Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Alegría y tradición. Fiestas tradicionales cubanas
Alegría y tradición. Fiestas tradicionales cubanas
Alegría y tradición. Fiestas tradicionales cubanas
Libro electrónico377 páginas3 horas

Alegría y tradición. Fiestas tradicionales cubanas

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

ALEGRÍA Y TRADICIÓN. Fiestas Populares Tradicionales Cubanas, es la primera obra que le ofrece al lector una amplia y detallada información relacionada con el complejo festivo tradicional de nuestro pueblo, ejemplo de cultura popular colectivamente concebida, tanto material como espiritual. Este tema forma parte de la obra científica Atlas Etnográf
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento21 oct 2020
ISBN9789593140836
Alegría y tradición. Fiestas tradicionales cubanas
Autor

Virtudes Esperanza Feliú Herrera

Virtudes Esperanza Feliu Herrera (Mayarí, Oriente, 1941). Licenciada en Musicología (Universidad de Oriente, I963) y Doctora en Ciencias Históricas (Especialidad de Etnografía) en el Instituto “Miklujo Maklai”de la Academia de Ciencias de Moscú, I983. Es Investigadora Titular y fue Profesora en el Centro de Investigaciones y Desarrollo de la Cultura Cubana “Juan Marinello”, del Ministerio de Cultura. Es una de las fundadoras del proyecto Atlas de la Cultura Popular Tradicional Cubana, actualmente Atlas Etnográfico de Cuba, en el cual figura como Jefa del tema “Fiestas Populares Tradicionales Cubanas”. Laboró en la Universidad de Oriente con Pablo Hernández Balaguer en las investigaciones que dieron a conocer las obras del compositor Esteban Salas y otros músicos de la Capilla de Música de la Catedral de Santiago de Cuba. Ha publicado numerosos trabajos y libros tanto en Cuba como en otros países, entre ellos: El carnaval cubano; Fiestas y tradiciones cubanas; Cartografía de la memoria; La fiesta del Día de Reyes; De La Habana, su carnaval de siglos; Influencia de las culturas hispánicas en las fiestas cubanas; El legado asiático en nuestra identidad cultural; Jolgorios de negros en Cuba y Artes culinarias e Identidad nacional; Alegría y Tradición, multimedia auspiciada por la UNESCO regional; Atlas Etnográco de Cuba; Cultura Popular Tradicional Cubana, obra científica premiada por la Academia de Ciencias de Cuba; y otras

Relacionado con Alegría y tradición. Fiestas tradicionales cubanas

Libros electrónicos relacionados

Música para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Alegría y tradición. Fiestas tradicionales cubanas

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Alegría y tradición. Fiestas tradicionales cubanas - Virtudes Esperanza Feliú Herrera

    © 1a. Edición: Centro de Investigación Juan Marinello, 2003

    Edición y corrección: Raysa Martínez Ladrón de Guevara y Armando Escalona Muñoz

    Composición: Raysa Martínez Ladrón de Guevara

    Diseño de cubierta e ilustraciones interiores: Frank Herrera García

    Grabados, fotos e ilustraciones interiores: donadas para la presente edición,

    como cortesía por Meisy Cruz, Pérez Gil, Jorge González, Rafael García G.,

    Grupo Okay, Biblioteca Nacional José Martí, Comisión del Carnaval de La Habana,

    Consejo Nacional de Casas de Cultura, Comisiones del Atlas en provincias,

    Archivo Nacional de Cuba, Archivo Fotográfico del Ministerio de Cultura, Band Rará,

    Banco de Datos del Instituto de Investigación Cultural Juan Marinello

    y Conjunto Folklórico Nacional de Cuba.

    Conversión a E-book: Rafael Lago Sarichev

    © Virtudes Esperanza Feliu Herrera, 2018

    © Sobre la presente edición:

    Ediciones Cubanas-ARTex, 2018

    Alegría y tradición. Fiestas populares tradicionales cubanas

    Colección Imagen Cuba

    ISBN: 978-959-314-083-6

    Sin la autorización de la editorial Ediciones Cubanas queda prohibido

    todo tipo de reproducción o distribución del contenido.

    Ediciones Cubanas Artex SA.

    5ta Ave. esq. a 94, Miramar, Playa, La Habana, Cuba.

    E-mail: editorialec@edicuba.artex.cu

    Tel.: 7204 5492, 7204 3585 y 7204 4132

    Sinopsis

    Alegría y tradición. Fiestas Populares Tradicionales Cubanas, es la primera obra que le ofrece al lector una amplia y detallada información relacionada con el complejo festivo tradicional de nuestro pueblo, ejemplo de cultura popular colectivamente concebida, tanto material como espiritual. Este tema forma parte de la obra científica Atlas Etnográfico de Cuba, Cultura Popular Tradicional Cubana, lo cual ha permitido rescatar las fiestas campesinas, de inmigrantes, carnavales, parrandas y charangas, verbenas, fiestas propias de ciudadanos ausentes, laborales y otras, desde el nivel del Municipio.

    La presente edición actualiza la investigación recogida en el texto publicado en 2013 con el título Fiestas y Tradiciones Cubanas y es el primer estudio que enfoca la clasificación, conceptualización, origen étnico, el proceso evolutivo y calendario de todas las fiestas del país. Aporta, además, una reseña de cada grupo de ellas, su ubicación geográfica y estado actual de esta manifestación, la cual representa, quizás como ninguna, las características del cubano, que por su idiosincrasia es alegre, fiestero, siempre dispuesto a compartir en un ambiente de jolgorio, de ahí la cantidad y diversidad de las fiestas cubanas.

    Parafraseando a Don Fernando Ortiz, afirmamos como él que: …Los pueblos que no tienen fiestas públicas, son pueblos caducos que van rodando hacia su disgregación y absorción por otros, son pueblos en germen que no han podido cristalizar sus expresiones de gozo en moldes propios y ya definidos.

    Índice

    Palabras al lector / 8

    Introducción / 9

    Antecedentes y caracterización del tema / 14

    Capítulo 1. Festejos e historia / 24

    Antecedentes / 24

    La fiesta cubana / 27

    Capítulo 2. Fiestas religiosas / 47

    Patronales / 47

    Solemnidades de Precepto / 58

    De origen subsaharano / 70

    De antecedente haitiano / 81

    Capítulo 3. Fiestas laicas / 88

    Campesinas / 88

    Carnavales, Parrandas y Charangas / 106

    Laborales / 149

    De inmigrantes / 154

    Verbenas y Fiestas de Ciudadanos Ausentes / 166

    Reflexiones finales / 172

    Anexos / 172

    Anexo No. 1. Población encuestada durante la investigación / 172

    Anexo No. 2. Especialistas provinciales que realizaron el estudio de las fiestas populares tradicionales en sus respectivos territorios / 172

    Anexo No. 3. Fiestas revitalizadas por provincias / 173

    Anexo No. 4. Grupos de festejos con mayor incidencia por provincias (vigentes y no vigentes) / 173

    Anexo No. 5. Calendario Anual de Festividades / 174

    Anexo No. 6. Calendarización Anual de las Festividades Nacionales. Organización y clasificación / 176

    Bibliografía / 191

    Sobre la autora / 199

    El rescate y difusión de las manifestaciones de nuestra cultura popular tradicional

    en el devenir del tiempo, representan la base fundamental que garantiza

    la transmisión de nuestra idiosincrasia propia de la nación cubana.

    La autora

    A Don Fernando Ortiz, por su ejemplo y legado,

    cuya obra contribuyó al desarrollo de mi labor en la investigación

    de nuestras manifestaciones populares tradicionales,

    raíz de la identidad cultural y sentido de pertenencia del cubano.

    A todos los que durante más de dos décadas posibilitaron

    el presente estudio en todo el territorio nacional.

    La autora

    Palabras al lector

    El presente trabajo es el primer texto que ofrece un amplio programa del complejo festivo tradicional de nuestro pueblo, que constituye el ejemplo más fehaciente de la cultura popular, colectivamente concebida, tanto material como espiritual. Este tema forma parte de la obra científica Atlas Etnográfico de Cuba, Cultura Popular Tradicional Cubana, labor que se llevó a cabo durante más de 25 años, con resultados y revitalizaciones de distintas manifestaciones que suman cientos en todo el país. Esta labor ha reanimado, desde el nivel municipal, fiestas campesinas, de inmigrantes, carnavales, Parrandas y charangas, verbenas, fiestas propias de ciudadanos ausentes, laborales y otras y fue posible gracias al esfuerzo desplegado por el personal entrenado especialmente desde el nivel municipal, varias instituciones y el pueblo en general.

    El compendio contiene una síntesis de los estudios agonográficos realizados en nuestro territorio hasta el momento, además de un recuento histórico de los festejos en el devenir económico, social y cultural del pueblo cubano.

    A partir del concepto y clasificación abordados, se reseñan algunos de los grupos festivos más importantes, como los festejos patronales y solemnidades de precepto (de origen católico), otrora las más populares de cada comunidad, las religiosas de origen haitiano y subsaharano, las campesinas, los carnavales, Parrandas y charangas, las laborales, las propias de inmigrantes, las verbenas y las de ciudadanos ausentes.

    El presente volumen recoge y actualiza la información del texto Fiestas y tradiciones cubanas, publicado en el 2003, además de aportar una reseña cartográfica nacional de 11 mapas y un calendario de festejos populares tradicionales.

    Confiamos en que los aportes de este libro sirvan de material de consulta y acicate para continuar el estudio y proyección de tan importante tema en nuestro país y, sobre todo, en el ámbito latinoamericano y caribeño.

    Quiero agradecer, en especial, a las personas que desinteresadamente narraron sus vivencias, ya que, de hecho, posibilitaron la redacción de este libro. También a la editora Raysa Martínez Ladrón de Guevara por su comprensión y experiencia en su labor profesional en aras de lograr una obra de calidad; así como a los especialistas de la Agencia Ediciones Cubanas de ARTex S.A., a mis hijas Mary, Niurka y a mi nieto Raúl. En general, a todos lo que coadyuvaron a realizar este modesto aporte.

    Introducción

    El conjunto de hábitos y modos que muestra la sociedad reflejan la manera de hacer su cultura, de ahí que las costumbres (que responden a una formación basada en las relaciones familiares y sociales durante un prolongado periodo) se traduzcan en vestuarios, viviendas, festejos, religión, oralidad, música y otras manifestaciones inherentes al hombre en su hábitat, desarrolladas a partir de sus necesidades. Entre las particularidades presentes en cada pueblo se destacan la especificidad psíquica y las características espirituales, fundamentales en la formación de la cultura nacional.

    La Etnología o Etnografía es la ciencia que estudia al hombre y sus costumbres con un sentido global, considera que la cultura es todo lo que atañe a la sociedad, tanto de carácter espiritual como material. Confiere especial valor a las tradiciones etnoculturales contemporáneas, pues tienen una importante función aglutinadora y continuadora de los lazos culturales intergeneracionales, que posibilita, precisamente, la «sucesión cultural», sin la cual no se conservan los elementos autóctonos de un pueblo, propios de su idiosincrasia nacional.

    Al efecto, las tradiciones desempeñan un papel insustituible en la formación de un estereotipo etnopsicológico determinado.

    En las sociedades elitistas se denominó folklore al saber del pueblo, término en sí mismo discriminatorio, ya que se refería solo a la cultura de las clases sociales desposeídas, con un origen netamente popular, al margen de todo academicismo.

    El folklore fue concebido peyorativamente como la «no cultura», la incultura, el saber empírico de las clases dominadas, mientras, el concepto de cultura fue reservado a las manifestaciones intelectuales y artísticas, propias del sector dominante.

    Nuestro país no ha sido una excepción. Durante las etapas prerrevolucionarias, la cultura fue conscientemente desvirtuada mientras las obras de nuestros legítimos valores permanecían engavetadas. Joyas de la cultura musical cubana, como las obras de Alejandro García Caturla y Amadeo Roldan, apenas eran ejecutadas y algunas permanecieron inéditas, hasta el triunfo de la Revolución.

    Lo verdaderamente cubano, lo criollo de nuestra cultura, se miraba con desprecio o se distorsionaba y lo que provenía del extranjero se convertía en moda. A pesar de esta situación, las clases populares fueron capaces de guardar las tradiciones de la cultura nacional conforme las habían creado.

    Estudiosos aislados acometieron de forma particular, en la mayoría de los casos, la investigación de nuestra cultura. Otros se agruparon en instituciones que apoyaban —en alguna medida— las mismas, sobre todo con las publicaciones, en cuyas páginas aparecieron muchos de esos trabajos. Figura cimera de este movimiento fue el etnólogo Fernando Ortiz, defensor eterno de nuestras tradiciones, autor de estudios medulares y fundador de publicaciones e instituciones especializadas.

    Es sabido que, en todo proceso de cambio y tránsito a otro orden social, se suceden mutaciones en la vida socioeconómica, política y cultural de un país; surgen paulatinamente instituciones y costumbres que pueden llegar a convertirse en tradicionales, a la vez que se pierden otras. Durante este periodo, la cultura adquiere un acusado carácter popular que tiende a convertirla en hegemónica. El denominado folklore toma plenamente la categoría de cultura, después de una valoración científica, caracterizada por el reconocimiento de su esencia popular tradicional, valoración que debe estar necesariamente acompañada de una transformación terminológica y categorial.¹

    Por eso se le confirió al término una nueva connotación, en la cual se valoran sus raíces y significados, identificándolo como cultura popular tradicional, principal portadora de la especificidad étnica de nuestro pueblo, incubada después de largos siglos de transculturación.²

    Esta valoración ideológica subraya la identidad nacional, a la vez que posibilita el surgimiento de una cultura netamente cubana, heredada de lo mejor que ha creado el pueblo durante su evolución histórica.

    La cultura popular tradicional es cultura porque constituye el compendio de expresiones que se transmiten de generación en generación con el desarrollo de nuevas tradiciones. Es tradicional porque ésta es una ley que define y determina la perdurabilidad de las manifestaciones culturales, así como su índice de desarrollo, a partir de un continuo proceso de asimilación, negación, renovación y cambio progresivo hacia nuevas tradiciones, las cuales trascienden, por lo general, a diversas formas económico-sociales,³ todo lo cual conformó nuestra nacionalidad, por medio de las manifestaciones que legitiman la cultura popular tradicional.

    Al triunfo de la Revolución, en 1959, se hizo un llamado al rescate de las tradiciones y se promovieron investigaciones que rectificaron fechas y descubrieron datos necesarios para escribir nuestra verdadera historia. Se preconizó el conocimiento y valoración de nuestras tradiciones, de una forma sistemática, en todo el ámbito nacional. Se acopiaron y estudiaron los elementos propios del acervo cultural tradicional del pueblo, pero ahora desde un punto de vista científicamente estructurado.

    En fecha tan temprana como 1961 se creó el Departamento de Investigaciones Folklóricas del Teatro Nacional; en el Departamento de Música de la Biblioteca Nacional «José Martí» se iniciaron trabajos de esta índole y, al crearse la Academia de Ciencias de Cuba, el Departamento del Teatro Nacional conformó el Instituto de Etnología y Folklore. En este movimiento creciente de estudios de nuestro pasado cultural, cabe mencionar el Departamento de Investigaciones Folklóricas de la Universidad Central, el Seminario de Música Popular y el Departamento de Investigaciones Musicales de la Universidad de Oriente.

    Al tomar en consideración los resultados obtenidos antes de I959 por quienes se interesaban en conocer el verdadero origen y desarrollo de nuestras raíces, comenzaron a elaborarse las primeras formas de conservación de las manifestaciones populares, a partir de estilizaciones del hecho folklórico, tal como ocurrió en el entonces llamado Conjunto Nacional de Danza Moderna, y en una expresión más pura, en el Conjunto Folklórico Nacional, instituciones creadas con posterioridad al triunfo revolucionario.

    Como parte de esta política y del recién creado Consejo Nacional de Cultura (después convertido en Ministerio de Cultura), el Movimiento Nacional de Artistas Aficionados asumió un importante papel en la conservación, recreación y difusión de las manifestaciones populares, mediante la revitalización de músicas, danzas, artesanías, formas teatrales y otros. Sus grupos han paseado nuestro arte tradicional por todas las latitudes y han obtenido relevantes premios en festivales y concursos. Seria larga la relación de centros e instituciones encargadas del estudio y promoción de nuestra cultura tradicional, pues prácticamente por cada una de las manifestaciones existen varias, sobre todo las dedicadas a la música, las artes plásticas, el teatro y otras.

    En 1976, el Departamento de Estudios Culturales del Ministerio de Cultura (que pertenecía a la Dirección de Artistas Aficionados y Casas de Cultura) planteó la necesidad de efectuar un trabajo sistémico para colectar información, clasificar, analizar y crear registros cartográficos de expresiones populares tradicionales, con el objetivo de que no se perdieran las que ya poseían carácter no vigente, pero que aún eran recordadas por determinados núcleos poblacionales, así como las que estaban siendo sustituidas o desvirtuadas. Surgió así el proyecto Atlas de la Cultura Popular Tradicional Cubana, convertido con posterioridad (1985) en el Atlas Etnográfico de Cuba, Cultura Popular Tradicional Cubana, al fundirse con el estudio de temas propios de la cultura material del Departamento de estudios etnológicos de la Academia de Ciencias de Cuba.

    El primer tema de estudio fue el de los festejos populares tradicionales, ya que en los mismos se reflejaba, de forma colectiva, la situación que teníamos respecto a los demás rubros. La fiesta, al ser el núcleo principal de la práctica musical, danzaría, teatral, de elementos de la literatura oral, de la cultura culinaria, de juegos y competencias, entre otros, resultaba ideal para conocer lo que acontecía en la cultura popular tradicional, colectivamente concebida, al mismo tiempo que ofrecía un balance de las manifestaciones antes mencionadas, con vistas a su ulterior investigación.

    Antes de acometer el proyecto, se decidió realizar una primera indagación del tema, mediante la confección de un calendario de fiestas populares tradicionales en los municipios, tarea que propició los calendarios provinciales y con posterioridad el nacional. Para obtener este resultado, se redactó una guía metodológica con los aspectos fundamentales a tomar en cuenta, así como el modo de abordar cada una de las tareas, con vistas a garantizar la requerida calidad científica.

    Es bueno significar que las fiestas estudiadas responden a la definición planteada en el capítulo 1, motivo por el cual algunas fiestas aparentemente populares tradicionales, de algunos sitios, no fueron consideradas. Existen festejos que aún no tienen el carácter de tradicionales y, por eso, no dejan de ser populares. El concepto popular tradicional quiere decir que la manifestación en cuestión goza del favor de la población durante un largo periodo y, por ese motivo, su práctica popular se mantiene y transmite de generación en generación, hasta convertirse en una costumbre propia de una comunidad étnica determinada. Tomamos el ejemplo de la práctica de la Santería porque constituye el caso más explícito, debido a la rápida expansión que ha tenido en toda la geografía cubana en los últimos 30 años.

    En la reseña que corresponde a este tipo de fiestas me ciño a los aspectos no tratados con anterioridad (origen y desarrollo de los elementos inherentes a las mismas, organización, estado actual y las manifestaciones vigentes menos conocidas). De hecho, no profundicé en algunos detalles de estas religiones de origen africano, pues no eran el tema central de esta obra y, además, porque su vigencia y dinámica producen constantes cambios entre ellas.

    Otro caso digno de comentar es el relativo a las fiestas que celebraban las sociedades de instrucción y recreo, que comenzaron a proliferar en Cuba a partir de 1841. En especial, las que pertenecen a las distintas denominaciones étnicas chinas, árabes y españolas, ya que estas no influyeron en su ámbito popular, pues solo eran admitidos los socios y sus familiares, además, su entorno estuvo limitado, la mayoría de las veces, al espacio que ocupaba el inmueble de la institución; también porque consideramos que estas fiestas cesaron por más de 20 años y, por ende, no pudieron alcanzar el estatus popular tradicional, categoría que condicionaba la admisión en el presente trabajo.

    Se incluyeron los festejos que rebasaron el marco institucional para celebrarse en espacios abiertos y públicos, con amplia participación de personas desvinculadas de las sociedades, y que continuaron, razón que sustenta cierta significación en el contexto de la cultura popular tradicional del país. Ejemplo de esto son las romerías, la fiesta patronal de Nuestra Señora de la Candelaria, las verbenas, y otras, que se contemplan en el acápite correspondiente.


    ¹ Y. Bromlei: «Indagaciones etnográficas» en: revista Ciencias Sociales, No. 1, p. 197.

    ² Ibídem, p. 200.

    ³ V. Pimenov: «Algunas leyes del desarrollo de la cultura popular» en: revista Problemas de Actualidad, No. 5, p. 177.

    ⁴ Virtudes Feliu y Equipo Técnico de Estudios Culturales: «Estudios y acopio de las tradiciones culturales del pueblo cubano y su difusión» en: Boletín Atlas, No. 1, p.10.

    Antecedentes y caracterización del tema

    Antes del año 1959 teníamos pocos trabajos que tuvieran un nivel de profundidad y análisis, e incluso se elaboraron estudios descriptivos sin establecer comparaciones o criticas previas. Suelen repetirse los mismos datos una y otra vez. Las formas más socorridas eran los ensayos y artículos. Fernando Ortiz observó con preocupación la ausencia notable e injustificada de estudios referidos a los festejos populares, es por eso que plasmó algunas ideas que reflejaron su inconformidad:

    Es cosa curiosa para los que siguen —aunque sea de lejos— los estudios sociológicos, notar como han sido descuidados los de las fiestas populares. La agonografía, que en tiempos remotos, de formalismos casi sagrados, estuvo cultivada con favor, hoy parece casi olvidada en un desván de la inteligencia sin haber merecido la regeneración positiva que han alcanzado otras ciencias igualmente arcaicas, como la alquimia y la astrología, por ejemplo.

    ... y ello es verdaderamente de sentir, porque las observaciones agonográficas que se intercalan en estudios generales de sicología, no pueden reflejar sobre el interesante tema luz que vaya perpendicularmente a alumbrarnos su fondo y hacer brillar sus características.

    Si el alma del niño se estudia en gran parte a través de sus infantiles juegos, del alma de los pueblos podrían sorprenderse muchas facetas tras los juegos públicos (...) torrentes por donde desbordan sus fuerzas psíquicas más potentes, espejos donde se reflejan su constitución de la simple sencillez de su primitividad.

    Pero la conclusión más triste que la agonografía habría de deducir de la observación sintética es la de que los pueblos que no tienen fiestas públicas, son pueblos caducos que van rodando hacia su disgregación y absorción por otros, son pueblos en germen que no han podido todavía cristalizar sus expansiones de gozo en moldes propios y ya definidos».

    Las temáticas de las fiestas populares tradicionales adoptaron la forma de crónicas, reseñas, artículos de costumbres, pequeñas notas de propaganda para la celebración de determinado festejo y, a veces también, se le dedicaba un epígrafe o mención en libros que trataban otra manifestación.

    En el siglo XIX aparecieron varios artículos y ensayos. Los folkloristas locales aportaron estudios de sus distintas poblaciones de origen. También los llamados «costumbristas» reflejaron hábitos y actividades populares, casi siempre con propósitos moralistas y con marcado énfasis crítico. Recordamos entre los más populares a Victoriano Betancourt, Antonio Bachiller y Morales, Ramón Meza, Domingo del Monte, entre otros. Martínez Fortún, en colaboración con G. M. Pérez, realizó el

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1