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Herederos de lanza y herida: La cicatriz
Herederos de lanza y herida: La cicatriz
Herederos de lanza y herida: La cicatriz
Libro electrónico237 páginas3 horas

Herederos de lanza y herida: La cicatriz

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Es más sencillo conferenciar lo que no has vivido, que enjuiciar los comentarios.

Tan dañina como una mentira premeditada, puede ser una verdad a medias.

Julio Robles, felizmente casado y padre de dos muchachas adolescentes a las que adoraba.

Él, que era un hombre tranquilo con una inteligencia bastante notable, escuchaba en silencio durante la habitual tertulia de la sobremesa de los días festivos, como uno de aquellos dos jóvenes a los que su hija mayor Mári había invitado a comer en su casa aquel día de domingo, en muestra de confraternidad y compañerismo, tras haber asistido juntos a una conferencia ofrecida por un, en aquellos momentos reputado personaje, en la que trataba de poner de manifiesto el trato discriminatorio a que estaban sometidos, los restos de los fallecidos durante la guerra civil, aquel se explayaba con eruditas divagaciones sobre un tema del que con sus palabras ponía de manifiesto no tener ni pajolera idea.

Mientras que él, para bien o para mal, bastantes años antes y de una manera un tanto imprevisible y sin habérselo propuesto, había alcanzado una licenciatura con revalida incluida sobre aquel mismo y escabroso tema, por eso en la primera ocasión que tuvo, tomó la palabra para poner algunos puntos ausentes sobre las íes, dejándoles muy claro e intentando sobre todo hacerles comprender a los allí presentes, que no era su intención condicionar ideológica-mente a nadie, explicándoles a continuación, que todas las cosas se ven según el color del cristal con que se miran.

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento21 oct 2015
ISBN9788491121824
Herederos de lanza y herida: La cicatriz
Autor

ENRIQUE GÓMEZ TÁRREGA

Nacido en un barrio marginal de la capital del Túria durante los primeros años de la posguerra civil, cursó sus estudios primarios en las escuelas pías (de fuera), más tarde combinó sus obligaciones laborales con estudios sobre mecánica, titulándose como perito industrial, aunque desde niño su gran vocación era escribir, y prueba de ello son sus múltiples poesías y novelas cortas, jamás publicadas, como ahora lo hace esta novela, que espera sirva para estimular el habito de la lectura a quienes carecen del mismo, con la ilusión de que disfruten leyéndola, al menos tanto como él lo ha hecho escribiéndola.

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    Herederos de lanza y herida - ENRIQUE GÓMEZ TÁRREGA

    Título original: Herederos de lanza y herida

    Primera edición: Octubre 2015

    © 2015, Enrique Gómez Tárrega

    © 2015, megustaescribir

    Ctra. Nacional II, Km 599,7. 08780 Pallejà (Barcelona) España

    Algunos de los personajes mencionados en esta obra son figuras históricas y ciertos hechos de los que aquí se relatan son reales. Sin embargo, esta es una obra de ficción. Todos los otros personajes, nombres y eventos, así como todos los lugares, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

    Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a Thinkstock, (http://www.thinkstock.com) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

    CONTENTS

    CAPITULO - 1º

    CAPITULO - 2º

    CAPITULO - 3º

    LA HISTORIA

    CAPITULO - 4º

    CAPITULO - 5º

    CAPITULO - 6º

    CAPITULO - 7º

    CAPITULO - 8º

    CAPITULO - 9º

    CAPITULO - 10º

    SOBRE EL AUTOR

    CAPITULO - 1º

    SEPTIEMBRE -2.008

    -Aquella comida de domingo se había desarrollado como de costumbre, con la salvedad del aumento de comensales alrededor de la mesa, ya que en lugar de los cuatro habituales, aquél domingo habían aumentado a seis, pues Mári la mayor de las dos hijas del matrimonio dueño de la casa, había invitado (con el preceptivo permiso paterno) a comer a unos amigos y compañeros de estudios que aquella mañana de domingo, habían asistido a una conferencia sobre los Derechos Humanos, en un salón de actos sociales cercano al domicilio de los padres de la joven.

    La conferencia en cuestión, había corrido a cargo de un renombrado Jurista muy de moda en aquellos momentos, por sus (llamémosles) visionarias investigaciones, sobre hechos acaecidos durante y después de la frustrante e incomprensible guerra que enfrentó a los habitantes de la Nación durante los años 40 al 44.

    Los muchachos que tenían la habitual residencia paterna, en una localidad de otra provincia bastante distanciada de la se daba aquella conferencia, y que el motivo para encontrarse tan lejos de su provincia, era porque se encontraban cursando estudios en una Universidad ubicada en esta última, por ese motivo entre otros muchos, la joven que intuía la apretada situación económica de algunos de sus compañeros, para evitar se vieran obligados a comer aquel domingo en un restaurante diferente, del que habitualmente tenían concertados estos servicios a diario, ella desconociendo con exactitud la hora de finalización de la citada conferencia, trató de aliviar con aquella invitación, el imprevisto esfuerzo económico que representaba para aquellos exiguos bolsillos, por cierto bastante maltrechos en aquellos momentos, la invitación resultó para ellos casi una bendición caída del cielo (si en realidad, hubieran creído en él).

    Por eso, aceptaron a pies juntitos a la primera insinuación, que su compañera de estudios y asistente habitual a aquellas conferencias les hizo, sobre si aceptarían la invitación de ir a comer a su casa después de finalizada la conferencia, naturalmente, siempre y cuando sus progenitores estuvieran de acuerdo, cosa en la cual éstos, no pusieron ningún tipo de inconveniente.

    Una vez llegaron al domicilio de la joven, cuando ésta comenzó las presentaciones de los muchachos a su familia, lo hizo como compañeros tal como ya les había comentado con anterioridad a sus padres, cosa que era cierta, aunque la muchacha un tanto nerviosa ante la presencia de sus progenitores, comenzó así la presentación.

    - Papá, Mamá, éstos son mis compañeros de estudios, Francisco y Luis.

    - El primero, era un poco más alto y con el pelo castaño, llevaba puesta una corbata a juego con el resto de su indumentaria, o sea vestido como un maniquí, con ropa de boutique, mientras el otro que era solo algún centímetro más bajito, llevaba una vestimenta bastante más normalita, o sea un pantalón vaquero de color azul, bastante usado aunque muy limpio y una camisa de rayas azul-celeste y blancas con el botón superior desabrochado, una vez finalizadas las presentaciones y después de algunos minutos de comentarios sin importancia, la voz de la Sr. Amparo hizo saber a todo el mundo que la comida estaba sobre la mesa y dispuesta para ser ingerida, como un rayo todos acudieron al comedor donde les estaba esperando aquél festín dominguero, sin esperar a más y después de que cada comensal fuera ubicado en su lugar correspondiente, comenzaron a saborear aquella comida tan poco habitual, que duró sobre los platos de la mesa lo que tardaron en ser servidos por la dueña de la casa.

    Después de la comida y durante la sobremesa, cuando estaban saboreando el café con algún que otro toque de licor, solo por parte de los invitados, cosa de la que el dueño de la casa no tenía por costumbre (la de tomar licor pues era abstemio por voluntad propia) y no la pensaba variar.

    Uno de los muchachos, (Francisco) sin saber como salió el tema a candelero, se identificó como militante de la comisión que se encargaba de buscar y honrar a los fusilados por las huestes fascistas durante la guerra, aquello fue solo el principio, pues el muchacho animado posiblemente por la ingesta del alcohol que contenía el licor que se había colocado entre pecho y espalda durante aquella sobremesa, comenzó a cargar contra "Tirios y Troyanos" sin tan siquiera pensar, que podía ofender a alguien con aquellos sus comentarios, un tanto fuera de lugar.

    Cuando el muchacho dejó de disparar, para volver a suministrar aire a sus pulmones y reponer el licor que le faltaba en su copa, Julio Robles que así era como se llamaba el dueño de la casa y padre de las muchachas, aprovechó la ocasión para tomar la palabra y preguntarle a su hija Mári - por lo bajini, -de donde había sacado aquellos amigos tan locuaces en temas de los que no tenían ni puñetera idea, pregunta que la hija no pareció comprender del todo, por la expresión que reflejaba su rostro al escuchar la pregunta de su progenitor.

    Este, al notar que su hija tampoco estaba al corriente de por donde iban los tiros, recordó no sin dejar de entonar interiormente el mea culpa, porque muy a su pesar nunca había tenido, ni buscado, la ocasión de relatar a sus hijas aquella vieja historia acaecida unos años antes de ellas nacer, por lo cual se preguntó mentalmente a si mismo, si aquella tarde no sería la ideal para ponerlas al corriente de la misma, pues la ocasión le pareció inmejorable ya que el tema estaba sobre la mesa sin haberlo iniciado él, al mismo tiempo tendría la ocasión de poner a aquél presuntuoso y atrevido mozalbete en el lugar que le correspondía, con arreglo a sus pretendidos conocimientos, sobre algo que tuvo la suerte de no tener que vivir.

    - Mira chico, -dijo -yo la verdad, no pretendo enseñarte nada sobre historia, pero si quiero que sepas, que difiero de tus opiniones mucho más de lo que tú te imaginas, primero por que no sé, ni tengo ningún interés en saber en que bando se encontraban alineados tus antepasados,(Abuelos, Padres, Tíos, y demás familiares) en aquella mierda que ahora llaman Enfrentamiento fratricida, no es que no esté de acuerdo con el nombrecito, lo que ocurre, es que esa frase, tengo el pleno convencimiento debe haber sido acuñada por algún sucesor más o menos lejano de los que se proclamaron vencedores de aquella aberración, y segundo que tampoco se nada de en qué os basáis vosotros, para creeros en el derecho de profanar unas tumbas, que aún estando ubicadas en algunos campos y cunetas, no por ello dejan de ser honorables, porque les aportan intimidad y anonimato a sus forzosos ocupantes.

    También quisiera dejaros claro a todos vosotros, que Anonimato no significa olvido ni mucho menos, por una razón muy sencilla:

    ¿Qué familia, que hubo perdido algún ser querido en aquella maldita contienda lo ha olvidado?, posiblemente ninguna, pero hay que sobreponerse y guardar en los más íntimos y recónditos rincones de nuestro archivo memorial, aquellos dolorosos recuerdos, porque ¿Se imaginan lo que podría ocurrir si todas esas personas que perdieron un ser querido en ella, quisieran que les recuperaran sus restos, para colocarlos bajo una bonita lapida en su memoria? Según algunos eruditos fueron más de un millón de muertos entre ambos bandos, si los repartiéramos de una manera más o menos equitativa, saldrían a medio millón cada uno de estos, eso sería tanto como labrar todos los campos y cunetas de este país.

    Y ¿Para qué? ¿Para que dejen de ser anónimos?, ¿Y quien os a dicho que no quieren seguir siendo anónimos?, ellos seguro que no, lo más probable es que haya sido algún familiar más o menos lejano, que con ganas de figurar o que a sido convencido de ello al igual que vosotros, por algún. ….digamos aprovechador de circunstancias.

    Lo primero que debemos tener en cuenta, es que este mundo debe su progreso a gente anónima, que fue la que llevo a cabo las grandes hazañas y descubrimientos, y por poneros un ejemplo, yo os preguntaría lo siguiente, queréis decirme en qué libro habéis leído vosotros, que Napoleón iba dándose tortazos con los enemigos que se enfrentaba su ejercito en los campos de batalla, él a lo sumo, miraría desde lejos, como gente Anónima se partía la cara por él, otro ejemplo muy sencillo y más cercano a nosotros, es el tan explotado Descubrimiento de América, -Colon descubrió América eso es lo que nos han enseñado, puede que ese hombre tuviera una inspiración, yo no soy quien para restarle méritos, pero ¿Quienes movían los remos?, ¿Quienes izaban las velas de los barcos? ¿Quiénes pasaron las mil y una penurias que lo llevaron por error a ese descubrimiento?, ¿Fue él acaso el primero que gritó Tierra a la vista? (Que por cierto, si no lo sabéis, os aclararé que fue un marino llamado Rodrigo de Triana) pues bien sin la colaboración de aquellos hombres Anónimos y otros no tan anónimos, no hubieran sido posible, aquellas grandes epopeyas que ahora nos cuentan los libros, pero alguien tiene que llevarse los laureles, mientras otros por desgracia, se duermen en ellos.

    Durante muchos quizás demasiados años, éste país ha estado dividido en dos fracciones, una la que discriminaba y la otra la que soportaba con mejor o peor criterio la tal discriminación, de ahí viene aquello de las dos Zonas, afortunadamente, al igual que cicatriza una herida física lo hace una moral, porque el paso del tiempo todo lo cura, dejando alguna que otra cicatriz, que con el transcurrir de los años, uno llega a creer que es una señal que le hicieron al nacer con los forces que utilizaron para obligarle a abandonar el vientre materno, porque aquella te molesta lo que tú quieres que te duela. (Aunque quiero puntualizar de nuevo, que curar o cicatrizar no significa olvidar ni mucho menos).

    Un buen ejemplo de esto que trato de explicaros, es que muchos de los hijos o nietos de aquellos que se enfrentaron en aquella guerra, –(Que todavía nadie, ha podido explicar de una manera que convenza a todos por igual) -afortunadamente han olvidado sus diferencias y son el futuro de éste país, pues están sembrando con sus hijos, aquella simiente que puede germinar borrando todas las diferencias y discriminatorias ideas, tanto políticas como de creencias religiosas, porque esos hijos de los hijos, o sea los nietos, son el fruto de esas uniones de "lanza y herida", a los que podríamos llamar por ejemplo, las Cicatrices que durante tantos años nos ha mantenido separados a los habitantes de este País.

    Claro está, que siempre hay quienes tratan de sacar tajada, mediante estudiada manipulación, removiendo viejas heridas en beneficio propio, valiéndose de sus relevantes puestos en la administración o en la política, arrastrando con su saber mover los hilos del enredo, a los que están deseosos de destacar en cualquier disciplina, aunque ésta sea una inmoralidad, como esa en la que vosotros estáis metidos hasta el cuello, no por ignorancia, si no, porque os han sabido convencer de que tal o cual cosa, es lo mejor para remodelar la historia y que vosotros sois los elegidos por el destino, para deshacer el entuerto del olvido.

    ¿De qué olvido? Os pregunto yo, porque acaso creéis que yo puedo olvidar que la mayor parte de mi familia paterna desapareció entonces y que no tengo a quien dirigirme, cuando quiero que me expliquen como eran mís tíos antes de aquel desafortunado enfrentamiento, eso no lo piensan aquellos que están moviendo tanto revuelo con no se qué Recuerdos Históricos, tampoco piensan que muchas familias estaban divididas entre los dos bandos, -(no enfrentadas) -por cuestiones de habitas territoriales y no políticas o de diferencias de credo.

    El comportamiento de estos individuos, solo es comparable con el de los perros, que lamen y lamen las heridas ajenas, pero con una gran diferencia, que estos animales lo hacen con la intención de sanarlas, mientras que ésta gente, por llamarlos de alguna manera civilizada, solo hurgan en ellas con la malsana intención de que aquellas nunca sanen y continúen abiertas, produciendo el mismo o más dolor que produjeron el día en que fueron infringidas a sus victimas, porque posiblemente esto les produce el placer del sufrimiento ajeno, al mismo tiempo que dejan constancia de su saber mover los hilos de su supremacía de clase dominante, sea cual sea el color político que esté en el poder o de moda en aquél momento, ésta gente siempre se apunta al lado del caballo ganador.

    ¿Podéis imaginaros? A dos hermanos, uno en un bando y otro en el contrario, y que por haberse encontrado en aquellos precisos momentos en diferentes lugares de este país al inicio de esa guerra, hubieran militado en diferentes bandos, no por vocación, si no simplemente, por ubicación de hábita, y que después de bastantes años de finalizada aquella se encontraran, con la consiguiente alegría de volverse a ver y poderse abrazar después de haberse enfrentado en una guerra que en realidad les importaba un pimiento, ellos abrazándose de alegría y los hijos de ambos, enfrentados por ideas prefabricadas que fueron inculcadas en sus jóvenes cerebros por esas gentuzas, tanto de un lado como del otro, que lo único que buscan es dinero, poder, notoriedad y situarse en un lugar cómodo y seguro, para el resto de sus días, o quizás todas esas cosas a la vez.

    ¿Os lo podéis imaginar? ¿Podéis haceros una idea de semejante atrocidad?

    Pues bien, eso es lo que me gustaría contaros, sobre alguien conocido mío, que hizo de su rencor la bandera de su justicia, sin saber lo que el juguetón destino le tenía reservado para él, en cuanto se dispusiera a llevar a cabo sus ideas.

    -La mayor parte de los allí presentes, estaban bastante desorientados por las palabras de aquél hombre, que durante toda la comida había abierto la boca única y exclusivamente para introducir alimentos dentro de ella, y ahora les estaba debatiendo un tema en el que algunos de ellos se creían unos expertos, -(al menos eso pensaban ellos, incluida Mári la hija mayor), -por eso, se miraron unos a otros y cuando el que anteriormente destapó la caja de los truenos quiso responderle, vio que aquél hombre les estaba señalando con el dedo índice de su mano derecha, un cuadro, que colgado en una zona un poco retirada en aquél salón, mostraba a un hombre aparentemente bastante joven, vestido con un uniforme militar y que mientras en una de sus manos sostenía una gorra de plato, en la otra sujetaba un sable, cuya empuñadura se veía adornada con unas cintas de las cuales pendían unas borlas de diferentes colores, al menos, eso parecía por el tono más o menos oscuro de las mismas, ya que la fotografía era en color sepia.

    Todos se volvieron a mirar el cuadro y a escrutar minuciosamente la clase de traje militar que vestía aquel hombre que estaba allí fotografiado, uno de los muchachos se atrevió a aventurar una opinión en la que preguntaba sin demasiada convicción, si aquél traje pertenecía al ejercito fascista, opinión que el dueño de la casa se apresuró a rebatir rápidamente, con la siguiente explicación.

    -Bien, ante esa respuesta que deja claro el total desconocimiento que tenéis sobre este tema, solo os tengo que decir una cosa y es que La ignorancia es la madre del atrevimiento, por eso no voy a tener en cuenta vuestras palabras, pero lo que sí os quiero dejar muy claro a todos vosotros –dijo señalando a los muchachos, -incluida mi hija Mári, que parece ser que todavía no se ha enterado que ese señor del cuadro no es otro que su abuelo paterno, o sea mi padre y que para que todos lo tengáis un poco más claro, os diré, que fue un oficial del Cuerpo de Fusileros, que aunque nadie lo diga posiblemente por miedo a las represalias, los componentes de ese Cuerpo del Ejercito Republicano, fueron los únicos que se mantuvieron fieles al legitimo y democrático Gobierno de este País hasta el fin de la contienda, cosa que a sus descendientes directos nos debería llenar de orgullo, al mismo tiempo que nos obliga a tener un comportamiento leal y respetuoso, con todos los desaparecidos durante aquella horrible contienda.

    -Los oyentes de aquella habitación se miraban entre ellos, mientras iban llegando a la conclusión, que aquél hombre tenía algo que contarles, cuando había tenido la osadía de interrumpir la tan erudita disertación, que uno de ellos estaba dando sobre los desaparecidos durante aquella estúpida guerra, por eso se dispusieron ha escuchar lo que parecía querer explicarles, pues posiblemente debía ser bastante esclarecedor para sus ahora precarias ideas sobre la misma.

    La mujer, o sea la dueña de la casa, preparó de nuevo una cafetera para quien deseara repetir y tomó asiento junto a su marido, pues conociéndolo, sabía de sobra que éste les iba a dar una lección magistral a aquellos atrevidos mozalbetes, que habían tenido la osadía de dárselas de entendidos y con derecho a juzgar algo de lo que no tenían ni puñetera idea, así, que esperó a que su marido diera comienzo a aquél relato que les había prometido.

    - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

    CAPITULO - 2º

    PRIMERA ACLARACIÓN

    -Esto que os voy a contar, es algo que bajo ningún concepto quiero que os influya en vuestras ideas, ni presentes ni futuras, pero si quiero que tengáis claro, que no es oro todo lo que brilla o parece brillar, ya que estoy comprobando por vuestras palabras, que algunos desaprensivos bastante influyentes os están metiendo en vuestras jóvenes molleras, a base de machacaros con ideas excesivamente contaminadas y

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