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Travesia: Lección 33 - Todo está cumplido
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Travesia: Lección 33 - Todo está cumplido
Libro electrónico96 páginas1 hora

Travesia: Lección 33 - Todo está cumplido

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Esta es la lección 33 del Programa de Estudio de la Biblia “Travesia". El objetivo de esta lección es describir la Iglesia fundada por la muerte y resurrección de Jesús. El primer capítulo describe la vida de la Iglesia y los deberes de los miembros. En el siguiente capítulo se aprende cómo Jesús crea la unidad en la Iglesia. La Iglesia es una sociedad en la tierra, con un rey celestial, reglas meta rey para siempre ¿Quién de la cruz. En el Epilogne Jesús aparece un discípulos hijo y enseña el tipo de liderazgo que espera de los líderes de la Iglesia.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 ene 2019
ISBN9781927766675
Travesia: Lección 33 - Todo está cumplido
Autor

Marcel Gervais

About the Author Archbishop Gervais was born in Elie Manitoba on September 21 1931. He is the ninth of fourteen children. His family came from Manitoba to the Sparta area near St. Thomas Ontario when he was just a teenager. He went to Sparta Continuation School and took his final year at Saint Joseph`s High School in St. Thomas. After high school he went to study for the priesthood at St. Peter’s Seminary in London , Ontario. He was ordained in 1958. He was sent to study in Rome. This was followed by studies at the Ecole Biblique in Jerusalem. He returned to London to teach scripture to the seminarians at St. Peter’s Seminary. In 1974 he was asked by Bishop Emmett Carter to take over as director of the Divine Word International Centre of Religious Education. This Centre had been founded by Bishop Carter to provide a resource for adult education in the spirit of Vatican II. This Centre involved sessions of one or two weeks with many of the best scholars of the time. Students came not only from Canada and the United States but from all over the globe, Australia, Africa, Asia and Europe. By the time Father Gervais became the director Divine Word Centre was already a course dominated by the study of scripture to which he added social justice. This aspect of the course of studies was presented by people from every part of the “third world”; among which were Fr. Gustavo Gutierrez and Cardinal Dery of Ghana. In 1976 the Conference of Ontario Bishops along with the Canadian conference of Religious Women approached Father Gervais to provide a written course of studies in Sacred Scripture for the Church at large, but especially for priests and religious women. This is when Fr. Gervais began to write Journey, a set of forty lessons on the Bible. He was armed with a treasure of information from all the teachers and witnesses to the faith that had lectured at Devine Word. He was assisted by a large number of enthusiastic collaborators: all the people who had made presentations at Divine Word and provided materials and a team of great assistants, also at Divine Word Centre. The work was finished just as Father Gervais was ordained an auxiliary bishop of London (1980). He subsequently was made Bishop of Sault Saint Marie Diocese, and after four years, Archbishop of Ottawa (1989). He retired in 2007, and at the time of this writing, he is enjoying retirement.

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    Travesia - Marcel Gervais

    Travesia - Lección 33 - Todo está cumplido

    Por Marcel Gervais, arzobispo emérito de la diócesis de Ottawa, Canadá

    Nihil Obstat: Michael T. Ryan, B.A., M.A., Ph.D.

    Imprimatur: + John M. Sherlock, Obispo de Londres

    Londres, 31 de marzo de 1980

    Este contenido de este libro fue publicado por primera vez en 1977 como parte de la serie JOURNEY por Programas de Estudio Guiado en la Fe Católica y ahora está siendo republicado en Smashwords por Emaus Publications, 99 Fifth Avenue, Suite 103, Ottawa, ON, K1S 5P5, Canada. En Smashwords

    Cubierta: Jesús se levantó de la mesa y se quitó la túnica ... y comenzó a lavar los pies de los discípulos. Juan 13: 4-5

    COPYRIGHT © Programas de Estudio Guiado en la Fe Católica, una división del Centro Internacional de Educación Religiosa de la Palabra Divina 1977. La reproducción total o parcial está Prohibida.Lección 26

    Traducción hecha por Frank A. Hegel, sfm y Julia Duarte Tapia

    Contenido

    Los Discursos de Despedida (Juan 13,1 al 17,26)

    La Muerte y Resurrección de Jesús (Juan 18,1 al 21,25)

    Epilogo

    Respuestas A Las Preguntas En El Cuestionario

    Auto Test

    Respuestas A Las Preguntas En El Auto Test

    Recomendaciones para reunión de grupo

    El Autor

    ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

    Salmo 122

    Un peregrino, de pie frente a las puertas de Jerusalén, recuerda la alegría que experimentó cuando partió para la Ciudad Santa por primera vez. Alaba a la ciudad, porque ella atrae a todas las Tribus y las une en una acción de gracias al Señor. Jerusalén es tanto el lugar de la morada de Dios (Sal 122, 9) como el centro de todas las cortes de justicia en la tierra (Sal 122, 5). El salmista acepta a todos los miembros del Pueblo de Dios como sus hermanos y hermanas, amigos y amigas. Ora para que la paz y bienestar marquen la comunidad en que el Señor vive (Sal 122,9).

    La oración del salmista es semejante a la oración de Jesús cuando pasa sus últimas horas con sus discípulos (Jn 13 -17). Ellos son sus amigos, sus queridos, los primeros miembros de su Pueblo, la nueva Jerusalén. Jesús ora para que haya unidad entre ellos y todos los miembros futuros de su iglesia. Por su parte, promete permanecer unido para siempre a ellos. Ordena a su iglesia que no viva únicamente para la justicia estricta sino también para el amor y perdón que él trajo. Da su paz sobre ella y ora para que ella pueda entrar en la plenitud de su propia alegría.

    Objetivo de esta lección:

    Describir la Iglesia fundada por la muerte y resurrección de Jesús (Juan 13,1 al 21,25)

    En el Libro de Gloria (Jn 13-20), Juan comparte con nosotros sus visiones más sublimes. El águila vuela a las grandes alturas y usa el mejor de sus poderes literarios para compartir con nosotros la magnificencia de lo que ve. Y así debe ser, porque está describiendo la hora de la gloria del Señor. Para nuestra sorpresa la visión que imparte es no sólo de la muerte y resurrección del Hijo del Hombre, sino también de aquello por lo que murió y resucitó, es decir, la Iglesia. Y lo que describe no es la gloria de la Iglesia en el cielo, sino el esplendor de la Iglesia en la tierra. El nuevo Pueblo de Dios está en la mente del evangelista a lo largo de estos capítulos. Incluso su descripción de la muerte de Jesús se rodea con los símbolos ricos del Espíritu que da la vida divina a través de los dos más grandes sacramentos de la iglesia, el Bautismo y la Eucaristía. Así también, cuando Juan escribe sobre la resurrección, nos muestra al Señor resucitado trasmitiendo su propio espíritu sobre su Iglesia. Con el Espíritu de amor que le imparte, le da también, a ella, el poder para perdonar los pecados. El Espíritu de verdad es el que le permite que profese su fe en Jesús como su Señor y su Dios.

    Si es la Iglesia que él tiene en cuenta cuando describe la hora de Jesús (Jn 18-20), es aún más claro que tiene a la Iglesia en la mente, en sus discursos de despedida (Jn 13-17). En estos capítulos Juan nos trae al círculo de sus amigos, el círculo de Jesús y su querido. Exclusivamente con aquéllos que son el regalo de su Padre a él, Jesús les asegura calladamente de la grandeza, la dignidad que es suya como su Pueblo. Cuando reflexionamos sobre sus palabras calurosas y mansas nos damos cuenta de la confianza asombrosa que Jesús pone en su Iglesia, y cuando llegamos a comprender esto, nos agobiamos por la inmensidad de su amor hacia ella. Parece extravagante de verdad. Su afecto y su confianza parecen excesivas: mientras sabemos que todos los discípulos, excepto Judas, demostrarán fidelidad hasta el fin, también sabemos que uno lo negará, y todos, menos uno, lo abandonarán a la hora de su muerte, y algunos dudarán que él haya resucitado de entre los muertos. Pero la debilidad de sus seguidores no disminuye, en forma alguna, el amor que él tiene para ellos. Al contrario, la debilidad del Pueblo le demandará convicciones cada vez mayores de que él no los abandonará, nunca no los dejará huérfanos.

    Como podemos ver, estos últimos capítulos se atan estrechamente por el tema de la Iglesia. Los cinco primeros (Jn 13-17) proporcionan un comentario sobre el resto (Jn 18-21). Aunque el último capítulo (Jn 21) probablemente es el trabajo de un discípulo de Juan (Lección 31, Página 4-5), no obstante, forma una parte íntegra del todo. Proporciona una instrucción necesaria sobre el liderazgo en la iglesia, uno que está en armonía completa con el resto del Evangelio.

    1. Los discursos de despedida (Juan 13, 1 al 17,26)

    Objetivo de esta sección: Describir la vida de la Iglesia y los deberes de sus miembros como Juan nos enseña en los capítulos 13 al 17 de su Evangelio.

    A lo largo de estas páginas Juan describe la iglesia evocando las enseñanzas principales del Antiguo Testamento acerca del Pueblo de Dios. Cuando Dios escogió Israel como su propio Pueblo, lo salvó sacándolo fuera de Egipto mediante un hecho de su poder, lo unió a él en una Alianza, le dio sus mandatos y le prometió muchas bendiciones. De la misma manera, Jesús escoge a los miembros del Nuevo Pueblo, lo salva con su muerte y resurrección, lo une a él en la alianza eterna, le da sus mandatos, y despilfarra sus bendiciones sobre ellos. Consideraremos estas ideas ahora bajo los tres títulos de Elección, Salvación y Alianza.

    Elección: Dios escogió a Israel para ser su propio Pueblo. Dios tomó la iniciativa. No fue por algún mérito de parte de ellos que Dios los eligió de entre todas las naciones; los escogió por amor, y el amor no puede explicarse (Dt 7,7ss). Jesús escoge a los miembros del Nuevo Pueblo (Jn 15,16) no por grandeza alguna o santidad especial que ellos posean, sino simplemente por amor.

    Dios escogió a Israel para ser una nación sacerdotal, es decir, no para su propia causa, sino para servir al bienestar de todas las gentes (Ex 19, 3-8, Lección 5, pp. 3-6). Semejantemente, Jesús escoge al Nuevo Pueblo a causa del mundo entero (Jn 17,22; véase Jn 3,16).

    Salvación: Dios salvó a su Pueblo de la esclavitud en Egipto y lo llevó a la libertad de una nueva vida en la Tierra Prometida. Jesús lleva al Nuevo Pueblo desde la esclavitud

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