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Adrián Seligra: 50 años vistiendo a toda una ciudad
Adrián Seligra: 50 años vistiendo a toda una ciudad
Adrián Seligra: 50 años vistiendo a toda una ciudad
Libro electrónico98 páginas55 minutos

Adrián Seligra: 50 años vistiendo a toda una ciudad

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Adrián Seligra es el heredero contemporáneo de toda una tradición de sastres, que viste a los hombres más elegantes de la industria desde hace más de 50 años. En su libro, Seligra cuenta la historia de su familia, explica todo lo que necesita saber un hombre para convertirse en caballero y asegura que todo el mundo debería llevar un traje hecho a medida.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 mar 2020
ISBN9780463146712
Adrián Seligra: 50 años vistiendo a toda una ciudad

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    Adrián Seligra - Adrián Seligra

    1a

    INTRODUCCIÓN

    _____

    Por casualidad surgió la oportunidad. Por un comentario de un conocido empresario que frecuentaba el Ateneo Mercantil de Valencia. Víctor Seligra profundizaba en un artículo de Las Provincias sobre el nuevo modelo Ford Mustang cuando se quedó pensativo al escuchar aquella afirmación. Valencia no es Londres.

    «Cierto es», pensó Víctor Seligra.

    Pero hubo algo que se removió en su mente, cansado de comprobar que su pequeña ciudad no podría estar nunca a la altura de la City. O de Milán. O de París. Desde aquel mismo instante se quedó tranquilo. Casi diría que satisfecho. Pues aquella afirmación le alentaba para que fructificase un sueño reincidente. Y no. No podría competir nunca, jamás, con Londres. Ni con otra gran capital de la sastrería, de la moda. Pero, al menos, si alguien quería vestir como un auténtico gentleman inglés no necesitaría viajar hasta Inglaterra. Ni a ningún otro lugar del mundo. Valencia podía ser ese referente. Y Seligra ser su anfitrión.

    Víctor Seligra inauguró su propia sastrería en 1965. Y aunque siempre tuvo en el punto de mira el estilo italiano, menos encorsetado, más estilista y que se ajustaba más a su propio carácter mediterráneo, bien sabía que Savile Row era la cuna del negocio, y su intención siempre fue trasladar un pedazo de aquel icono centenario de la moda hasta la capital del Turia.

    Tan atrevida apertura para oficio tan artesanal como la sastrería en una ciudad como Valencia fue un reto arduo y difícil. Lo fue, lo es y lo será. Y es que, bien supo desde que inauguró el primer local en la calle Lauria, que casi la mera supervivencia sería todo un logro.

    El día en que Víctor Seligra decidió abrir su propia sastrería pensó en sus maestros, los que siempre le alentaron a mejorar, a ser perfeccionista, exigente. Los que le trasladaron sus más íntimos secretos y sus técnicas más específicas.

    Los años 60 transcurrían con un estilo uniforme entre los valencianos, todos con sus trajes negros, grises, demasiado anchos, demasiado largos, demasiado imperfectos. Con sus sombreros con los que saludaban al pasar ante un grupo de señoritas que sonreían camino de la oficina.

    Víctor Seligra analizaba todos aquellos trajes. Y continuaba escuchando el eco de aquella afirmación del Ateneo: Valencia no es Londres.

    Y él se repetía: pero si quieren vestir bien, podrán hacerlo. Uno de sus maestros, José Espert, le animaba desde sus recuerdos. Y también le resonaba la particular voz del mítico sastre italiano Ángelo Litrico. Sin ellos, aquella afirmación no había tenido ningún sentido. Sin su ayuda, sin sus enseñanzas, sin su maestría, nunca hubiese existido aquella primera sastrería de la calle Lauria. Ni todo lo que vino después.

    Sus Oxford se hundían en el barro mientras llegaba hasta el lugar donde empezaría todo. El local de la calle Lauria donde pronto tendría su propia sastrería. Y se sentía como Michaelangelo ante una titánica piedra antes de ser esculpida. Viendo ya la figura que iba a realizar. Observando la sastrería donde vestiría grandes personalidades que todavía no conocía.

    Ante un local que aún no era sastrería, Víctor Seligra depositó sus sueños, su esperanza y la técnica aprendida de los mejores sastres del mundo. Espert y Lítrico le animaban para que se lanzase a abrir su propio negocio. Aún no sabía que él mismo se convertiría en todo un referente dentro de la sastrería. Que su casa sería sinónimo de tradición y de excelencia.

    Tampoco sabía todavía que vestiría personajes famosos. Gente que veía en periódicos, en televisión y que traspasarían la puerta de Seligra para pedirle un traje. Actores que le contaron secretos entre bambalinas. Los mismos que repasaban sus diálogos antes de un rodaje y hasta le pedían su opinión.

    6a

    - Parece interesante ese papel de Chanquete, le dijo al mismo Antonio Ferrandis antes de emprender el rodaje de la mítica serie Verano Azul.

    Mucho habló con Fernando Guillén mientras le preparaba un esmoquin para lucir en una gala. Recuerda cuando le habló de una joven promesa llamada Maribel Verdú que salía en la mítica película de Eloy de la Iglesia La estanquera de Vallecas.

    Con políticos que hablaban por primera vez de remodelar el casco histórico de Valencia y de emprender la recuperación de la Malvarrosa para dar a la playa de Valencia el referente turístico que es hoy en día.

    "Todo el mundo debería tener

    un príncipe de Gales"

    (Víctor Seligra)

    Y también grandes empresarios obsesionados por la bolsa en aquellos inestables años 70. Cantantes que le firmaban su último disco. Deportistas que lucirían un príncipe de Gales para un evento de una conocida marca de relojes.

    No lo sabía. Todo lo que estaba por venir. En ese primer local de la calle

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