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La segunda declaración: El desafío chino a la visión futurista de Toffler
La segunda declaración: El desafío chino a la visión futurista de Toffler
La segunda declaración: El desafío chino a la visión futurista de Toffler
Libro electrónico600 páginas9 horas

La segunda declaración: El desafío chino a la visión futurista de Toffler

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"Calificada por la crítica como una obra inteligente que analiza el futuro de la humanidad a través de los avances científicos en genética, nanotecnología, microbiología, criogenización, astronáutica y más, ofrece al lector un festín de sabiduría y conocimiento." (Web El imperdible)
"Original, brillante, profundo, La Segunda Declaración es un libro imprescindible que analiza el futuro de la humanidad desde el punto de vista científico, político, económico, social, ecológico y global, para hacernos comprender mejor cómo debemos administrar el presente que vivimos." (Web Acceso)
"Un libro que cambiará la mentalidad de cualquier directivo que lo lea, plagado de conocimiento, de verdades absolutas y que augura un futuro global con ideas realmente importantes. Un trabajo que sorprenderá al directivo que le preste atención en la lectura."(Web Libros de management)
Una obra que ha vendido millones ejemplares en China y que nos deja bien a las claras la cultura y la visión del futuro de la principal potencia mundial actual. La primera declaración nos decía de dónde veníamos, cuál había sido el largo proceso que nos había traído hasta aquí, no era otra que la Teoría de la evolución de Darwin, La segunda declaración da un paso hacia adelante y nos ofrece, a través del estudio de los avances en genética, nanotecnología, microbiología o criogenización, una idea sobre cómo será el futuro de la humanidad. El futuro desde una perspectiva global, desde una perspectiva científica, política, económica y social, ecológica: global en suma. Un futuro que, debido a la velocidad con la que se dan los cambios en las sociedades modernas, empieza hoy.
IdiomaEspañol
EditorialNowtilus
Fecha de lanzamiento1 ene 2010
ISBN9788497635554
La segunda declaración: El desafío chino a la visión futurista de Toffler

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    La segunda declaración - Wang Xiaoping

    Trascendiendo a Toffler

    ¿Cuál es la verdadera causa de la crisis de la humanidad? La falta de reflexión acerca de nuestro propio futuro. El siglo XXI exige verdaderos pensadores preocupados por el futuro de la humanidad. Quisiera ser uno de ellos.

    Durante los últimos dos años, cuando la gente me preguntaba qué clase de libros estaba escribiendo, siempre respondía: «algo de futurología».

    Me sorprendía que la gente conociera tan poco sobre futurología, y algunos ni siquiera sabían de qué se trataba. Cada vez que me encontraba en esa situación me afligía, pero eso me motivó todavía más a escribir bien este libro.

    En Occidente prácticamente a todos —ya sea un estadista, un empresario, una persona común, (o el hombre que va por la calle)— les importa el futuro y desean conocerlo. Los libros de futurología se venden increíblemente bien: La tercera ola vendió 20 millones de copias, Megatrends alcanzó los 14 millones. En Occidente la futurología es un área de estudio muy popular, pero en China es un tema que solo pocos conocen. Somos una nación que se deleita con la historia, pero desprecia el futuro. Reestrenamos obras de teatro históricas permanentemente y rememoramos los romances del emperador Qianlong o los actos heroicos del emperador Kangxi en el horario central de la televisión. Durante mucho tiempo se vio en todos los canales de televisión la imagen de la trenza que se mecía al grito de Zha, Zha («sí» en la lengua manchú). En cambio, Hollywood, en los Estados Unidos, está dedicado a producir películas acerca del futuro, como La guerra de las galaxias, Trip to Mars o Terminator. Como decimos en China, al mirar una sola mancha se puede conocer al tigre. Hay que admitir que en nuestra cultura la historia prevalece sobre el futuro. No tenemos el concepto de futuro; estamos acostumbrados a la forma de pensar típica de una civilización agrícola: una civilización que vive rememorando otros tiempos. Sin embargo, si una persona, una empresa o una nación carece de la idea de futuro, es inevitable que el progreso se dificulte.

    Quienquiera que represente el futuro será quien tome la delantera. Por ejemplo, imagina que tienes varias líneas de producción de televisores blanco y negro de 9 pulgadas, nuevos. Sin duda estamos hablando de bienes, ¿pero habrá inversores dispuestos a comprar tus productos? ¿Hay un valor de mercado para esas futuras ventas? ¡No! ¡Solo si enfrentas y encaras el futuro tendrás valor, esperanza y gloria! En la década de los noventa, cuando la era de la Internet estaba comenzando, Bill Gates era el gran magnate del mundo de la computación. Aun así, no pudo predecir correctamente las perspectivas a largo plazo y el rápido desarrollo de la informática y casi pierde una gran oportunidad en la carrera por el desarrollo de nuevos productos.

    Estoy segura de que muchos en China conocen la frase: «el pasado determina el presente», pero son pocos quienes saben que: «el futuro determina el presente». Es bueno saber que el pasado determina el presente, pero saber que el futuro determina el presente es todavía más importante; deberíamos valorar tanto la posibilidad de mirar hacia atrás como la de mirar hacia adelante y prestarle mucha atención tanto a la historia como a la futurología. Las tendencias y patrones del futuro pueden determinar nuestros objetivos y nuestra dirección general y, por lo tanto, lo que deberíamos hacer en este momento. China necesita desesperadamente una revolución de pensamiento así como también un acercamiento esclarecedor al futuro y la futurología.

    Un amigo se rió y me dijo: «Con este libro, ¿quieres ser el Toffler de China?».

    Toffler es nada menos que el autor del libro de futurología La tercera ola, que vendió 20 millones de copias en todo el mundo. Es el escritor estadounidense que sacó a relucir los conceptos de «sociedad postindustrial» y «sobrecarga de información» y se lo considera el mejor futurista en la historia de Occidente.

    No quiero ser el Toffler de China, ¡quiero superarlo!

    Toffler estudió principalmente la sociedad del futuro (acuñó los conceptos de «sociedad postindustrial», «sobrecarga de información» y demás) y la economía del futuro (presentó el concepto de «economía del conocimiento», entre otros), pero hizo muy poco en las áreas relacionadas con el futuro del ser humano. Sin embargo, lo más importante es el estudio del futuro de la humanidad. Todo gira alrededor del factor humano. Tanto el desarrollo social como el económico existen para el desarrollo de la humanidad, y la economía y la sociedad del futuro deberían deducirse del futuro de la humanidad y contribuir con él. Por lo tanto, voy a limitar el foco de mi investigación al estudio del futuro de los seres humanos. Toffler no puede salir del círculo de la economía y la sociedad del futuro, mientras que yo estoy pensando en el futuro del hombre y de la humanidad y aprovecho las tendencias de desarrollo del futuro de la humanidad como eje central a partir del cual estudiaré el desarrollo económico y social. Mi objetivo es plantarme en el centro de control del desarrollo del futuro de la humanidad y hacer avances importantísimos que superen todas las teorías o libros de futurología anteriores.

    Lo más valioso de La tercera ola es el punto de vista que expresa Toffler, ya que sostiene que la economía del futuro crecerá en términos de la economía de la información, pero La segunda declaración no solo trae a la luz las cinco tendencias principales en lo que respecta a la economía del futuro, a saber: economía de la vida, economía de la vida eterna, economía del placer, economía centrada en el ser humano y economía del universo; sino que también sugiere las teorías económicas correspondientes, como la teoría de la nueva industria que trascendió a la teoría de la industria tradicional o la teoría de las nuevas fuerzas productivas que trascendió a la teoría de las fuerzas productivas tradicionales. Toffler no incluyó nada de esto en sus estudios sobre economía del futuro.

    Además, Toffler solo describe y predice el futuro, mientras que lo que la humanidad necesita es algo más: planificar el futuro, crear el futuro. La segunda declaración está pensado para la planificación a gran escala del futuro más maravilloso que se pueda crear para la humanidad. No solo tiene descripciones y pronósticos, sino que también incluye planificación y diagramación para el futuro.

    Lo que es más importante, pienso sinceramente en el futuro desde el punto de vista de China y de toda la humanidad.

    El futuro nos está alcanzando, no podemos cerrar los ojos, debemos tener una forma de pensar orientada hacia el futuro y alineada con la frase: «el futuro determina el presente». ¿Solo si predecimos el futuro con exactitud podremos pensar las estrategias correctas y tomar el mando del desarrollo futuro desde el comienzo? ¿Solo así tendremos un desarrollo importante en el sentido real, trascenderemos de verdad, dirigiremos en el futuro y llegaremos a ser los grandes ganadores en el futuro?

    Introducción

    Si es posible, adelántate al tiempo.

    Si eso no es posible, nunca te quedes detrás de él.

    Nuestros tiempos constituyen la era más revolucionaria de la historia. En esta era tienen lugar grandes revoluciones sin precedentes, y la velocidad de las revoluciones se acelera cada vez más. Esto hace que muchos cambios parezcan repentinos. Los grandes cambios en Europa del Este y la ex Unión Soviética sucedieron de golpe. La vorágine de la globalización es muy repentina. Todos los adelantos tecnológicos fundamentales, ya sea en la tecnología de multimedia, en la tecnología de Internet, en la nanotecnología o en la tecnología genética, entre otras, se produjeron repentinamente. Algunos científicos en particular dijeron: «Si nos guiamos por el avance en la decodificación de genes, antes del 2030 la humanidad será capaz de dominar el gen que controla el envejecimiento para extender la vida del hombre y cumplir el sueño de vivir mil años o incluso una vida eterna». Tal vez esta es la sorpresa más grande para la mayoría.

    Después de presenciar todo tipo de cambios en el mundo, realmente sentimos que nuestro tiempo se aceleró cien, mil o diez mil veces y se convirtió en una era en la que diez años de nuestro tiempo exceden cien mil años del pasado, una era de avances maravillosos en el mundo, una era en la que la tecnología avanzada demuestra una fuerza invencible, una era de explosión del poder de la humanidad.

    Hay que poner todo en una perspectiva temporal para pensar y juzgar.

    «La verdad es la hija del tiempo y la hija de la era.»

    MITO Y REALIDAD

    La ciencia está destinada a conquistar la muerte.

    Así ya nadie morirá en el futuro.

    Condorcet

    En un cuento de hadas, la bella Chang’e (diosa de la Luna) era la esposa del héroe Yi, quien mató nueve soles porque ella había tomado el elixir de la vida eterna y había escapado al Palacio de la Luna.

    Hoy en día, el cuento de Chang’e y la Luna se hizo realidad; la humanidad no solo aterrizó en la Luna, sino que también está por llegar a Marte.

    Hay una caricatura en una revista estadounidense:

    Está cayendo un diluvio y un cura en una habitación dice: «¡Dios mío! ¡Ésta no es una lluvia de Dios! ¡Es nuestra!».

    Se trata de una lluvia artificial con la que se busca mitigar la sequía. Ahora el hombre es capaz de generar el viento y la lluvia de Dios.

    Muchos mitos maravillosos, en China o en cualquier otro lado, en la modernidad o en la antigüedad, se hicieron o se están haciendo realidad. En Viaje al Oeste, Sun Wukong se arrancó uno de los pelos del cuerpo, lo sopló y lo convirtió en innumerables Sun Wukongs pequeños de una sola vez. ¿No es la clonación igual de milagrosa? Sun Wukong se convirtió en un insecto para poder meterse en el vientre de la Princesa del Abanico de Hierro; los robots nanométricos serán tan pequeños como los insectos, tanto que podrán viajar libremente por los capilares sanguíneos de una persona.

    «Schigg, transpórtame de vuelta a la nave de la aventura» es una frase que aparece muy a menudo en el telefilme estadounidense de ciencia ficción Adventures in the Starry Sky. En esa película, las personas se transportan de un lugar a otro en un abrir y cerrar de ojos. Los científicos aspiraban a hacer realidad ese escenario ficticio. Después de tres años de esfuerzos, el grupo australiano de investigación de científicos chinos en el exterior liderado por Lin Bingxi logró por primera vez desviar un metro un rayo láser que llevaba señales de radio encriptadas. Esto marcó el principio de la transportación remota para la humanidad. En la concepción ficticia de Adventures in the Starry Sky, la «transportación» es un proceso por el cual un objeto se convierte en energía en el punto A, se lo envía al punto B y allí la energía vuelve a convertirse en el objeto. La «transportación» no solo permitirá que un objeto atraviese una barrera, sino que también permitirá transportar un organismo vivo y reestructurarlo. El cuerpo humano está formado por billones de átomos, por lo tanto, se lo puede transportar o incluso conducir de una estrella a otra en un instante.

    Hace una década, nadie creía que la transportación remota e instantánea de una persona podría llevarse a cabo, pero se dio el primer paso crucial en esta dirección.

    Durante muchos años, gran cantidad de personas soñaban con una droga que los mantuviera despiertos para poder trabajar o jugar más horas por día. ¡Qué bueno sería! Y pensar que una idea como esa era poco práctica en el pasado, pero ahora quien quiere evitar el sueño tiene la posibilidad de hacerlo realidad. Una nueva droga llamada Modafinil pronto dejará al mundo entero boquiabierto porque provoca un efecto tal que si una persona sana ingiere una tableta puede trabajar enérgicamente sin detenerse y sin tener sueño durante cuarenta horas. Y después de ocho horas de sueño se podría tomar otra tableta y trabajar sin parar otras cuarenta horas. Este medicamento llamó la atención de la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. El Departamento trató de desarrollar soldados con metabolismos controlados, que pudieran pelear 24 horas ininterrumpidas durante siete días. La oficina de Ciencia y Tecnología del Departamento de Defensa de los Estados Unidos dice, en su página de Internet, que estos soldados, que no tienen necesidad de dormir pero pueden mantener una alta capacidad de reconocimiento y un óptimo desempeño físico, cambiarán la guerra radicalmente. La droga apareció hace poco tiempo y todavía no se vendió abiertamente en el mercado, pero las ventas de un solo año alcanzaron los 150 mil millones de dólares.

    Todos estos hechos muestran una verdad: la ciencia es Dios, la ciencia es poder divino infinito y puede hacer realidad hasta el mito más absurdo.

    La ciencia y la tecnología hicieron realidad muchos mitos, por ejemplo, la clarividencia, la clariaudiencia, ir al cielo, ir al centro de la Tierra, llegar a la luna, crear bebés de probeta, la clonación y demás. Todo eso se consideraba imposible en el pasado. La ciencia le permite al hombre desempeñar un rol más importante, más parecido al de Dios. Con la ayuda de la ciencia, se superará y eliminará todo aquello que parecía imposible y se revelarán todo tipo de maravillas.

    En los mitos chinos, el protagonista principal es Dios. La característica principal de Dios en un mito es la longevidad. «Dios vive eternamente» (Shuo Wen Jie Zi, un diccionario de chino antiguo). «Aquellos que envejecen, pero no mueren se llaman dioses» (Shi Ming). Ge Hong, un famoso científico médico de la antigüedad, también hizo hincapié en su libro Bao Pu Zi en que «Dios a veces va al cielo y a veces vive en la Tierra, pero nunca muere». Además de la vida eterna, Dios tiene libertad y felicidad ilimitadas. En los cuentos de hadas, Dios no tiene preocupaciones, vive en el país de las maravillas lleno de tesoros, juega con romanticismo y disfruta de la libertad absoluta. Todos los dioses y las hadas tienen características extraordinarias como la piel sensible como la nieve, la apariencia juvenil de un niño, la bondad de Buda y habilidades extremas como cabalgar en una nube o en un dragón volador y recorrer el mundo entero.

    Si utilizáramos el lenguaje moderno para describir a estos «dioses» o «seres sobrenaturales», diríamos que son superhombres ideales que no envejecen ni mueren, son omniscientes, omnipotentes, por demás benevolentes, hermosos y tienen una vida extremadamente feliz todo el tiempo. Convertirse en «dios» significa convertirse en el superhombre ideal, y esta es la aspiración más grande de nuestra nación.

    Como dijo el erudito taiwanés Gao Dapeng: «Si debemos usar una palabra que resuma nuestros sueños y responsabilidades, la mejor palabra podría ser aspiración». Como dice el antiguo refrán: «La poesía expresa aspiraciones». ¿No son los poéticos cuentos de hadas la mejor expresión de las aspiraciones del pueblo chino? El significado de «dios» debería entenderse y apreciarse solo a partir de esta «aspiración». Ella refleja las aspiraciones o ideales del pueblo chino, la aspiración más alta y profunda de la nación China. Como se trata de la más profunda y suprema aspiración de la nación China, nuestra misión es hacerla realidad. ¿Podremos hacer realidad en nuestra era esta profunda y suprema aspiración del antiguo mito?

    ¡Sí!

    Mientras reunimos todo el poder tecnológico del mundo en busca de la vida eterna de omnisciencia, benevolencia suprema, belleza y paraíso, el mito se volverá realidad. El progreso tecnológico de la actualidad ya sacudió la «ley natural» de la vida y la muerte del ser humano y demostró que podemos hacer grandes avances para superar los límites naturales de la vida en un futuro cercano. Ya tenemos las tecnologías milagrosas suficientes para hacer que Qin Shihuang (el primer emperador de la dinastía Qin), el emperador Wu de la dinastía Han, innumerables monarcas y brillantes eruditos sientan resentimiento hacia la muerte si pudieran volver a vivir; la genética, la clonación, la tecnología de las células madre, la tecnología de refrigeración, la nanotecnología, la tecnología de la información, etcétera. Estas tecnologías ya nos acercaron a la inmortalidad por medio de la ciencia. Por ejemplo, mediante la genética podemos hacer toda clase de pronósticos y diagnósticos genéticos, terapias génicas y reconstrucciones genéticas. Mediante la tecnología de las células madre, el trasplante de órganos se volvió un procedimiento muy sencillo y fácil, y cualquiera puede reemplazar partes del cuerpo dañadas, cualquier órgano se puede reparar o sustituir. El descubrimiento del «telómero de la célula» nos dio el poder para controlar el «reloj biológico». Con el uso de todo tipo de tecnologías como las que permiten mejorar el nacimiento, la salud y la educación, podemos tomar el camino directo para convertirnos en «dioses» o podemos tomar el camino tortuoso para convertirnos en «dioses» mediante «la tecnología de preservación del cuerpo» y «la tecnología de preservación del alma». Con todas ellas tendremos la brillante posibilidad de vivir para siempre y convertirnos en «dioses».

    Los milagros actuales de la ciencia y la tecnología ya son increíbles para muchos, ni hablar de las perspectivas a futuro. ¿Quién hubiera imaginado que el ordenador tan voluminoso y costoso de hace unas décadas se convertiría de pronto en un producto tan cotidiano en cada rincón de nuestra sociedad? ¿Quién hubiera imaginado que la Internet y la tecnología informática cambiarían el mundo de una manera tan radical? En especial, la genética y las ciencias biológicas de la actualidad lograron avances gigantescos, lo que sin lugar a dudas ocasionará una revolución en el destino de la humanidad hacia una era sin precedentes. Como dijo el futurólogo Naisbitt: «La Internet solo nos permite hacer lo que hacíamos en el pasado de una manera más práctica, pero, por otro lado, no produjo nada nuevo. La ingeniería genética podría cambiar al ser humano y su proceso evolutivo».

    Aún más importante es que si logramos que toda la investigación científica se transforme y abandone el trabajo solitario para pasar a una cooperación internacional a gran escala, si logramos reunir a todos los científicos naturales y sociales del mundo, si logramos superar los límites nacionales e invertir enormes sumas de dinero para llevar adelante investigaciones globales a gran escala sin precedentes, entonces los avances que haremos en todo tipo de tecnologías nuevas y avanzadas serán miles o incluso millones de veces más exitosos que los del presente. ¿Tenemos que preocuparnos por la incapacidad para hacer realizad el sueño «de ser inmortales» próximamente?

    Podemos decir que el magnífico sueño de «volvernos inmortales» es solo una «ilusión», pero si confiamos en la ciencia, ese sueño será una «ilusión hecha realidad». El primero está destinado a fracasar, pero el segundo está destinado a concretarse.

    HERMANOS QUE PELEAN ENTRE SÍ Y ENEMIGOS QUE COMPARTEN EL MISMO BOTE

    Todos en este mundo vienen por las ganancias.

    Todos en este mundo van por las ganancias.

    Records of the Historian.

    A lo largo de la historia, los dos hechos más impactantes pueden ser: «Los hermanos que pelean entre sí» y «los enemigos que comparten el mismo bote». Estos dos fenómenos tan contradictorios se repitieron en todas las dinastías y en todas las eras.

    Que los hermanos peleen entre sí es muy común en la historia. En el periodo de los Tres Reinos, Cao Pi obligó a su hermano menor Cao Zhi (hijos de Cao Cao, soberano del Reino de Wei) a componer un poema mientras daba siete pasos (de lo contrario, lo mataría). El poema dice así (el significado): «Cuando cocinas las judías y quemas los tallos, las judías en la caldera lloran a los tallos: Venimos de la misma raíz, ¿por qué nos cocinas con tanta crueldad?». El poema que recitó Cao Zhi parece persistir en nuestra memoria. Li Shimin, un sabio gobernante de la dinastía Tang, mató a dos de sus hermanos en el incidente en Xuanwumen cuando se disputaban el trono. Hacia el final del periodo Kangxi de la dinastía Qing, las peleas por el trono entre príncipes se volvieron candentes, era muy duro ver el horror de los enfrentamientos y los asesinatos…

    El ejemplo contrario es el caso de los estados de Wu y Yue que compartieron el mismo bote. En Sunzi’s Strategies, la historia cuenta que aquellos que son buenos para pelear son como la serpiente de la montaña Changshan. Si golpeas la cabeza de la serpiente, la cola vendrá en su ayuda; si golpeas la cola de la serpiente, la cabeza vendrá en su ayuda; si la golpeas en el medio, tanto la cola como la cabeza la protegerán. ¿Podremos hacer que el ejército funcione como la serpiente de Changshan? Sí. Los pueblos de los estados de Wu y Yue eran enemigos, pero cuando tomaron el mismo bote, se ayudaron mutuamente. Cuando vino la tormenta, se salvaron entre sí, como las dos manos de un mismo cuerpo. En otras palabras, lograron alcanzar un alto nivel de integración y armonía como la serpiente de Changshan. Ésa es la clásica alusión de Wu y Yue en el mismo bote.

    Las peleas entre hermanos y la cooperación entre enemigos también son muy comunes en toda la historia moderna. Por ejemplo, China y la Unión Soviética o China y Vietnam solían ser los hermanos más unidos, pero de pronto se enfrentaron y se aniquilaron entre sí. En cambio, el Partido Comunista y el Partido Nacional de China, y la alianza sino-americana son ejemplos de antiguos enemigos que compartieron un mismo bote. Poco antes de que China y los Estados Unidos se unieran, China había dejado de maldecir el «imperialismo yanqui» en los periódicos y publicaciones. Cuando Nixon aterrizó en China, su primera frase fue: «Vine por los intereses de los Estados Unidos». Gracias a los intereses que tenían en común, los enemigos se hicieron amigos y pasaron de la batalla a la cooperación.

    Todo está determinado por los intereses. Cuando los intereses difieren, hasta los hermanos de sangre se enfrentan. Cuando los intereses son similares, hasta los enemigos como los estados de Wu y Yue pueden compartir el mismo bote.

    La diferencia o la coincidencia de intereses pude determinar la separación o la unión del mundo o de la sociedad y puede provocar peleas entre hermanos o alianzas entre antiguos enemigos.

    Ése es el secreto más grande que nos contó la historia.

    Hoy en día, las amenazas a las que se enfrenta la humanidad no vienen de afuera, sino de adentro. La mayor contradicción de la humanidad en el presente no tiene que ver con la madre naturaleza, sino con la humanidad misma. Invertimos enormes cantidades de recursos humanos, materiales, financieros y energéticos para competir entre nosotros, para conspirar unos contra otros, en una lucha despiadada, incluso hasta alcanzar el punto de morir junto con nuestro enemigo. Ésa es la raíz de las crisis del mundo y de las tragedias de la humanidad.

    Kaal Dojicj, especialista en relaciones internacionales, señaló que «si en 30 años la civilización desaparece, la causa no será la hambruna o alguna plaga, sino la política exterior y las relaciones internacionales. Durante muchos años, los seres humanos estuvimos tambaleándonos constantemente, vivimos temerosos del armamento nuclear, y este miedo se está volviendo cada vez más profundo y denso. El rápido desarrollo tecnológico no pudo detener el terror, sino todo lo contrario: el mundo se convirtió en un lugar todavía más escalofriante. Mientras la sombra de la amenaza nuclear se expande sin cesar, aparecen armas biológicas con el mismo poder de destrucción o uno mayor. Una vez que los terroristas logren dominar a estos demonios, es posible que la humanidad desaparezca. El ataque del 11 de septiembre fue solo una prueba. El ser humano perdió el sentido más mínimo de seguridad».

    ¿Cómo podemos salvar a este mundo de la cuerda floja en la que está?

    Solo lo lograremos si apelamos a los intereses comunes de todos los seres humanos.

    Las divisiones del mundo son producto de la separación de intereses de los seres humanos. Cada nación pelea por sus propios derechos e intereses. Por lo tanto, solo si apelamos al interés común de toda la humanidad, establecemos un objetivo común que permita concretar ese interés común y hacemos que la humanidad tome consciencia de ese objetivo, podremos pasar de la división a la alianza y la armonía, y podremos eliminar el terror, las calamidades y las tragedias del mundo.

    Ser inmortales juntos o evolucionar hacia una especie inmortal es el máximo interés y el objetivo común de toda la humanidad.

    Ya seamos orientales u occidentales; pueblos de raza amarilla o negra; chinos, americanos, europeos, judíos, árabes o alemanes… Somos todos seres humanos y tenemos un enemigo en común, el único enemigo real y el mayor de todos: la muerte.

    Frente a la muerte, nadie tiene escapatoria.

    Así describió Pascall la situación de la humanidad: «Imaginemos que se ejecutan a algunas personas delante de sus seres queridos. Aquellos que sobrevivieron creen que su destino será similar, están muy apenados, se miran entre sí boquiabiertos y desesperados y esperan su propia muerte. Ésa es la situación de toda la humanidad tomada desde una perspectiva mucho más pequeña».

    La muerte no es el destino trágico de alguna nación desafortunada, sino el mísero final de toda la humanidad. El miedo a la muerte no es un pensamiento particular de alguna nación, sino que forma parte del imaginario colectivo de toda la humanidad.

    Hoy día, la ciencia y la tecnología nuevas y avanzadas nos ofrecen posibilidades prácticas para conquistar la muerte gradualmente y deshacernos de la tragedia común de la humanidad. Sin embargo, solo mediante la unión y los esfuerzos conjuntos, la humanidad logrará vencer a su enemigo, alcanzar la libertad ilimitada de la vida y concretar sus intereses más importantes. Los pequeños intereses sucumbirán naturalmente frente a los más grandes. Cuando tomemos consciencia de los grandes intereses propios comunes a toda la humanidad, sin lugar a dudas nos despojaremos de las limitaciones de los intereses nacionales, dejaremos de lado la división para lograr la unión, nos volveremos una sola mente y haremos esfuerzos conjuntos para convertirnos en «dioses» todos juntos.

    Hoy en día somos ricos materialmente. En cualquier país desarrollado de Occidente, la producción de una gran fábrica de automóviles puede cubrir las necesidades de todos los países del mundo durante un año. Pero todavía somos muy pobres espiritualmente, y esto llevó a la humanidad a una crisis espiritual sin precedentes. Incluso en los Estados Unidos, la nación más desarrollada del mundo, Nixon estaba muy preocupado por esta crisis espiritual: «En la actualidad, el enemigo está dentro nuestro. Hace un siglo y medio Alexis De Tocqueville ya nos había advertido que en los Estados Unidos la mayor parte de la población era adicta al materialismo y carecía de una fuerza social de unión y que las religiones y el pensamiento filosófico eran superficiales. Todo esto resultó en un nuevo absolutismo: la mediocridad, el egoísmo y la falta de ambición. Los Estados Unidos de hoy estarán amenazados por este nuevo absolutismo, a menos que encuentren de nuevo un objetivo común con un nuevo significado». Y el resto del mundo tampoco es la excepción. Una crisis espiritual solo se puede resolver con un método espiritual. Solo si ayudamos a la humanidad a encontrar «un objetivo común con un nuevo significado», es decir, convertirnos en «dioses» juntos, lograremos sacar a la humanidad de ese estado mental caracterizado por la mediocridad, el egoísmo y la falta de ambición, convertirnos en una nueva humanidad y crear un mundo nuevo.

    A menudo, una crisis trae consigo un giro favorable. La gran crisis de la actualidad también se puede convertir en el giro más importante para la humanidad. Si logramos entender los intereses y los objetivos comunes, los pueblos de todos los países se unirán y harán maravillas en el futuro aunque se trate de enemigos como los estados de Wu y Yue.

    CUANDO SURGE UNA GRAN IDEA

    Cuando una gran idea, como la idea de salvación del Nuevo Testamento, llega a este mundo se puede convertir en una ofensa para el común de las personas amparadas en convenciones y costumbres anticuadas, y parece ser una tontería para aquellos que leyeron muchos libros, pero no tienen una verdadera capacidad de reflexión. Goethe

    Utilizar la tecnología avanzada de hoy en día y el inmenso poder de la unión mundial para ayudar a los seres humanos a convertirse en «dioses» y a la humanidad a evolucionar y volverse inmortal no es más que una gran idea sin precedentes que podría hacer feliz al mundo entero. Es fácil imaginar que el destino de esta idea podría ser el mismo que describe Goethe. Para muchos, ser considerados «rebeldes contra la ortodoxia» es una ofensa, y para aquellos «genios» o «expertos» muy cultos que carecen de una verdadera sabiduría podría tratarse de una «locura» o una «falacia».

    En la historia de la humanidad, cuando se realizaba algún descubrimiento, a menudo no era compatible con las tradiciones, como el agua y el fuego. La base de la civilización es la innovación, y con frecuencia esta es sinónimo de rebelión a la ortodoxia. Lo mismo sucede con la innovación ideológica.

    Ya sea una novedad en el campo de las artes y las letras, de las ciencias naturales o de la tecnología, los «expertos» o el «público en general» limitados a las ideas tradicionales con frecuencia consideran que se trata de «pensamientos extraños» o «falacias». Desde la teoría heliocéntrica en astronomía y la hipótesis del desplazamiento de los continentes en geología hasta la teoría genética en biología, a todas se las criticó y se las consideró «ridiculeces» o «falacias para engañar a las personas». Sin embargo, finalmente todas esas «falacias» o «ridiculeces» se convirtieron en información muy valiosa que benefició mucho a la humanidad.

    En un principio, muchos se opusieron con fervor al evolucionismo de Darwin porque pensaban que relacionar al hombre con las bestias era una profanación de la dignidad humana, y esto enfureció a casi todos los filósofos, los científicos y los religiosos de la época. Cuando la esposa del obispo, la señora Wurster, vio El origen de las especies de Darwin publicado en 1859, dijo: «Esperemos que no sea cierto. Y si lo es, recemos para que no sea ampliamente aceptado por el público». Pero ahora, El origen delas especies forma parte de las aulas de las iglesias de los Estados Unidos.

    En 1919, cuando el inventor de cohetes Goddard dijo que el cohete podía volar y despegarse de la fuerza de gravedad para llegar a la luna y al espacio exterior, también despertó una gran polémica; hasta el New York Times se burló de él y lo llamó «el hombre en la luna». Demás está decir que la contribución de Goddard a la ciencia es evidente para todos nosotros.

    Wina, abocado a la cibernética, propuso algo tan audaz como poner al «robot» en áreas de producción y gerencia y recibió las críticas durísimas de muchos filósofos.

    Cuando Abel, un hombre poco reconocido en aquel momento, resolvió el enigma del mundo de las matemáticas en su trabajo de investigación, después de cientos de años de misterio, Gauss, «el rey de las matemáticas» de ese momento exclamó sorprendido: «¡Terrible! Descubrió algo tan tonto». El joven matemático francés Galois corrió la misma suerte; presentó su investigación sobre las matemáticas tres veces, pero las autoridades lo denunciaron en dos oportunidades y perdió en una. Galois se refirió a estas «autoridades»: «Estas personas se quedaron cien años atrás».

    A la teoría demográfica de Malthus se la consideró diabólica y muchas personas la atacaron. La señora Marguerite Sanger fue encarcelada en reiteradas oportunidades porque propuso y defendió la planificación familiar en los Estados Unidos.

    Con frecuencia, no solo se ataca a todas las teorías que proponen algún avance ideológico o teórico, sino que las fuerzas conservadoras son muy obstinadas y reniegan del cambio. Por lo tanto, como dijo Planck, el gran físico alemán que descubrió la teoría cuántica que marcó la revolución tecnológica del siglo XX: «Es imposible que una nueva verdad científica gane la batalla y logre convencer a sus oponentes y que estos la comprendan. Por el contrario, la victoria radica en el hecho de que sus oponentes morirán y una nueva generación que la acepte nacerá». Este tipo de situaciones son recurrentes y difíciles de evitar a lo largo de la historia.

    Estas situaciones recurrentes me remiten a lo que dijo Hegel: «Lo único que aprendimos de la historia es que la humanidad nunca aprendió nada de la historia». Sin embargo, creo que como la humanidad entró en el siglo XXI, y en especial toda China aboga por una ideología liberadora, buscando la verdad de los hechos y manteniéndose al día, estas situaciones históricas no se repetirán.

    Napoleón dijo que en el mundo las dos cosas más poderosas son la espada y el pensamiento, y el pensamiento es más poderoso que la espada.

    Cuando el pensamiento es correcto, las personas serán correctas; cuando las personas son correctas, el mundo será correcto. Para poder valorar la innovación, antes que nada se debe valorar la innovación del pensamiento. Para tratar la innovación de la manera correcta, primero se debe tratar la innovación ideológica de la manera correcta.

    Laozi (un antiguo santo de China) dijo: «Cuando el hombre superior aprende el camino, lo sigue con diligencia; cuando el hombre común aprende el camino, lo sigue de vez en cuando; cuando el hombre mediocre aprende el camino, se ríe a carcajadas. Si nadie se ríe de él, no merece llamarse camino». Cuando el sabio escucha la verdad, la practica con responsabilidad; cuando el hombre común escucha la verdad, duda, por momentos cree en ella y por momentos duda de ella; pero cuando el tonto escucha la verdad, se ríe. Si nadie se ríe, no merece llamarse camino (una gran verdad o ley). Ningún gran camino y ninguna gran verdad pueden evitar que los tontos se rían de ellos, y que se rían a carcajadas.

    Pero creo que la mayoría de los hombres son superiores, ni mediocres ni tontos.

    1.1 Introducción

    El 14 de abril de 2039 es un día histórico.

    ¿Quién podría imaginar que podemos «revivir» a un gran hombre con la ayuda de un sistema mágico de inteligencia artificial y con la clonación de una célula del cabello? En el pasado cercano, los mejores científicos biológicos y los especialistas en inteligencia artificial del mundo revivieron a grandes personalidades como Darwin, Bacon, Hegel, Marx, Sócrates, Nietzsche, Condorcet, Mao Zedong, Qin Shihuang (el primer emperador de la dinastía Qin), Confucio, Li Bai, Cao Cao, Cao Zhi, Zhuge Liang, Su Shi…

    Una mañana radiante y luminosa, en el Gran Salón de Ciencias de Beijing, China, se lleva a cabo un seminario único. El tema es: «¿Hacia dónde se dirige la humanidad?». Las grandes personalidades que acaban de revivir se reúnen a discutir el futuro de todos y cada uno de los miembros de la aldea global.

    En el Gran Salón de Ciencias de Beijing, hay una atmósfera candente y las personas están realmente exaltadas. Aunque cualquier persona de la aldea global puede hablar directamente con estas grandes personalidades a través de un sistema de satélites personalizado, los grandes fanáticos de Mao Zedong, Darwin, Confucio, Bacon y Li Bai, entre otros, serían capaces de pagar precios altísimos para ver a estas grandes personalidades con sus propios ojos. Mi vecino Lao Gu es uno de ellos. Tomó todos sus ahorros y pidió tres millones de yuanes al banco Minsheng solo para asistir al seminario. La sola idea de ver a su ídolo Darwin hace que su ritmo cardíaco se acelere.

    El primer orador del evento es Sócrates. En aquella época, si hubiera escapado o pagado la multa, podría haber salvado su vida, pero estaba listo para morir sin ofrecer resistencia, y esto hizo enfurecer a muchos. Sócrates levanta la mano derecha y cuando el público se calma, dice: «En su momento, pensé que todavía podría discutir ciertos temas después de la muerte, que podría ver a aquellos que admiraba, como Homero, Tales y demás, pero nunca pensé que no sabría nada después de la muerte. Tuve la suerte de que el señor Liwinson y otros científicos me revivieran, ahora puedo volver a ver el mundo».

    No bien termina su discurso, Confucio dice: «En aquel momento, cuando un estudiante me preguntaba sobre la muerte, usaba un pequeño truco y aplicaba mi política para evadir el tema». Y luego dice el clásico y conocido refrán: «Si no sabemos lo suficiente de la vida, ¿qué podemos saber de la muerte?». «De hecho, no quise ver sufrir a las personas ante la muerte, así que descubrí una forma de evadir el tema. Como no hay forma de resolver el problema, mejor evitarlo. Ahora las condiciones mejoraron mucho y tengo la oportunidad de, finalmente, modificar ese dicho».

    El gran poeta Li Bai recita su poema en voz alta: «Es que no se dan cuenta; las personas se entristecen al ver su cabello blanco en el espejo, el mismo que por la mañana era negro, por la noche es blanco como la nieve». Luego de recitarlo, respira profundamente y agrega: «Todos dicen que soy atrevido y descarado pero, ¿quién conoce mi desdicha? Los sentimientos elevados no son suficientes para hacerle frente a la tristeza de la vida y de la muerte. A los 15 años comencé a adherirme a la religión en busca de la inmortalidad, trabajé junto a los taoístas con ansias de alcanzar la vida eterna. Ahora la tecnología genética y la biotecnología tienen un poder milagroso. ¡Es grandioso! ¡Es grandioso!».

    Qin Shihuang, (el primer emperador de la dinastía Qin) todavía es muy dominante, y su voz suena como una gran campana: «Fui quien más sufrió. En mi búsqueda ansiosa de la longevidad, me dejé engañar por el pueblo de Xu Fu y me convertí en el hazmerreír. Pero hoy en día, la ciencia biológica y la biotecnología progresaron hasta alcanzar un nivel que era incorrecto en mis prácticas. ¿Es que acaso el proyecto de los 1000 años no está en la etapa final de desarrollo? Pronto, yo seré uno de los beneficiados».

    Mientras mira al emperador Qin Shihuang, Sakyamuni niega con la cabeza. «Eres tan egoísta, solo piensas en ti. ¿Por qué no tienes consideración por todas las criaturas vivientes?». Después de jugar con las cuentas en su pecho, dice: «¡Magnífico! Estos científicos de las ciencias biológicas realmente son mejores seres humanos que yo. En aquel momento, dejé todo y me dediqué a buscar la forma para que todos los seres vivos no sufrieran por el nacimiento, las enfermedades y la muerte, pero no llegué a nada. Finalmente podremos resolver este grave problema. Pronto la humanidad disfrutará de la vida eterna, y la aldea global será el paraíso. Es una gran bendición para todos los seres vivos».

    Condorcet dice triunfante: «Hace mucho tiempo dije que el hombre utilizaría la ciencia para alcanzar la vida eterna, y entonces ya nadie moriría. Platón solo pudo probar en teoría que es tonto pensar que el alma se vuelve inmortal luego de la muerte».

    Ahora es el turno de Mao Zedong. Su acento de la provincia de Hunan es muy marcado, pero por suerte hay un sistema de traducción inteligente que funciona a la perfección. «Señor Condorcet, usted es más brillante que Confucio, pero tal vez no sabe que a los 20 años escribí un poema que decía: Creer en una vida que dure 200 años, derramar el agua en 3000 millas. Eso demuestra que mis reflexiones estaban muy adelantadas para la época. ¿Acaso se completó con éxito el proyecto de los 200 años auspiciado por algunos científicos?».

    En ese momento, Darwin tose suavemente para llamar la atención. «Señoras y señores, volvamos al tema, ya que los habitantes de la aldea global depositan grandes y serias esperanzas en nosotros. En aquel año, presenté la teoría de la evolución, y la humanidad tomó conciencia de su descendencia de los simios. Las tecnologías avanzadas de hoy me sorprendieron. La tecnología genética, la nanotecnología, la tecnología abocada a la inteligencia artificial, a los nuevos materiales y clases de energía, la tecnología para la vida en el mar, para emigrar al espacio exterior… ¡Tantos tipos nuevos de tecnologías de última generación! ¿A dónde llegará la humanidad gracias a ellas?»

    Estas palabras dejan a toda la audiencia pensando. Todos reflexionan, si la humanidad desciende de los simios, ¿hacia dónde evolucionará en el futuro?

    Mao Zedong es el primero en romper el silencio, confiesa honestamente que él ya pensó mucho en el futuro de la humanidad: «Hace ya setenta años le dije a Yu Guangyuan, a Zhou Peiyuan y a otros científicos que la humanidad desaparecería porque la reemplazaría algo más desarrollado, una nueva instancia en el desarrollo. ¿Qué es aquello más desarrollado que la humanidad? Nunca respondí con claridad, pero ahora tengo la respuesta, la mejor forma de expresarlo es el término más vívido, ideal y preciso de la cultura tradicional China. Por supuesto que estoy hablando de xian o xianlei».

    Li Bai es el primero en aplaudir con alegría: «¡Pienso igual! Los tigres tocan el se (un instrumento musical) y los fénix vienen volando. Los dioses vienen uno tras otro. Me llamaré a mí mismo dios del vino. ¿Qué otra palabra mejor que dios? ».

    Cao Zhi habla con la mejor intención: «Una vez escribí el poema Vagando por el país de las maravillas. El poema describe las características de un dios en tres aspectos. El primero es la vida eterna, el segundo, la libertad ilimitada y el tercero, la felicidad ilimitada. ¿No coincide esto con el rumbo evolutivo de la humanidad? A mí me parece que sí».

    Qu Yuan (poeta del Periodo de los Reinos Combatientes) y Su Shi (poeta de la dinastía Song), entre otros, asienten para indicar que están de acuerdo.

    «¡Yo no estoy de acuerdo!», grita Nietzsche, se encoge de hombros nervioso y comienza a hablar lentamente: «¿dios? No. ¡Yo creo que deberíamos usar el término superhombre!».

    Heidegger se pone de pie: «Después de todo, los dioses pertenecen a la cultura oriental, y el concepto de simio lo acuñó la cultura occidental. Ahora que nos enfrentamos al problema de elegir un nuevo término para el objetivo evolutivo de la humanidad, creo que la mejor elección sería superhombre». Darwin asiente ligeramente. Pero Leibniz, Joseph Lee, Toynbee, Russell y otros no están de acuerdo porque creen que, ante la deslumbrante y antigua civilización oriental, ese complejo de superioridad tan intolerante de la civilización occidental es desdeñoso y burlón.

    Ahora, las personas están conmocionadas, y las opiniones, claramente divididas en dos grupos: algunos son partidarios del término "xianlei (dioses) mientras que otros prefieren superhombre". Cada uno está firme en su postura, así que el maestro de ceremonias debe anunciar la decisión de la mayoría, a la que se llegará a través de una votación en línea de la que participan todos los habitantes de la aldea global.

    Una hora más tarde, la respuesta acerca del destino de la humanidad sale a la luz: la mayoría votó por dioses.

    Finalmente, las grandes personalidades del seminario «¿Hacia dónde se dirige la humanidad?» alcanzan una decisión por consenso y le brindan una respuesta completa y satisfactoria al pueblo de la aldea global:

    La humanidad evolucionó de los simios.

    Definitivamente evolucionaremos y seremos dioses (inmortales).

    1.2 Los simios, la humanidad y los seres inmortales

    De todos los tipos de conocimiento,

    el más importante es el conocimiento de uno mismo.

    En cuanto al conocimiento de uno mismo,

    lo más importante es el conocimiento del futuro de uno.

    «Conocerse a uno mismo» es la famosa inscripción grabada en el oráculo de Delfos de la antigua Grecia. Se la considera la más valiosa de las escrituras étnicas de los santos de todas las épocas, y la llama de la sabiduría que refleja es como un faro luminoso para el progreso de la humanidad.

    La humanidad avanzó a tientas con mucho esfuerzo para conocerse a sí misma. El origen de la humanidad es un enigma que inquietó a muchos durante mucho tiempo. Los seres humanos utilizaron todos los medios disponibles para descubrir de dónde venían. En la antigua China, se pensaba que Nvwa (predecesor de la Humanidad en la mitología China) había creado al hombre utilizando tierra amarilla. En Occidente se pensaba que Dios había creado a Adán y Eva, quienes concibieron un niño y dieron origen a la humanidad. No fue sino hasta 1859 que Darwin descubrió la verdad: la humanidad desciende de los simios.

    De ese modo, por primera vez se le dio a la humanidad una respuesta científica a esta inquietud. Ésa es la primera declaración de la humanidad.

    Cuando Darwin hizo esta declaración, fue como un gran golpe que conmocionó al mundo entero. Para las viejas teorías y las fuerzas de la antigüedad fue como un latigazo.

    Aunque Huxley le ganó la contienda verbal al arzobispo, en 1925 hubo un caso sobre «simios» muy famoso en los Estados Unidos. La corte juzgó y declaró «culpable» a una maestra de la escuela media, que tuvo que pagar una multa de cien dólares solo por enseñar la teoría de la evolución de Darwin. Sin embargo, hoy en día la idea de que «la humanidad desciende de los simios» está ampliamente aceptada.

    Si tomamos la historia en retrospectiva, es fácil ver lo complejo que es el proceso de conocerse a uno mismo.

    De todos los tipos de conocimiento, el más importante es el conocimiento de uno mismo. En cuanto al conocimiento de uno mismo, lo más importante es el conocimiento del futuro de uno mismo.

    Si el futuro de la humanidad no se revela como se debe, la humanidad no puede evitar hacer las cosas atolondradamente en busca del éxito rápido y el beneficio inmediato. Si los objetivos y el rumbo no están claros, como resultado podríamos caer en nuestra propia trampa u ocuparnos de cuestiones triviales y desperdiciar muchas energías.

    Solo si descubrimos la respuesta correcta sobre el rumbo de la humanidad podremos encontrar la salida correcta y el mayor beneficio.

    Como postulan los dialécticos materialistas, todo tiene un origen, un desarrollo y un final. La humanidad no es la excepción. Engels dice: «Fourier y su contemporáneo Hegel dominaron la dialéctica de una manera muy sutil… Así como Kant sostuvo en sus escritos sobre las ciencias naturales que la Tierra se extinguiría, Fourier, en su análisis de la historia, sostuvo que la humanidad se extinguiría.»

    Mao Zedong dio un paso más y dijo claramente:

    «La humanidad surgió a partir del nacimiento, por lo tanto, también morirá… La Tierra también morirá. Pero la muerte de la humanidad o de la Tierra a la que nos referimos no es como el día del juicio final del Cristianismo. Decimos que la humanidad morirá, o que la Tierra morirá, porque una forma más desarrollada las reemplazará, un estado de desarrollo mucho más avanzado.»

    Así, Mao Zedong no solo señaló claramente que la humanidad desaparecerá, sino también que la muerte de la humanidad es solo un paso hacia adelante, «porque una forma más desarrollada reemplazará a la humanidad, un estado de desarrollo mucho más avanzado».

    ¿Qué es aquello que no es humano sino una forma más desarrollada?

    La llamamos «la raza de los dioses». Así como «la humanidad»

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