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El perfil del joven de Dios: Preparación para una vida de victorias
El perfil del joven de Dios: Preparación para una vida de victorias
El perfil del joven de Dios: Preparación para una vida de victorias
Libro electrónico89 páginas1 hora

El perfil del joven de Dios: Preparación para una vida de victorias

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La juventud es la etapa en la que la persona deja atrás las cosas de niño para partir en la búsqueda de nuevos descubrimientos,con el fin de trazar metas para su futuro.En ese momento vienen las presiones de la familia, las influencias de los amigos y de diversos otros factores que, muchas veces,sacan a los jóvenes del buen camino, de la mejor elección. En este libro el autor, experimentado en el tema, busca orientarlos para que puedan convertirse en vencedores en todos los aspectos de su vida.Esta obra consta de cuatro volúmenes, en los cuales son abordados, además del joven, los temas relativos a la familia, al hombre y a la mujer de Dios.
IdiomaEspañol
EditorialUnipro
Fecha de lanzamiento13 jul 2018
ISBN9788571408654
El perfil del joven de Dios: Preparación para una vida de victorias

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    El perfil del joven de Dios - Renato Cardoso

    4:13

    Capítulo 1

    La encrucijada

    del adolescente

    ¿En dónde ocurren los más graves accidentes de tránsito? En las encrucijadas. Sí, cuando un chofer se acerca a una encrucijada, sus chances de involucrarse en un accidente se multiplican. Vehículos viniendo de todas las direcciones, señales de tránsito, peatones cruzando la calle, etc. Un pequeño descuido y su vida y la de los demás estarán en peligro.

    Así es la adolescencia: una encrucijada. Es un período de tránsito entre la infancia y la fase adulta. Es por eso que el joven a veces se porta como un adulto, y otras como un niño. Es un período de autoafirmación, o sea, el joven está descubriéndose y siente la necesidad de mostrarse a sí mismo y de mostrarles a los demás su identidad. Para eso, muchas veces lleva al extremo sus actitudes, tamaña es su necesidad de autoafirmación.

    Por eso, es común ver a adolescentes fumando, bebiendo y buscando hacer cosas que puedan darle al mundo que lo rodea una imagen del tipo: ¡Vean todos cómo sé lo que estoy haciendo! Sin duda, eso es muy perjudicial para el joven.

    Es por esa razón que tú, joven de Dios, debes dar un paso adelante de los demás y reconocer que tu vida es extremadamente importante. Todo lo que te rodea en este mundo tiene una gran influencia en lo que eres, en lo que haces y en lo que serás.

    Eres el blanco de muchas cosas. ¿Ya notaste que casi todos los periódicos, las revistas y la TV tienen un programa o una nota dirigida especialmente a ti?

    ¿Ya te diste cuenta cómo en muchos de los anuncios y propagandas hay un llamado muy especial para influenciarte? ¿Por qué sucede eso? Porque los profesionales de los medios de comunicación conocen la inestabilidad característica de esa fase, o sea, la facilidad que tiene el adolescente de prestarles atención a esos llamados, y sacan provecho de eso para ganarse al público.

    Porque el joven, en general, no quiere ser diferente a sus compañeros. Él quiere sentirse en la onda, insertado en el grupo. Entonces, se viste con la ropa a la moda, usa zapatos a la moda, canta la canción del momento, ve la película que todos están comentando... Así, se vuelve un blanco: todos quieren llegar hasta él, cautivarlo y hacerlo seguir un determinado camino. Es utilizando recursos y argumentos que penetran directamente en esa inestabilidad, que el traficante de drogas busca ganar la simpatía del joven para que después se convierta en un adicto.

    Entonces, amigo lector, podemos imaginarnos al adolescente como a esa oveja solitaria, perdida entre lobos hambrientos: cada uno quiere un pedazo. Pero, ¿qué tiene el joven de tan valioso que hay una disputa para alcanzarlo?

    El apóstol Juan ya lo sabía: Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes... (1 Juan 2:14)

    ¡Exactamente eso! Esa fuerza de la que habla el versículo anterior es el punto decisivo para definir las actitudes del joven y el futuro que resultará de eso. ¿Y quién está interesado en esa fuerza? El diablo, obviamente. Sin embargo, mucho más interés tiene Dios, para que a través de los jóvenes la humanidad pueda redimirse de sus pecados. Por lo tanto, que los jóvenes de ambos sexos se hagan disponibles en Sus manos, ¡para que Él pueda utilizar esa fuerza y energía en favor de Su obra!

    La relación familiar

    Sin duda, la familia es la responsable directa en la formación del joven. Si el adolescente no tiene el buen ejemplo de sus padres, tiene mucha más probabilidad de lanzarse por el camino de la perdición.

    Si la chica no ve en su madre, o el chico en su padre, la imagen positiva en la cual se debe reflejar, no se puede exigir de ellos que sean jóvenes ejemplares.

    Es por eso que la Palabra de Dios afirma: Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. (Proverbios 22:6)

    Sin embargo, es bueno recordarles a los padres que la enseñanza no es dada solo con palabras, sino principalmente con el ejemplo.

    Es verdad, no obstante, que existen crisis en la relación entre padres e hijos, especialmente en la adolescencia de estos.

    Creemos que uno de los factores responsables por la difícil relación entre el joven y sus padres es el deseo que él tiene de sentirse autosuficiente. De ahí proviene la razón de que el adolescente, muchas veces, se resista a oír los consejos de sus padres. Es su manera de decir: Yo sé lo que estoy haciendo o Ya no soy un niño.

    Lo interesante es que aunque demuestre toda esa autosuficiencia en lo que se refiere a oír los consejos de sus padres, muchas veces está listo para escuchar los consejos e imitar las actitudes de los extraños que no tienen nada que ver con él ni están preocupados por su bienestar.

    Creemos que fueron esas las causas que llevaron al hijo pródigo a rebelarse contra su padre e irse de su casa.

    En esta parábola, el Señor Jesús dice:

    "… Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes.

    No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente."

    Lucas 15:11-13

    Entonces, ese hijo más chico, joven, en un ímpetu de independencia y libertad, pensó que tenía el derecho para tomar lo que era suyo y vivir su vida lejos de su padre. Es importante que notemos que él se fue a una tierra lejana, como para evitar que su padre jamás se entrometiera en su vida y lo vigilara.

    Así también, vemos a muchos adolescentes actuando hoy en día: no tienen la menor consideración con sus padres, mucho menos con lo que ellos dicen. A veces, solo no viven

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