El arbol de la ciencia
Por Henry James
()
Información de este libro electrónico
Henry James
Henry James (1843-1916) was an American author of novels, short stories, plays, and non-fiction. He spent most of his life in Europe, and much of his work regards the interactions and complexities between American and European characters. Among his works in this vein are The Portrait of a Lady (1881), The Bostonians (1886), and The Ambassadors (1903). Through his influence, James ushered in the era of American realism in literature. In his lifetime he wrote 12 plays, 112 short stories, 20 novels, and many travel and critical works. He was nominated three times for the Noble Prize in Literature.
Relacionado con El arbol de la ciencia
Libros electrónicos relacionados
El árbol de la ciencia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesObras - Coleccion de Henry James Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesA la sombra de las muchachas en flor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesA la sombra de las muchachas en flor: En busca del tiempo perdido II Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn busca del tiempo perdido 4 (Sodoma y Gomorra) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn busca del tiempo perdido 2 (A la sombra de las muchachas en flor) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn busca del tiempo perdido - 2 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas alas de la paloma Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPudin de Navidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDon Juan Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTristana Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl arrecife Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Orlando, una biografia (traducido) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl tiempo recobrado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTristana: Novela Romántica Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn la jaula Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCrimen y castigo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesOros son triunfos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl maniquí de mimbre Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSir Dominick Ferrand Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa piedra de la castidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa lección del maestro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesArtes subversivas para cultivar jardines Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones3 Libros para Conocer Literatura Francesa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos papeles de Aspern Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos amigos de los amigos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa copa dorada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDe París a Cádiz Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl viudo Lovel Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMicrocosmos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Clásicos para usted
La Política Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Arte de la Guerra Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Arte de la Guerra - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Meditaciones Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Divina Comedia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Principito: Traducción original (ilustrado) Edición completa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5EL Hombre Mediocre Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Ilíada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Yo y el Ello Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Viejo y El Mar (Spanish Edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El leon, la bruja y el ropero: The Lion, the Witch and the Wardrobe (Spanish edition) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El libro de los espiritus Calificación: 4 de 5 estrellas4/5To Kill a Mockingbird \ Matar a un ruiseñor (Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Don Quijote de la Mancha Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los 120 días de Sodoma Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El lobo estepario Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Lo que el viento se llevó Calificación: 4 de 5 estrellas4/550 Poemas De Amor Clásicos Que Debes Leer (Golden Deer Classics) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La ciudad de Dios Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poemas de amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La interpretación de los sueños Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Libro del desasosiego Calificación: 4 de 5 estrellas4/5EL PARAÍSO PERDIDO - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las 95 tesis Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Odisea Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crimen y castigo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El mercader de Venecia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Psicología de las masas y análisis del yo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cuentos completos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Categorías relacionadas
Comentarios para El arbol de la ciencia
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
El arbol de la ciencia - Henry James
EL ÁRBOL DE LA CIENCIA
Henry James
1
Entre otras convicciones secretas, cual las que todos albergamos, Peter Brench estimaba como el más grande logro de su vida no haber emitido jamás un juicio compromete-dor sobre la obra, como era denominada, de su amigo Morgan Mallow. En lo tocante a ella, según pensaba él honradamente, nadie po-día, con veracidad, citar una sola opinión pronunciada por sus labios, y en ningún lado podía haber constancia de que, a ese mismo respecto, en ninguna ocasión ni tesitura alguna, hubiese mentido o hubiese proclamado la verdad. Semejante triunfo le parecía de relevancia capital aun siendo un hombre que había logrado otros triunfos: un hombre que había llegado a los cincuenta años, que había eludido el matrimonio, que había vivido sin dilapidar su fortuna, que desde muchos años atrás amaba a la señora Mallow sin decir palabra, y que, lo último en orden pero no en importancia, se había juzgado a sí mismo hasta los más íntimos recovecos. De hecho se había juzgado hasta tal punto que había sen-tenciado que la actitud que mejor le cuadraba era una gran humildad global; y, sin embargo, nada lo hacía tener mejor concepto de sí mismo que el recto rumbo que había logrado seguir pese a varios de los escollos precita-dos. De esta guisa, consideraba categóri-camente un mérito que aquéllos de sus amigos en quienes más confianza tenía fueran precisamente aquéllos ante quienes guardaba la mayor reserva. Él no podía -al menos eso había decidido el excelente hombre- decirle a la señora Mallow que ella era la adorable causa única de su contumaz soltería; y tampoco decirle al marido que la visión de los innume-rables mármoles que poblaban el taller de éste le causaba un sufrimiento cuya incisivi-dad ni siquiera el tiempo había conseguido embotar. Sin embargo, su victoria, como ya he apuntado, en lo tocante a estas escultu-ras,