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Poemas Y Reflexiones Cristianas
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Libro electrónico234 páginas4 horas

Poemas Y Reflexiones Cristianas

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En algn momento de nuestra vida todos necesitamos la ayuda, el consejo, o la orientacin de alguien ms; a veces dichos empujoncitos los encontramos en las palabras de alguien, un orador, o medio de comunicacin. Pero tambin la podemos encontrar por medio de los libros. La parte escrita ha tenido tanto xito desde antes de Cristo; en la antigedad el pueblo de Israel se guiaba por los escritos de sus antepasados y una prueba de ello es el Antiguo Testamento que cuenta con miles de aos. Estos poemas-reflexiones estn dedicados con amor a todos los cristianos en general, es decir a todo creyente en Cristo sin distincin de credo e iglesia. Recibe el mensaje hermano/a y no te fijes para quien fue escrito, pues es para todos los cristianos del mundo entero.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento31 oct 2011
ISBN9781463310165
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    Poemas Y Reflexiones Cristianas - Pedro Casados

    Sobre el autor

    Pedro Casados, nació en el puerto de Tuxpán Veracruz y creció en la frontera de Matamoros Tamaulipas México. Desde 1996, comenzó la profesión de Oratoria. Hoy en día, Imparte Talleres sobre Oratoria (hablar en público), Religión, Ventas y Relaciones Humanas. Y en junio del 2010 fundó el grupo: Libertad y Superación con su socio Cris Flores. Donde imparte seminarios de Superación Personal y Transformación de vida. (Que la persona: se mire bien, se sienta bien y actúe bien. Porque como se ve, se siente y como se sienta actuará.) Ha escrito otros libros como: Mi Realidad Ante la Realidad de la Vida y Los Mil Disfraces del Contrincante de Jacinto. Actualmente él, vive en California U.S.A. para contactarlo: oradoryescritor1@yahoo.com

    Introducción

    En algún momento de nuestra vida todos necesitamos la ayuda, el consejo, o la orientación de alguien más; a veces dichos empujoncitos los encontramos en las palabras de un predicador, un orador o en un medio de comunicación. Pero también la podemos encontrar por medio de los libros. La parte escrita a tenido tanto éxito desde antes de Cristo; en la antigüedad el pueblo de Israel se guiaba por los escritos de sus antepasados y una prueba de ello es el Antiguo Testamento que cuenta con miles de años.

    Uno de tantos éxitos de lo escrito es, porque cuando lo tienes, lo lees y lo vuelves a leer cuantas veces quieras hasta que lo aprendes para poder aplicarlo. Por eso estos poemas-reflexiones los he puesto por escrito para que los tengas en tu poder, esperando que te ayuden en algo.

    Algunas historias son reales, y otras inspiradas de la Santa Biblia. En estas pequeñas historias encontraras que nada de lo que se hace queda en el olvido si no que todo tiene su recompensa y nada en nuestro trayecto por la vida es malo si no solo experiencias y lecciones por las cuales aprendemos a vivir en excelencia. Todos absolutamente todos actuamos y vamos por el mundo buscando la felicidad, unos de una manera otros de otra y es eso que nos hace diferentes pero nadie tiene la intención de hacer daño a nadie, porque todos somos creación de un solo artesano y todo lo que creo este artesano lo hizo, y es Dios.

    AMOR…

    Amor, aunque tú no pienses en mí, yo siempre lo hago.

    Amor aunque yo no sea importante para ti, tú para mí lo eres todo.

    Amor, aunque en tus sueños nunca estoy, yo no dejo de soñar en ti.

    Amor, aunque en tus pensamientos esté alguien que no soy yo, en los míos solo vives tú.

    Amor, aunque tal vez ni te acuerdas de mí, yo lo hago todo el tiempo e instante de mí existir.

    Amor, aunque tu corazón ame a alguien más, el mío te ama a ti sin condiciones.

    Pues tú para mi, eres como: las rosas que le dan forma a la mata. Como las alas de un ave; como la lluvia en plena sequia.

    Amor, te extraño, me haces mucha falta, pero eres mi amor en silencio, porque no me atrevo a confesártelo; prefiero amarte en silencio para no lastimarte, amarte en secreto para no aprisionarte.

    Amor, quiero que sepas, que en mi corazón siempre estarás, y si un día llego a perderte, tendré siempre esa alegría de haberte amado en silencio y que mi corazón fue todo tuyo y que te entregué todo por nada.

    A MI SUEGRA.

    Que rida señora, hoy quiero darle gracias por todo, por todo lo que usted hizo por una criatura muy especial. Gracias por pensar y planear o sin hacerlo, pero que tuvo la firmeza y la voluntad de llevar en su vientre a ese lindo ser. Por cuidarle antes, y después de nacer. Gracias señora.

    Gracias por darle amor y calor a esa recién nacida. Por darle educación. Por enseñarle a respetar, a ser fiel, a ser responsable, a ser entusiasta cuando las cosas van mal, a confiar en la misericordia de Dios. Gracias por enseñarle a perdonar de corazón. Gracias por darle buen ejemplo de la vida. Gracias por enseñarle a ser buena esposa y buena madre.

    A usted le debo gran parte de mi felicidad, por eso orgullosamente hoy con los brazos y mi corazón abierto le digo: gracias señora, gracias suegra, que supo moldear muy bien su escultural joya, que es su hija. Gracias querida suegra, por brindarme tanta felicidad; por enseñar a su hija a ser amable, amorosa, comprensiva, y trabajadora. Responsable de nuestros hijos y de mí.

    Gracias suegra por aceptarme y verme como lo que soy, el esposo de su hija. Gracias, por sus buenos consejos y deseos.

    Perdón por no mirarle como mi suegra en algunas ocasiones. Perdón, por no escuchar muchas veces sus consejos. Perdón, por pensar en algún momento, de que su hija era una inútil. Querida suegra, hoy quiero decirle: feliz día de las madres y gracias por ser mi suegra.

    Simón tanto quería a su suegra, que cuando estaba enferma le llevó al Maestro de maestros hasta su casa para que le curara. Qué gran ejemplo de amor hacia la suegra nos dio Simón Pedro.

    Ojala y este ejemplo se siga imitando a diario y en todas partes que haya una suegra. Feliz día a todas las madres que ya son suegras, éste y todos los días del año.

    25 AÑOS SIN TENER TIEMPO.

    Desde niño, mis padres me demostraron lo tanto que me amaban, me compraban todo lo que yo quería, me cuidaban y siempre me prestaron atención.

    Cuando llegué a la adolescencia comencé a sentir que mis padres me seguían cuidando cómo a un niño de cinco años. Pues miraba que mis amigos hacían lo que ellos querían, salían de la escuela y podían quedarse unas cuantas horas por ahí antes de llegar a casa, o salir en las tardes y regresar por la noche.

    Los fines de semana, mis amigos tenían toda la libertad y yo en cambio, tenía que ir a la doctrina y acompañar a mis padres a la Iglesia. Qué fines de semana tan aburridos para mí.

    Las ideas de mis amigos eran muy diferentes a las de mis padres y poco a poco fueron creciendo las contradicciones hasta que llegamos a discutir por cualquier cosa. Al ver a mis padres que no me entendían y que estaban endiosados todos los fines de semana en la Iglesia; me cansé de todo eso y me fui de la casa. Uno de mis amigos me dio un lugarcito en donde él vivía.

    Pronto comencé a ingerir bebidas alcohólicas y a fumar de todo. Cada fin de semana nos reuníamos unos ocho y nos íbamos de parranda a los bares y discos de la ciudad. Así pasaron unos meses y me hice adicto a tantos vicios que no quisiera ni recordarlos.

    Pero lo que sí recuerdo, es que un domingo por la noche, estaba bien tomado y drogado; se me terminó el licor y la droga, y le dije a mis amigos: aguántenme aquí, horita regreso. Salí del bar, con la intención de robar algo, o a alguien su dinero para seguir tomando.

    En eso miré que una muchachita se detuvo frente a la tienda y dejó las llaves en el auto; apenas ella entró a la tienda, yo entré a su auto. Aceleré el auto para salir lo más rápido posible de esa zona para no ser atrapado por la policía. En un semáforo no miré que estaba en rojo para mí, y seguí acelerando hasta chocar con una grúa.

    Al instante sentí mi cuerpo tan liviano y no sentía dolor. Me incorporé y no podía creer lo que estaba mirando, era mi cuerpo destrozado ya sin vida. Y en ese momento llegó un ángel y me dijo: por favor acompáñame pues te están esperando. Le pregunté: ¿Quién, me espera? Tu creador, me contestó. Me llevó frente a Dios, aunque yo no podía ver nada, sólo una luz tan brillante frente a mí.

    Hola Dios, ¿De vedad eres tú? Sí, yo soy. Daniel ¿Sabías que has llegado aquí para tener tu juicio personal, en donde tendrás que responder por todo lo bueno que hiciste en la tierra para tu defensa?

    Y comenzó Dios: haber dime Daniel, ¿Qué cosas buenas hiciste en la tierra?

    Daniel: Bueno, fui a la escuela.

    Dios: ¿Y terminaste tus estudios?

    Daniel: No. oye Dios, mejor dímelo tú, pues mi mamá me decía siempre, que tú lo sabes todo.

    Dios: ¿Cuánto tiempo dedicaste en conocerme?

    Daniel: Dios, viví muy poco tiempo.

    Dios: ¿Poco tiempo? viviste 25 años.

    Daniel: Bueno, es que no tuve tiempo.

    Dios: ¿No tuviste tiempo? Pero si te dejé vivir: 25 años. Que hacen un total de 300 meses; es decir: 9,125 días, pero cómo cada 4 años es un día más, es un total de 9,131 días. O bien; 219,144 horas viviendo.

    Daniel: Ho ya recuerdo Dios, cuando fui a la doctrina.

    Dios.: Cuando fuiste a la doctrina, ibas obligado por tus padres, pero no por tu voluntad, igual cuando los acompañabas a la Iglesia los domingos. En todo este tiempo ni me conociste, ni tuviste tiempo para hacer el bien a los demás.

    Daniel: Por favor Dios, dame otra oportunidad y te prometo que ahora si seré el joven más creyente y bueno del mundo.

    Dios: Hijo mío, yo te amo demasiado, pero lo que me pides desde el principio de la creación no está permitido. Quién entra aquí ya no tiene regreso a la tierra.

    Daniel: Y en ese momento que iba a ser sentenciado por Dios, uno de los que estaban conmigo en el bar, me despertó. Con tanto alcohol y tanta droga me había quedado dormido en ese lugar. Y mi muerte había sido sólo un sueño que tuve mientras dormía. Pero de todas maneras, hermanos míos, desde ese día me retiré del vicio; regresé a casa, y le pedí perdón a mis padres queridos que estaban esperándome. También me integré a un grupo de jóvenes en la Iglesia para conocer a Dios y servir a los demás. Yo se que lo que sueña uno no es real. Pero lo que si estoy seguro es que un día estaré de verdad frente a Dios, y cuando ese día llegue no quiero estar con las manos vacías, sin haber hecho nada de bien aquí en la tierra.

    «De igual manera, yo se lo digo, hay alegría entre los Ángeles de Dios por un sólo pecador que se convierte.» Lc 15,10

    BIENAVENTURANZAS A LAS MADRES.

    (Mt 5,3-12ª)

    Felices las madres que tienen un espíritu de pobre, porque de ellas es el Reino de los cielos.

    Felices las madres que lloran y se preocupan por educar a sus hijos por el camino del bien, porque recibirán consuelo.

    Felices las madres pacientes y amables como esposas, vecinas y con sus hijos, porque recibirán la tierra en herencia.

    Felices las madres solteras, las engañadas y abusadas física y moralmente, que tienen hambre y sed de justicia, pues sus voces y lamentos llegan hasta donde está Dios, y no serán en vano, porque serán saciadas.

    Felices las madres que son compasivas, porque obtendrán misericordia.

    Felices las madres de corazón limpio, porque ellas verán a Dios.

    Felices las madres que trabajan por la paz, porque serán reconocidas como hijas de Dios.

    Felices las madres que son perseguidas por causa del bien, porque de ellas es el Reino de los cielos.

    Felices ustedes mujeres cuando por causa mía las insulten, las persigan y les levanten toda clase de calumnias.

    Queridas y amadas madres, alégrense y muéstrense contentas, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo.

    CARTA A MI HIJO.

    Hola hijo, te escribo esta carta para explicarte lo que desde pequeñito me has preguntado: Que donde está tu papá. Y aunque ya te lo he platicado varias veces de que tu papá nos abandonó antes de que tú nacieras. Hoy te diré el motivo por el cual tu papá no está con nosotros, ya estás en edad para saberlo y creo que lo entenderás porque eres un muchachito inteligente y comprensivo.

    Esta es la verdad de la historia completa: a tu padre lo conocí en mi trabajo. Nos hicimos amigos y después comenzamos a salir juntos al cine, a bailar o al parque; él era demasiado amable y atento conmigo, así que nos hicimos novios, convivimos un buen tiempo, nos llevábamos muy bien cómo pareja.

    Sin embargo cometimos un error en nuestro noviazgo: nunca nos platicamos nuestros ideales, nuestros sueños, cuáles eran nuestras metas y planes para el futuro. Comenzamos a tener sexo cómo pareja y pronto quedé embarazada. Cuando se lo comuniqué a tu papá, no estuvo de acuerdo en que yo te tuviera. No era porque no te quisiera sino que no estabas en sus planes; pues él, quería seguir estudiando y tener una profesión.

    Conversamos hasta muy noche y me dio a escoger, si quería seguir con él, tenía que deshacerme de tí. Si no quería abortarte, que te tuviera y te diera en adopción, y de lo contrario nos dejaríamos de ver y cada quién se iría por su lado.

    No es porque tu papá haya sido malo, sino que el error fue: no haber planeado bien las cosas desde el principio. Así que desde ahora ya sabes toda la verdad y cuál fue mi decisión contigo.

    Aunque no lo conozcas, sabes que tienes un padre que vive en algún lugar del mundo con una buena profesión; y una madre que ha vivido cerca y sólo por tí, la cual no quiso ni pensó nunca, en abortarte ni darte en adopción.

    Atte: Tú mamá.

    CARTA A MI MADRE.

    Cumplía con mi trabajo de limpieza cómo todos los días. Levantar la basura y depositarla en su lugar. Hojas, papeles, plásticos y todo lo que el aire arrastraba cada día. Al enderezar un jarrón miré que en medio de las rosas había un sobre, lo tomé y lo eché a la basura, pero después pensé que podía ser un documento importante para alguien y que se le había podido caer sin darse cuenta, me devolví tomé el sobre lo abrí y lo que tenía era una carta y su contenido decía:

    ATENTA CARTA PARA MI MADRE.

    Mamá, perdóname por no respetarte cómo mi madre muchas veces. Por mirarte cómo mi enemiga, sólo porque no quería escuchar tus consejos. No me gustaba que me mandaras: a lavar los trastes, la ropa o a cocinar.

    Perdóname, porque hubo varias veces que me salí de la casa a escondidas, no porque me negaras salir, sino para no darte explicaciones y cuando tenía que hacerlo te mentía en algunas ocasiones.

    Mamá, perdóname, por avergonzarme de ti frente a mis amigas; por mirarte cómo la mamá más ignorante del mundo, porque me parecía que te vestías muy ridículo.

    Perdóname mamá, por no saber agradecerte, pues gracias a tí, hoy tengo yo una educación. Que gracias a tu humilde trabajo, de cocinera y comerciante en el mercado el cual has ejercido día tras día, me sacaste adelante: me vestiste y aunque pobre, pero nunca he dormido en la calle, ni de bajo de un puente.

    Perdóname mamá, por todo ese amor incondicional que me has dado. Por tratar de ser mí mejor amiga.

    Por no tomar en cuenta tantas y tantas humillaciones que te hacia diariamente. Y yo con mi orgullo, siega, pues no miraba tu sacrificio.

    Mamá, hace días que no me acaricias ni me abrazas, mamá, ¿Quieres acariciarme y abrazarme hoy? Y te prometo que hoy no será cómo las otras veces que me

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