La edad de la experiencia
Cuando Winona Ryder (Minesota, 1971) era pequeña soñaba con películas; no con protagonizarlas, sino con verlas y filmarlas. Sus padres, ambos escritores y editores, se mudaron a una comuna en la costa norte de California cuando ella tenía 7 años, y pese a que allí no había televisiones, su madre ponía una sábana en la pared del establo para proyectar viejas películas. Unos años después se mudaron a Petaluma, en la zona de la bahía de San Francisco, donde la actriz intentó por primera vez ver el mundo a través de la lente de una cámara. «Allí creaba un mundo completo de fantasía. Tenían un viejo teatro que adoraba, y solía soñar con vivir en él. Quitar los asientos, poner una cama, una bañera, una bici y ver películas todo el rato», explica la actriz.
Los sueños de la nostálgica serie de Netflix que ha catapultado a la actriz de nuevo al estrellato. Harbour comenta que, mientras estaban rodando, Ryder solía mencionar pequeños errores que se cometían en la narrativa: «Les decía a los guionistas: ‘Esta canción es del 85 y la estás poniendo en el 83’. Conocía pequeños detalles que hasta ellos ignoraban, e incluso tuvieron que cambiar cosas del guion».
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