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Grandes Proyectos Científicos. Sincrotrón
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Libro electrónico374 páginas4 horas

Grandes Proyectos Científicos. Sincrotrón

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Este libro presenta una visión nacional e internacional de la utilidad y el uso de fuentes de luz de sincrotrón. Incluye las ideas de directores generales de laboratorios en España, Brasil y Estados Unidos, así como del director de vinculación industrial de la fuente de luz de sincrotrón de Europa, Edward Mitchell. Asimismo, contiene una reseña del
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 ago 2019
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    Grandes Proyectos Científicos. Sincrotrón - Matias Moreno

    grandes proyectos científicos:

    sincrotrón

    Primera edición: 2017

    D. R. © 2017. El Colegio Nacional

    Luis González Obregón 23, Centro Histórico,

    06020, Ciudad de México.

    Teléfono: 57 89 43 30

    D. R. © 2017. Instituto de Física

    Sendero Bicipuma, Coyoacán,

    04510, Ciudad de México.

    Teléfono: 56 22 50 00 ext. 2320

    ISBN: 978-607-724-226-0

    ISBN digital: 978-607-724-237-6

    Impreso y hecho en México

    Printed and made in Mexico

    Correos electrónicos:

    publicaciones@colnal.mx

    editorial@colnal.mx

    contacto@colnal.mx

    www.colnal.mx

    Consulta de las presentaciones originales y más información en: sincrotron.fisica.unam.mx/ColNal

    Editado por:

    Rodolfo Leo

    Matías Moreno

    Octavio Novaro Peñalosa

    Con colaboración de:

    Armando Antillón

    Jovani Dávila

    Alain Flores

    Rodrigo Guzmán

    José Ignacio Jiménez

    Juan Reyes

    Mario Torres

    índice general

    Presentación

    Matías Moreno y Octavio Novaro Peñalosa

    Agradecimientos

    Matías Moreno y Octavio Novaro Peñalosa

    Inauguración

    Octavio Novaro Peñalosa, Brenda Valderrama y Matías Moreno

    Mesa redonda. La academia y los grandes proyectos

    Tomás Viveros, José Mustre, Julia Tagüeña, José Franco y Víctor del Río

    Synchrotron radiation for industrial applications

    Edward Mitchell

    Experiences and science from the Advanced Light Source (als) in Berkeley

    Roger Falcone

    Proyecto científico del estado de Morelos

    Brenda Valderrama

    Avances en el diseño y plan de viabilidad de la Fuente de Luz de Sincrotrón (fls) en Morelos

    Matías Moreno

    lnls. From scratch to a State-of-the-Art Machine in thirty years

    Antonio José Roque da Silva

    The impact of light sources on science and society in developing countries

    Herman Winick

    The experience of the ALBA synchrotron construction in Spain

    Caterina Biscari

    Structural insights into G-protein-coupled receptors (gpcrs) (Based on the talk of Brian K. Kobilka)

    Abel Moreno y Matías Moreno

    Mesa redonda. Política científica y los grandes proyectos

    Jorge Flores, Enrique Cabrero, Ana María Cetto, Salvador Malo y Salvador Vega y León

    A synchrotron facility. Consequences for the scientific and economic development

    Miguel Ángel García Aranda

    Clausura

    Octavio Novaro Peñalosa

    Índice de figuras

    Presentación

    El contexto

    Uno de los problemas básicos de la ciencia en los países con un desarrollo científico-tecnológico deficiente es la falta de infraestructura científica. Un indicador relevante de este fenómeno es el porcentaje del presupuesto dedicado a infraestructura comparado con el total del presupuesto para ciencia y tecnología (CyT). Así, en México, este porcentaje es de 20% comparado con 80% dedicado a otros conceptos, típicamente, gasto corriente. Si aunamos esto a que el añejo objetivo de dedicar 1% del producto interno bruto (pib) a CyT jamás se ha logrado, tendremos un mejor entendimiento del atraso de nuestro país.

    Es justo señalar que en la presente administración federal se ha hecho un esfuerzo real por lograr un mayor presupuesto dedicado a CyT. Con todo, el fantasma de mantener la inversión en este rubro entre 0.30 y 0.40% amenaza de nuevo en convertirse en realidad después de alcanzar poco más de 0.5% en 2014. Las promesas de las campañas políticas parecen ser vanas y falsas las convicciones expresadas de utilizar a la CyT como una palanca de desarrollo económico y social. Las prioridades de nuestra sociedad en seguridad, combate al crimen y desarrollo social son reales y requieren ser atendidas. Sin embargo, a la par de éstas, el desarrollo educativo y científico-tecnológico esenciales para el económico son igualmente reales y el abandono de estos temas garantiza continuar con el círculo vicioso que hace ineficaces los gastos realizados en las áreas percibidas como urgentes.

    Ni el ejemplo de los países con alto desarrollo económico y social, como Alemania, que ante crisis como la de 2008 aumentó el porcentaje del pib dedicado a CyT, parece convencer a nuestros tomadores de decisiones en política económica a perseverar el esfuerzo en mantener e incrementar el presupuesto de CyT. Al contrario, este último es disminuido de manera brutal.

    Otro de los aspectos que complican el panorama del desarrollo en CyT es el voluntarismo manifiesto hacia la ciencia y la tecnología. Las decisiones al respecto se toman totalmente alejadas del contexto real en el que se crea la CyT en nuestro entorno. Así, la participación de cuerpos colegiados, base de un desarrollo informado y sano, es apoyada de manera tímida y rara vez tomada en cuenta. No hay una concepción y, por lo tanto, un plan integral para el desarrollo de CyT para modificar y resolver los problemas del sector, en especial, para cambiar la estructura de la toma de decisiones. Se persigue y se consolida un esquema patrimonialista, se divide y se fragmenta el apoyo a investigadores. La participación del sector productivo, sea éste público o privado, se realiza de forma poco decidida y se culpa de esta situación a la inercia cultural.

    Así, el desarrollo de la experimentación, piedra angular de la CyT, se concibe y se impulsa con el modelo de un laboratorio típicamente centrado en un individuo que se asume y actúa como poseedor de los bienes de su laboratorio. Esta concepción da cierta estabilidad al desarrollo de la ciencia experimental, pero a la vez la limita y es necesario complementarla con la creación de infraestructuras mucho más amplias en las que la toma de decisiones requiere la creación de estructuras transformadoras. Ésta es la base de la dualidad entre ciencia grande y pequeña.

    La incursión en la gran ciencia de nuestro país exhibe también la falta de planeación. Quizá el ejemplo paradigmático de esto es la formación de grupos experimentales en la física de altas energías. Aquí, el país ha logrado formar varias decenas de investigadores de muy buen nivel. Al principio de los años ochenta a los noventa con la transmutación de físicos teóricos a experimentales y después enviando a estudiantes de posgrado a formarse en diversos grupos en grandes laboratorios. El ejercicio ha funcionado para equilibrar un área que en su origen fue teórica de manera exclusiva. Sin embargo, el esquema no está libre de problemas, pues la formación de los estudiantes se hizo sin un proyecto conceptualmente conducido y el resultado se traduce en una enorme diversidad de intereses y poca consolidación de grupos que hoy en día pugnan entre sí para conseguir el raquítico apoyo financiero.

    En resumen, el panorama del desarrollo en CyT es uno dominado por la falta de conducción y por la fragmentación en nuestro país. Todo esto abona a que los recursos financieros permanezcan estancados sin perspectivas de cambio en el futuro inmediato.

    El Congreso Grandes Proyectos Científicos: Sincrotrón

    Una propuesta para vencer varias de las dificultades antes mencionadas se presentó en el Congreso Grandes Proyectos Científicos: Sincrotrón, llevado a cabo los días 23 y 24 de junio de 2015 en El Colegio Nacional. El impulsor de esta iniciativa en dicha institución fue el doctor Octavio Novaro Peñalosa y el Comité Organizador estuvo formado por los doctores Armando Antillón del Instituto de Ciencias Físicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (icfunam), Jorge Flores del Consejo Consultivo de Ciencias (ccc), Matías Moreno del Instituto de Física de la unam (ifunam) y Tomás Viveros de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa (uami). Las instituciones promotoras del evento además del propio Colegio Nacional fueron la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología (SICyT) del estado de Morelos, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el ccc de la Presidencia de la República, la unam, la uam, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (ipn) y la Universidad de Guanajuato.

    El congreso contó, en este marco excepcional, con las presentaciones de reconocidos especialistas internacionales:

    Brian Kobilka, profesor de fisiología molecular y celular de la Universidad de Stanford y Premio Nobel de Química 2012.

    Caterina Biscari, directora general de ALBA, la Fuente de Luz de Sincrotrón (fls) española.

    Roger Falcone, director general del Advanced Light Source (als), Berkeley, California.

    Edward Mitchell, director de la Oficina de Enlace Industrial, European Synchrotron Radiation Facility (esrf), Francia.

    Miguel Ángel García, director científico de ALBA, la fls española.

    Herman Winick, profesor emérito del Stanford Syn­chrotron Radiation Lightsource (ssrl), Stanford, California.

    Antonio José Roque da Silva, director del Laboratório Nacional de Luz Síncrotron (lnls), Brasil.

    Víctor del Río, consultor de Desarrollo Científico Tecnológico, Australia.

    El honorable Tim George, embajador de Australia en México.

    Además, el congreso se enriqueció con la distinguida participación de reconocidos actores nacionales en el desarrollo científico-tecnológico:

    Julia Tagüeña, directora adjunta de Desarrollo Cien­tífico del Conacyt.

    José Mustre, director del Cinvestav.

    Brenda Valderrama, secretaria de la SICyT del estado de Morelos, en representación del gobernador de Morelos, licenciado Graco Ramírez.

    Matías Moreno, investigador del ifunam.

    Enrique Cabrero, director general del Conacyt.

    Salvador Malo, subsecretario de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública (sep).

    Salvador Vega, rector general de la uam.

    Octavio Novaro Peñalosa, investigador del ifunam y miembro de El Colegio Nacional.

    Tomás Viveros, profesor investigador de la uami.

    Abel Moreno, investigador del Instituto de Química de la unam (iqunam).

    Jorge Flores, investigador del ifunam y coordinador del ccc de la Presidencia de la República.

    José Franco, investigador del Instituto de Astronomía de la unam (iaunam) y director del Foro Consultivo de la Ciencia y la Tecnología (fccyt).

    Manuel Torres, investigador y director del ifunam.

    Ana María Cetto, investigadora del ifunam.

    El Congreso Grandes Proyectos Científicos: Sincrotrón, cuyas memorias se presentan en este libro, tuvo como objetivo sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de un proyecto de estas características, así como conocer la postura de los responsables de la ciencia y tecnología nacionales al respecto. Este objetivo se logró en más de un sentido. En particular, el Senado de la República, por medio de la senadora Luz María Beristain Navarrete, asistió a las sesiones y se entusiasmó con el potencial transformador que una fls tiene para nuestro país. Gracias a su esfuerzo en septiembre de 2015 el Senado de la República hizo un exhorto solicitando a la Cámara de Diputados que incluyera el financiamiento para una fls mexicana. Esto ocurrió, pero la decisión del monto está pendiente de aprobación por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (shcp). Además, se realizó un foro en el propio Senado de la República: México hacia el Cambio Tecnológico y Científico: El Sincrotrón, también en el mes de septiembre de 2015.

    El presente volumen compila las exposiciones de los ponentes, en cuyas transcripciones se conservó el tono hablado y se evitaron vicios del lenguaje para hacer accesible la lectura. Las ponencias se presentan en los idiomas originales en que fueron pronunciadas y pueden consultarse con la traducción simultánea en el video original en el sitio de El Colegio Nacional, así como en la página dedicada al evento: sincrotron.fisica.unam.mx/ColNal. Cabe hacer la salvedad que en el caso del doctor Brian Kobilka, aparece sólo una síntesis de su participación.

    Finalmente, al ser esta obra un registro de lo ocurrido en las jornadas, se retoman también las participaciones del público, dándoles el crédito correspondiente en aquellos casos en que hayan sido identificados.

    El proyecto de la Fuente de Luz de Sincrotrón Mexicana

    Este proyecto tiene como objetivo específico la construcción, operación y explotación de una Fuente de Luz de Sincrotrón Mexicana (flsm).

    Una fls es una gran instalación que produce la luz estable y controlada más intensa que, con un amplio intervalo de colores (frecuencias), se puede construir en la actualidad. Típicamente esto se logra haciendo circular y zigzaguear un haz de electrones de alta energía. En torno a este haz se colocan decenas de laboratorios especializados que utilizan la luz producida para, de manera simultánea, realizar una gran variedad de experimentos que aprovechan las características de la luz producida por el haz de electrones. Las características de esta luz: altísima intensidad, amplio espectro (desde el infrarrojo hasta los rayos X), alta colimación (como en un láser), polarizabilidad y en las más recientes el grado de coherencia (de nuevo como la de un láser), la han colocado como una herramienta invaluable en muchas áreas del conocimiento. Un número creciente de disciplinas que incluyen física, química, biología, biotecnología, conservación de patrimonio cultural, antropología, ingeniería civil, medicina, farmacología, nanociencias y nanotecnología, petroquímica, desarrollo de catalizadores, estudios de medio ambiente, energías renovables aprovechan las capacidades que brindan estas instalaciones. Adicionalmente, la innovación y el control de procesos son impulsados por las oportunidades que las fls brindan; un solo país, Japón, contabiliza más de 4 000 usos industriales en sus fls.

    Hay en el mundo unas cincuenta fls e, inclusive, los países tecnológicamente más desarrollados cuentan con varias de ellas. Entre las primeras quince economías del orbe, la mexicana es la única que carece de este tipo de laboratorios. Entre países similares al nuestro, Brasil está construyendo su segunda fls y España inauguró hace poco la suya.

    Asimismo, las fls tienen en este momento una revolución tecnológica que ha llevado a la construcción de instalaciones nuevas con la oportunidad de alcanzar mayor intensidad y coherencia. Esto permitirá, entre otras ventanas de oportunidad, la producción de nuevas tecnologías en imagenología con una resolución extraordinaria.

    Las fls son en la práctica foros naturales para el quehacer multidisciplinario y transdisciplinario. El intercambio y el recambio de ideas se da de manera espontánea al compartir técnicas de análisis. A su vez, proveer a la comunidad científica-tecnológica con una instalación de estas capacidades potencia su relevancia y genera el engranaje para la transferencia tecnológica.

    Nuestro país cuenta con una infraestructura humana y técnica mucho más avanzada que la de otros países que con igual o menor desarrollo han iniciado estos proyectos. La pregunta entonces es: ¿por qué no hay una fls en México? La respuesta tiene al menos dos vertientes. Una es el costo intrínseco de una instalación de este tipo. Si lo que se quiere es una fls de última generación que no sea obsoleta en el momento de su inauguración se requiere una inversión de alrededor de 500 a 600 millones de dólares estadounidenses. Tal inversión escapa a los proyectos científico-tecnológicos emprendidos por nuestro país hasta la fecha. La segunda vertiente es que el engranaje administrativo nacional no parece estar preparado para apreciar ni gestionar un proyecto de esta envergadura. Entre otras dificultades se trata de un proyecto que requiere de una decisión de Estado, pues su diseño y construcción tomará más de un sexenio presidencial: alrededor de 10 años. El monto de los recursos debe establecerse de tal modo que éstos fluyan de forma garantizada de acuerdo con un esquema establecido de manera previa con metas a cumplir igualmente aprobadas con anterioridad. La gestión de este tipo de proyectos en países similares ha implicado el establecimiento de órganos directivos público-privados en la etapa de construcción y en la de explotación. Una fls requiere un financiamiento estable, tanto de operación como de continuación de construcción de estaciones de trabajo, de unos 50 millones de dólares estadounidenses por año durante el tiempo de operación. Todo esto no debería ser considerado como un impedimento sino como una vía para transformar para bien nuestra infraestructura física y de gobierno, para establecer a la vez a la CyT en una posición de cumplir con el contrato social que la compromete: garantizar la soberanía nacional que empieza por la capacidad de decidir el tipo de investigación que debemos realizar.

    Estas cifras, en apariencia grandes, deben ser asumidas con cuidado por el Estado. Con todo, el saldo de las fls conocidas nos deja ver que cuando éstas son bien gestionadas tienen una tasa de retorno de 1.6%, como demuestra el caso de la fls Daresbury en el Reino Unido. Nunca ha sido más cierto que no se trata de un gasto, sino de una inversión.

    Matías Moreno

    Octavio Novaro Peñalosa

    Agradecimientos

    Los coordinadores queremos reconocer el esfuerzo, la capacidad técnica y el gran trabajo de equipo que este libro ha requerido. Primero al ingeniero Rodolfo Ricardo Leo Méndez, quien junto con Alejandro Cruz Atienza, director editorial, y María Elena Ávila Urbina, coordinadora editorial del Departamento de Publicaciones de El Colegio Nacional, se echaron a cuestas el arduo trabajo de conjuntar y hacer realidad la transcripción de las sesiones del congreso. A los doctores Jorge Flores, Armando Antillón y Tomás Viveros por su entusiasmo infatigable en la organización del congreso. A Juan Reyes y Mario Torres por coordinar las sesiones y preparar los carteles de aplicaciones industriales de la Fuente de Luz de Sincrotrón (fls). A la SICyT del estado de Morelos y al Conacyt por el financiamiento recibido por medio del Proyecto Fomix para la elaboración de un Proyecto Estratégico para la Construcción de un Sincrotrón en Morelos. Al maestro Fausto Zerón-Medina, Georgina Motte, Juan Carlos Franco y Ana Felker de El Colegio Nacional por su decidido apoyo antes, durante y después del Congreso Grandes Proyectos Científicos: Sincrotrón. Al doctor Manuel Torres, director del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (ifunam), y al secretario administrativo, el contador público Marco Antonio Mostalac y su gran equipo por la generosidad con su tiempo y la eficiencia de su trabajo.

    Inauguración

    Octavio Novaro Peñalosa: Bienvenidos a El Colegio Nacional. Hoy tenemos una sesión especial; México entra a las grandes ligas en un proyecto que esperamos se realice en un futuro cercano: la posibilidad de contar con una Fuente de Luz de Sincrotrón (fls), la más poderosa que se puede tener en la Tierra. Si estuviera hoy aquí Luis Felipe Rodríguez, miembro de El Colegio Nacional, nos diría que la fuente más poderosa de luz en el universo puede definirse como luz de sincrotrón.

    Éste es el Año Internacional de la Luz y tener un sincrotrón en México empieza a ser algo más que una esperanza: es una posibilidad. Contamos con la colaboración de varios expertos internacionales que hablarán al respecto; entre ellos, el señor embajador de Australia en México, el honorable Tim George.

    Quisiera decir muy brevemente de qué se trata esta luz de sincrotrón que México podría tener en un futuro muy próximo. Es un proyecto muy ambicioso que ya existe en algunos rincones del mundo. En este sentido, México está más que maduro para realizarlo y esperamos que sea posible. Ya hay sincrotrones en otras partes del mundo; es bien conocido lo que existe cerca del lago de Ginebra y lo que se hace en Brasil, pero en la cintura de América ésta es la primera oportunidad, tal vez, de que tengamos un sincrotrón muy pronto.

    Contamos con la presencia de muy distinguidos expertos a nivel mundial, quienes hablarán de este sistema, y también de mexicanos muy brillantes que expondrán cómo México participa en esto.

    México tiene una tradición importante en física experimental; fuimos un país líder en aceleradores de partículas gracias a los esfuerzos de Marcos Mazari, miembro ya fallecido de El Colegio Nacional. El trabajo en altas energías y en reacciones nucleares se ha hecho en el extranjero o en grupos muy importantes en el país, pero la posibilidad de tener instalaciones de este estilo sería maravilloso. Si no me equivoco, la primera persona que lo visualizó fue un amigo ya fallecido, Clicerio Avilez, que cuando yo tomé la dirección del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (ifunam) me pidió una cita para tratar de salvar un proyecto que llevaba a cabo en Guanajuato. La cita no se concretó porque él falleció, pero la primera labor que me planteó el rector José Sarukhán Kermez, cuando tomé la dirección, fue tratar de salvar unos equipos valiosos que nos había dado el Laboratorio Nacional Fermi (Fermilab) para empezar a trabajar en ese tipo de temas gracias a Octavio Obregón, del grupo del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav). Se pudo progresar en esa dirección, pero lo de hoy es muy, muy ambicioso: tener la fuente de luz más poderosa para hacer investigación científica y aplicaciones prácticas.

    Es un gran proyecto, y ustedes escucharán a expertos internacionales que nos hablarán de lo que hacen otros países, pero ya es momento de que México también lo haga. Podemos ver lo que está pasando en Jordania, una de las regiones más políticamente inestables del mundo, donde se está construyendo un sincrotrón con la participación y el apoyo de países como Israel, Turquía e Irán, naciones que podrían hacer este proyecto por su cuenta, pero que se han unido para que un país pequeño como Jordania tenga un sincrotrón. Creo que es un ejemplo que México debería seguir. Ustedes escucharán a lo largo de estos dos días las posibilidades de hacerlo, tanto de voz de los expertos mundiales que nos aconsejarán, como de las personas que en México están impulsándolo. En esta mesa tenemos a gente muy distinguida que lidera este proyecto.

    Aparte del honorable Tim George, embajador de Australia en México, está a mi derecha el doctor Jorge Flores, coordinador del Consejo Consultivo de Ciencias (ccc) de la Presidencia de la República, que tomará el micrófono en un momento; está Brenda Valderrama, que es la secretaria de Innovación, Ciencia y Tecnología del estado de Morelos, en representación del señor gobernador de ese estado, que ha dado un apoyo para que se puedan llevar a cabo estas conferencias en El Colegio Nacional; y el doctor Matías Moreno que, en cierto sentido, es el alma de todo este proyecto. Sin tomar más de su tiempo le doy la voz al doctor Jorge Flores para que nos dirija unas palabras respecto a este simposio.

    Jorge Flores: En los últimos dos años en el ccc de la Presidencia de la República, hemos realizado una serie de actividades para encontrar los nichos de la ciencia mexicana, para buscar aquellos temas y campos en los cuales podríamos llegar a ser verdaderos líderes internacionales.

    En 2013 organizamos la friolera de 96 mesas redondas sobre diferentes aspectos y muy distintas perspectivas. Ahí se trataron los problemas en donde la generación de conocimiento pudiera ser importante para ayudar a resolver algunos problemas de la sociedad mexicana: desde la ética de la investigación científica hasta las telecomunicaciones, la cuestión del cómputo y la óptica, los problemas más candentes de la salud pública en México, hasta estudios sobre economía. En fin, se vio realmente la generación de conocimiento desde muchos puntos de vista. Participaron 495 ponentes y cerca de 10 000 personas escucharon esas ponencias y tomaron parte en ellas.

    El año pasado decidimos editar algunos libros que abordaran las preocupaciones de los ponentes sobre estos temas y sus propuestas; muy particularmente se puso énfasis en la generación de grandes proyectos.

    Hasta ahora se han publicado diez de estos libros. En este año, 2015, se publicarán otros diez, y quedarán para el año que entra cinco más, de manera que en total la colección tendrá veinticinco volúmenes que cubrirán todos estos temas. Creo que es un documento muy importante en la historia del desarrollo de la ciencia en México, pero la gente no quedó del todo satisfecha ni con la ejecución de las mesas redondas ni con la presentación o publicación de estos libros.

    Y en enero de este año se acercó a mí Eusebio Juaristi, un químico muy distinguido y miembro también de El Co­legio Nacional ―él organizó una de las mesas redondas sobre química―, para decirme que los químicos querían dar un paso más allá, que querían definir más concretamente los proyectos y encontrar los más grandes. Y entonces yo le tomé la palabra y le dije: Bueno, vamos a organizar una reunión de todo un día donde invitemos a un buen número de químicos que provengan de las diferentes áreas de la industria, de la academia y que sean representativos, y que se pongan a discutir en una encerrona, por así decirlo, acerca de cuáles podrían ser ya las definiciones más concretas de los grandes proyectos en química. Hicimos esa reunión; creo que salió muy bien y entonces se nos ocurrió que, tal vez, sería bueno hacerla en otros campos.

    Y el mes de abril pasado se organizó una en el área de la física, y entre los temas que se discutieron precisamente ahí estuvo el de la fls que hoy nos ocupa. Le dimos un papel destacado porque creemos que es factible y posible, y que beneficiará a muchos científicos y a muchos tecnólogos. También será un mecanismo de enlace con diversas industrias; algunas de carácter químico, otras de carácter farmacéutico, en fin, de la ciencia de materiales, qué sé yo. Es un instrumento muy versátil, muy aplicable, y creo que México tiene la madurez para realizarlo. Deberíamos tal vez empezar con la creación de una línea y utilizar los aparatos de algunos de nuestros amigos que incluso, en alguna medida, están presentes en este simposio.

    Entonces, Matías Moreno que, como ya dijo Octavio Novaro Peñalosa, es quien realmente está empujando el proyecto, y gracias al apoyo del estado de Morelos, aquí representado por Brenda Valderrama, la primera secretaria en ciencia del país, lograron organizar esta reunión y su poder de convocatoria fue muy grande. Ustedes lo verán en las próximas horas; mañana tendremos exposiciones de

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