El martirio del apostol Pablo

Por Massimo Serretti

This essay narrates the martyrdom of the apostle Paul and is unfolded in the interlacement of two threads: the one is historical-narrative and the other is theological-meditative. The narration approaches the argument with the imagination and the affection to the simple but involving concreteness, to the places, to the people, to the stories that Paul met in his journey. This also makes his biography and what the Lord has wanted to operate through the apostle colorful and tasteful. The theological meditation that he gives us in his epistolary and that we draw from the writings of Luca gives sense and order to every concrete detail.
To do this the Author refers to a base of recent specialized studies and resources, but the result is linear and accessible to everybody.

• Idioma: Español
• Editorial: Massimo Serretti
• Fecha de lanzamiento: 22 nov 2017
• ISBN: 9788827520598

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El martirio del apostol Pablo

Massimo Serretti

1. Estéban y Saulo

«La sangre de los mártires es

semilla de cristianos»

(Tertulliano, Apologeticum, 50, 13)

Al prepararnos a recorrer con la memoria y el espíritu los últimos pasos de la vida y el testimonio (martirio) de Pablo en Roma.; queremos establecer una relación con sus primeros pasos en Jerusalén y en particular el episodio en que lo vemos como testigo en primera persona del testimonio que da en favor de Jesucristo el diácono Esteban, protomártir de la Iglesia.

  Este episodio narrado por Lucas en el capítulo séptimo de los Hechos de los Apóstoles, relaciona el martirio de Estéban por lapidación en Jerusalén a mano de los judíos, con el martirio de Pablo en Roma por decapitación a mano de los romanos. En la escena de Jerusalén, que inaugura una grande persecución en contra de los cristianos, encontramos entrelazados al perseguidor y al perseguido, así como sucede entre el martirio en Jerusalén y el de Roma.

  «Saulo – escribe Lucas- estaba entre los que aprobaban el asesinato de Estéban» (Hch 8,1).

  Saulo mismo hablando luego acerca de su celo en la persecución de los cristianos, en el discurso en el Templo de Jerusalén, como hablando ante Dios, dijo «andaba por las sinagogas encarcelando y azotando a los que creían en ti; y cuando se derramó la sangre de tu testigo Esteban, yo también me hallaba presente, y estaba de acuerdo con los que le mataban y cuidaba sus vestidos."(Hch 22, 19-20). Saulo no es el autor material de la lapidación de Estéban, sin embargo la aprobaba ¹ y votaba a favor de la condena a muerte de los testigos de Cristo (Hch 26, 10) y esto, como él mismo dice, «rebosando furor contra ellos»(Hch 26, 11).

Su rol de joven en aquella persecución sumaria causada por un espíritu de rechazo a las señales que Estéban realizaba y al resplandor glorioso de su testimonio que convencía a muchos, demasiados desde el punto de vista de los jefes del pueblo, fue el de custodiar los vestidos de los falsos testigos los cuales, por norma, debían lanzar las primeras piedras en la lapidación.

  En ese momento la lapidación de Estéban no sólo no fue motivo para repensar su actitud por parte de Saulo, sino que detonó una furia aun mayor (Hch 8,3). De todas maneras, se reafirma la verdad que la sangre de los mártires es semilla de cristianos, y también en este caso, el primero, fue así. Si en el momento podía parecer que Saulo hubiera vencido sobre Estéban, luego fue Estéban cuyo nombre significa corona a obtener la corona de la victoria sobre Saulo y Saulo seguirá a Estéban hasta asemejarse a él en la obtención de la corona