El arca y el aparecido
Por Stendhal
()
Información de este libro electrónico
Lee más de Stendhal
Rojo y negro Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Rojo y negro Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Obras - Coleccion de Stendhal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relacionado con El arca y el aparecido
Libros electrónicos relacionados
El arca y el aparecido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMEJORES CUENTOS FRANCESES Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNarraciones inverosimiles Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMendizábal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBailén (Anotado): Episodios nacionales Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl maestro arquero: Una leyenda. Una batalla Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Flecha Negra Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCarlos Broschi Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos siete infantes de Lara Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJardin umbrío Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl resplandor de la hoguera Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa vuelta al mundo del rey Zibeline Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mundus novus Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos cruzados de la causa. La España tradicional Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCándido o El optimismo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl amigo de la muerte Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Señor de Bembibre: Biblioteca de Grandes Escritores Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl hijo de las sombras Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSi te casaras tú conmigo... Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCándido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRosarito Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEpisodios nacionales III. Mendizábal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMentir es encender fuego: Cuando la historia es escrita por el vencedor, la verdad se viste de leyenda Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl guadián de las palabras: Don Juan Manuel, señor de Peñafiel Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Señor de Bembibre Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMoros y cristianos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa revolucion de Julio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTess de D'Urberville Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl jugador Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNovelas cortas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Clásicos para usted
El Yo y el Ello Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Principito: Traducción original (ilustrado) Edición completa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Meditaciones Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Arte de la Guerra - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los 120 días de Sodoma Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poemas de amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El lobo estepario Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Divina Comedia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Psicología de las masas y análisis del yo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Odisea Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Ilíada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Arte de la Guerra Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crítica de la razón pura Calificación: 5 de 5 estrellas5/550 Poemas De Amor Clásicos Que Debes Leer (Golden Deer Classics) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crimen y castigo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Viejo y El Mar (Spanish Edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los hermanos Karamázov Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Libro del desasosiego Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Obras Completas Lovecraft Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Psicología Elemental Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Ilíada y La Odisea Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La interpretación de los sueños Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Don Quijote de la Mancha Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El leon, la bruja y el ropero: The Lion, the Witch and the Wardrobe (Spanish edition) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La casa encantada y otros cuentos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5EL PARAÍSO PERDIDO - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Política Calificación: 4 de 5 estrellas4/51000 Poemas Clásicos Que Debes Leer: Vol.1 (Golden Deer Classics) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl mercader de Venecia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Categorías relacionadas
Comentarios para El arca y el aparecido
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
El arca y el aparecido - Stendhal
Stendhal
1
Una hermosa mañana del mes de mayo de 182... entraba don Blas Bustos y Mosquera, escoltado por doce hombres a caballo, en el pueblo de Alcolote, a una legua de Granada.
Cuando le veían llegar, los vecinos entraban precipitadamente en las casas y cerraban las puertas a aquel terrible jefe de la policía de Granada. El cielo ha castigado su crueldad poniéndole en la cara la impronta de su alma.
E, un hombre de seis pies de estatura, cetri-no, de una flacura que asusta. No es más que jefe de la policía, pero hasta el obispo de Granada y el gobernador tiemblan ante él.
Durante aquella guerra sublime contra Na-poleón que, en la posteridad, pondrá a los españoles del siglo XIX por delante de todos los demás pueblos de Europa y les asignará el segundo lugar después de los franceses, don Blas fue uno de los más famosos capita-nes de guerrillas. El día que su gente no había matado por lo menos un francés, don Blas no dormía en una cama: era un voto.
Cuando volvió Fernando (VII), le manda-ron a las galeras de Ceuta, donde pasó ocho años en la más horrible miseria. Le acusaban de haber sido capuchino en su juventud y haber colgado los hábitos. Después, no se sabe cómo, volvió a entrar en gracia. Ahora don Blas es célebre por su silencio: no habla jamás. En otro tiempo le habían valido una especie de fama de ingenioso los sarcasmos que dirigía a sus prisioneros de guerra antes de ahorcarlos: se repetían en todos los ejércitos españoles.
Don Blas avanzaba despacio por la calle de Alcolote, mirando a las casas de uno y otro lado con ojos de lince. Al pasar por una iglesia, tocaron a misa; más que apearse, se precipitó del caballo y corrió a arrodillarse junto al altar. Cuatro de sus guardias se arrodillaron en torno a su silla; le miraron: en sus ojos ya no había devoción. Tenía su si-niestra mirada lavada en un hombre de muy distinguida apostura que estaba rezando a unos pasos de él.
¡Cómo es esto -se decía don Blas-: un hombre que, según las apariencias, pertenece a las primeras clases de la sociedad y yo no le conozco! ¡Este no ha aparecido en Granada desde que yo estoy