La bondad de un loco
()
Información de este libro electrónico
La Bondad de un Loco es el resultado de un proceso en el que el “yo” del autor ha dejado de ser un “yo” limitado en tiempo y espacio y, por tanto, ese proceso ha acabado universalizando, a su vez, al receptor de la obra, de las ideas. La oda al individualismo de La Bondad de un Loco dibuja a un “yo” subjetivo que, con cada página, va convirtiéndose en un “yo” universal.
La Bondad de un Loco es un recorrido por la autobiografía conceptual de un pensador, que no se reconoce a sí mismo como sabio, posiblemente porque es consciente de que su intelectualidad la ha construido a través del acercamiento a los demás. La Bondad de un Loco surge en el momento en que el autor logra elevarse por encima de lo vivido y observarlo en picado como un ave, abstrayéndose de su experiencia y, al mismo tiempo, rindiéndole homenaje a su conocimiento.
La Bondad de un Loco es un monólogo, trazado a partir de una colección interminable de conversaciones con el “otro”, que se han ido dando a lo largo de la vida del “yo” y de su producción literaria. Ese “otro” aparece encarnado en distintos personajes en las varias obras del autor, ya sean estudiantes universitarios, cónyuge, hijos (nacidos y no nacidos *), compañeros de profesión, pupilos y pupilas, ahijados... o Dios *, un dios indefinido, que aparece sutilmente entre líneas acompañando al conocimiento y que, sin embargo, no responde a los llamamientos más explícitos. La Bondad de un Loco es un monólogo fruto del diálogo de toda una vida.
La Bondad de un Loco es un libro que exige una nueva forma de lectura. No responde a ninguna clasificación de género y por tanto, es tarea del lector encontrar el modo de introducirse en él. La Bondad de un Loco busca lectores activos. Es el lector el responsable de llenar el vacío de un Tiempo y un Espacio que, intencionadamente, no aparecen como coordenadas del eje formal de la obra. No están pensados para servir al lector ni como herramienta ni como obstáculo. La Bondad de un Loco es, por ello y sin embargo, un estudio minucioso, y al mismo tiempo, liberado de sistemas, sobre el espacio y el tiempo de cada una de nosotros.
Nota del autor *: La Niña que no nació y Los Silencios de Dios.
Álvaro Puig de Morales
Álvaro Puig de Morales nació en Bilbao en 1932. Máster en Marketing y gestión empresarial - curso de Casos Prácticos ESADE - actualmente es tutor personal y escritor. Títulos: Más allá de las sombras de la muerte, La niña que no nació, Conoce tu verdad, La bondad de un loco, Los silencios de Dios, Mis conversaciones con la ermitaña, Confesiones a Zoé, traducidos al catalán, al inglés, al alemán, al italiano, al francés y al portugués. Atraído por otras disciplinas, posee un amplio conocimiento en lo que implica la psico-sociología en relación con el individuo. Especializándose en el análisis, motivación y concepción de producto, así como en sus posibilidades de mercado; habiendo impartido clases en la Escuela Superior de Marketing. Presidente interino del curso de Alta Dirección de la Escuela de Alta Dirección ESADE, ha dado clases en todas las Cámaras de Comercio nacionales, también como profesor preparador, Administración y Dirección de empresas de la UNED y como Directivo y Consultor en Empresa, Industrial, Publicidad y Comunicación, Construcción, Industria alimentaria, Decoración y Centro comercial.
Lee más de álvaro Puig De Morales
Los silencios de Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMis conversaciones con la ermitaña Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesConfesiones a Zoé Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMás allá de las sombras de la muerte Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAmelié, la niña que no nació Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relacionado con La bondad de un loco
Libros electrónicos relacionados
Destinos rotos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCamino hacia lo desconocido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSube conmigo: Para los que viven en común Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El yo y sus metáforas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Diario secreto de mi despertar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn busca de la verdad desnuda Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCartas para Claudia Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Pretérito perfecto: Setenta años cumplidos y medio siglo de vida religiosa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas cinco muertes que Plutón dejó en mi Bajo Cielo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Autoficción: escribe tu vida real o novelada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El camino hacia la objetividad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAtrévete a ser tu maestro Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cartas para Claudia: Palabras de un psicoterapeuta gestálico a una amiga Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un corazón sencillo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El laberinto de las luciérnagas: El despertar de la conciencia universal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDe la dependencia al amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRostros De Mil Sombras Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTraidores: Escribir ficción con material autobiográfico Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos Muertos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn la laguna Estigia: (Guía para un médium del siglo XXI) Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El arte de llevar una vida creativa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesYa nada me separa de la luna que brilla Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Libro que se Dictó Solo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEnsanchar la vida Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn jardín primitivo: Subjetividades, lectura y escritura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAlmas viajeras: La Matrix Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Salidas: Reflexiones, Lanas y Fantasmas, Volumen II Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesManchas de frío Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRenacer a los 50: La Enfermedad de Parkinson como Punto de Partida Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un pensamiento sin pensador: Diálogos bionianos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Comentarios para La bondad de un loco
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
La bondad de un loco - Álvaro Puig de Morales
LA BONDAD
DE UN LOCO
por Álvaro Puig ©
La bondad de un loco
© Álvaro Puig – Tel. contacto: (+34) 932.035.014
Barcelona ( España)
Correo electrónico:
alvaropuigdemorales@gmail.com
Queda rigurosamente prohibida, sin la
autorización expresa del titular del Copyright
, bajo
las sanciones establecidas en las leyes, la
reproducción total o parcial de esta obra por
cualquier medio o procedimiento, comprendidas la
reprografía y el tratamiento informático.
•La caridad es el abandono del yo.
El autor.
Álvaro Puig
2
La bondad de un loco
PRÓLOGO
"A mis años tengo la sensación de que puedo volver
a empezar".
La Bondad de un Loco es una caja de Pandora
plagada de ideas, y cada una de el as es un "volver a
empezar". Las ideas de La Bondad de un Loco
aparecen como los hilos que conforman el dibujo
de un tapiz. Cada una de ellas abre camino a un
profundo entramado de pensamientos. Por
cualquiera de ellas se puede tirar del hilo
e iniciar
el recorrido por el dibujo del tapiz., desde el final
hasta el principio.
Ya en los primeros títulos de la producción literaria
de Álvaro Puig encontramos la voz del yo
que
experimenta con el otro
. En Destinos Rotos el
yo
del autor habla desde la observación y el
análisis del diálogo, su experiencia se enriquece con
la información que recibe en su eterno rozarse con
el otro
. El otro
es, en sus primeros libros, un
elenco de personajes definidos que, por este mismo
hecho, delimitan de forma precisa al receptor de las
obras. Lector y personajes son conocidos, están
dentro de un mundo complejo pero preciso, como
es el ámbito universitario. La Bondad de un Loco es
el resultado de un proceso en el que el yo
del
autor ha dejado de ser un yo
limitado en tiempo y
espacio y, por tanto, ese proceso ha acabado
universalizando, a su vez, al receptor de la obra, de
las ideas. La oda al individualismo de La Bondad de
Álvaro Puig
3
La bondad de un loco
un Loco dibuja a un yo
subjetivo que, con cada
página, va convirtiéndose en un yo
universal.
La Bondad de un Loco es un recorrido por la
autobiografía conceptual de un pensador, que no se
reconoce a sí mismo como sabio, posiblemente
porque es consciente de que su intelectualidad la ha
construido a través del acercamiento a los demás.
La Bondad de un Loco surge en el momento en que
el autor logra elevarse por encima de lo vivido y
observarlo en picado como un ave, abstrayéndose
de su experiencia y, al mismo tiempo, rindiéndole
homenaje a su conocimiento.
La Bondad de un Loco es un monólogo, trazado a
partir de una colección interminable de
conversaciones con el otro
, que se han ido dando
a lo largo de la vida del yo
y de su producción
literaria. Ese otro
aparece encarnado en distintos
personajes en las varias obras del autor, ya sean
estudiantes universitarios, cónyuge, hijos (nacidos y
no nacidos *), compañeros de profesión, pupilos y
pupilas, ahijados… o Dios *, un dios indefinido,
que aparece sutilmente entre líneas acompañando al
conocimiento y que, sin embargo, no responde a los
llamamientos más explícitos. La Bondad de un Loco
es un monólogo fruto del diálogo de toda una vida.
La Bondad de un Loco es un libro que exige una
nueva forma de lectura. No responde a ninguna
clasificación de género y por tanto, es tarea del
lector encontrar el modo de introducirse en él. La
Bondad de un Loco busca lectores activos. Es el
lector el responsable de l enar el vacío de un
Tiempo y un Espacio que, intencionadamente, no
Álvaro Puig
4
La bondad de un loco
aparecen como coordenadas del eje formal de la
obra. No están pensados para servir al lector ni
como herramienta ni como obstáculo. La Bondad
de un Loco es, por el o y sin embargo, un estudio
minucioso, y al mismo tiempo, liberado de sistemas,
sobre el espacio y el tiempo de cada una de
nosotros.
María Buendía
Oficina cultural embajada española en Berlín.
Nota del autor
*: La Niña que no nació y Los Silencios de Dios.
Álvaro Puig
5
La bondad de un loco
•• No he escrito para los sabios, cada vez estoy más
convencido de el o, Dios me valga. Él me ha
permitido descubrir que con humildad me he
acercado al conocimiento que sirve de algo sin el
conocimiento de los sabios. . ¡cuanta elucubración!
¡De cuántos conocimientos disponen los sabios, que
no siempre son prudentes! Creo que desconocen la
existencia de su propia vida y el hecho de poder
satisfacerse de el a. Las definiciones de los sabios
son múltiples para un solo concepto pero los
conceptos, son para los humildes. Yo, me
encuentro entre el os. Me he acercado a la verdad
aunque, ciertamente, he tardado mucho tiempo en
alcanzarla; pero no importa, eso es lo que yo quería
sin darme cuenta y sin pretenderlo. Los cielos se
acercan a la verdad y yo he orado acercándome a
el os. ¿Qué hacen los sabios para perder tanto
tiempo, del que hablan tanto? Yo no hablo de él, lo
percibo. El tiempo ha dejado de serlo, hace tiempo.
•La experiencia me ha demostrado que nuestros
sentimientos solamente pueden ser nuestros, que no
podemos cederlos u ofrecerlos gratuitamente. Si
fuera así, no serían aceptados por los demás ni por
aquel os que disponen de mejor voluntad. He
l egado al convencimiento desilusionante de que los
sentimientos sólo son nuestros. Se reafirma la
individualidad. Por el deseo de estar cerca de
alguien, en el delirio de amar, aquél que, por un
gesto o una palabra que no fueron aceptadas, debe
también ser consciente de que los sentimientos
únicamente son de uno mismo. He l egado a la
Álvaro Puig
6
La bondad de un loco
conclusión de que el enamoramiento existe pero no
es posible ofrecer toda la ilusión de haberse
enamorado. La vida l ega a compensar el no poder
ofrecer toda nuestra ilusión, por la posibilidad de
querer, que es una forma de vivir la ilusión de querer
pero sin poder desprendernos de nuestros
sentimientos anímicos, los sentimientos de nuestra
personalidad. Acepto el hecho de mi particular
modo de querer y pienso en encontrar la misma
comprensión.
•A mis años tengo la sensación de que puedo volver
a empezar, es propio de la edad. Mis pecados
quedan cubiertos con esa infancia espiritual.
•¡Qué ilusionada ilusión imaginar que alguien puede
encontrarse bien después de nuestra visita!
• ¿Para qué sigo escribiendo si pienso que no tengo
nada más que decir? Además, la soledad abarca todo
el cauce de mi vida.
•Siempre he intentado compensar la tristeza que he
sentido por cuantos he conocido. Este hecho me
permite decir que mi conocimiento por los demás es
cada vez más profundo, una profundidad que hiere.
Quisiera alejarme de el os y hasta puede que de mí
mismo.
•Me siento culpable y puede que ridículo de
escuchar todo lo que aquél dice. Me pregunto: ¿está
obligado él a decir todo lo que dice y yo a
escucharlo? Sus palabras están presentes en todo lo
que hago. Yo creí que los profetas eran historia.
Álvaro Puig
7
La bondad de un loco
•A cuántos ha extrañado y sorprendido que yo,
como profesor, haya l amado más de una vez a un
alumno. El motivo, saber de él. Conocer al alumno
forma parte del magisterio, es un ejercicio cuyo
único examinador es el propio alumno.
•Estas navidades serán las navidades más pobres.
Bueno, mientras pueda escribir seguiré escribiendo.
Además, desde casi siempre que yo recuerde, las
navidades son tristes.
•La triste y piadosa religiosidad de los buenos se
conforma con el yo de su dios. Ese yo que son el os
mismos. Es algo que siempre pensé que yo no
deseo, en nada, para mí.
•Siento tristeza porque, realmente, he perdido las
oportunidades de estar cerca de los demás. Aflora un
sentimiento de culpa reprimida. Tuve que decirlo,
ahí está.
•Voy desparramando mis pensamientos. Vivir es
mejor que haber vivido. El presente es el presente y
a cierta edad percibimos el futuro. ¡Para qué
recordar! llegamos a exclamar.
•El tiempo cuenta, ¡que me lo digan a mí! Después
de tantos años nunca creí que l egaría a escribir nada
y resulta que, sin darme cuenta, aún he tenido el
suficiente.
•Estoy cansado de encontrarme sólo en los
momentos de angustia. Cómo quieres encontrarte, si
la angustia que percibes forma parte de ese espíritu
tuyo, enfermo en la soledad
Álvaro Puig
8
La bondad de un loco
•¡Qué ocupado he estado! Desde la mañana
temprano, pensando, intentando encontrar la razón
de haberme levantado. No creo que pretendiese
pensar en dicha razón, creo más bien que estaba
cogido por un sentimiento dormido.
•¿ Y qué si se me critica por lo que no he dicho ni
hecho? Debo tranquilizar mi ánimo, por lo menos
así, me hacen saber lo que no debería haber dicho ni
haber hecho.
•Sí, me siento perdido por no haber encontrado
nada; bien poco valía la pena buscarlo, aún así,
debemos de justificarnos por haberlo intentado.
•Mis notas van como por la vía de un trencil o de
juguete,van escribiéndose. Es fantástico descubrir la
novedad de mi pensamiento. Puede, si cabe, que
haya tristeza, pesar, ilusión, pero sobretodo un gran
bienestar.
•He perdido muchas cosas en mi largo caminar, si
alguien las encuentra, que me las devuelva. Puede
que no sean todas mías, pero es que no son de nadie.
Mi camino ha sido largo y, lo que es peor, lento; por
eso me he l egado a dar cuenta de que mi mayor
pérdida ha sido el tiempo, como animal dormido en
el camino
•No sé debido al conocimiento, sino al hecho de
pensar. He podido liberarme del conocimiento de
los demás. Piensa en tu propio y lógico
conocimiento y te darás cuenta de que aparte de que
Álvaro Puig
9
La bondad de un loco
es la mejor manera de pensar, tu pensamiento es
previo al conocimiento.
•He vivido sin la necesidad de los grandes autores.
No soy culto, pero no solamente no me importa,
sino que me parece bien, porque no me sirvo de
cualquier cosa que diga o piense.
•El hombre desconoce su cansancio, lo sé por
experiencia, he envejecido en el esfuerzo.
•A alguien que siente, plácidamente, lo que siento
yo, deberían encerrarle, es en demasía su sensiblería
tan plácida y mortecina. He vivido demasiado todas
las vidas de los demás. Mi sacerdocio es hablar,
dialogar con los demás; mis conversaciones han sido
y son el mandamiento de mi vida.
•Es por la mañana temprano, está amaneciendo. Sé
que vivo porque mi pensamiento no para, sé que
vivo cuando despierto, porque es entonces cuando
el amanecer me hace creer en que el día es el
amanecer del mañana.
•La vida hoy me ha permitido seguir viviendo. Estoy
presente en esta vida. Estoy presente en el quehacer
de cada día. Acaso, nuestra vida puede ser otra.
•Hace días que han aparecido mis primeros
achaques, ¡qué poco los soportamos! Y ¡qué pronto
olvidamos el sufrimiento de los demás!
•Mi sofá es un personaje más. Está ya estropeado,
noto que los muel es ceden, está descolorido, pero
es mi sofá. En él me he sentido protegido, me ha
Álvaro Puig
10
La bondad de un loco
permitido pensar, ha acuñado mis deseos, he escrito
alguna de las notas de mi libro, vamos, que no sé si
es para mí o yo soy de él. Bien puedo decir mi sofá
porque nadie, cuando yo ya no esté, se sentará en él;
y él no me echará de menos. Las cosas mueren con
la vida, liberémonos de el as, no nos echarán en
falta; su sensibilidad no l ega a tanto. A veces
valemos lo que las cosas nos permiten que valgamos,
y eso que debemos de pensar que las cosas no son
nuestras, nos dejan que las utilicemos, sin más.
•Una Navidad real. Mi hijo está trabajando en su
estudio, mi esposa recostada en el sofá leyendo no sé
qué libro, y yo escribo estas líneas; es todo real,
menos algo que siento al decirlo. La Navidad es
únicamente para los niños. Pretendemos alegrarnos
en la navidad, pero en las navidades de antes. Aun
así pienso que mi Navidad es bel a, encristalando el
recuerdo de antaño porque mi hijo trabaja y mi
esposa ahora está cosiendo y yo en el recuerdo de
cuantos pude conocer y conversar. Escuchando y
escuchando como si fuera una plegaria.
•Me comentan la oración del creyente. La de un
muchacho que considera su plegaria como su propia
vida. Yo, que estoy cansado de luchar en mis clases,
hablando con unos y con otros, rezo pero sólo con
mis citas y mi esfuerzo de cada día. Estoy perdiendo
el tiempo. ¿Qué pasa que no me encuentro
reconfortado? ¿Por qué los dioses no me ofrecen la
gratificación de mi hacer y saber? El muchacho me
respondió: "Te falta el ofrecimiento de tus
ansiedades".
Álvaro Puig
11
La bondad de un loco
•La riqueza de no poseer. Recuerdo la sensación
precisa, objetiva y cierta, de sentirme rico en uno de
mis desplazamientos a las clases. Todo era mío. Fui
poseedor del campo, de las montañas, de todas
aquel as montañas. La sensación que tuve fue
impresionante, hirió mis sentidos, no lo había
sentido hasta entonces. Pensé en la clase, en los
alumnos; pero lo que sentía en aquel momento
compensaba cualquier posible preocupación. Hago
votos para que pienses como yo pensé en aquel os
momentos. Nada me pertenecía en realidad pero era
más mío que de nadie. Tuve una beatífica sensación,
ciertamente, disponía de la riqueza de no poseer. Mi
espíritu se sentía conforme conmigo mismo, con los
míos, hasta con un Dios que ofertó el espíritu de
creer en todo lo que la naturaleza puede ofrecer. Si
somos conscientes, es de todos. Me sentía tan
identificado con lo que sentía y veía que a punto
estuve de atropel ar un conejo. Hubiera sido una
pena, se hubiera roto la mágica sensación que aún
recuerdo, después de tantos años.
•La posibilidad de lo real. Los educadores debemos
desarrol ar las estructuras mentales como base al
conocimiento; por lo tanto, la posibilidad de lo real.
Diferenciar es estructurar, estructurar es disponer
del conocimiento, inicialmente, de lo posible. Todo
el o es la base para que podamos, posteriormente,
conceptuar.
•He nacido para una vocación, y al cabo de los años
he l egado a creer que de alguna manera la he
ejercido. La vocación de la plática, de la opinión y, si
cabe, del consejo, con todos aquellos que, de manera
muy personal, he l egado a dialogar. El diálogo lo
Álvaro Puig
12
La bondad de un loco
sigo ejerciendo, pues aún hay personas que me
recuerdan, y puede que les sirva de algo. No me
importa que estas líneas queden en un monólogo;
acaso ¿soy o puedo ser tan osado que pretenda ser
escuchado? Eso sí, si estas líneas las leyese mi hijo,
sentiría la ilusión de que haya podido conocer más a
su padre, todo lo dicho forma parte de mi
testamento. El hecho de que un hijo nos pueda
conocer mejor es magnífico, es algo que podemos
escribir en el volumen de la vida; aunque tu vocación
de padre sea difuminada. No debemos enterrar la
vocación, por muy difícil que sea, antes de nuestra
muerte.
•La consulta lógica se debe basar en algún criterio.
Te confieso, aunque no se lo digas a nadie, yo no me
baso en demasiados criterios. Mi criterio es no
disponer o utilizar criterios. Mi mente es tan
flexiblemente
abierta
al
pensamiento
que
cómodamente escucho todo. Así es y deseo que siga
siendo porque si no mi pensamiento no sería el mío.
•Por
qué
pretendemos
supeditar
nuestro
pensamiento a un sentimiento escondido? Un
sentimiento es para uno mismo, aunque tratemos de
que pueda l egar a los demás. Pero siempre lo
condicionamos a ser correspondido. Solamente el
sentimiento es posible cuando el pensamiento está
dormido.
•Siento el respirar cuando escribo. Mi mente va
ofreciendo una idea, palabras, hechos y recuerdos;
todo un enjambre que me l ega a hacer daño, por
eso me doy cuenta de que respiro.
Álvaro Puig
13
La bondad de un loco
•Los miserablemente pobres son aquel os que no
tienen donde cobijarse, sin un techo. Bueno, eso lo
sabe o lo imagina cualquiera, pero lo que la gente no
piensa es que su drama está precisamente, no en que
no tienen techo o paredes, sino en que si los
tuvieran, no serían suyos, por eso prefieren dormir
en una cal e, cobijarse en ella. Su techo es el techo
estelar, sin ocultar que son miserablemente pobres.
Han sufrido la indigna humil ación de los pobres. Te
lo digo no por un pensamiento caritativo, sino
porque me di cuenta de que estaba cobijado por el
techo de mi casa, con mi familia, protegidos de la
lluvia que azotaba los cristales. Sentí la
desesperación de los pobres en la miseria. Abordó
mi pensamiento por la falta de caridad, con unos y
con cualquiera; todos en nuestros pesares somos
unos pobres