Una segunda oportunidad

Por Neil Brunsden

Parece que Michael Emmerson es capaz de tomar siempre la decisión correcta - cada vez. Este don le convirtió en millonario con veinte años y continúa a día de hoy.

La gente siempre ha querido saber cómo lo consiguió, cómo sabía siempre qué y cuando hacerlo.

Bien, está a punto de revelar el secreto que lleva guardando durante toda su vida, un secreto que ha escondido hasta a su propia esposa.

¿Creerá alguien la extraña verdad?

¿Y qué hay de las consecuencias para un espectador desprevenido?

Esta pequeña historia de 6200 palabras te tendrá en vilo hasta la última frase.

• Idioma: Español
• Editorial: Geezer Guides
• Fecha de lanzamiento: 21 ago 2016
• ISBN: 9781507152270

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Le observaba, de pie entre bambalinas, esperando pacientemente a que le presentaran. A simple vista, era un Michael Emmerson normal; seguro de sí mismo y relajado. Pero Gloria sabía que no era así. Habían estado casados durante los últimos veinte años y percibía cosas en él que los demás pasaban por alto.

Creyó sentir temor en sus movimientos, igual que la primera vez que le pidió una cita. Hasta ese día seguía sin saber por qué le insistió tanto como lo hizo. Era una adolescente alta y enclenque, con un pelo rojizo indomable y un gusto para la moda que sólo podía tacharse de excéntrico si eras benevolente con ella. Unas gigantes gafas se posaban incómodamente en su delgada cara como dos marcos rodeando unos ojos grisáceos ávidos de saber. Su sed se conocimiento conducía a malos entendidos con asiduidad. En el lenguaje coloquial de hoy en día podríamos considerarla una empollona, o mejor aún, rarita. Pero vio algo en ella que los demás obviaban. Aunque que ella le iba detrás del guaperas de la escuela como si fuera un perrito, Michael parecía no desanimarse. Como es de esperar, John, el deportista estrella de la escuela, apenas sabía que ella existía. La trataba como un estorbo, una molestia y habitualmente la convertía en víctima de sus bromas crueles. ¿Cómo había podido estar tan ciega? Pero lo estuvo. Fue la obstinada determinación de Michael lo que desvió su atención de una causa perdida.

Al despertar de su fantasía, se fijó en la humedad que se había hecho dueña de la frente de Michael, su cara estaba tensa y pálida. Tenía la mirada fija en – ¿qué? La confusión escarbaba en su conciencia como un ratón apresurándose hacia la salida. Le asaltó el pensamiento de que quizás sí estaba presenciando miedo. La imagen convirtió los vientos de duda en una niebla espesa. Parecía imposible. El miedo no era una de las preocupaciones de Michael Emmerson.

Le conocía lo suficientemente bien como para