Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

La Traición De La Serie Los Zirkonianos
La Traición De La Serie Los Zirkonianos
La Traición De La Serie Los Zirkonianos
Libro electrónico261 páginas4 horas

La Traición De La Serie Los Zirkonianos

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Cada vez que sometemos a alguien por la fuerza o lo convencemos para que se venza, estamos traicionando algo profundo de nuestra propia humanidad, cada vez que maniobramos para obtener los favores de una mujer tambin estamos traicionando a nuestras races, cada vez que le sostenemos la ilusin a un nio sobre las mentiras que ofrecemos para su futuro fallamos a nuestra naturaleza.
El autor nos presenta una visin clara y descarnada de cmo la mente, en aras a proteger los tneles invisibles de temores y consideraciones en las que basa sus razonamientos, nos mantiene congelados al interior de una ilusin que llamamos nuestro mundo y por cuya proteccin estamos rebajando a nuestra naturaleza.
Nacemos en la traicin, nadamos en ella, acariciamos su sombra y anhelamos que nunca desaparezca.
La traicin es la esencia de la construccin de nuestro mundo y nuestras ilusiones apenas alcanzan para emborracharnos con ella, en ella, para ella y por siempre.
Pobrecitos los bienaventurados porque ellos tambin sern traicionados.

Las criaturas entraban y salan con fluidez saltando de mente en mente, como si a la vez estuvieran celebrando un villorrio turstico ofrecido por los espacios mentales de cada ser. Tal vez estas personas triunfadoras se parecieran tanto entre s que a las criaturas ya no les importara en cul de ellos se encontrara; todos eran casi igual de satisfactorios para los invasores; cualquiera de ellos ofreca un flujo similar de sensaciones y de cadenas de pensamientos; ninguno posea ya un mecanismo para oponerse a su influencia.
Aquiles se senta como un mesas confundido en medio de la multitud. Toms, a su lado, afortunadamente no deca nada; desde que se haba enamorado de Paola su cabeza se mantena llena de las imgenes y las sensaciones de las experiencias compartidas con su amada; mientras supiera que en un futuro cercano iba a estar cerca de su amada, no le importaba en absoluto la gente o lo que sucediera a su alrededor
Toms y Aquiles caminaban hombro a hombro por las agitadas calles de Los Vientos. Sus cuerpos estaban juntos pero sus mentes estaban proyectando mundos totalmente diferentes. Cada uno era un solitario al interior del mundo de sus pensamientos. En ese instante, varias dimensiones confluan y se entrecruzaban; los invasores, el mundo de Toms, el de Aquiles, el de cada turista, el de Los Vientos millones de mundos se encontraban y confluan en un mismo punto, en un solo instante, para que la vida se mirara a s misma desde millones de ngulos diferentes.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento16 dic 2011
ISBN9781463313876
La Traición De La Serie Los Zirkonianos
Autor

Luis Casanare

Doctor en ciencias de la computación, filósofo, estudioso de varias religiones; ha vivido en Latinoamerica y Europa. La forma como nos ingresa a la mente de sus extraños personajes nos crea sensaciones y nos plantea importantes interrogantes. Tiene un estilo duro, directo y de fácil lectura. La amenaza de destrucción del planeta, la injusticia social, la desprotección de los niños, los extraterrestres y la búsqueda de la verdad religiosa son sus temas recurrentes. Sus novelas están cargadas de drama, sexo, crimen, pasiones y desesperanza

Relacionado con La Traición De La Serie Los Zirkonianos

Libros electrónicos relacionados

Ficción general para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para La Traición De La Serie Los Zirkonianos

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    La Traición De La Serie Los Zirkonianos - Luis Casanare

    Contents

    PROLOGO

    CREANDO SENSACIONES

    RELÁMPAGOS DE CONSCIENCIA

    EL TUNEL DE LA LUZ

    YO SOY EL QUE SOY

    EL GÉNESIS

    LA VOZ DE LA CONSCIENCIA

    A los niños, quienes llegan para sostenernos a nosotros

    y a nuestro mundo,

    y a quienes nos toca traicionar desde el principio para que jamás

    se destruya nuestro mundo.

    A nuestras mujeres, las cuales nos entregan un futuro

    para que nunca podamos abandonar nuestro pasado.

    A mis amados hijos María y Luis cuya sola existencia logró darle

    sentido a mi vida durante varios años.

    Luis Casanare

    PROLOGO

    Nacemos en la traición, nadamos en ella, acariciamos sus sombras y anhelamos que nunca desaparezcan.

    La traición es la esencia de la construcción de nuestro mundo y nuestras ilusiones apenas alcanzan para emborracharnos con ella, en ella, para ella y por siempre.

    Pobrecitos todos los bienaventurados porque ellos también serán traicionados.

    CREANDO SENSACIONES

    Algunas mujeres no se dan cuenta en qué momento se enamoran. Es un proceso gradual. No calculado. No deseado. Es una suma de pequeños incidentes; un día algo le sucede y, al siguiente, ella piensa que comprendió algo más al respecto. Se encuentra con un tipo que le despierta una fibra particular, una fibra profunda que sabe que siempre la ha tenido, pero como nadie nunca antes se la había despertado de esa manera, no lo acepta. Es algo irracional, se dice. Y entonces lucha contra eso. No es lógico. El tipo tiene muchos defectos; ni siquiera la ve como ella realmente es. Es un egoísta. Le falta mucho para llegar a ser lo que ella quisiera. Es un niño… Pero cada vez que le roza la mano o él la mira al centro de los ojos, ella sabe… Él también lo sabe, claro está. Ella se humedece. Algo en su interior tiembla; No puede ser, es una maldición… es algo pasajero, dice, va a dejar de suceder… además, me miente, me está mintiendo en mi cara, le gustan todas… qué me pasa, maldita sea… Y con el tiempo… Bueno… quizá es un buen hombre, quizá tenga potencial… le gustan los libros, es inteligente… Ya está perdida. Ya ni siquiera razona correctamente; anhela ser poseída por ese hombre. Lo decidió. Lo espera. Aguanta y calla… Ya tiene dueño. Quizá él ni siquiera la quiera, pero ella no puede hacer ya nada contra eso… Aunque sea mucho más inteligente y hábil, su fibra de hembra, de mujer enamorada, por lo general está por encima de cualquier otra consideración. A lo único que ella no va a renunciar en la vida, es a su derecho de ser amada. Va a luchar por eso. Va a aguantar, a soportar. Se va a entregar. Va a jugárselo todo a esa carta que le puso el destino… De ahí en adelante, ella va a esperar orgasmos en cadena… Pero éstos nunca llegan… Pueden pasar días, y hasta años, sin que lleguen… ¿Qué pasa?, maldición… El tipo tiene el poder pero no lo usa. Es un maldito… Se duerme. Se cansa. Se aburre. No siente. Parece no importarle. Se le cae. Se inhibe. Se esconde en una aparente capa de ternura. Se acompleja. No la toma como debiera… Y entonces ella requiere una prueba continua de que la conexión todavía existe; necesita que él se venga dentro de ella… No importa dónde. No importa cuándo. No importa cómo. Y lo peor… no importa si ella lo desea. Solo lo requiere. Necesita la prueba vital de que está ahí como mujer, y de que ese hombre aún tiene poder sobre ella… Y entonces se somete. Obtiene su semen como sea y donde sea… Pero dentro de ella… Y luchará por mantener este lugar como una loba herida, sin importar lo que esto le cueste.

    A la mayoría de los hombres les sucede algo bien distinto; ellos se dan cuenta desde el primer momento que ella lo encierra todo. Aquella primera mirada. Aquel primer cruce de señales. Esa forma de caminar. Esa sonrisa. Esos primeros sesenta segundos suceden en un espacio diferente, es algo que no pertenece a este planeta. Es un momento lleno de magia e irrealidad que se queda grabado por siempre. Un instante indestructible… Es ahí cuando ella se ubica entre él y todas las otras mujeres. Esto, ciertamente, es una completa desgracia, desgracia contra la que él también lucha; va donde las otras, va donde las putas, busca antiguas novias, busca a su madre, tiene conversaciones profundas con ella… Ellos, cuando se enamoran, siempre tienen conversaciones profundas con sus madres, y siempre hacen negocios tontos y arriesgados… No obstante, nada de lo que haga puede borrar la magia de aquel instante. Está perdido. Por defender la magia de ese primer segundo, sin saberlo, va a consumir el resto de su vida… No quiere vivir con ella. No quiere vivir sin ella. No quiere tener hijos. No quiere tantas responsabilidades. No quiere esto ni lo otro… Pero, sobre todo, no quiere perder la posibilidad de vivir de nuevo el éxtasis de aquel momento, de pertenecer a ese mundo lleno de poder y magia que experimentó aquella primera vez… Y la única manera de lograrlo es hacer todo para que ese instante se repita… por siempre, para siempre… Entonces él trata de capturarla, de engañarla, de atraparla a cualquier costo; ella es la fuente, hay que ofrecerle, prometerle, mentirle, atarse a ella… Cualquier cosa con tal de ser el dueño de la posibilidad de volver a vivir ese instante en el cual él fue irremediablemente vencido… ese secreto no se lo confesará nunca a nadie. Sobre todo no a ella. Nadie lo comprendería. Será su secreto, su debilidad, su poder oculto… Aquel primer momento lo guardará para siempre, allí descubrió que había dentro de él un poco de inmortalidad, algo que únicamente ella podría despertar, algo que parecía tan distante pero que a la vez era tan suyo, tan propio, tan puro, tan libre, tan mágico… como si, por fin, él pudiera llegar a ser alguien… Si el tipo logra atraparla y engañarla para crear una alianza que lo haga dueño de ella, o sea de la posibilidad de repetir aquel primer momento en el cual él supo, entonces este pacto se volverá tan fuerte que ya ninguno de los dos podrá desprenderse. Y a partir de ahí él se lo deberá todo a ella, lo real y lo posible, lo presente y lo futuro, y le deberá sobre todo el haberse dejado atrapar en el escenario absurdo que él inmediatamente le propone y le crea…

    Pasan diez años y el instante nunca se repite. Pero él siempre respetará y agradecerá que ella haya aceptado el absurdo cerco en que la mantiene… No importa dónde se encuentre, ni con quién se halle, ni qué esté haciendo, el simple hecho de evocar aquel instante en que la vio por primera vez entrar por la puerta, como flotando en el aire, hace que la magia casi se repita con la misma intensidad… La esperanza de ser libre y amado que sintió en aquel momento, la vuelve a experimentar cada vez que lo recuerda… El momento siempre es el mismo. En su memoria, ella se mantiene intacta, tal como la conoció ese día, y el tipo se pregunta… Pero, entonces… ¿solo se ama una o dos veces en la vida?… Y es verdad. Nadie ha amado más de dos o tres veces en la vida, eso es todo, estamos secos, al amor ya no fluye como antes, ya no abarca grandes capas de la existencia. A la mayoría, incluso, únicamente les ocurre una vez, y a muchos ninguna… Y los que las dejan ir se amargan hasta la muerte. Y los que las consiguen, las engañan por el resto de la vida…

    Pero eso no es lo que importa; lo que importa es que ellas adquieren un poder muy especial sobre los individuos, ejercen una propiedad que es incomprensible… Ellas los definen, los delimitan, deciden sus posibilidades de ser. Se convierten en sus nuevas madres; no importa lo que el hombre haga, lo hace porque ella se lo permite… Él necesita llamar su atención o entregarle algo… Quiere pensar que al menos ante ella sí existe… Es por esto que la mujer decide cuánto mal quiere que exista en el mundo; el mal lo hacen ellos, pero lo hacen en la medida en que ellas se los permiten… Ellas definen los límites o los detienen… A partir de aquel primer momento, si ella decide jugar el juego, se convierte en un espejo profundo para el hombre, es ante ella que él necesita estarse mirando mientras ejecuta cada uno de sus actos… Si ella está asistiendo al acto, aunque solo sea en su pobre y enferma mente, si ella lo conoce y lo sabe… entonces el acto es válido… aunque esté asesinando a cien personas… Si el acto no existe ante ella, entonces no existe ante el mundo… Que ella lo ame o no, no tiene que ver nada con este asunto. El amor no está en esta balanza. El amor simplemente atraviesa los corazones que se le cruzan en su camino y sigue en una única dirección…

    Lo curioso es que a partir de aquel momento en que se encuentra con ella, la grandeza del hombre, la medida de sus conquistas, de sus alegrías y pesares, está dada casi enteramente por lo que ella le permita… Así de grande es el poder que las mujeres tienen sobre el hombre… Así de extraño es este amor humano… este amor que depende de la posesión de los cuerpos… Dentro de este amor, perder el cuerpo del otro es terrible. Permitir que alguien invada o controle un cuerpo que es de uno es muy grave, muy grave. Todos lo saben, perder el cuerpo del otro es como una muerte en vida; nadie le perdonará jamás haberlo permitido… El sujeto queda solo y avergonzado, vagando en un mundo donde ya nada lo refleja

    Paola, desde que había encontrado a su padre biológico, se comportaba diferente: cantaba en la ducha. Esto de cantar en la ducha es un indicador contundente del estado emocional en que se encuentra una persona. Ahora Paola hablaba más de la cuenta, sonreía más a menudo… Increíble, pensaba ella, cuántas veces no había deseado ese momento de cruzarse con él en la calle o donde fuera, contemplar las facciones parecidas a las suyas, su aire, sus ademanes, escucharlo y saber de un solo golpe… es él, él es mi padre… Y justo le había sucedido cuando menos lo esperaba… Increíble, pensaba ella, cómo le había cambiado su vida. Ese individuo antes andaba por ahí, su cuerpo deambulaba por las calles, hacía las mismas cosas que ahora, recibía contratos para matar gente, todo era igual que antes… con la única diferencia de que ella no sabía que existía; él estaba ahí, antes y ahora, y nada había cambiado realmente en el planeta. Pero el simple hecho de saber que existía, había transformado su mundo interior… ¿Era o no peligrosa esta dependencia de saber o ignorar que alguien existía?… Ella podía enterarse de que un lago o un árbol existían en alguna parte y no sentir nada al respecto… Pero este descubrir súbitamente que existía alguien que posiblemente de niña la hubiese amado, alguien que quizá la volviera a amar algún día… este descubrir que existía alguien de quien había dependido su cuerpo profundamente, este conocimiento la transformaba y le cambiaba los colores al mundo.

    A través de su recién encontrado padre, Paola fue un día a conocer el pueblo minero de donde él, Marino, era oriundo. Desde hacía cientos de años la violencia en los territorios mineros era la misma; allí conoció a otros familiares y, además, a su primo Hernando. Este primo suyo había matado recientemente a alguien de no sé qué clan, y éstos lo estaban buscando para vengarse. Así que Hernando se vivía escondiendo por aquí y por allá, por lo general en casas de algunos familiares. Cada semana cambiaba de sitio y, en lo posible, no salía al sol y al agua…

    Desde el primer momento, Paola y él congeniaron; eran dos marginados del mismo círculo familiar que se habían encontrado en un momento dado… A pesar de que en su vida existían una madre, un hermano y una hermana, fue desde que había descubierto a su padre que se había comenzado a sentir realmente parte de un núcleo familiar… Cuando estaban juntos, en la atmósfera se expandía una energía que los unía y los fortalecía; de ellos se emanaba una especie de canción que decía somos una familia y nadie nos vencerá… Paola disfrutaba inmensamente de esta nueva sensación… Vea, primita, le decía Hernando, lléveme para la capital, allá usted me tira en un hotel barato… yo solo necesito que me ayude con lo del hotel por ahí por unos tres meses, nada más, yo me rebusco, yo sé trabajar, pregunte por ahí y verá que yo he bajado a unos cuantos, trabajos impecables. En la ciudad, si usted quiere, primita, montamos una oficina, usted sabe, hay mucho odio, la gente ya no paga sus deudas, todo el mundo quiere la ventaja, hay mucha guerra no declarada, si encontramos los medios para que nos contacten, ponemos una oficina y nos ponemos a bajar gente, es un buen negocio… Usted no tiene que hacer nada, primita, yo me encargo, yo sé que usted tiene su vida, sus relaciones, sus tipos, yo no me voy a meter en su vida, ni mucho menos en su casa, usted simplemente me ayuda con lo del hotel unos tres meses y yo me encargo de lo demás. Bueno, de todas maneras, esté alerta, uno no sabe, seguro que usted conoce gente que tiene problemas, que quiere arreglar cuentas, hay que tener cuidado, pero usted se ve muy astuta, no es tonta… primita, nos va a ir bien, usted consigue los clientes y yo me encargo de lo demás…

    Hernando le simpatizaba, no tanto como para acompañarlo en sus planes, pero sí lo suficiente como para estar tentada a ofrecerle lo de instalarlo en la ciudad con tres meses de hotel pago… Quizá lo consultara con su padre, aunque no quería que ahora él pensara que ella iba a ser una carga y que le iba a estar consultando todo en la vida… Tenía dinero suficiente para hacerlo, el que le había quitado a los violadores y el que le había dado su padre. Además, a Tomás, a quien ahora consideraba su compañero, le llegaba una buena cantidad por su trabajo, adicionalmente, de la escena del supuesto asesinato de Cordero ella había recogido varios fajos de dólares. No los había contado pero era más dinero del que nunca antes había visto… Y tenía familia, bueno… su padre y ese poco de personajes. Algunos más queridos que otros, pero ya no se sentía sola en el mundo…

    Antes, cuando todavía estaba su hermano Ricardo, su hermana Ángela y su mamá, la envolvía un profundo sentimiento de soledad… Siendo apenas un niño, Ricardo se separó; había decidido que no quería ser una carga para ellas… Entonces el sentimiento de soledad de Paola se incrementó, y no disminuía ni siquiera cuando estaban las tres juntas… Al contrario, era entonces cuando más lo sentía… Quizá el abandono de su padre, el de Ricardo y la locura de su madre, habían engendrado un sentimiento de soledad tan intenso que nada lo vencía… Por eso, y porque su madre se estaba volviendo loca, fue que se distanció de su hermana. Después, Ángela se había organizado con un hombre… Y su madre… tal vez deambulaba por las calles pidiendo limosna y recitando amenazas y poemas al viento… Sí, había dejado de verlas y casi nunca pensaba en ello.

    Con el alegre clan que gracias a su padre acababa de conocer, lleno de historias de separaciones, borracheras, crímenes, hijos sueltos, fincas en abandono, cosechas quemadas, préstamos no saldados, tías putas, niñas fugadas y asados con música y cerveza, se sentía terriblemente acompañada… Sin embargo, su padre casi no los frecuentaba; de hecho parecía que hacía varios años que no iba a la región. Fue a petición de ella que él le había permitido que lo acompañara un par de veces. Marino no estaba interesado en las historias de sus familiares ni en estrechar lazos o crear compromisos con ellos… En las reuniones permanecía callado y apenas si sonreía con las historias absurdas que narraban sus allegados. La mayoría de las anécdotas estaban relacionadas con situaciones grotescas sobre ellos mismos o sobre relativos cercanos…

    Ese estar destapando libremente la vida privada de cada uno en medio de un clan que al instante se burlaba de todo ello, la emocionaba y le hacía desear formar parte de ellos, era como estar recibiendo una terapia permanente, como estar limpiando lo que normalmente se oculta en la vida de las persona. A veces sentía el impulso de hablar acerca de su pasado, pero nunca lo hacía. En el fondo ella tampoco necesitaba nada de ellos. Sin embargo le parecía curioso cómo, este estarse burlando de las debilidades propias y de otros al interior de un círculo familiar cerrado, era una especie de terapia… Para Paola la sensación de pertenecer a un grupo se mantenía únicamente mientras estaba con ellos, cuando regresaba a casa de Tomás, volvía a ser libre y a ser la que siempre había sido.

    En ocasiones extrañaba el desorden en las relaciones, los comentarios sarcásticos, la parranda y la indiferencia ante la muerte de aquellas gentes… Al principio había sentido cierto vértigo con la velocidad con la cual parecían cambiar los asuntos y las relaciones al interior de ese grupo. Sin embargo, al observarlos más de cerca, y al notar que en sus narraciones mezclaban con gran indiferencia historias de hace treinta años con otras de hacía no más de tres días; ella pensó, Es como si el tiempo no les importara, como si creyeran que van a estar ahí por siempre… Paola concluyó que a pesar de la aparente velocidad de los sucesos al interior de los grupos familiares, en esos clanes de provincia, pareciera desde un punto de vista externo, como si nada realmente cambiara; eran igual de ricos y de pobres, vivían en la misma zona, se morían de lo mismo y seguramente contaban las mismas historias desde hacía más de cien años… Lo que sucedía a nivel planetario no lo percibían ni pareciera importarles; a ellos no les afectaba nada que estuviera más allá del corredor de la casa, de las nalgas de la prima, de la enfermedad del abuelo, de la deuda de la tía, del amorío de la sobrina…

    Aquella tarde, Paola venía de una de sus visitas al clan. Después de varias horas de viaje, regresó a la casa donde vivía y al entrar al salón vio a Tomás inclinado sobre unos planos; siempre distante, siempre absorto, siempre incompleto, siempre triste. Y entonces se dijo a sí misma… Es él, es con él con quien quiero vivir, es por él por quien daría la vida. Ni siquiera sé si lo quiero o no, pero lo que sí sé es que es dentro de esta atmósfera que de él se desprende que quiero vivir… por siempre… atmósfera que ni siquiera corresponde a lo que yo soy; una pobre puta sin visión, sin horizonte, sin estudios. Dios mío, ¿quién sabe cuánto va a durar esto? Una oleada de tristeza le recorrió el pecho. Entró y lo abrazó dulcemente. Subieron al cuarto e hicieron el amor con pasión y ternura. Tomás no podía de la felicidad; Dios lo había escuchado, amarla y recibir de vez en cuando el amor que ella le quisiera dar era todo lo que por ahora le pedía a la vida.

    Ya era más de la media noche cuando Paola le dijo a Tomás, Debemos celebrar, salgamos. Se alistaron y salieron a la calle sin hacer ruido… Helena, la madre de Tomás, que no se perdía ni el más mínimo movimiento de la pareja, pensaba, Protéjalos, Señor, son jóvenes, están explorando, acompáñalos, Señor, te lo ruego, Señor, ella es fuerte pero todavía es muy joven, yo ya me puedo ir si tú quieres… pero acompáñalos un poco más… ya no les falta casi nada… Helena decía esto porque sabía que la noche en algunas ciudades caribeñas es muy peligrosa.

    En estas ciudades, varios personajes que viven de la ventaja salen por la noche a cazar humanos; buscan afanosamente a quién robar, asesinar o drogar… A esas horas los profesionales de la noche son los únicos que sobreviven. Contrario a lo que sucede en España, donde los estudiantes, obreros y empleados salen de parranda con frecuencia, en estas ciudades solo lo hacen los fines de semana y únicamente van a las zonas diseñadas para hacerlo. Allí pueden, en un ambiente medianamente controlado, emborracharse y drogarse hasta sentirse como súper estrellas. Estos son escenarios vigilados por la policía, y que obedecen unas reglas mínimas; si no fuera así, el poder mantener legalmente una población alcohólica y drogada peligraría. Pese a esto, aun en esas zonas controladas todas las noches suceden muchas tragedias. Y ni se diga de las zonas que son superficialmente controladas o que no tienen vigilancia… En estas ciudades, las madres sufren y secretamente se despiden de sus hijos cada noche que los ven salir… Así que Helena los encomendó al Señor y se acostó a dormir…

    Tomás y Paola salieron a un sector plagado de bares y discotecas, y deambularon por varios sitios… Era la primera vez que se tomaban unas copas juntos, y parecía que tuvieran prisa por embriagarse, sobre todo Paola…; iban a un sitio, se tomaban un par de copas y luego se dirigían a otro. No bailaban. No buscaban contacto con nadie, y prácticamente no hablaban entre sí. Tomás, como siempre, la miraba con ternura y asentía a cualquier cosa que ella dijera. Estaba pendiente de lo que sucedía a su alrededor pero únicamente con el ánimo de protegerla… Ella no le temía a casi nada ni nadie, se apuraba las copas, miraba un poco a su alrededor y pensaba, No quiero saber nada de nadie, estoy frita, estoy enamorada de este maldito hijo de puta… Hablaba un poco gangoso y ya había comenzado a tambalearse al caminar… Tú sabes que yo te quiero… Era la primera vez que Tomás la oía hablar de amor… Yo quiero acompañarte hasta la muerte, quiero que cuando te estés muriendo me aprietes la mano… no me importa si me toca cambiarte los pañales, yo te quiero, eres el amor de mi vida… Tomás no sabía qué decirle, la imagen de él anciano y ella cambiándole los pañales no le cabía en su mente… Ella

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1