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Nube negra
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Libro electrónico68 páginas1 hora

Nube negra

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Nuebe negra es un conjunto de cuentos que grafican 12 sentimientos, estados de ánimo o emociones vitales (tales como la envidia, el miedo, la venganza, el asco, la culpa, la vergüenza, entre otros) de una mujer joven que vive sumergida tanto en los suburbios de norteamérica como en las calles de Manhattan y Brooklyn, entre jóvenes con cuellos de polo que consumen MDMA y cantan la canción de Jay-Z y su propia vida, una vida de anfetaminas, una infancia de violencia, una madre drogadicta, historias de orfandad, relaciones de pareja insostenibles, exceso de alcohol y Adderal. Un libro que retrata la experiencia de vivir en Estados Unidos hoy en día, una fuerte crítica a la sociedad norteamericana desde un punto de vista íntimo y autobiográfico, donde se narra la vida cotidiana en esta cultura alienante y violenta. Traducción de Matías Fleischmann.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento7 jul 1905
ISBN9789569648038
Nube negra

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    Nube negra - Juliet Escoria

    Primera edición en inglés: civil coping mechanisms, usa, 2014

    Primera edición en español: los libros de la mujer rota, noviembre, 2015

    Título en inglés: black cloud

    © juliet escoria

    © los libros de la mujer rota

    MAQUETACIÓN Y DISEÑO:

    María Cristina Adasme

    EDICIÓN: Francisco Molina

    TRADUCCIÓN: Matías Fleischmann

    COORDINACIÓN EDITORIAL: Claudia Apablaza

    DIAGRAMACIÓN DIGITAL:

    ebooks Patagonia

    www.ebookspatagonia.com

    info@ebookspatagonia.com

    ISBN EDICIÓN IMPRESA: 978-956-9648-03-8

    ISBN EDICIÓN DIGITAL: 978-956-9648-26-7

    www.loslibrosdelamujerrota.com

    twitter: @LLdelamujerrota

    email:info@loslibrosdelamujerrota.com

    Quirihue 49, Ñuñoa, Santiago, Chile

    teléfono: 0056-9-63509424

    Este libro puede ser fotocopiado parcial o totalmente, reproducido por medios como escáner, fotografías, audios, visuales u otros, para uso personal o colectivo, pero sin fines comerciales, sino que para fines educativos, formativos, lectura cotidiana, recreativos u otro similar.

    Los libros de la Mujer Rota busca que todos tengamos acceso a la lectura.

    Para John A. Jackson

    ÍNDICE

    RESENTIMIENTO A LA MIERDA CALIFORNIA

    CONFUSIÓN EL OTRO TIPO DE MAGIA

    APATÍA REDUCCIÓN

    CULPA HISTORIA DE HEROÍNA

    ASCO SU PARTE MÁS FILOSA

    MALICIA COPA, DESTILADA

    VENGANZA TEMPORADA DE HURACANES

    MIEDO ENFERMEDAD MENTAL UN DÍA DE SEMANA

    IMPOTENCIA NO LO CUESTIONO

    DESPRECIO A SÍ MISMO CORRIDA DE GRUÑONES

    ENVIDIA ACÁ HAY UN CUENTO DE FANTASMAS

    VERGÜENZA PROBLEMA Y PROBLEMÁTICA

    Para ver los videos de cada historia,

    ir al canal de Vimeo de black cloud

    http://vimeo.com/channels/blackcloud

    RESENTIMIENTO

    A LA MIERDA

    CALIFORNIA

    Ese fue el verano en que el agua de la laguna se hinchó, y los moscos y los mosquitos flotaban en nubes negras. Nos sentábamos en la playa en sus sillas de jardín oxidadas, los hilos de nylon poniéndose blancos antes de cortarse. Tomábamos cervezas de un cajón, primero frías y luego no frías y luego tibias, de latas escondidas en bolsas de papel, y las mordidas enrojecidas de bichos se hinchaban en nuestros talones. El día se transformó en noche, y rodamos de las sillas a la arena, sin importarnos de verdad los bichos, y le susurré, te amo, por la primera primera vez, y lo dije en serio.

    Creí decirlo en serio.

    Los días se acortaron y las picadas de mosquito sanaron. Ese fue el invierno en que las algas se desraizaron solas, desparramándose en la arena en rumas oxidadas, podridas, haciendo que la playa apestara a muerte. Bajamos una noche, con esperanza, pero no pude soportarlo por más de diez minutos. Justo antes de que nos fuéramos –él no quería que nos fuéramos– le dije: Es que parece como si el mar nos estuviera provocando, y me sonrió como si yo fuera una niñita mórbida y tonta. Él era uno de los que vinieron de otro lado, y veían todo como si fuera genial, y se despertaba todos los días para decir que eran mañanas bonitas. A la mierda California, dije despacito. Y también: a la mierda tú.

    Devolvimos sus sillas de jardín al lugar de donde vinieron, a la terraza de su casa, donde podíamos ver un poquito del centro y de la bahía que estaba contaminada, pero principalmente mirábamos el aeropuerto.

    Este también era el invierno en el que no me podía entibiar. El aire del mar parecía escarbar mis huesos, y no se salía nunca. No había otra explicación. Tenía la piel más delgada, más transparente que antes, y mis venas parecían mucho más azules. Tenía los brazos y pecho como mapas, mapas con un montón de ríos. Tomaba para derretir los escalofríos. No te podría decir por qué él tomaba, solo sé que también lo hacía.

    En la cocina antes de comer una noche, aparentemente había tomado mucho y me desmayé. Un momento tenía los codos en el mesón y el siguiente era una poza desparramada en el piso. Me había pegado con la cerámica del suelo en el hueso de mi mejilla. En la mañana tenía un ojo morado. Parece que le respondiste a alguien, bromeó. Pretendí reír, pero en verdad

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