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TODO OBRA PARA BIEN
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Libro electrónico137 páginas3 horas

TODO OBRA PARA BIEN

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Es un libro inspiracional, motivacional. Autobiografia y testimonios de crecimiento del cantautor Lenny Salcedo. Cuya obra musical mas conocida lleva el mismo titulo de este material. Todo obra para bien.
IdiomaEspañol
EditorialBookBaby
Fecha de lanzamiento22 ene 2015
ISBN9781483549125
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    TODO OBRA PARA BIEN - Lenny Salcedo

    Lenny)

    Prólogo

    En un universo de posibilidades todos los eventos son factibles. Así como ocurre con cada experiencia sea Buena o Mala. La forma más sana de vivenciarlas es aceptarlas como lo dado, lo ocurrente, lo irreversible.

    Cuando aprendamos a aceptar las ocurrencias de la vida, y además seamos capaces de agradecer por ellas, sin importar como experimentamos esos eventos en el momento en que sucedieron, entonces, podremos decir: Todo obra para bien.

    Ciertamente, estamos construidos de experiencias, pero en realidad no tanto de ellas como de la interpretación que le damos a las mismas. El veneno emocional de una experiencia negativa se ha convertido en el infierno de toda una vida para muchas personas, sin embargo, en otras tantas, como Lenny Salcedo, dichas vivencias han sido el alimento de una imaginación tal, que de la nada ha hecho un ser. Mil canciones hechas con el piano de la imaginación, allí donde un niño practica en un piano de cartón por carecer de uno real, allí donde la nada nadea, la imaginación crea preciosas melodías, versos y prosas como dictados por Dios.

    Es así como por efecto de un destino surge el poeta -Lenny- que sangra la tinta del corazón, y como por efecto de hidrólisis transforma cada dolor y dificultad en versos letales. Con los cuales golpea el fantasma del fracaso y la miseria.

    Un ángel que en desveladas y amaneceres pinta un paisaje de sueños y letras no solo con las manos, sino con el espíritu delirante que se eleva desde la tierra para recibir los idílicos y sublimes poemas como un trance de revelación. Con la vista puesta en aquel que todo lo crea por el poder de la palabra, es así como Lenny se imagina un mundo, y como por obra de milagro lo hace realidad, y mas que realidad lo hace historia.

    Sin importar cuán difícil haya sido cada experiencia, cada rito de paso, Lenny vislumbra el milagro de lo que parece imposible, pero que el poder de la fe y el arrojo ha hecho realidad.

    En el primer capítulo de este libro Una serenata para Toña Lenny asombra el lector, al señalar como su padre –quien escribe este prólogo- se encuentra con un destino, algo que pareciera planificado por el Dios que actuando en escenarios tan raros es capaz de guiar hasta su reino a un no sé quién.

    Todo obra para bien no son las palabras huecas que algún predicador recita desde un podium, pero que a la menor adversidad se hace un prototipo de Job. Se trata de una historia de infortunios, de carencias, de rechazo y dolor, pero también una historia de fe, de triunfos, de combate, historia que ha hecho trizas cada obstáculo interpuesto.

    Todo obra para bien es el testimonio energizante que muchos necesitan para derribar al fantasma de la miseria, para dejar la muleta y la camilla propio de los paralíticos mentales.

    La obra con sus testimonios biográficos, te puede liberar de un yo opresor, de una historia de fracasos, en fin, de las ataduras paralizantes del miedo y el dolor.

    El libro que usted amigo lector tiene en sus manos es el mayor ejemplo práctico de la tesis constructivista, a saber, que lenguaje y pensamiento crean una realidad, pues allí donde ni siquiera había un poeta anónimo hay un Lenny conocido por el mundo al cual sirve de inspiración. Donde había un cantante desafinado, hay un director de voz. El que no tenía un piano se inventa la melodía y lo más importante, el que alguna vez siguió una estrella equivocada encontró un puerto seguro en el corazón de Dios.

    Si aún te duelen las cicatrices que las ocurrencias han dejado en tu vida, si tienes una historia de fracasos y dolor, no olvides que eran eventos posibles en el escenario teatral de tu vida. Acepta tu historia y agradece por lo que tienes, pero mas aún, si quieres superarlas he aquí la medicina: Todo obra para bien.

    Lino Salcedo

    Padre del autor

    Psicólogo-Terapeuta

    1

    UNA SERENATA PARA TOÑA

    Una serenata para Toña

    Hace unos días conocí a un buen hombre en Puerto Rico llamado Robert, que recitaba poemas en su juventud y me contaba como se había enamorado de su esposa. Uno de sus mejores amigos se llamaba Kiko y estaba muy enamorado de una joven apuesta y bella. Ese tipo de mujer que con solo mirarla una vez, llamó su atención y lo cautivó. Entonces Kiko al ser tan tímido, envió a su amigo Robert, o sea, al hombre que conocí hace unos días, para que recitara un poema de su parte a la chica que le gustaba. Pues este muchacho en atención a su amigo y con las mejores intenciones del mundo, llega y se para en frente de la muchacha y comienza a declamar un poema que hizo que ella se detuviera en seco, la dejó estupefacta y despertó todo tipo de emociones apasionadas. Su imaginación volaba ligeramente, la chica cerró sus ojos y viajó a todas las lunas con ese poema, pero los abrió de repente cuando al terminar mi amigo Robert le dice, este poema vino de parte de Kiko. A lo que la muchacha le dijo, pues mire que no me interesa él, ni el poema.

    Robert se marchó un poco confuso porque, al parecer le había gustado el poema, pero luego de mucho análisis se dio cuenta que quien en realidad había llamado su atención había sido él mismo. Él era el poeta, él era el declamador, él había logrado atraer toda su emoción. Sin entrar mucho en detalles, esta historia se desenlaza con el matrimonio entre Robert y la joven, dejando al pobre Kiko de lado. En este caso le fue muy bien a Robert mientras que Kiko pagó por su error de enviar a otro a hacer lo que le correspondía. Siempre recomiendo a jóvenes en mis charlas que nunca manden a otro a declamarle a la chica que quieren para ellos, no sea que la chica prefiera al declamador.

    La razón por la que introduzco esta anécdota de mi amigo Robert, es porque es bien parecida a la historia que les contaré a continuación. En este caso no un poema, sino una serenata para Toña.

    Un pobre campesino, con los más ilusos sueños echaba días en medio del conuco. Cantando en medio de la pena brotaban de él melancólicos sonetos de amargura. Sus mayores deleites eran la bachata de su voz que acompañaba su guitarra y la peculiar forma en que la solía bailar. Con unos pantalones bien pegados al cuerpo y con unos ruedos que parecían las campanas de la catedral del pueblo, mas una camisa de poliéster y unos zapatos guayaberos se preparaba para una noche entre él y las cuerdas de su guitarra. Luego de un sol que azotaba sin piedad, nada era mejor que un par de acordes debajo de la luna y la inigualable melancolía de una canción de protesta con doble sentido, típico de un obrero explotado por el amo.

    Él acostumbraba a tararear canciones en medio de un futuro incierto que solo prometía miseria y maltrato. Echaba días de trabajo en tiempos de la cosecha para luego sobrevivir tiempos de escasez y sequía que provocan intentar ahogar las penas en una copa de tragos tan fuertes como la vida que llevaba.

    Sus anhelos eran profundos e inmensos como el universo, pero su realidad muy llana y aterrizada. ¿Qué podía salir de un campo escondido de limitados recursos educativos y económicos? ¿Qué esperanza tendría este triste compositor de versos enterrados en las hortalizas de una finca? ¿Qué se puede pedir del hijo mayor de los varones entre diez hermanos, cuyas rutinas laborales iniciaron a la edad de 6 años y cuya remuneración era arrebatada de sus manos por parte de su alcohólico padre? Pienso que su único destino siempre debió ser el de un bebedor resentido, un músico de cantina, un mujeriego compulsivo, un traumado sicótico enemigo de la vida que le fue otorgada. Sin embargo, puedo contarles que conozco hoy a ese hombre y algo cambió su vida para siempre.

    Como en todas las telenovelas, el muchacho pobre, el siervo de la casa se enamora de la hija del amo o viceversa. El sueño de un esclavo siempre será el amor de una princesa, como la cenicienta que tenía su añorado príncipe.

    Podría contar un cuento de hadas, pero con esta historia real creo que las novelas más tristes se quedan cortas, considero que este personaje del cual les hablo debería ser motivo de un filme cinematográfico.

    Fue creciendo como pudo, iba a la escuela descalzo, nunca tuvo útiles escolares, su primer libro lo compró a los 21 años y aprendió tres acordes de guitarra con los cuales tocaba cualquier canción. Su voz se hizo popular entre los campesinos, cantaba en la mañana junto con los gallos, cantaba en medio del trabajo, luego del trabajo y hasta en sueños cantaba. Todos escuchaban a leguas su voz melancólica que expresaba como nadie los más ardientes sentimientos que podían ser expuestos.

    Comenzó a reunirse con otros músicos de patio y cada día se volvía más diestro en el arte de enamorar con su guitarra, nunca imaginó que un par de acordes le llevarían a volverse famoso entre los obreros.

    El cantaba de las penas, cantaba del dolor que sentía, al cual estaban asociados todos sus compañeros de trabajo. Así que cuando alguno de ellos deseaba enamorar a una linda campesina, nada era mejor que llevar una serenata para impresionar a su Lola y nadie era mejor que este flaco guarachero. Lo buscaban todos los campesinos para hacer rondas y bailes populares entre la comunidad, donde al final todos eran familiares y padecían del mismo mal.

    Un día, alguien llamado Jacinto Linares tocó su puerta procurándole, era un noble hijo de los terratenientes y propietarios de granjas del lugar. Un príncipe tocaba su puerta, en un lujoso caballo de último modelo, lo que el pobre flaco no sabía cómo interpretar. No sabía si era bueno o malo el motivo de su visita, lo que si sabía era que algo extraordinario había movido a Jacinto para tocar su puerta. Sus emociones se encontraron frente al jerarca. Con una tímida sonrisa encorvando el rostro y con voz temblorosa dijo: ¿Cómo le sirvo mi señor? A lo que el noble joven, responde: Me han contado que usted es el mejor llevando serenatas a las campesinas y sucede que

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