Noche interior noche ciudad

Por Ernesto Ortiz Hernandez

El libro de Ortiz diseña una meditación sobre la existencia desde una perspectiva cultural crítica, marginal, inquisidora e incisiva, partiendo de una ubicuidad en la mirada del poeta: a la vez que hay un desasimiento, una ruptura y una distancia, están las preocupaciones fundamentales y las preguntas. No puede ser de otro modo, precisamente, porque allí donde se debería estar no hay respuestas para ellas: "a dónde se han marchado las respuestas/ en mi país la verdad y la mentira se mezclaron,/ mía es la duda".
Sólo se vislumbran las fantasmagóricas siluetas de una ciudad los agotadores esfuerzos por delinearlas, por comprenderla (...). De una ciudad como imagen configuradora de caminos eternos, símbolo de un esquema de poder que debilita los recorridos y la libertad del hombre, minimizándolo y perdiéndolo (“tuve miedo./ debe ser un error, alguien se equivocó/ alguien me colocó en un sitio que no me corresponde“). ¿Cómo reconocerse en ese espacio? ¿Cuáles son las posibilidades de escapar de una arquitectura que se autorreconstruye infinitamente?
Para la poesía, queda al menos una salida: construir otra ciudad, otro mundo, otro país, otra nación. (Fabio Murrieta, ensayista y editor)

• Idioma: Español
• Editorial: El Barco Ebrio Editorial
• Fecha de lanzamiento: 25 oct 2018
• ISBN: 9780463922408

Ernesto Ortiz Hernandez

(Pinar del Río, Cuba, 1969). Licenciado en Física-Matemática por la Universidad de La Habana. Poeta y ensayista.Ha recibido numerosos premios como: el Pinos Nuevos de Poesía en 1994, Hermanos Loynaz de poesía en 1996 y 2002, el Premio D ́Arte 1998 de la AHS, la Beca de Creación "Onelio Jorge Cardoso" 1999 o la Beca Amsterdam Vluchtstad en 2003. Editor de la revista sociocultural Vitral y Fundador y Director de la revista literaria independiente "deLiras", en Cuba. Ha publicado los libros de poesía Obelisco del Hereje (Letras Cubanas, 1996), NOCHE interior noche CIUDAD (Ediciones Hnos. Loynaz, 1998), Fragmentos del Ojo (Cortalaire, España, 1999) y Estampas de Arturo y otras voces (Ediciones Loynaz, 2004). Poemas y textos suyos han aparecido en numerosas antologías y publicaciones. Reside en España desde 2004. Actualmente se desempeña como webmaster, diseñador web y programador freelance.

Vista previa del libro

Índice

Portada

Título

Créditos

Cita

tormenta, fin de siglo

los naufragios

un montón de imágenes rotas

el oscuro túnel donde habitan las vocesa

el lamento del guardián

la blanca ofelia y los altos muros del sur

ángulos luminosos en la noche

un silencio

cosmogonía del agónico

réquiem

el lamento de marino fenicio

ay, los viejos, los viejos

dispersiones

cubrirse la desnudez con muerte

collage en azul terrible

advertencia

si apagan las luces del siglo también esta noche

pan y maurís urgentes

abandonar una orilla en dos movimientos

alarido

ciudad que podría ser cualquier ciudad

siluetas en el agua

canción cíclica de los cuerpos diluidos

salida

atardecer con ausencia

paisaje desde el mirador

nueva desobediencia

Página legal

Contraportada

Otros libros del autor

Ernesto Ortiz Hernández

noche interior noche ciudad

© Ernesto Ortiz Hernández, 1998.

Primera edición: noviembre de 2011

© De esta edición, El Barco Ebrio, 2011

www.elbarcoebrio.com

Diseño de la colección: Yenia María

Maquetación y corrección: El Barco Ebrio

No se permite la reproducción, almacenamiento o transmisión total o parcial de este libro sin la autorización previa y por escrito del editor. Todos los derechos reservados.

Impreso en España / Printed in Spain

logo_epub

      Ciudad Irreal,

bajo la niebla parda de una aurora de invierno

tal multitud fluía sobre el Puente de Londres

que no pensé que la muerte

hubiera deshecho a tantos.

T. S. ELIOT

    tormenta, fin de siglo

antes de la tormenta el espíritu humano bulle

y delante de la oscuridad apresurada

los murmullos y pasos antaño fuertes ahora en duda.

un sopor se levanta de las casas

con la sucesión de blancas voces quebrando el cielo

y la madre aleja al hijo de los modernos aparatos,

ahora lo antiguo es puro como un dios y hasta las luces parpadean y se evaden. en golpes de arco emerge poderoso el temor de donde tan civilizado y oculto.

pero con la lluvia firme vuelve el dócil animal de la tranquilidad,

y en el recogimiento de su música se diluye el filo

de cualquier sonido un poco alto.

      los naufragios

han robado,

han mutilado el resto de iluminación que nos quedaba.

dónde está el hombre que pintó el árbol,

que dijo esta es la tierra, esperemos,

la lluvia ha de llegar.

dónde aquel que engendra multitudes,

que se encorva sobre el báculo

y dice verbos en cualquier sitio,

en la prisa del resplandor de los sentidos y la certeza,

lejos del equilibrio y el acomodo de los años.

dónde estás

que no eres fango ni diamante.

hombre: se te ha dado el tiempo,

los días en un molde, las horas

tan exactas, tan sin sobresalto,

los minutos desde siempre tan iguales,

en fila llegando y marchándose a lo oscuro,

se te ha dado la capacidad de enloquecer,

de saltar