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El Eco De Mi Silencio: En Teatro De La Vida Siendo Tu El Actor… ¿Cual Sería Tu Participación?
El Eco De Mi Silencio: En Teatro De La Vida Siendo Tu El Actor… ¿Cual Sería Tu Participación?
El Eco De Mi Silencio: En Teatro De La Vida Siendo Tu El Actor… ¿Cual Sería Tu Participación?
Libro electrónico314 páginas4 horas

El Eco De Mi Silencio: En Teatro De La Vida Siendo Tu El Actor… ¿Cual Sería Tu Participación?

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Este libro es una publicacin indita, privada y de circulacin limitada. Se ha escrito y publicado (no por fines de lucro), sino para ser distribuido entre familiares y amigos. Y, para ser ledo por los que aun, con sus valores profundos, no se han encontrado y se han condenado a s mismo al servilismo y a la mediocridad (tambin para ayudarte a mitigar t pena). No pretendo con ello dar a conocer slo el lado oscuro y olvidado de una vida, sino crear conciencia, y hacer ver que dentro de (todos) se ocultan tesoros escondidos, ideales frustrados, ilusiones, decepciones, fantasas, afectos, sueos, amor, as como trastornos emocionales, traumas, complejos, emociones, vejaciones, fobias, soledad, penas, verdades olvidadas, sentimientos encontrados, culpas calladas y ms. Es un relato que pudiera ayudar a fortalecer, guiar, y podra motivar a utilizar el potencial interior que hay en ti para enfrentar y transformar la adversidad de una vida, en un rayito de luz. Al escribir, de la manera que lo hago, hay propsito para ello; si hay critica, que sea para tu edificacin.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento15 sept 2011
ISBN9781463301781
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    El Eco De Mi Silencio - Francisco Chico Guerrero

    Copyright © 2011 by Francisco Chico Guerrero.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.: 2011930364

    ISBN: Tapa Dura 978-1-4633-0180-4

    ISBN: Tapa Blanda 978-1-4633-0179-8

    ISBN: Libro Electrónico 978-1-4633-0178-1

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Este Libro fue impreso en los Estados Unidos de América

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    por favor contacte con:

    Palibrio

    1663 Liberty Drive, Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Llamadas desde los EE.UU. 877.407.5847

    Llamadas internacionales +1.812.671.9757

    Fax: +1.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    347604

    ÍNDICE

    EL ECO de MI Silencio

    Acerca del Autor

    DEDICATORIA

    RECONOCIMIENTO

    INTRODUCCIÓN

    PREFACIO

    EL ECO DE MI SILENCIO

    PENSAMIENTOS Y REFLECCIÓNES

    SER O NO SER

    SER Y TRASCENDER

    YO, MIS PADRES CONVERSION Y SERVICIO.

    RUIDOS DE SOLEDAD

    COSAS Y MÁS

    JUGANDO . . . Y SIENDO PAPÁ

    REALIDAD, O PRINCIPIOS

    RAFAEL

    RECUERDOS

    COMO CAMBIAN LAS COSAS

    DECIDO DECIDIR

    CRISIS EN UNA PERSONALIDAD CONFUSA

    YO SÉ LO QUE TE DIGO

    MIS HIJOS, Y CUANDO YO SEA INÚTIL

    HISTORIA, PESAR Y PENA

    HECHOS Y NOTAS

    ¡UN ANGEL! Y . . . MIRÉ A MI PADRE

    SERVICIO MILITAR, ESPIRITUS Y MI MISION.

    MI ACCIDENTE, EL MATRIMONIO Y YO

    NO FUE FÁCIL, PERO VALÍA LA PENA

    POLITICA (?) TENACIDAD Y JUICIO

    SUEÑOS

    POEMAS Y FANTASÍAS

    EPÍLOGO

    El Eco de Mi Silencio

    Unos leerán para instruirse, otros para recrearse, y otros para envenenarse. Que esto último no te suceda a ti; al contrario, que la lectura de este libro sea placentera, ya que es un proyecto de naturaleza personal. Y como propiamente lo menciona Jeffrey R. Holland en su libro: Es importante comprender desde un principio lo que este libro no es.

    Pude haber incluido en él las cosas más sublimes que me hayan sucedido, pero para mi propósito me bastó hacer lo que hice. Y, toda conjetura que resulte sobre lo que he escrito, no es más que eso . . . El libro habrá cumplido su misión.

    El Eco es el que dice la última palabra

    El Eco de Mi Silencio

    Las palabras más mortificantes casi siempre brotan de los labios y se expresan por escrito; las palabras más tristes (podría haber sido) resultan ser los lamentos más amargos.

    EL ECO de

    MI SILENCIO

    Un pasaporte a mi realidad, a la de ellos, a la de otros. Un . . . más allá de lo que vemos

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    Francisco Chico Guerrero

    ACERCA DEL AUTOR

    Francisco Guerrero presenta en este libro los conocimientos adquiridos a través en décadas de experiencias de su mejor escuela [la vida]. Ha sido escrito basado precisamente en sus viviendas, y de ninguna manera pretende que sea un ejemplo a seguir. Fue instructor cultural de un intercambio estudiantil American Mexican Exchange Student promoviendo, motivando y dirigiendo el mencionado intercambio estudiantil en las diferentes escuelas del norte del país [México]. Fue misionero en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y, siendo que la razón de servir, así como la de escribir este libro es muy particular, no está considerando en esta obra todas las experiencias obtenidas de esa maravillosa experiencia; pero: predicando es como tuvo la oportunidad de conocer y relacionarse con personas de diferentes ideologías, inclusive, con personas y matrimonios en problemas que necesitaron su ayuda. Ha sido maestro de niños, jóvenes, adultos, y mentor de un niño especial en una escuela privada para niños especiales. Actualmente es director de un centro genealógico de historia familiar, autor, y crítico del libro EL ECO DE MI SILENCIO

    DEDICATORIA

    A todo aquél que ha sido capaz de renunciar a la mediocridad para llegar a ser lo que desea ser . . . Al amigo incondicional; particularmente, a los que se alegran conmigo y perdonan mis fracasos, a los que sufren mis penas, a los que me quieren y yo no lo sé.

    A mi esposa Ana Lilia, quien ha compartido conmigo sus mejores años; ha sido mi guía, mi inspiración, y sobre todo, un pilar en mi vida.

    A mis hijos, Liliana, Silvia, Edna, Sarai, Víctor, Francisco y Rafael. Y a sus respectivas familias. A mis nietos y bisnietos.

    A mis hermanos Guillermo Humberto, José Manuel, Miguel Ángel, Luís Enrique, Raquel, Maria Juanita, María de los Ángeles, Georgina, y a sus respectivas familias.

    A mi madre Georgina, y que por cariño le decían Kina. ¡A la que le debo todo! En ella había amor, abnegación, ternura, perdón. Sobre todo, una firme determinación de aceptar lo inevitable.

    En forma especial a mi Padre Apolinar Chico, por su gran ayuda en la formación de mi carácter. Y cuanto de él recibí hasta el día de su muerte.

    RECONOCIMIENTO

    Gracias primeramente a Dios, por ser Él, un guía en mi camino. A mi familia, por el apoyo incondicional que he recibido de ellos. Por ser ellos parte de mis recuerdos, actores intelectuales en la historia de este libro y . . . , particularmente, porque me motivaron a convertir en posible lo imposible.

    Fue por ellos que pude tener una perspectiva más balanceada de los eventos que culminaron con la historia de mi vida; sobre todo ¡gracias! porque me motivaron a pensar en lo impensable, y me orillaron a realizar lo irrealizable.

    El escribir El eco de mi silencio se lo debo a quienes me dieron la vida, de la misma manera que a los que me la quitaron. ¡Gracias! porque colaboraron de una y mil maneras en algunas de mis anécdotas y cuitas.

    Mi corazón, mi alma, mi ser, sienten una profunda gratitud por los que me han sostenido a través de cada instante de mi vida; particularmente, me regocijo por aquellos que no lo hicieron, porque me elevaron a un nivel al que ellos no supieron llegar.

    Gracias a un centenar de amigos, líderes, mentores y hermanos en la fe por compartir conmigo sus creencias ¡Que digo! fuimos copartícipes de una gran verdad. Mil gracias a todos ellos, porque me apoyaron, y me ayudaron en mil maneras para la realización del libro.

    INTRODUCCIÓN

    El eco de mi silencio se ha publicado (no por fines de lucro), sino para ser distribuido entre familiares y amigos. Para ser leído (no por su valor literario), sino por su amplia variedad de temas en su contenido.

    Se ha escrito para el que sufre, como para el que es feliz, para el que lamenta su fracaso como para el que goza de su triunfo, para el incrédulo, como para el que su fe le ha servido para convertir sus inciertos en virtudes, para el que vive su realidad como para el que vive la realidad de otros, para el que anhela, para el que espera, para el que sueña en un mañana mejor, y para el que no hace nada pensando en el pasado; para el que en su efímera grandeza, vive al margen de los que lo rodean. Y, para el que teniendo todo, no tiene nada. Para el que desee sentir el llamado interior de llegar al cielo y alcanzar la estrella. Para aquellos, que habiendo superado las barreras de la derrota, han alcanzado el éxito a pesar de todos sus fracasos.

    Se ha escrito para ser leído para el (la) que aún, con sus valores profundos, se ha condenado a sí mismo al servilismo y a la mediocridad. Para el (la) que ha sabido convertir sus caídas en su más loable amparo; y aún, para el (la) que disfruta su estabilidad emocional y merecido triunfo. Particularmente, para los que (infatigablemente) siguen en pos de la excelencia. ¡Para ti! aunque sea que por curiosidad estés leyendo el libro.

    PREFACIO

    Igual que Nefi, yo también recibí alguna instrucción de mi padre. ( . . . ) y habiendo conocido muchas aflicciones durante el curso de mi vida, siendo, no obstante, altamente favorecido del Señor todos mis días; si, habiendo logrado un conocimiento grande de la bondad y los misterios de Dios, escribo, por tanto, la historia de los hechos mi vida (1 Nefi 1-1)

    Sería muy afortunado si me hubiera pasado a mí lo que le pasó a este gran hombre. Aunque hay una enorme diferencia, me pareció interesante considerarlo en el prefacio del libro, ya que sus escritos han sido para mí una gran inspiración. Y he sido también, altamente favorecido. Si, y he conocido aflicciones, y mucha tribulación durante el curso de mi vida, pero sólo (parte) pienso escribir en este libro. Parte prefiero ocultar para no lastimar la sensibilidad de nadie.

    He sucumbido muchas veces, y he visto a muchos caer hasta el fondo del abismo para no levantarse jamás (Aun estando facultados para hacerlo). Se han encerrado en el ¡no puedo! y han decidido permanecer derrotados y caídos. Si, y han seguido de necios obteniendo resultados adversos, y se han sentido ¡miserables! por hacer lo que han hecho, pero siguen haciendo lo que siempre han hecho. Y se han enfrascados en los pesares del ayer, o en la incertidumbre del mañana, sin tomar en cuenta que (por causa de su pasividad), dejan de obtener las oportunidades que les presenta el presente, y pierden la oportunidad de obtener lo que les depara el futuro.

    En el 2003 me di a la tarea de recopilar historias, ideas, vivencias y alguna información sacada de mi memoria. Y me percaté que a través de mi vida, he tenido tantas experiencias maravillosas que (por ahora) no serán consideradas. No pretendo dar a conocer sólo el lado oscuro y olvidado de mi vida, sino crear conciencia, y hacer ver que dentro de todos se ocultan tesoros escondidos, traumas, resentimientos almacenados, emociones encontradas, complejos, miedos, sueños, trastornos, verdades olvidadas y culpas calladas.

    Al escribir (de la manera que lo hago), no es para convencer a nadie de lo que está mal o está bien; es para dejar un vehemente anhelo al lector de no sucumbir a la añoranza, y a no dejarse amedrentar por el miedo. Por el contrario, perseverar con constancia, fe, esperanza y sobre todo, con un infinito amor porque . . . finalmente, ese amor será la mejor motivación para llegar a ser lo que deben ser, sin tomar en cuenta el porque otros son lo que son.

    He escrito lo que (tal vez) ya muchos también lo habrán escrito, pero sus tiempos no son los míos, ni mi sentir el mismo de ellos.

    Al escribir, de la forma que lo escribo, es para que el lector disfrute y sienta lo que lee con todos sus sentidos, con el corazón, con la mente, con el espíritu, y que a la vez, le sirva al lector para disipar o mitigar su pena. Más aún, deseo hacerles saber que les comprendo.

    Los relatos, así como la forma en la que están escritos, pudieran ayudar a fortalecer, guiar, y podrían ayudar a utilizar el potencial interior para enfrentar y transformar la adversidad de una vida en un rayito de luz. El libro enseña, verdades que no han salido a la luz, o que no se han podido compartir ya sea, por no haber encontrado un tiempo apropiado, o sencillamente por no haber encontrado una alma gemela que pudiera aceptar, comprender y soñar de la misma manera.

    No todo es historia. En este libro también encontraras coincidencias, milagros, religión, filosofía, consejos, novela, ficción, sueños, espiritualidad, ejemplos, poemas, ayuda, y en algunas áreas de las ciencias humanas y sociales, superación personal y un grito anheloso de esperanza.

    Sé que habrá quien discrepare y lo lea vacilante, pero al escribir, de la manera que lo hago, hay propósito para ello. Si hay critica, que sea para tu edificación. Y si mis palabras te confunden ¡que así sea! pero no seas tú el confundido.

    Omitiré alguna información que bien se hubiera podido compartir, no porque quiera ocultar alguna verdad, sino que . . . por el momento está borrada de mi mente. Además: si son recuerdos que hacen daño (como me hacen a mí) ¿para qué recordar? ¿Por que cargar con culpas del pasado? ¿Con angustias? Eso hace que el estar vivo resulte pesado y, por pensar en el ayer, se olvida uno de hoy. Y "hoy es el día en que el hombre debe ejecutar su obra" ¿Habrás oído esto antes?

    He aprendido cuán cierto es no mirar atrás con ira (porque eso enferma), ni adelante con miedo porque uno se acostumbra a temer. Sólo alrededor con entusiasmo y con una firme determinación de seguir adelante.

    Para no incomodar a nadie, he considerado prudente no contar algún suceso triste, grotesco, o que pudiera dejar (a algunos) un sabor amargo de vergüenza.

    He escrito (a mi juicio) sólo lo que pudiera estar cubierto por los parámetros normales de la justicia y de la misericordia.

    Escribiré acontecimientos conforme los vaya recordando, y no precisamente en el orden en que acontecieron. Escribiré con informalidad, variación, drama, poesía, y con sentido del humor, para hacer de la lectura de este libro ¡una maravillosa experiencia!

    Para algunos, pudiera parecer chusco, novelesco, y hasta difícil de concebir, pero para mí es realidad. Es la verdad de mis sentidos, y es lo que está escrito en mi corazón.

    Se ha escrito lo que ha salido a la luz y parte de lo que ha estado oculto; y lo que he escrito es para el beneficio del lector y me regocijo con ello. Me regocijo porque puedo compartir mis inquietudes, mis experiencias, mis costumbres, mis fantasías, mi personalidad, mi verdad, y parte de mis sueños.

    Mi esperanza (en resumen) es poder satisfacer las perspectivas del lector en cada página del libro. Lo que sí (debo decirlo), NO ES MI INTENCION PREDICAR sino persuadir para la superación personal.

    Para concluir, o por si aun hubiera dudas si leer o no leer el libro, menciono las tres frases del discurso de Thomas S. Monson durante la [ciento ochentava] conferencia General: Es nuestro el derecho de elegir, la responsabilidad de elegir, y los resultados de elegir. Resumen: La decisión de leer el libro está en tus manos; la aceptación de lo leído, así como la capacidad de entenderlo, será posible sólo si permites que la magia de lo escrito vibre dentro de tu ser. Y por último, espero que mis errores, sean comprendidos y perdonables.

    EL ECO DE MI SILENCIO

    De alguna manera, de la forma que lo veamos, la introducción a este libro prevé una prospectiva clara del enfoque que se pretende dar en el libro; por lo tanto, lo que se ha escrito [como lo que pienso escribir], que caiga en buena tierra.

    Que Dios no me permita doblegarme ante la oscuridad de mis recuerdos por lo increíble que parezca. Que me permita conectarme con un sin fin de líneas directas para recibir inspiración, consejos, llamadas espirituales, sobre todo aquellas que pueda comprender y compartir. Que pueda ver el milagro de encontrarme a mi mismo [aún sabiendo que la vida misma está llena de vicisitudes y retos], así como de esperanzas. Que pueda ver un panorama mejor y encontrar señales de virtud, de fe, de amor, de esperanza y sobre todo, que pueda ser comprendido.

    Que pueda tener la humildad de pedir perdón (a la conciencia), porque es la que más nos hace daño. Además, que pueda siempre recordar que perdonar va más allá del tiempo, motivo, condición, o lugar. Que nunca olvide que el perdón (sencillamente) significa no tomar en cuenta lo que nos hace daño.

    Que sea perceptivo, y que tenga valor para dejar a un lado aquellos pensamientos negativos y mezquinos que me hicieron daño, que me causaron dolor, o enojo, porque no quiero escribirlos por ahora.

    Que me permita lograr un equilibrio entre la realidad y mis sentimientos. Que pueda amar profundamente. Más aún, que pueda ser digno del amor que me profesan.

    No fui perfecto, lo sé, pero hice cuanto estuvo a mi alcance. Amé [a mi manera] y fui correspondido a la manera de quien me amó . . . , o de quien me ha amado.

    Como me gustaría volar, y volar tan alto hasta llegar a ser (en todo momento) un ejemplo a seguir, por (mis) hijos, tus hijos, y los hijos de mis amados lectores, porque son ellos, los niños, la mayor esperanza. Es la mejor muestra que hay un Dios, y de que Dios aun confía en nosotros.

    Como me gustaría ser digno de merecer la familia que Dios me permitió . . . Los que conocí antes de nacer, y ya no los conocí cuando nacieron. Los que están por nacer, los que están conmigo, los que no nacieron, y aún a los que esperan que pronto esté con ellos.

    Que diera por merecer las bendiciones que en abundancia he recibido. Por la luz que he recibido y que no he sabido compartir.

    Quisiera . . . , quisiera bajar la luz de las estrellas para que iluminen (sus) caminos, o convertirme en puente por donde todos pudieran llegar a su destino. Más . . . me llena de impotencia marcadas diferencias. Yo vivo las consecuencias del ayer, ellos su presente. Y su presente (como el mío) pronto quedará encerrado en el ayer, para después vivir de sus recuerdos.

    Quien soy (o quien tú dices que soy), quien eres (o lo que piensas que eres), son cosas diferentes. Todos ven lo que pareces y solamente algunos saben en verdad quién eres. Alguien dijo, Suena tan fuerte en mis oído lo que eres, que no puedo oír lo que me dices. Y uno ¡jamás! terminará de conocerse. Y si no te conoces, ¡nadie te conoce! Y te verá, y te tratará como te miren.

    Sabrás (o supondrás) quien eres, si sabes donde estas y mantienes limpio el espejo retrovisor de tu vida. Sobre todo, si (hábilmente) has aprendido a definirte, a auto diagnosticarte, y si has aprendido a aceptar y apreciar (para bien) lo que eres. (Si te encuentras), eso te dará la confianza de amar y perdonar sin restricciones; de aceptar, y sentirte capaz de hacer o decir lo que tengas que decir o hacer.

    No podrás saber si puedes (o no lo puedes hacer) a menos que lo intentes. Y aunque me contradiga en esto, es cierto que (experiencia) es el nombre que le damos a nuestras metidas de pata. Mas . . . , me deja más satisfecho y estoy más de acuerdo con la opinión, o lo que dijo este autor desconocido: Experiencia no es lo que te sucede, si no lo que haces con lo que te sucede.

    Hugh B. Brown dijo: "Un hombre es un diario en el cuál él escribe una historia mientras intenta escribir otra [entonces, yo entiendo que uno no es siempre lo que quiere ser] Y continúa: Su momento de mayor humildad llega cuando compara las dos".

    Cuando una historia se escribe y no es la misma que está escrita en el corazón, ¡tremendo error! Se sienten solos porque no es verdad lo que escriben, y se confunden, y se pierden en su mismo laberinto de mentiras. Viven solos, porque viven (desafortunadamente) la verdad de otros. Y se olvidan de vivir la suya. Callan, (o hablan) para complacerse sin esperar complacer. Dicen lo que otros quieren oír, escriben a conveniencia de quien lo escribe, y actúan para ser vistos y oídos por la gente. Y enredados en tan miserable trauma, olvidan que el éxito y la (verdadera realización) de una vida debería ser la historia que se ha escrito en el corazón. Y nunca la vida a la que se vio obligado a vivir.

    PENSAMIENTOS Y REFLECCIÓNES

    Los siguientes pensamientos (y reflexiones) son en sí, la esencia de mi libro. Son como un grito personal que he callado con mi silencio, y es una verdad, que he traído en mi pecho sin poder compartir. Son . . . un poema, algo mágico que inspira, motiva, se siente, se percibe y enamora. Parte llegaron a mí en una hoja suelta, y parte he transformado con el énfasis que le he dado (a los mismos) con mis propios pensamientos.

    "En el silencio de tu alma se esconden los más bellos secretos de tu corazón. En el silencio de la naturaleza, Dios susurra a través de los pájaros y demás criaturas.

    En el silencio con un amigo(a) se descubren maravillosas conversaciones que la palabra sería incapaz de pronunciar.

    En el trabajo callado y tranquilo, los dones de las personas se hacen visibles. Entre ruidos y prisas, el silencio te acerca a Dios, y a ti mismo(a).

    El silencio no es la ausencia de sonidos, es un estado tranquilo en el que puedes oír lo que se mueve en tu interior con mayor claridad.

    La palabra, cuando es clara y sincera, nos acerca a los demás, nos ayuda a darnos a conocer, nos muestra lo que los demás piensan y viven . . . el silencio es el mayor grado de comunicación que podemos conseguir con un ser humano. La soledad, no es silencio, el silencio no es soledad.

    Ábreme el cofre sagrado de tu silencio, comparte conmigo desde lo que eres, desde lo que vives, desde lo que lloras y desde donde te alegras . . . sin palabras, sencillamente desde lo que eres.

    La vida se comparte dándola, el silencio se comparte estando al lado del que sufre, del que ama, del que vibra al son de un sencillo acorde musical.

    Entraré de puntillas, sin hacer ruido, para no romper la hermosura que me ofreces a través de tu silencio.

    El silencio es el mayor grado de comunicación, y así, escribiendo, es como comparto el silencio de mi otro yo. El eco de mi silencio" [Énfasis mío].

    Dicen que cuando se necesita del silencio para pensar en alguien, en ese mismo silencio alguien piensa en ti. Los ruidos, los ruidos más sensibles del silencio, los que se ocultan y no pueden darse a saber, son los que te hacen distinto y que te comportes diferente; o lo colocan a uno en una posición privilegiada, o lo convierten en rastrojo humano. Sin fe, sin ánimo, escéptico, taciturno, y desconectado de la realidad.

    La doctora Raquel Levinstein en la primera página de su libro escribió: La voz de Dios es posible escucharla cuando aprendes a guardar silencio, cuando escuchas los secretos que te confía el viento, cuando interpretas la sinfonía que conjuga el canto de las aves con la danza de las hojas de los árboles cuando son acariciadas por la brisa, cuando escuchas a tu corazón.

    Para vivir en el silencio, no hay más que quedarse a solas con uno mismo, con el objetivo final de identificar nuestro potencial y nuestro silencio. Para tomar . . . conciencia de quienes somos, dónde estamos, y lo que podemos hacer con lo vivido.

    Las relaciones que formamos, que en silencio y a través del tiempo se fortalecieron, con el paso de los años se vuelven más fuertes; sobre todo, aquellas que formamos desde la infancia. La familia . . . , los amigos.

    Las personas que nos rodean y que nos vieron crecer, son las que forman parte, no sólo de nuestra experiencia, sino de nuestra propia esencia.

    Aquellos amigos con los que compartimos momentos especiales, aquellos que nos tendieron la mano y nos apoyaron, siempre serán las personas que nos acompañarán en cada paso del camino, sin importar la distancia. Por esto (y muchas otras cosas más que escribiré en el libro) cabe mencionar la muy trillada frase: "No hagas cosas malas que parezcan buenas; ni buenas que parezcan malas".

    Callar una pena, ocultar una falta, disfrazar la verdad, es incursionar en el terreno del silencio. Callar es otorgar, y al otorgar, pudiera ocultarse la falta disfrazando la verdad, para después quedar al margen del error por el silencio.

    Al callar una pena, ocultar una falta, o disfrazar la verdad, los valores se pierden, hacen daño, y dejan una huella en el alma difícil de borrar.

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