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El teatro performance de Alberto Kurapel: Acercamiento crítico
El teatro performance de Alberto Kurapel: Acercamiento crítico
El teatro performance de Alberto Kurapel: Acercamiento crítico
Libro electrónico342 páginas6 horas

El teatro performance de Alberto Kurapel: Acercamiento crítico

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El libro cuenta con 14 ensayos de distintos académicos entorno a la obra de exilio que realizó Kurapel en Canadá tras el Golpe Militar.
IdiomaEspañol
EditorialCuarto Propio
Fecha de lanzamiento30 mar 2016
ISBN9789562606622
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    Vista previa del libro

    El teatro performance de Alberto Kurapel - Susana Cáceres

    El teatro performance de

    ALBERTO KURAPEL

    Acercamiento crítico

    Susana Cáceres y Mauricio Barría Jara

    (Editores)

    EL TEATRO PERFORMANCE DE ALBERTO KURAPEL.

    Acercamiento crítico

    © MAURICIO BARRÍA JARA Y SUSANA CÁCERES (Editores)

    Inscripción Nº 228.823

    I.S.B.N. 978-956-260-662-2

    © Editorial Cuarto Propio

    Valenzuela 990, Providencia, Santiago

    Fono/Fax: (56-2) 792 6520

    www.cuartopropio.cl

    Diseño y diagramación: Rosana Espino

    Edición: Rafael Nieto

    Edición electrónica: Sergio Cruz

    Foto portada: Susana Cáceres, (recuperación fotográfica Gonzalo Tejeda)

    Alberto Kurapel, en la obra de Teatro-Performance

    Colmenas en la Sombra ou L’Espoir de l’arrière-garde, Chile, 1992.

    Impresión: DIMACOFI

    IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE

    1ª edición, diciembre de 2013

    Queda prohibida la reproducción de este libro en Chile

    y en el exterior sin autorización previa de la Editorial.

    PRESENTACIÓN

    Coloquio Internacional

    Poéticas Híbridas: memoria, performance, transmedialidad

    en la obra de Alberto Kurapel

    Este libro contiene ponencias presentadas en el Coloquio Internacional Poéticas Hibridas: Memoria, Performance, Transmedialidad en la obra de Alberto Kurapel, que tuvo lugar el 16 y 17 de junio del 2011 en la Escuela de Teatro, Universidad de Chile, con presencia de invitados nacionales e internacionales, organizado por el Departamento de Teatro de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, por el CELTEP (Centro Latinoamericano de Teatro-Performance) y CENTIDO (Centro Teatral de Investigación y Documentación) de la Universidad de Chile.

    Consideramos de gran importancia entregar el enriquecedor resultado de estas jornadas que tuvieron el gran mérito de dar a conocer la creación y recorrido de este creador, reconocido por llevar el teatro a sus más avanzadas expresiones, por poseer una de las trayectorias más originales y renovadoras de las últimas décadas y por ser un gran exponente del teatro chileno en exilio, acreedor de una expresión teatral radical cuya trayectoria es necesario descubrir y aquilatar en nuestro país.

    Fundamentación

    Desde hace algún tiempo las investigaciones en el campo de las artes escénicas han comenzado a ser interrogadas y complejizadas por nuevos enfoques y paradigmas que han obligado a ampliar la hermenéutica que los tradicionales y fijos modos de lectura poseían para abordar el fenómeno teatral. En esa apertura, nuevas apuestas teóricas comienzan a emerger para refrendar ciertas fórmulas o re-situar contemporáneamente la eficacia analítica de otras. Lentamente se ha hecho necesario y casi fundamental, ampliar el espectro de enfoques para leer el discurso teatral en un contexto de adelgazamiento y ecualización del sentido. En estos escenarios de espectacularización y vaciamiento, conceptos como el cuerpo, la voz o la memoria se tornan problemáticos y disolventes de todo relato que prometa un horizonte conciliador o aquietado en pactos estéticos inamovibles. Estos temas adquieren una actualidad problemática en el teatro de Alberto Kurapel, destacado creador chileno que luego de una tensa e intensa labor creativa en el exilio, posibilitó un texto artístico cultural polisémico y polimorfo, que en formato interdisciplinario (dramaturgia, creación audiovisual, actuación, poesía, música y dirección teatral), sacude hasta hoy los límites de su propia creación y los modos posibles de abordarla. Su obra, ética y estéticamente, comparece disfuncional a los modelos hegemónicos de control. Ya en los setenta pregolpe se instala polémica en el programa cultural revolucionario y luego –en el exilio– deconstruye implacablemente el lugar de la víctima en la economía de sentido que impone el desarraigo del subalterno.

    La obra de Kurapel y su legado han sido desatendidos por el aparato cultural chileno, que encuentra en su formulación pluri-significante una dificultad y distancia para analizarla y colegirla. Situación que contrasta con el permanente recibimiento que ella ha tenido en importantes epicentros académicos y culturales, materializados en premios, reconocimientos, invitaciones y una abultada bibliografía que la estudia con rigor.

    Alberto Kurapel ha reflexionado en y desde el Teatro de Exilio, como bastión de resistencia política (urgente), en un primer momento y luego como un espacio refractario de representación de las miradas celebratorias de lo actual y sus discursos de superficie. Su trabajo contiene y desarrolla desde los años ochenta, los componentes más audaces e innovadores del teatro contemporáneo. Su trayectoria, sus postulados escénicos y su poética se instalan como un puente entre la tradición teatral de antes del 73 y las propuestas actuales en nuestro país y América Latina.

    Al hablar hoy de teatro posmoderno, teatro poscolonial, posdramático, hibridación, fragmentación, transmedialidad, interculturalidad, performance y posproducción, el nombre de Alberto Kurapel acude a menudo, ya que en sus creaciones se encuentran escenificadas desde hace décadas todos estos nuevos paradigmas, lo que aún hoy, para muchos son sólo eso, conceptos y teorías. Analizado junto a grandes creadores de la escena internacional, su teatro de los márgenes, latinoamericano, chileno, es colocado en un sitial importante dentro de las nuevas expresiones del teatro contemporáneo actual. Su obra es pivotal para la comprensión de fenómenos como la tecno –tardo– posmodernidad latinoamericana o la lectura poscolonial del imaginario artístico del continente. Alberto Kurapel es impulsor en su obra de un lenguaje intertextual, y en él, nuevos y antiguos problemas confluyen acuciantes.

    ¿Por qué este coloquio?

    Creemos que lo fundamental es incorporar definitivamente a la escena nacional contemporánea la teatralidad y presencia de Kurapel, acercándose a través del enfoque que posibilitan los nuevos paradigmas a una obra y un legado que demandan una puesta en valor sustantiva en el patrimonio cultural chileno.

    Creemos que este encuentro contribuyó a difundir ese acervo, dialogarlo y compartirlo, sobre todo con las nuevas generaciones, quienes muchas veces no disponen de información para establecer los puentes con la tradición teatral del país.

    Mesas realizadas:

    1. Estrategias de hibridación y posproducción en la producción de Alberto Kurapel:

    La obra de Kurapel presenta en su factura diferentes estrategias de hibridez, que pueden interpretarse desde distintas ópticas, concepciones epistemológicas y diversos modelos y procedimientos. En su teatro la hibridez se nos presenta como mecanismo transcultural de encuentro de culturas, como mecanismo de inclusión de medios de comunicación u otro tipo de sistemas (internet, video, film), por la mezcla de sistemas (literatura/internet, teatro/video/film/instalaciones), etc., además de la utilización del concepto de posproducción o inclusión de otras fuentes audiovisuales, al no trabajar con materia prima y generar significados a partir de una selección y combinación de elementos heterogéneos pre-existentes. El coloquio focaliza el tratamiento del fenómeno de la hibridez en el teatro analizando estos niveles o campos de investigación.

    2. Performance, teatralidad, memoria, historicidad en la obra de Alberto Kurapel:

    Últimamente se han multiplicado las investigaciones en el campo de las artes escénicas, búsquedas en las que el concepto de memoria es hurgado a repetición y hasta la saciedad, desdeñando y olvidando sin embargo el teatro de exilio y sus representantes. No obstante, bajo las teorías y el contexto epistemológico de la posmodernidad y poscolonialidad teatral, del posteatro, de sus componentes y dispositivos discursivos, como la memoria, la hibridación, la fragmentación, la performance, la historicidad; la obra de Alberto Kurapel resurge pujante, pues en sus creaciones se encuentran escenificados desde hace más de tres décadas todos estos nuevos paradigmas que componen hoy el teatro y las artes de la representación.

    3. Poética de la diáspora, poesía y música en Alberto Kurapel:

    De lo global a lo local, de lo vernáculo a lo universal la producción poética de Kurapel posee rasgos inéditos para entender y comprender lo categorial como sistema fijo. La música de Kurapel está hecha de jirones y retazos, sistemas en movimientos que se niegan a aquietarse en una sola adhesión. Antiguas y nuevas sonoridades confluyen para armar una estética, musical y poética, comprometida y libre de ataduras, deseante y urgente, salvaje y dócil, profundamente latinoamericana y subalterna.

    4. Transmedialidad, interculturalidad, nomadismo en la obra de Alberto Kurapel y sus relaciones con el teatro chileno:

    La transmedialidad como estrategia incluye diversas formas de expresión y representaciones híbridas en diálogo. El prefijo trans expresa ya el carácter nomádico de este intercambio con sus múltiples formas de entrecruzamiento. Se podría afirmar que la obra teatral posmoderna latinoamericana de Kurapel es un cruce de diversas culturas nomádicas, expresado gracias al empleo híbrido de elementos mediales, en todos sus componentes sígnicos: texto, representación, puesta en escena, el actor (cuerpo, voz) y también en su relación con el espectador.

    5. Mesa redonda con participación de teatristas:

    La obra de Kurapel: contextos, vínculos, acercamientos y correspondencias con la práctica teatral nacional.

    Finalmente queremos expresar nuestro agradecimiento a todos los participantes de este Coloquio sin los cuales no habría sido posible concretar este importante proyecto.

    Samuel Ibarra, Susana Cáceres y

    Mauricio Barría Jara

    I.

    Kurapel a la luz de los grandes contextos hermenéuticos: posmodernidad, poscolonialismo, hibridación

    Los exilios de Alberto Kurapel

    Fernando de Toro

    […] quiero volver a ninguna parte,

    el próximo año quiero […] llegar,

    no pensar más en partir sino en llegar […]

    (Alberto Kurapel)

    The migrant’s sense of being rootless, of living between worlds, between a lost past and a non-integrated present, is perhaps the most fitting metaphor of this (post)modern condition.

    (Iain Chambers, Migrancy, Culture, Identity)

    I have lived that moment of the scattering of the people that in other times and other places, in the nations of others, becomes a time of gathering. Gatherings of exiles and emigré and refugees, gathering on the edge of forcing cultures; gathering at the frontiers, gatherings in the ghettos or cafés of city centres; gathering in the half-life, half-light of foreign tongues, or in the uncanny fluency of another’s language, gathering the signs of approval and acceptance, degrees, discourses, disciplines, gathering the memories of development, of other worlds lived retroactively, gathering of the people in the diaspor indentured, migrant, interned; the gathering of incriminatory statistics, educational performance, legal status, immigration status - the genealogy of that lonely figure […] named the seventh man. The gathering of clouds from which the Palestinian poet Mahmoud Darwish asks where should the birds fly after the last sky?

    (Homi Bhabha, Nation and Narration)

    The exile knows that in a secular and contingent world, homes are always provisional. Borders and barriers which enclose us within the safety of familiar territory can also become prisons, and are often defended beyond reason or necessity. Exiles cross borders, break barriers of thought and experience.

    (Edward Said, Reflections on Exile, Culture and Imperialism)

    I. Introducción

    Wladimir Krysinski comienza su prefacio al libro de Alberto Kurapel, chileno-canadiense, Station Artificielle con la siguiente afirmación: Kurapel no encontró en Quebec una segunda patria. Su ser profundo giró hacia el espacio chileno, hacia el espacio sudamericano. (Kurapel n’a pas trouvé au Québec une seconde patrie. Son être profond est tourné vers l’espace chilien, vers l’espace latino-américain) (1993: 15). Como todo exilado es un ex-céntrico en el sentido de Homi Bhabha, esto es fuera del centro. Según Bahbha, Increasingly, the issue of cultural difference emerges at points of social crises, and the question of identity that it raises are agonistic; identity is claimed either from the position of marginality or in attempt at gaining the centre: in both senses, ex-centric (1990: 177).

    El habitar un espacio ex-céntrico implica de inmediato la marca de la Otredad, del Otro, lo cual sitúa a Kurapel tanto existencial como artísticamente: habita como indentado, fracturado, un espacio entre-medio que no es éste o aquél, simplemente no es, para de ahí construir. Esta realidad del primer exilio quebequense vivida por Kurapel se repite en un segundo exilio: el chileno. Su posición de Otro, del margen, del habitar entre-medio no es distinta a la anterior simplemente porque el binarismo de la noción misma de heimlich/unheimlich no tiene lugar. Es por esto que desde mi perspectiva, señalo el habitar fracturado como el acto de crear de Kurapel, acto nomádico, sin retorno y en un eterno desplazamiento que se devora a sí mismo y que al fin lo único que le queda es el apocalipsis. Así, su creación como su vida está marcada por estos dos exilios que la nutren. En ambos se habita el margen, no por estar marginado esencialmente, sino como resultado de una decisión ética y estética, y esto no es nuevo, puesto que ya en 1973 Kurapel se distancia del teatro de la Universidad de Chile por considerarlo, por una parte, como un teatro burgués y, por otra, como teatro panfletario de una izquierda dogmática¹. Bell Hooks señala con respecto a la marginalización volitiva, como posición ante la sociedad, lo siguiente:

    I am located in the margin. I make a definite distinction between that marginality which is imposed by oppressive structures and the marginality one chooses as site of resistance –as location of radical openness and possibility. This site of resistance is continually formed in that segregated culture of opposition that is our response to domination.

    We come to this space through suffering and pain, through struggle. We know struggle to be that which gives pleasures, delights, and fulfils desire. We are transformed, individually, collectively, as we make radical creative space which affirms and sustains our subjectivity, which gives us a new location from which to articulate our sense of the world (167-168)

    Insisto en su vida y su creación puesto que a mi ver son una y la misma cosa: Kurapel como actor es el mismo que Kurapel en su casa, como Borges que era pura literatura. Esto es, no hay diferencia entre su experiencia de excéntrico-exilado en su vida cotidiana y en sus espectáculos. Sin duda hay una transformación puesto que todo espectáculo es un artefacto, una construcción, pero en los espectáculos de Kurapel no hay ficción: se trata de la realidad misma presentada en escena en toda su desgarradora realidad. De aquí emerge la noción misma de teatro performance, que no es retórica, puesto que es el exilio lo que se performatiza en ambos casos. Es esta una de las condiciones del exilio, el no ser-ser estético puesto que Kurapel jamás tranzó con las estéticas dominantes. Su estética nunca coincidió en Chile, antes del Golpe de Estado, ni en Quebec envuelto en un nacionalismo irracional, ni con un Chile posdictadura. Un teatro y un público oficial sin duda no podían ni pueden captar este tipo de estética kurapeliana.

    Por esto considero a Kurapel como uno de estos escritores diaspóricos típicos de la posmodernidad y de la poscolonialidad, no en un sentido anecdótico sino epistemológico, puesto que su creación está marcada y determinada por el nomadismo, el margen, la fractura, por un cuerpo nómade y por una profunda reflexión sobre el Otro, y el conocimiento que se desprende de sus puestas en escena y de una escritura que se inscribe a partir de aquellas. Pienso que Kurapel es quizás uno de los mejores ejemplos de lo que he estado intentando explicar hasta aquí con respecto a la Otredad marcada por la diferencia. En su primer exilio, su lenguaje se desdobla: escribe en francés y en español simultáneamente, reflejando su intento de superar su estado transnacional para intentar lograr un estado translacional, puesto que no se trata simplemente de una traslado sobre fronteras, sino también de una translación de mi historia, de mi voz: ¿cómo cuento mi historia y a quién? Es decir acceder a una voz que sólo puede ser expresada por el doble, por el exilado que inevitablemente habla dos. Y es esto lo que lo lleva a concebir un lenguaje teatral del exilio, no sobre el exilio, sino de un teatro del exilio que es muy diferente. En una de sus performances, Carta de ajuste ou Nous n’avons plus besoin de calendrier (1991) leemos :

    Voz-Off del poeta

    Jean Royer:

    Je suis né traduction, expression d’une langue première.

    Je suís né traduction française d’une mère dont la mère

    avait oublié l’amérindien et dont le père, britannique en exil,

    avait choisi de vivre en français par amour.

    Je suis dans ma langue la mémoire d’autres langues.

    Je suis né en français, c’est mon bonheur.

    Quand je sais que j’ai un nom, je le perds dans les mots,

    je l’efface pour écrire et devenir ce que je suis.

    Alors, je sais que mort je n’aurai plus de nom

    mais que peut-être on entendra ma voix.

    Traduit, je ne suis plus seul. Je suis une mémoire qui a de

    l’avenir.

    De proche en lointain une voix se fait l’écho de ma voix.

    Le mouvement de la traduction devient pour moi

    l’apprentissage permanent de l’être et des formes

    qui me définissent comme poète et me permettent

    de surmonter la confusion des langues.

    La traduction contre la Tour de Babel. (55)

    La traduction abolit les frontières et les guerres;

    elle fonde les territoires du désir et de l’entente. (55-56)

    La traduction fustige le vasage transculturel

    pour investir le vrai miroir des cultures.

    C’est la traduction qui devient le vase communicant

    des mémoires de l’homme. En même temps, nous savons que

    le parfait désir naît dans la réciprocité. (56)

    Pour terminer un conseil, ce-lui de Wou Tsien Ki:

    "Si quelqu’un t’enlève les mots de la bouche,

    ne crie pas au voleur, le langage n’appartient à personne

    - au contraire du silence."(56)

    Nací traducción, expresión de una primera lengua.

    Nací traducción francesa de una madre cuya madre

    había olvidado el amerindio y cuyo padre, británico en exilio,

    había elegido vivir en francés por amor.

    Soy en mi lengua la memoria de otras lenguas.

    Nací en francés, mi felicidad.

    Cuando sé que tengo un nombre, lo pierdo en las palabras,

    lo borro para escribir y llegar a ser lo que soy.

    Sé que muerto, ya no tendré nombre pero tal vez se escuchará

    mi voz.

    Al traducirme ya no estoy solo.

    Soy una memoria que tiene futuro.

    De ahora en adelante una voz se hace el eco de mi voz. (56)

    El movimiento de la traducción es para mí el aprendizaje permanente

    del ser y de las fronteras que me definen como poeta,

    que me permiten sobrepasar la confusión de las lenguas.

    La traducción suprime guerras y fronteras;

    fundamenta los territorios del deseo y de la comprensión. (56-57)

    La traducción fustiga el trasvase transcultural

    para investirse como verdadero espejo de las culturas.

    Es la traducción la que se transforma

    en el vaso comunicante de las memorias del hombre.

    Al mismo tiempo, sabemos que el deseo perfecto nace

    de la reciprocidad.(57)

    Voz-Off 2:

    Tradúceme, Traducción

    pulso en busca

    de un inaferrable amor.

    Traduis-moi, traduction

    pouls en quête d’un

    insaississable amour. (91)

    Ciego:

    (Desde dentro con la voz de

    Alberto Kurapel. De l’intérieur

    avec la voix d’Alberto Kurapel.)

    Tradúceme. Tradúzcanme.

    Traduis-mois. Traduisez-moi.

    (Con más volumen. Plus fort.)

    Tradúceme. Tradúzcanme.

    Traduis-moi. Traduisez-moi

    (Gritando y sollozando.

    En criant et en sanglotant.)

    Tradúzcanme. Tradúceme.

    Traduisez-moi. Traduis-mois.

    (Susurrando. En chuchonant.)

    La única venganza que me queda

    es el recuerdo. La seule vengeance

    qui me reste est le souvenir.

    He citado estos pasajes para mostrar la fractura que se instala en la producción teatral de Alberto Kurapel: él habita la fractura como la condición insuperable de su marginalidad volitiva, de su desplazamiento y de su exilio. Una vez exiliado, no hay retorno, similar al desplazamiento que se produce en Friday, el esclavo de la novela de John Coetzee, Foe: cuando éste intenta regresar desde Hanover a África, el capitán del barco le dice África, dónde. En La Bruta Interférence leemos

    En este lugar la arrojé. Era lo que más quería; o más bien lo único amado que aún tenía conmigo.

    [...]

    Ha pasado demasiado tiempo, no la puedo encontrar.

    [...]

    ¡Quiero encontrar lo que boté cuando tuve que irme! (Kurapel, 1995: 75)

    [...]

    No sé si fue aquí donde la lancé. Aquí la busco porque los lugares no existen. (84)

    La fractura, el problema del Otro y el de la alteridad son realidades que no sólo han penetrado el campo social y político, sino también el campo artístico, literario y cultural. Kurapel es, tal vez, uno de los primeros artistas en transformar la fractura producida por el desplazamiento (político en su caso) en materia artística, en una expresión que habita la indentación. Es desde aquí que la ruptura en la escritura, que raya en la esquizofrenia, tiene lugar: español/francés, simultáneamente presenta una forma de Farmacón donde ninguno de los términos puede ser reducido al otro. Ambos existen en una forma indivisible, presencia y ausencia, irreducible, revelando la brutal complejidad y la tragedia existencial de Kurapel, donde el arte se transforma en vida y la vida en arte: no hay ninguna diferencia entre estas dos realidades, excepto por el constante diferir y deslizarse del sentido que nunca alcanza a capturar el significante que intenta encapsular el significado. El habitar estas lenguas, como fractura, queda claramente establecido en Carta de ajuste ou Nous n’avons plus de calendrier.

    Es precisamente este acto de autotraducción que intenta no-ser-el-otro, y al mismo tiempo y en un

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