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Los 7 Elementos y el Hombre: La conciencia humana en el espejo de los siete elementos
Los 7 Elementos y el Hombre: La conciencia humana en el espejo de los siete elementos
Los 7 Elementos y el Hombre: La conciencia humana en el espejo de los siete elementos
Libro electrónico159 páginas3 horas

Los 7 Elementos y el Hombre: La conciencia humana en el espejo de los siete elementos

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Luego de su primera obra, El Camíno Iniciático al Corazón Cósmico, Debora Colagreco nos sorprende nuevamente con este libro en el cual, a través de un viaje onírico vivido por la autora misma, nos encontramos en un sueño en un sueño hasta llegar al mundo real, o lo que así parece. En esta obra, Colagreco interactúa, a travéz de dialogos imaginarios, con mentes sublimes como Pitágora, Einstein, Prometeo, Jung, Steiner, ecc., así como con personas cercanas a ella no más en vida. Pero los siete Elementos Arquetípicos son los verdaderos protagonistas. Ellos envían mensajes importantes para todo lo que el hombre necesita a fin de sostener su evolución. De la Física Cuántica al Chamanismo, da la Filosofía a la Psicología, los tema argumentatos dejan una gran enseñanza que conecta al lector con su interior.     
El libro contiene fotografías evocativas. La lectura puede ir acompañada por el escucho de 22 temas musicales originales compuestos specialmente por Fabrice Quagliotti, Marcelo García, Edgar Cavallera y Andrea Pagani. Voz, Graciela Mendoza. El CD o los distintos temas se pueden adquirir en Amazon, Spotify, iTunes, Google play.


Debora Colagreco nace en Roma en agosto de 1963. Es licenciada en Lenguas y Literaturas Extranjeras Modernas por la Universidad LUMSA (Roma). En la adolescencia estudia música (guitarra clásica) y demuestra un gran amor por el arte, la naturaleza y la espiritualidad. Profundiza estudios de filosofía, psicología, psicofisiología, teología, musicoterapia y metafísica. Habla y escribe perfectamente cuatro idiomas.
Por trabajo viaja por todo el mundo. Alterna su vida entre Roma y París hasta que, en el 2008 se muda a Uruguay y funda en el 2011 la Editorial Zadkiel.
En el año 2017, junto a su prima, Francesca Romana Pistoia (periodista y escritora), decide de dar a la luz a la fundación Zadkiel Onlus (Org). Actualmente vive en Roma y sigue viajando por todo el mundo.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento7 sept 2017
ISBN9788822819741
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    Los 7 Elementos y el Hombre - Debora Colagreco

    Debora Colagreco

    LOS 7 ELEMENTOS Y EL HOMBRE

    La conciencia humana en el espejo de los siete elementos

    Traducción: Luciano Giusti

    Título original: I 7 Elementi e l’Uomo – La coscienza umana nello specchio dei sette elementi

    Primera edición 2017

    Versión en inglés: The 7 Elements and Man - Human consciousness in the mirror of the seven elements

    Copyright – Todos los derechos reservados

    ISBN: 9788822819741

    Traducción: Luciano Giusti

    Diagramación interior y de portata: Editorial Zadkiel

    Imagen de portada de Sandrine Van Kerckhoven – Derechos adquiridos

    Fotografias interíores del libro de Jimmy Baikovicius – Derechos adquiridos

    Formato digital a cura de Rosso China

    Impreso en Italia – Roma. 2da edición ampliada y revisada – 2017

    Editorial Zadkiel

    www.editorialzadkiel.com

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    A la memoria de mis queridos primos:

    Carlo, Stefano y Marco

    El pensamiento de Dios es amor.

    Desde siempre materializado en la Naturaleza a través

    de los siete elementos le susurra al hombre que siempre fue y será parte de Él.

    El Siete es la expresión de la mediación entre lo humano y lo divino.

    PREFACIO

    Fons et Origo

    (Fuente y Origen)

    Leí este libro por primera vez de un tirón.

    Luego quise volver a leerlo con más calma, con más desapego, en busca de un hilo conductor, una clave de lectura, y encontré una palabra: "amalgama".

    Sí, creo que la palabra clave que nos puede ayudar y guiar en la lectura, o, mejor dicho, en la lectura entre líneas de Los siete elementos y el hombre es amalgama.

    Como género literario es al mismo tiempo ensayo y cuento.

    Un ensayo que reflexiona sobre filosofía y ciencia, analiza sus muchas teorías, la más antiguas y las más modernas, las conecta, las compara y las coteja; se podría decir que es un ensayo de filosofía teórica o filosofía de la ciencia, que propone una concepción personal y original de la vida, el mundo y su lugar en él, es decir, una "Weltanschauung" (visión del mundo) en su sentido más profundo y filosófico, pero también en el sentido más literal de la palabra intuición, visión de la existencia y su propósito, representados precisamente en el contenido del libro.

    Es un cuento que narra un viaje, al mismo tiempo interior y lejano en el cosmos, en el que la autora habla de muchos encuentros y se encuentra a sí misma, nos habla de lugares, mitos, recuerdos y afectos.

    Es al mismo tiempo una visión, un sueño que se ancla y concluye en la realidad, en el presente.

    Al final de la lectura, este libro, con su léxico simple y su estilo directo, sin duda despertará en cada lector, dependiendo de su personalidad, sensaciones, reflexiones y emociones fuertes pero diferentes.

    En el mundo de Debora, sin embargo, seguramente todos nos sentimos más cerca, de hecho, estamos todos más cerca.

    Gracias, Debora.

    Maria Gabriella Marsala

    (Doctora en Filosofía, profesora de Letras)

    PRÓLOGO

    Videmus nunc per speculum et in aenigmate

    (Ahora vemos como a través de un espejo, de manera confusa)

    En la naturaleza, la estructura cíclica del Infinito, el mito del eterno retorno, es aquel movimiento continuo de la Unidad de las dos fuerzas de la Energía, la positiva y la negativa, o más bien energía pesada y ligera. Entre ellas se produce una interacción constante siempre en equilibrio y ninguna resulta más importante que la otra. Los siete elementos – Tierra, Agua, Fuego, Aire, Sonido, Luz y Pensamiento – son también manifestaciones de este aspecto dual de la Energía y siguen, cada uno, sus propias transformaciones cíclicas. Respectivamente, representan los principios universales de la gravitación, la polaridad, la combustión, el equilibrio, la vibración, la luminiscencia y del conocimiento mismo. Cuando las dos fuerzas en los elementos alcanzan el grado más intenso, comienzan a debilitarse o, para usar un término cuántico, a decaer, así como las cosas de la Naturaleza, una vez cosechadas, comienzan a dispersarse y transmutar.

    El hombre sigue los mismos ritmos de la Naturaleza, dado que nace con la inhalación y muere con la exhalación y sigue los mismos patrones, ya que cada punto energético y cada órgano de su cuerpo se corresponde con uno de los siete elementos de la Naturaleza. Por ejemplo, la piel, nuestro órgano sensorial más grande y extendido y el primero que se forma en el embrión, se ve afectado por las emociones, así como éstas están directamente relacionadas con la espalda, y como esta misma no se puede separar de los riñones, ni los riñones de la fuerza de voluntad y de la ambición. La voluntad y la ambición, a su vez, no se separan del bazo, ni el bazo se separa de la serenidad sexual.

    ¿Qué significa todo esto?

    Somos un microcosmos del universo. Nuestras funciones vitales corresponden a una constante cósmica y la diferencia es una mera cuestión de escalas: la parte superior de nuestro cuerpo vive y funciona en armonía con el movimiento de traslación de la Tierra alrededor del Sol. La parte inferior está relacionada con el movimiento de rotación del eje terrestre alrededor de la elíptica. Pero las sorpresas continúan: escuchen esto. Así como el piano tiene varias octavas por encima de la octava 0, también las tiene el campo energético humano (Aura). Así como la luz es onda y corpúsculo, también nosotros lo somos. ¿Esto nos lleva a pensar que podemos estar en cualquier parte del universo? Por supuesto, porque somos su minúsculo y perfecto duplicado. El universo físico es solo un aspecto del universo real.

    Pero ¿qué es la realidad?

    A esta pregunta, sin embargo, nadie ha logrado dar realmente una respuesta. Nuestra realidad es ficticia, completamente relativa y parcial. Si por real nos referimos a lo que percibimos con nuestros cinco sentidos, la realidad no es más que una señal eléctrica interpretada por el cerebro. A partir de nuestra experiencia sensorial, podríamos pensar que somos una especie avanzada. Sin embargo, tenemos un conocimiento muy limitado del mundo que nos rodea. Basta con pensar que no tenemos la capacidad, que en cambio muchos animales tienen, de percibir los infrarrojos o los ultrasonidos. ¿Qué otras cosas están más allá de nuestros sentidos? Si supiéramos desarrollar el potencial de las esferas de energía superior, la radiación de nuestra mente podría ir más allá de los límites de nuestro organismo físico, tanto en términos de espacio y tiempo.

    Pero ¿qué es esta energía superior?

    La nueva ciencia la llama Fuerza débil. Es un nuevo concepto que, en filosofía, hoy podríamos definir como idealista, pura e infinita conciencia no manifestada, multidimensional, que fluye en el pensamiento y desciende a la materia. Para entender más, podemos empezar por el concepto teosófico de la emisión de las mónadas, que en mi opinión son los ardientes rayos de la divinidad solar (de la cual nuestra esencia forma parte), que al descender sobre todas las esferas de la conciencia de vida cósmica alcanzan el plano físico. Esto nos lleva a decir que todo lo que experimentamos es el resultado de una parte invisible de nosotros mismos. La estabilidad (Tierra), la emoción (Agua), la intención (Fuego), el deseo de amar (Aire), la coherencia (Sonido), la toma de decisiones (Luz), la imaginación (Pensamiento), todos nacen de nuestra alma y no de nuestro cerebro, que es solo el organizador del conjunto.

    La ciencia oficial dice que los átomos se crean en las estrellas y que en las estrellas se destruyen; que el átomo es la cantidad más pequeña de materia en una sustancia y que permanece inalterable en el tiempo. Si es verdad que estamos hechos de átomos, esto significa que una parte de nosotros nunca va a morir, y que por lo tanto un fragmento de las personas que tanto quisimos y que ahora se han ido existe y siempre existirá. La muerte es un pasaje que en realidad renueva. Solo cuando nos demos cuenta de que estamos volviendo a la Origen, a Dios del que pensamos no pertenecer más, entonces vamos a entender por qué hemos alimentado la impresión de que el tiempo fluye siempre hacia adelante, de forma lineal, hacia un futuro que, en realidad, no existe. Solo entonces podremos entender que vivimos en el no-tiempo, porque el Universo ya está dentro de nosotros. La Onda de Vida, la circularidad de los eventos inmutables, se origina en el Uno y de octava en octava resuena en el universo.

    En este libro, a través de un viaje onírico lleno de diálogos imaginarios con mentes sublimes, surgen reflexiones sobre el Universo, la Naturaleza y el Hombre, donde el lenguaje de los siete elementos es simbólico. Aprender a identificarse y reflejarse en ellos significa enriquecerse internamente, con el fin de profundizar y conectarnos con nuestro interior.

    En el mundo en que vivimos, el amor parece estar desapareciendo. Atrapados, hemos terminado ignorando la Inteligencia de la Naturaleza y a nosotros mismos. El espacio en el cielo nos separa del Sol. La materia nos separa del Espíritu. Cuando podamos romper nuestras cadenas y sanar de la inconsciencia, el mundo real se dará a conocer. Como escribió San Pablo en Primera de Corintios 13:12, en el mundo material vemos como a través de un espejo, de manera confusa.

    La alquimia es una transmutación nuclear esencial para quien quiera volver a nacer con una nueva conciencia.

    De la Unidad, Dios, emanan las seis dimensiones

    y las seis fases del Tiempo. Ahí radica el secreto del número Siete.

    Clemente de Alejandría (150 d.c.)

    Es a partir de esta visión que daremos juntos

    los primeros pasos en las páginas de este libro.

    EL AMOR QUE MUEVE AL SOL Y LAS DEMÁS ESTRELLAS

    La Divina Comedia – Paraíso XXXIII, 145 – Dante Alighieri

    El soñar despiertos no es un vacío mental.

    Más bien es el don de un ahora que conoce la plenitud del

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