Canto del Desencanto

Por Antonio Carlos Mongiardim Gomes Saraiva

Canto es amor, exaltación, libertad. El desencanto es todo aquello que niega ese sueno deja un rasto de tristeza y descontento. El canto del Desencanto quiere transformar esa angustiay soledad, a través de la poesía. En algo apacible, estético y quizás incluso interesante.

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 30 nov 2019
• ISBN: 9781393614180

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CANTO DEL DESENCANTO

Mongiardim Saraiva

Prólogo

Canto es amor, exaltación, paz y libertad.

El desencanto es todo aquello que niega ese sueño y deja un rastro de tristeza y descontento.

El canto del Desencanto quiere transformar esa angustia y soledad, a través de la poesía, en algo apacible, estético y quizás incluso interesante...

El Autor.

CANTO I

Soy el silencio de un pastor

guardo mi rebaño detrás de la colina

uso en libertad mis colores

pienso en las estrellas sin tener ciencia

sólo cuido de mis amores

observo el cielo sin metafísica

me baste en el regalo del viento

soy el pájaro posado en vida

agua que escurre de mi lamento

cuando veo las otras tierras

marco las ovejas en la memoria

y oigo el eco de su balir

en el sol escribo otra historia

cuento los pasos que han de venir

mis perros son como gente

llevan y traen mi rebaño

son ángeles que me siguen de cerca

abren el camiño que viene a seguir

quiero dejar para las estrellas

una  ventana siempre abierta

por esa imensidad lejana

quiero siempre poder verlas

alrededor de mi rebaño

de una forma delirante

––––––––

CANTO II

Exalto los bosques coníferos

de agujas largas y finas

propias de las regiones frías

o templadas del planeta

como en las tarjetas de navidad

que guardo en un cajón

para olvidar de todo el mal

quería poder plantar flores

en todos los lutos y horrores

poder oler y regalar

con sencillos botones de rosa

impregnados de un dulce aroma

que me recordara el amor refinado

mareado y embriagado de las pasiones

soy rehén de mis sólidos portones

que sólo abren cuando me sinto aislado

soy un centinela atenta y impregnada

por los aromas que vuelan a mi orilla

mis muros son blancos y silenciosos

por entre las hierbas nace una enredadera

––––––––

CANTO III

incluso confinado a las profundidades abisales

a veces lanzo mano de mi periscopio

un ojo apuntado a tantos ojos normales

envueltos por una cortina en el denso opio

dentro de mi submarino aguardo por el sol

a pesar de no poder sentirlo ni abrazarlo

soy rehén de esa claridad tímida y velada

y estoy inmerso en las aguas sin un faro

cualquier claridad es una