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Reclusión Inmoral
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Libro electrónico41 páginas21 minutos

Reclusión Inmoral

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Una hermosa chica de treinta años debido a una serie de desafortunados y desgraciados eventos termina encerrada en una prisión de mujeres, donde sus compañeras de celda la someten a un calvario de abusos sexuales y actos de violencia física que le marcará profundamente.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento18 ene 2019
ISBN9781547565269
Reclusión Inmoral

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    Reclusión Inmoral - Enrico Cinaschi

    BUKOWSKI

    CAPÍTULO 1

    Lo que me llama la atención de inmediato es el ruido de las puertas, que al ser cerradas de golpe, generan un rugido ensordecedor en los pasillos.

    ¿Por qué las guardias de seguridad de la penitenciaria cierran las puertas tan fuertemente?

    Caminamos a través de una serie de corredores, realizando una interminable secuencia de tareas: me vacían los bolsillos, me anotan en sus registros, me hacen esperar una hora mientras no entiendo lo que están haciendo y vuelven a recogerme.

    Siempre estoy entre dos guardias de seguridad de la penitenciara, una es gigantesca, parece una de esas boyas que usan los petroleros en el amarre, mientras que la otra es pequeña y esquelética, forman una pareja extraña.

    Me llevan a una habitación grande parecida a una enfermería; y de hecho, después de unos minutos, llega una doctora, acompañada por una asistente más joven y vagamente despistada.

    Las dos guardias que me trajeron hasta acá son invitadas a irse, y la doctora me pide que me quite la ropa, me dice que lo haga rápidamente.

    Me quito la camisa, los zapatos y los vaqueros que uso, me vuelvo hacia ella, creo que me van realizar un examen médico.

    ¿Qué estás haciendo, la ropa interior?, me pregunta groseramente.

    No tengo tiempo para responderle lo que me ordena perentoriamente: Quítesela, y acuéstese en la cama.

    Me percato de que lleva guantes de látex, y eso me preocupa: ¿Debes visitarme?, Le pregunto como si fuera una demente.

    ¿Y qué crees que estamos aquí para hacer? Acuéstate en el sofá, vamos, ¡no me hagas perder el tiempo que tengo otras cosas que hacer!

    Obedezco. Pongo mis bragas en una silla y me tumbo en la fría cama.

    La doctora y su asistente se acercan, luego me ordena que abra las piernas.

    Mire, no veo la razón de este examen ginecológico, pero ¿qué debería verificar?

    "Tengo que comprobar si escondes objetos. Tal vez, considerando la razón por la que estás aquí, un poco de polvo, ¿qué me dices?

    No deseo oponerme a ella, no quiero

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