El último de los Valerios
Por Henry James
()
Información de este libro electrónico
Henry James
Henry James (1843–1916) was an American writer, highly regarded as one of the key proponents of literary realism, as well as for his contributions to literary criticism. His writing centres on the clash and overlap between Europe and America, and The Portrait of a Lady is regarded as his most notable work.
Relacionado con El último de los Valerios
Libros electrónicos relacionados
El último de los Valerios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa ley y la dama Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa esclava de su amante (Anotado) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos mejores cuentos de Miguel de Cervantes: Selección de cuentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl gato del Brasil: Biblioteca de Grandes Escritores Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGabrielle de Bergerac Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Obras - Coleccion de George Sand Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La historia de nadie y otros cuentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa buena fama Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFanny Hill Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa marquesa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesIndómita Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Fe Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDoña milagros Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesReinas mártires Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl hechicero Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa esclava de su amante Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesClemencia: Novela de costumbres Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa casa y el mundo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos amatorios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa amiga íntima Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMi enemigo mortal Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La ultima calaverada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Farisea Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa araña negra Tomo I Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa hija del Sol (Anotada) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLo prohibido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCumbres Borrascosas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesE-Pack El caballero de Alcántara agosto 2023 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesThespis (novelas cortas y cuentos) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Clásicos para usted
Los 120 días de Sodoma Calificación: 4 de 5 estrellas4/550 Poemas De Amor Clásicos Que Debes Leer (Golden Deer Classics) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Arte de la Guerra - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Principito: Traducción original (ilustrado) Edición completa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Meditaciones Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Divina Comedia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Yo y el Ello Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crítica de la razón pura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Crimen y castigo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El lobo estepario Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poemas de amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Arte de la Guerra Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Odisea Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Ilíada y La Odisea Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El leon, la bruja y el ropero: The Lion, the Witch and the Wardrobe (Spanish edition) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Viejo y El Mar (Spanish Edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/51000 Poemas Clásicos Que Debes Leer: Vol.1 (Golden Deer Classics) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl sobrino del mago: The Magician's Nephew (Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Psicología de las masas y análisis del yo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Obras Completas Lovecraft Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Libro del desasosiego Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Don Quijote de la Mancha Calificación: 5 de 5 estrellas5/5EL PARAÍSO PERDIDO - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La interpretación de los sueños Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las 95 tesis Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los hermanos Karamázov Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Psicología Elemental Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La casa encantada y otros cuentos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El libro de los espiritus Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Categorías relacionadas
Comentarios para El último de los Valerios
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
El último de los Valerios - Henry James
EL ULTIMO DE LOS VALERIOS
HENRY JAMES
1
Más de una vez yo había tenido ocasión de afirmar que si mi ahijada deseare casarse con un extranjero me negaría a darle mi beneplá-
cito. Empero cuando, en Roma, me fue presentado en calidad de su reconocido novio el joven conde Valerio, me hallé contemplando al afortunado sujeto, luego de una momentá-
nea mirada de pasmada consternación, con cierta benevolencia paternal... pensando, en verdad, que desde el punto de vista de lo pintoresco (ella con su pelo rubio y él con el suyo nigérrimo) formaban una pareja impre-sionantemente bien conjuntada. Ella lo trajo ante mí entre orgullosa y tímida, empujándolo por detrás y rogándome con una de sus miradas de paloma que fuera muy cortés. No es que yo sea propenso a la descortesía; pero ella estaba tan profundamente impresionada por su grandeza que le parecía imposible hacerle el suficiente honor. Tal vez la grandeza del conde Valerio no era algo necesaria-mente entusiasmante para una muchacha norteamericana que tenía el aspecto y casi las costumbres de una princesa; pero estaba apasionadamente enamorada de él y tenía hechizados tanto el corazón como la imaginación. El era extraordinariamente apuesto, y con una índole de belleza más significadora de lo que es común en la hermosa raza romana. Poseía una especie de ensimismada profundidad de expresión y una parsimoniosa sonrisa grave que sugería, no una gran vive-za de ingenio, sino una serena intensidad de sentimiento que resultaba muy prometedora para la felicidad de Martha. Tenía poco de la jocosa campechanía ligera de sus compatrio-tas y mucho de una especie de torpe sinceri-dad en la mirada, que parecía demorar toda reacción hasta haberse cerciorado de que lo entendía a uno. Quizá era un poco lerdo, y se me antojaba que ante una pregunta política o estética su respuesta habría de ser especial-mente tarda. Es bueno y fuerte y valiente
, me aseveró sin embargo la muchacha; y yo la creí sin dificultad. Desde luego que era fuerte el conde Valerio: poseía una cabeza y un cuello como alguno de los bustos del Vati-cano. Mis ojos, tanto tiempo entrenados en mirar las cosas con fines pictóricos, quedaron realmente maravillados de ver semejante cuello emergiendo de la blanca corbata típica en aquella época. Sostenía una cabeza tan macizamente rotunda como la del conocido busto del emperador Caracalla y cubierta por la misma escultural cascada de rizos. El pelo del joven tenía un aire magnificente: era un pelo como el que debían de tener los antiguos romanos cuando recorrían el mundo con la cabeza descubierta y bronceados por el sol.
Formaba un arco perfecto sobre su baja frente despejada y se prolongaba por las mejillas y el mentón en una ceñida barba hirsuta, enérgica con energía propia y no atildada por la navaja de afeitar. Ni su nariz ni su boca eran delicadas; pero sí eran vigorosas, regulares y varoniles. Su tez era de un color mo-reno vivo e intenso que ninguna emoción po-dría alterar, y sus grandes ojos claros seme-jaban clavarse en uno cual un par de afiladas ágatas. Era de estatura mediana, y su tórax era de un perímetro tan generoso que casi hacía esperar oír rasgarse su ropa interior al compás de su respiración. Y no obstante, con su humana sonrisa bondadosa, no parecía ni un toro ni un gladiador. Su potente voz no tenía nada de áspera, y su amplia contesta-ción ceremoniosa a mi enhorabuena tuvo la poderosa sonoridad con que debían de pro-nunciarse los discursos diplomáticos en tiempos de Augusto. Yo siempre había considera-do a mi ahijada como una personita muy norteamericana, en todas las connotaciones po-sitivas de esta palabra,