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El Público (De Un Drama En 5 Actos) De Federico García Lorca: Estudio Y Edición Crítica.
El Público (De Un Drama En 5 Actos) De Federico García Lorca: Estudio Y Edición Crítica.
El Público (De Un Drama En 5 Actos) De Federico García Lorca: Estudio Y Edición Crítica.
Libro electrónico240 páginas2 horas

El Público (De Un Drama En 5 Actos) De Federico García Lorca: Estudio Y Edición Crítica.

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En el preciso instante en el que Federico Garca Lorca termin la redaccin de El pblico, rubricaba, a su vez, uno de los mayores hitos de su produccin teatral. Consciente que su texto generara una ruptura con la dramaturgia espaola del momento, la defini como una pieza para no ser representada, y un poema para ser silbado. Sus palabras, sugerentes a la vez que enigmticas, definan un texto complejo en su ejecucin, y no menos en su clasificacin.
El debate sobre las influencias estticas presentes en este texto lorquiano oscila, de forma sistemtica, entre aquel sector de la crtica que lo vincula a una esttica surrealista, o bien bajo la denominacin de teatro imposible. Sin embargo, sobre la primera de las clasificaciones el propio autor fue muy tajante al respecto, negando cualquier tipo de vinculacin de su esttica con el Surrealismo.
En este estudio y edicin crtica El Pblico emerge como un texto alejado de los etiquetajes convencionales. El texto lorquiano se nutre de fuentes tan diversas como Shakespeare, la dramaturgia urea espaola y planteamientos estticos muy alejados de la preceptiva teatral espaola y europea. Por primera vez en la edicin crtica de El Pblico se plantean nuevos cauces de investigacin, tan sugerentes como aquellas palabras de Garca Lorca.
Este anlisis del texto lorquiano y, su edicin crtica ha contado con la inestimable colaboracin y aportacin documental de la Fundacin Federico Garca Lorca. Las fotografas y documentos que se aportan en esta edicin permitirn al lector acercarse a las circunstancias que rodearon a Federico Garca Lorca durante su estancia en Nueva York y, cmo stas influyeron en la redaccin de El pblico.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento18 mar 2013
ISBN9781463352936
El Público (De Un Drama En 5 Actos) De Federico García Lorca: Estudio Y Edición Crítica.

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    El Público (De Un Drama En 5 Actos) De Federico García Lorca - Luis Trigueros-Ramos y López

    El Público

    (DE UN DRAMA EN 5 ACTOS) DE

    Federico García Lorca

    ESTUDIO Y EDICIÓN CRÍTICA.

    Luis Trigueros-Ramos y López

    Copyright © 2013 por Luis Trigueros-Ramos y López.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    Fecha de revisión: 14/03/2013

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    Fax: 01.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    346964

    Índice

    AGRADECIMIENTOS

    Prefacio

    Esta edición

    I      EL MANUSCRITO

    Primeras referencias sobre el manuscrito.

    Conservación del manuscrito: variantes y ediciones parciales del texto dramático.

    Distribución en páginas y actos del manuscrito de 1930.

    Características caligráficas y circunstancias del soporte en la escritura del borrador.

    Interferencias o descuidos lorquianos en el proceso de la redacción del manuscrito.

    II    TEORÍAS Y JUEGOS DE UNA NUEVA PRECEPTIVA ESTÉTICA

    El duende en El público

    El duende de Shakespeare en El público.

    III    ANTECEDENTES TEMÁTICOS Y ESTÉTICOS EN EL PÚBLICO

    Antecedentes teatrales

    Antecedentes poéticos

    IV    LA TRADICIÓN CLÁSICA COMO MODERNIDAD

    Breve acercamiento de lo clásico en la producción teatral de Federico García Lorca

    Los prólogos o introitos en las piezas teatrales de Federico García Lorca

    El pastor bobo en la tradición prologal de los textos dramáticos del Siglo de Oro

    El pastor bobo lorquiano: el análisis.

    V      EL SURREALISMO

    Acercamiento al ideario Surrealista: El Manifiesto Surrealista de André Bréton.

    El Surrealismo en España

    El surrealismo lorquiano

    Del Surrealismo al Expresionismo en EP.

    VI     La transfiguración de los personajes en el biombo del averno. La dualidad del ser y la ambivalencia del amor

    VII   El sugerente influjo del teatro chino en El público

    VIII Edición Crítica

    El público

    IX    Ilustraciones

    Dedicado a la memoria de mi madre.

    El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla y grita, llora y se desespera. El teatro necesita que los personajes que aparezcan en la escena lleven un traje de poesía y al mismo tiempo que se les vean los huesos, la sangre.

    Federico García Lorca

    AGRADECIMIENTOS

    Quiero aprovechar esta oportunidad para hacer un especial reconocimiento al apoyo que me ha brindado, en todo momento, la Fundación Federico García Lorca, sin el cual esta edición no hubiera sido posible. Mi más sincero agradecimiento a:

    Don Manuel Fernández-Montesinos † (FFGL)

    Doña Laura García-Lorca de los Ríos (FFGL)

    Doña Rosa María Illán (FFGL)

    Doña Margarita Rodera (FFGL)

    Sky A. Weise (OU)

    En un ámbito más personal, me resulta imposible enumerar a todas aquellas personas que a lo largo de los años me han ofrecido su apoyo, ya sea en lo profesional, o bien en lo personal. Para evitar lapsus de cualquier tipo, quisiera agradecer a toda mi familia, amigos y colegas el ánimo que me han infundado durante todos estos años.

    A todos vosotros, sin excepción, mi más eterno agradecimiento por ese soplo de frescura que tantas ocasiones me habéis aportado. Gracias por esas conversaciones, por vuestros sabios consejos, por vuestra fidelidad, por vuestro apoyo y, por vuestra inquebrantable paciencia. Por todo eso, por vuestro duende y por estar ahí: muchas gracias.

    Prefacio

    Es incuestionable que toda creación artística es un acto de valentía. Sin embargo, cuando la obra traspasa el umbral del anonimato y es, generosamente, entregada al público se produce un proceso interesante. En él se despoja a su autor de todo el control y, es de nuevo el público quien asume la responsabilidad del éxito o del fracaso de la obra.

    Por evidentes que pudieran parecer estas afirmaciones, cuando el público se erige en juez puede incurrir en dictámenes e interpretaciones de la obra que, en poco o en nada se asemejan a las concebidas por su creador. Es un riesgo que el artista asume, con más o menos resignación. Si el autor es lo suficientemente precavido ofrecerá indicios al público para que las interpretaciones sean lo más certeras y cercanas a la suya. Aunque, como bien es sabido, no siempre una creación artística debe suscitar una misma interpretación. La naturaleza intrínseca del arte permite esta variabilidad o aparente contradicción.

    No obstante, muchos artistas diseminan indicios en la propia obra o, a lo largo de su producción, con el fin de evitar ciertos desatinos en la interpretación de su arte y encauzarlos a aquellos que motivaron su creación.

    El público, convertido ahora en el responsable de entronizar o ignorar la obra, debe recomponer todas las piezas a fin de enjuiciarla de una manera justa. Por consiguiente, un único rastro no es motivo suficiente para que tomemos como válida una interpretación. Serán necesarios más indicios para ello. Por ende, las concomitancias a un estilo, o movimiento estético que puedan emerger de una obra no son suficientes para que ésta sea adscrita, plenamente, a una estética determinada. En el ámbito literario estas interpretaciones, y la consiguiente clasificación del texto que de ellas se desprendan, pueden inducirnos a conclusiones del todo sorprendentes y contradictorias.

    En los primeros decenios del siglo XX, diversos movimientos estéticos irrumpieron con virulencia en el marco de una Europa que, orgullosa los acogió, amparó y protegió. Algunos de estos movimientos estéticos, conocidos como los ‘ismos’, tuvieron una fructífera vida y su impronta traspasaría continentes. Otros, por los motivos que fueran, desaparecerían con la misma celeridad con la que emergieron.

    Muchos escritores europeos en aquella Europa de los felices años 20, seducidos por la bocanada de aire fresco que suponían los ‘ismos’, mostraron su respeto, admiración y, en algunos casos sus obras reflejan vinculaciones más o menos evidentes con estos movimientos. La nómina del Grupo Poético del 27 no fue una excepción. Federico García Lorca fue, de entre esta nómina, uno de los más fructíferos escritores de su época. Su asesinato truncó abruptamente una polifacética producción como poeta, dramaturgo, conferenciante, director de teatro, músico y dibujante.

    La crítica, y esa necesidad pedagógica del ámbito académico en pautar, clasificar y justificar ciertos rasgos de la producción del granadino, ha considerado de una manera más o menos homogénea, distinguir diversas etapas en la producción lorquiana. Éstas serán vinculadas a ciertos movimientos estéticos y literarios vigentes, o no, en la época del autor.

    De tal proceso se concluye que la producción literaria de Federico García Lorca se nutre de cierto romanticismo y del Modernismo en sus primeras creaciones. Posteriormente su obra parece adscribirse a una clara tendencia neopopularista que pronto evolucionará a planteamientos más vanguardistas, para culminar en una literatura de características más sociales. Parece innegable que en el caso de su producción más tardía, García Lorca recondujo su preceptiva a una literatura más vinculada a lo social aunque, en su producción teatral de madurez, haya reminiscencias del teatro greco-latino. En lo lírico, su evolución le conduciría a utilizar un lenguaje poético más intimista, muy próximo al misticismo de San Juan de la Cruz, tal y como lo aseveran los versos de Sonetos del amor oscuro.

    Esta somera revisión de estilos en la producción literaria de Federico García Lorca encuentra en El público escollos verdaderamente importantes. El primero de ellos lo manifiesta el único manuscrito conservado hasta la fecha y escrito por el granadino entre 1929 y 1930 durante su estancia en Nueva York y la Habana, aunque es preciso matizar que la parte final del drama fue concluida en Granada.

    El segundo de los escollos, y no menos importante que el primero, se circunscribe a esta clasificación más o menos aceptada por todos. El público, en este pautado sistema de ordenación de su obra, ha sido considerada como obra gestada bajo la influencia del Surrealismo. Este etiquetaje se ampara y se justifica en ciertas imágenes ilógicas que sugiere el texto, así como un lenguaje premeditadamente confuso donde las realidades nombradas parecen desvincularse de toda referencia lógica convencional. Si bien esta afirmación pondría en entredicho aquella clasificación por la cual el famoso Romancero Gitano se vincularía a la estética neopopular. En la mente de todos resuenan los versos de aquellos romances del Romancero Gitano. Tal vez los más rememorados sean aquellos versos del Romance Sonámbulo en los que el granadino escribiera:

    Verde que te quiero verde

    verde viento verde rama

    el barco sobre la mar

    y el caballo en la montaña.

    Hete aquí uno de los paradigmas más notorios de esta extendida clasificación de su obra. Este poema se relaciona, según los cánones de la crítica más extendida, a una estética neopopular y su forma métrica, el romance, lo vincularía a esa etapa en la que García Lorca parece encontrar en este movimiento un vehículo para encauzar su voz poética. Sin embargo, las realidades nombradas de manera reiterada en los dos primeros versos resultan del todo ilógicas. Resulta casi imposible concretar una interpretación certera a este verde lorquiano. Aunque esta realidad se nos muestre inasible, no llegaríamos a la conclusión que en la gestación de estos versos subyace la impronta surrealista.

    El Público es un ejemplo más en el que Federico García Lorca retoma, mezcla, traspasa, diluye y funde una estética con otra. En su evolución literaria el granadino aplicaría el concepto del leixaprén medieval que configura un todo homogéneo tanto en su estilo, como en su personal visión de la literatura.

    Pese a esa aparente falta de lógica que nos permitiría relacionar El Público con el movimiento Surrealista, el drama manifiesta unos indicios que examinaremos con sosiego junto al lector. Al final de esta andadura literaria que proponemos en nuestra edición, será el público quien, por supuesto, tenga la última palabra.

    Esta edición

    En la presente edición se ha utilizado como texto base el único manuscrito conservado de El Público que Federico García Lorca concluyó el 22 de agosto de 1930. Gracias a la custodia que hiciera de este único manuscrito el amigo personal y su primer editor, Rafael Martínez Nadal, cualquier edición del texto se sustenta sobre este único autógrafo existente hasta la fecha. No obstante, como puede apreciarse en el aparato crítico que acompaña a nuestra edición, han sido cotejados los cuadros Segundo y Quinto del MS con los que publicara Federico García Lorca en la revista Los Cuatro Vientos (1933). Sendos cuadros nos han servido de apoyo para su transcripción y que designaremos bajo las siglas LCV (variante LCV). Por consiguiente, y a no ser que se especifique lo contrario en nuestro aparato crítico, los cuadros Segundo y Quinto han sido editados según los criterios de la última revisión que hizo García Lorca en 1933. También ha sido cotejado todo el manuscrito (MS) con las ediciones que hiciera Rafael Martínez Nadal en 1976 (MN) y la edición de María Clementa Millán (2006).

    En la introducción a su edición del texto lorquiano, Martínez Nadal justifica algunos cambios con respecto al MS basándose en los recuerdos de aquellas lecturas del drama que, de manera frecuente, hacía Lorca en petit comité. Si bien algunas de sus indicaciones son totalmente plausibles y coherentes al estilo lorquiano, otras las hemos desestimado intentando acercar el texto a una cohesión totalizadora en el corpus de la producción teatral del granadino. Coherentes a este principio, el lector observará que aquellas dos páginas sin título y carentes de numeración del MS que fueron publicadas por Martínez Nadal y, posteriormente en la edición de María Clementa Millán entre los cuadros Quinto y Sexto bajo la designación de Solo del Pastor Bobo, en la presente edición han sido consideradas como el prólogo o introito a este drama. Este nuevo emplazamiento ofrece al texto una dinámica teatral muy distinta a la anteriores ediciones, toda vez que proyecta al lector y, a la propia producción teatral de García Lorca, su deuda con la de aquellos textos teatrales de la dramaturgia siglodorista. Sin embargo, la irrupción o, si se prefiere, el rescate de este singular personaje de los textos áureos españoles en este texto lorquiano, podría, a su vez, ser deudor de otro peculiar personaje muy alejado de la preceptiva teatral española, e incluso europea.

    Además de las argumentaciones que ofrecemos en la presente edición para justificar estos cambios respecto a las ediciones precedentes, hemos intentado acercar al lector una visión lo más cercana posible del MS. Para ello hemos reseñado, además de las variantes de lectura de las ediciones de Martínez Nadal y Millán, respectivamente, cuestiones de índole más circunstancial, pero que afectan al autógrafo tales como supresiones o tachaduras que hiciera el propio García Lorca en el proceso de redacción del MS. Por ende, no han sido corregidos aquellos errores ortográficos de los fragmentos desechados por nuestro autor, y han sido editados en el aparato crítico bajo transcripción diplomática.

    Como norma hemos intentando respetar la puntuación original. Sin embargo, se han hecho algunas modificaciones, debidamente indicadas, con el propósito de hacer más comprensible la intencionalidad del mensaje, o bien para mantener la tensión dramática del cuadro.

    En ocasiones aparecen cuestiones de índole meramente relativas a la caligrafía de Lorca que, junto a esa febril redacción que revela el MS, impiden la lectura de una o varias palabras. En tales circunstancias, los problemas de lectura que aporta el MS han sido cotejados con las indicaciones argumentadas en las anteriores ediciones. Aunque, en algún caso, la solución sugerida nos resulta contradictoria con respecto a la coherencia interna del cuadro o del propio texto. En este sentido, la solución ha sido argüida bajo el contexto legible del autógrafo. Tal y como se analiza en nuestro estudio, existen pasajes donde se agrava la edición ante situaciones realmente complejas de resolver. Sirva a modo de ejemplo la intervención del Hombre 3 (Cuadro Tercero) en la que García Lorca, simplemente, anotó: Aquí las palabras de Shakespeare. Cotejadas las sugerencias aducidas en las ediciones de MN y de María Clementa Millán, hemos optado por un cambio sustancial con la consiguiente explicación en la nota que acompaña a este fragmento.

    Esta edición viene acompañada de una sección titulada Ilustraciones. Estos documentos gráficos, inéditos en una edición crítica de El Público, configuran un marco contextual más amplio, permitiendo al lector tener una visión más cercana, más precisa y más totalizadora de las circunstancias que acompañaron a Federico García Lorca en la gestación del MS. Sin embargo, conviene precisar que la fotografía que inaugura esta sección es un lienzo a color hecho ex profeso por Sky A. Weise (University of Oklahoma).

    También queremos destacar que este libro está editado bajo los recientes criterios ortográficos establecidos por la Real Academia Española de la Lengua.

    A continuación se especifican las siglas que han sido utilizadas en esta edición, tanto en el estudio preliminar como en el aparato crítico:

    EP: El Público

    MS: Manuscrito

    MN: Edición de Martínez Nadal

    LCV: Revista Los Cuatro Vientos

    OC: Obras Completas

    [ ] Del editor

    ¿…? Palabra o palabras ilegibles en el MS

    I

    EL MANUSCRITO

    Primeras referencias sobre el manuscrito.

    La primera noticia de la que tenemos constancia del manuscrito nos la ofrece el propio autor en una carta remitida a sus padres desde Nueva York. La carta, que reproducimos parcialmente a continuación, está fechada el 21 de octubre de 1929:

    …Veremos a ver si mi presupuesto me alcanza para asistir al teatro, en el que tengo tanto interés. He empezado a escribir una cosa de teatro que puede ser interesante. Hay que pensar en el teatro del porvenir. Todo lo que existe ahora en España está muerto. O se cambia el teatro de raíz o se acaba para siempre. No hay otra solución … (OC III: 1144)

    Como se ha indicado en páginas anteriores El públicoi fue gestado en Nueva York. Así parece confirmarlo el granadino en

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