familia Bola (Roly-Polies) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSecretos en la nieve (Snowbound Secrets) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos de Navidad y Reyes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAl otro lado de la noche Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVocales al vuelo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¡Eureka! Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDe generación en generación: Mitos y leyendas de pueblos originarios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCipariso (Cyparissus) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSeñor Sí (Mister Yes) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl pirata Gorgo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTe regalo un sueño Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMaroma y la Mariposa Roja Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMi tía es verde Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMi amigo el león Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCiencia para pasar la primavera Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLopez Lomong - Todos estamos destinados a utilizar nuestro talento para cambiar la vida de las personas (Lopez Lomong - We Are All Destined to Use Our Talent to Change People’s Lives) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa cantante y el león Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesConquistando a la sirena Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMarcolina en la cocina Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBestsellers: Infantil Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLibro-Juego. Los animales domésticos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos Para Niños: Asombrosas Aventuras De Animales - Vol.10 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistoria natural de los animales del bosque Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTe cuento un cuento para que no comas cuento Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Clásicos para usted
La Ilíada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Principito: Traducción original (ilustrado) Edición completa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Meditaciones Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los 120 días de Sodoma Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Odisea Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Arte de la Guerra - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/550 Poemas De Amor Clásicos Que Debes Leer (Golden Deer Classics) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crítica de la razón pura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Obras Completas Lovecraft Calificación: 5 de 5 estrellas5/5EL PARAÍSO PERDIDO - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Divina Comedia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Poemas de amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Arte de la Guerra Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cuentos completos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5To Kill a Mockingbird \ Matar a un ruiseñor (Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crimen y castigo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El lobo estepario Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Libro del desasosiego Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La casa encantada y otros cuentos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Yo y el Ello Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Don Quijote de la Mancha Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El libro de los espiritus Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El amor, las mujeres y la muerte Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La interpretación de los sueños Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El leon, la bruja y el ropero: The Lion, the Witch and the Wardrobe (Spanish edition) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Psicología de las masas y análisis del yo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La llamada de Cthulhu Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los hermanos Karamázov Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Política Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Categorías relacionadas
Comentarios para Cuentos completos Vol 5
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Cuentos completos Vol 5 - Hermanos Grimm
5
CUENTOS COMPLETOS VOL 5
LA GOTA DE AGUA
Seguramente sabes lo que es un cristal de aumento, una lente circular que hace las cosas cien veces mayores de lo que son. Cuando se coge y se coloca delante de los ojos, y se contempla a su través una gota de agua de la
balsa de allá fuera, se ven más de mil animales maravillosos que, de otro modo, pasan inadvertidos; y, sin embargo, están allí, no cabe duda. Diríase casi un plato lleno de cangrejos que saltan en revoltijo. Son muy voraces, se arrancan unos a otros brazos y patas, muslos y nalgas, y, no obstante, están alegres y satisfechos a su manera.
Pues he aquí que vivía en otro tiempo un anciano a quien todos llamaban Crible-Crable, pues tal era su nombre. Quería siempre hacerse con lo mejor de todas las cosas, y si no se lo daban, se lo tomaba por arte de magia. Así, peligraba cuanto estaba a su alcance.
El viejo estaba sentado un día con un cristal de aumento ante los ojos, examinando una gota de agua que había extraído de un charco del foso.
¡Dios mío, que hormiguero! Un sinfín de animalitos yendo de un lado para otro, y venga saltar y brincar, venga zamarrearse y devorarse mutuamente.
- ¡Qué asco! -exclamó el viejo Crible-Crable -.
¿No habrá modo de obligarlos a vivir en paz y quietud, y de hacer que cada uno se cuide de sus cosas? -. Y piensa que te piensa, pero como no encontraba la solución, tuvo que acudir a la brujería.
- Hay que darles color, para poder verlos más bien -dijo, y les vertió encima una gota de un líquido parecido a vino tinto, pero que en realidad era sangre de hechicera de la mejor clase, de la de a seis peniques. Y todos los animalitos quedaron teñidos de rosa; parecía una ciudad llena de salvajes desnudos.
- ¿Qué tienes ahí? -le preguntó otro viejo brujo que no tenía nombre, y esto era precisamente lo bueno de él.
- Si adivinas lo que es -respondió Crible-Crable
-, te lo regalo; pero no es tan fácil acertarlo, si no se sabe.
El brujo innominado miró por la lupa y vio efectivamente una cosa comparable a una
ciudad donde toda la gente corría desnuda. Era horrible, pero más horrible era aún ver cómo todos se empujaban y golpeaban, se pellizcaban y arañaban, mordían y desgreñaban. El que estaba arriba quería irse abajo, y viceversa.
- ¡Fíjate, fíjate!, su pata es más larga que la mía.
¡Paf! ¡Fuera con ella! Ahí va uno que tiene un chichón detrás de la oreja, un chichoncito insignificante, pero le duele, y todavía le va a doler más.
Y se echaban sobre él, y lo agarraban, y acababan comiéndoselo por culpa del chichón. Otro permanecía quieto, pacífico como una doncellita; sólo pedía tranquilidad y paz. Pero la doncellita no pudo quedarse en su rincón: tuvo que salir, la agarraron y, en un momento, estuvo descuartizada y devorada.
- ¡Es muy divertido! -dijo el brujo.
- Sí, pero ¿qué crees que es? -preguntó Crible- Crable -. ¿Eres capaz de adivinarlo?
- Toma, pues es muy fácil -respondió el otro-. Es Copenhague o cualquiera otra gran ciudad, todas son iguales. Es una gran ciudad, la que sea.
- ¡Es agua del charco! - contestó Crible-Crable.
LA GRAN SERPIENTE DE MAR
Érase un pececillo marino de buena familia, cuyo nombre no recuerdo; pero esto te lo dirán los sabios. El pez tenía mil ochocientos hermanos, todos de la misma edad. No conocían a su padre ni a su madre, y desde un principio tuvieron que gobernárselas solos, nadando de un lado para otro, lo cual era muy divertido. Agua para beber no les faltaba: todo el océano,
y en la comida no tenían que pensar, pues venía sola. Cada uno seguía sus gustos, y cada uno estaba destinado a tener su propia historia, pero nadie pensaba en ello.
La luz del sol penetraba muy al fondo del agua, clara y luminosa, e iluminaba un mundo de maravillosas criaturas, algunas enormes y horribles, con bocas espantosas, capaces de tragarse de un solo bocado a los mil ochocientos hermanos; pero a ellos no se les ocurría pensarlo, ya que hasta el momento ninguno había sido engullido.
Los pequeños nadaban en grupo apretado, como es costumbre de los arenques y caballas. Y he aquí que cuando más a gusto nadaban en las aguas límpidas y transparentes, sin pensar en nada, de pronto se precipitó desde lo alto, con un ruido pavoroso, una cosa larga y pesada, que parecía no tener fin. Aquella cosa iba alargándose y alargándose cada vez más, y todo pececito que tocaba quedaba descalabrado o tan
mal parado, que se acordaría de ello toda la vida. Todos los peces, grandes y pequeños, tanto los que habitaban en la superficie como los del fondo del mar, se apartaban espantados, mientras el pesado y larguísimo objeto se hundía progresivamente, en una longitud de millas y millas a través del océano.
Peces y caracoles, todos los seres vivientes que nadan, se arrastran o son llevados por la corriente, se dieron cuenta de aquella cosa horrible, aquella anguila de mar monstruosa y desconocida que de repente descendía de las alturas.
¿Qué era pues? Nosotros lo sabemos. Era el gran cable submarino, de millas y millas de longitud, que los hombres tendían entre Europa y América.
Dondequiera que cayó se produjo un pánico, un desconcierto y agitación entre los moradores del mar. Los peces voladores saltaban por encima de la superficie marina a tanta altura como
podían; el salmonete salía disparado como un tiro de escopeta, mientras otros peces se refugiaban en las profundidades marinas, echándose hacia abajo con tanta prisa, que llegaban al fondo antes que allí hubieran visto el cable telegráfico, espantando al bacalao y a la platija, que merodeaban apaciblemente por aquellas regiones, zampándose a sus semejantes.
Unos cohombros de mar se asustaron tanto, que vomitaron sus propios estómagos, a pesar de lo cual siguieron vivos, pues para ellos esto no es un grave trastorno. Muchas langostas y cangrejos, a fuerza de revolverse, se salieron de su buena coraza, dejándose en ella sus patas.
Con todo aquel espanto y barullo, los mil ochocientos hermanos se dispersaron y ya no volvieron a encontrarse nunca; en todo caso, no se reconocieron. Sólo media docena se quedó en un mismo lugar, y, al cabo de unas horas de estarse quietecitos, pasado ya el primer susto,
empezaron a sentir el cosquilleo de la curiosidad.
Miraron a su alrededor, arriba y abajo, y en las honduras creyeron entrever el horrible monstruo, espanto de grandes y chicos. La cosa estaba tendida sobre el suelo del mar, hasta más lejos de lo que alcanzaba su vista; era muy delgada, pero no sabían hasta qué punto podría hincharse ni cuán fuerte era. Se estaba muy quieta, pero, temían ellos, a lo mejor era un ardid.
- Dejadlo donde está. No nos preocupemos de él