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Alta Diversión: Los beneficios del humor en el trabajo
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Libro electrónico231 páginas3 horas

Alta Diversión: Los beneficios del humor en el trabajo

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“El mundo empresarial ha vivido alejado del humor. No en vano, negocio proviene de ‘negación del ocio’. Craso error. Sin humor no hay ilusión y sin ilusión no hay empresa. Enhorabuena a Eduardo y Jesús por este libro tan necesario.”
-Fernando Trias de Bes, Escritor y economista

"Divertirse trabajando... Un secreto que Jáuregui y Fernández nos desvelan en este apasionante libro. Recomiendo su lectura porque el humor nos une y nos hace más humanos."
-Gabriel Masfurroll, Presidente y Consejero Delegado de USP Hospitales

"Las cosas serias con humor son igual de transcendentes pero más llevaderas. Este libro os ayudará a que así sean."
-Mikel Urmeneta, socio fundador y director creativo de Kukuxumusu

¿Siempre habías sospechado que era posible combinar trabajo y diversión? ¿Te gustaría que tu coffee break se pareciera más al recreo de antaño? ¿Quieres más juguetes en tu oficina? Entonces éste es tu libro. Aquí encontrarás todo lo que necesitas para transformar tu empresa en una organización más humana y divertida:

-Pruebas científicas de los beneficios del humor en el trabajo: combatir el estrés, fomentar la motivación y la creatividad, optimizar la comunicación, unir al equipo, atraer y fidelizar al cliente...

-Ejercicios y dinámicas para reducir las tensiones con el ingenio, potenciar la innovación con el juego y crear un ambiente divertido.

-Técnicas eficaces para comunicar cualquier mensaje con gracia, desde el anuncio del bonus a los mensajes más sensibles: las peticiones, las críticas, las malas noticias...

-Ideas sorprendentes para atraer la atención de los clientes e iniciar con ellos una relación más cercana, humana y lúdica.

-Diez pasos para crear una empresa divertida, basados en la experiencia de casos extraordinarios como Google, Southwest Airlines, IKEA, Pike Place Fish o Air Nostrum.

-En total, más de 300 iniciativas que ya se han implementado en organizaciones de todo el mundo, desde las grandes entidades financieras a la cafetería de la esquina, para divertirse de camino al éxito.

Autores

Eduardo Jáuregui y Jesús Damián Fernández, son los fundadores de Humor Positivo, una empresa de formación y consultoría especializada en la aplicación del humor, la diversión y las emociones positivas al trabajo, con clientes como Daimler, IKEA, La Caixa, Sanitas o Gas Natural. Son también los promotores en España el Día de la Diversión en el Trabajo, y en 2012 recibieron 3 Premios Smile (Festival Europeo de Publicidad y Humor) por su campaña Centralman, incluida Mejor Campaña.

Eduardo Jáuregui es Profesor del Departamento de Business and Social Sciences en Saint Louis University (Campus de Madrid) y Doctor en Ciencias Políticas y Sociales. Es autor de más de 80 artículos en publicaciones académicas y generalistas, y de los libros El Sentido del Humor: Manual de Instrucciones (RBA Libros, 2007), Juicio a los Humanos (RBA Libros, 2006) y Amor y Humor (RBA Libros, 2009).

Jesús Damián Fernández es Doctor de Pedagogía, especializado desde 1985 en la aplicación del humor al ámbito laboral y al crecimiento personal. Ha sido profesor de pedagogía en la Universidad Complutense y la Universidad de Comillas durante 15 años. Es autor o colaborador de varios libros, entre ellos Educar con Humor (Aljibe, 2012), El arte de envejecer con humor (Aljibe, 2012) y El valor pedagógico del humor en la educación social (Desclee de Brouwer, 2010).

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento30 ene 2013
ISBN9781301733668
Alta Diversión: Los beneficios del humor en el trabajo
Autor

Eduardo Jáuregui

Eduardo Jáuregui es Psicólogo y Doctor en Ciencias Políticas y Sociales especializado en la Risa, el Humor y la Psicología Positiva. Da clases como Profesor del Departamento de Business and Social Sciences de Saint Louis University, campus de Madrid. En 2004 fundó Humor Positivo junto con Jesús Damián Fernández --una consultora de formación especializada en la aplicación del humor y las emociones positivas en el trabajo, con clientes como IKEA, Sanitas, Gas Natural, Oracle o General Motors. Eduardo ha trabajado en Madrid y Londres para diversas empresas multinacionales y como consultor autónomo, aplicando sus conocimientos a la gestión de recursos humanos y a la comunicación creativa audiovisual (cine, teatro, periodismo, publicidad, diseño web). Es autor de novelas como "Juicio a los Humanos", "Yoga a la Siciliana" o "Conversaciones con mi Gata", un éxito internacional con los derechos vendidos a 12 países, entre ellos Alemania, Francia, Italia y China. Actualmente co-escribe, junto a Pierdoménico Baccalario, la serie de libros para niños (a partir de los 9 años) "El Cuento Más Maravilloso Jamás Escrito", con el pseudónimo Edward Berry. Ha escrito también los monográficos de psicología "El Sentido del Humor", "Amor y Humor", "Alta Diversión", y de más de 80 artículos en revistas académicas y en prensa (la lista completa puede consultarse en su web: http://humorpositivo.com/eduardojauregui/). Escribió además el guión de "Blanco o Negro", Premio Goya al Mejor Cortometraje 1991. Ha pronunciado numerosas conferencias en foros nacionales e internacionales, entre ellos la Royal Institution of Great Britain, La Casa Encendida de Madrid, los cursos de verano de la UIMP o las conferencias TED. De mayor, quiere ser astronauta.

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Alta Diversión - Eduardo Jáuregui

ALTA DIVERSIÓN

Los beneficios del humor en el trabajo

Por Eduardo Jáuregui y Jesús Damián Fernández

Published by Humor Positivo

(http://www.humorpositivo.com)

at Smashwords.

Copyright 2013 Eduardo Jáuregui

and Jesús Damián Fernández

Smashwords Edition Licence Notes

This ebook is licensed for your personal enjoyment only. This ebook may not be re-sold or given away to other people. If you would like to share this book with another person, please purchase an additional copy for each recipient. If you’re reading this book and did not purchase it, or it was not purchased for your use only, then please return to Smashwords.com and purchase your own copy. Thank you for respecting the hard work of these authors.

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Se ha dicho sobre este libro:

El mundo empresarial ha vivido alejado del humor. No en vano, negocio proviene de 'negación del ocio'. Craso error. Sin humor no hay ilusión y sin ilusión no hay empresa. Enhorabuena a Eduardo y Jesús por este libro tan necesario.

-Fernando Trias de Bes,

Escritor y economista

Divertirse trabajando... Un secreto que Jáuregui y Fernández nos desvelan en este apasionante libro. Recomiendo su lectura porque el humor nos une y nos hace más humanos.

-Gabriel Masfurroll,

Presidente y Consejero Delegado de USP Hospitales

Las cosas serias con humor son igual de transcendentes pero más llevaderas. Este libro os ayudará a que así sean.

-Mikel Urmeneta,

socio fundador y director creativo de Kukuxumusu

Las empresas empleamos enormes esfuerzos para motivar a nuestros colaboradores y eso está bien, pero hay algo mas barato, directo y efectivo: ¡el buen humor se contagia! Si el libro de Jesús y Eduardo ayuda a que mas gente se de cuenta, bienvenido sea.

-Carlos Bertomeu,

Consejero Delegado de Air Nostrum

También puedes ver a Andreu Buenafuente hablando de este libro en su programa:

http://www.youtube.com/watch?v=eeOLHRmgQCE

Índice

Sobre este libro

1. Los beneficios del humor: Razones para tomarse la diversión muy en serio

2. ¿Es esto una locura? Mitos y temores acerca del humor en el trabajo

3. El antídoto a los malos humos: El humor reduce el estrés y fomenta la salud

4. Silbando al trabajar: El humor potencia la motivación y la creatividad

5. El imán de la risa: El humor cohesiona a las personas y mejora la comunicación entre ellas

6. Gozar vendiendo, comprar riendo: El humor facilita las ventas y mejora la relación con el cliente

7. Cómo "humorizar tu empresa: 10 pasos para fabricar una organización divertida

Sobre los autores

Agradecimientos

Notas

A las organizaciones

más divertidas

que hemos conocido:

nuestras familias.

El humor y la risa se están perfilando como excelentes herramientas para mejorar la productividad y el clima laboral de cualquier tipo de empresa o negocio

-Fernando Trías de Bes

"Conseguir la diversión y la seriedad en el mismo instante es posible,

y define la condición mental ideal."

-John Dewey

Nunca es demasiado tarde para tener una infancia feliz

-Dicho escandínavo

1. LOS BENEFICIOS DEL HUMOR

Razones para tomarse la diversión muy en serio

Te lo advertimos desde ya: este libro puede ser perjudicial para la seriedad de tu empresa. Contiene sustancias volátiles capaces de provocar ataques de risa, explosiones de creatividad y revoluciones humorísticas en cualquier organización. Se trata de un asunto bien serio porque, como todo el mundo sabe, la risa es tremendamente contagiosa. Si no tomas las precauciones adecuadas, puedes terminar como alguna de estas víctimas de la diversión en el trabajo:

-El director general que prometió a su plantilla que bailaría una danza tradicional hawaiana en Wall Street si se alcanzaba una meta de ventas (y cumplió su promesa).

-Unas oficinas llenas de juguetes, en cuyo aparcamiento se organizan partidos semanales de hockey sobre patines, y donde la gente que ahí trabaja ha construido el esqueleto de un Tiranosaurus Rex --¡en horario laboral!

-La compañía que ha adoptado la diversión como uno de sus valores corporativos, y cuyo fundador se ha escaqueado de sus responsabilidades repetidas veces para batir records mundiales de navegación en barco y globo aerostático.

-La red de hospitales que ha creado una Champions League en la que compiten los distintos centros médicos según diversos indicadores financieros y de calidad.

-La línea aérea que resolvió una disputa legal con un competidor mediante un pulso entre sus directivos, y cuyas azafatas cuentan las instrucciones de emergencia como un monólogo cómico.

-El banco que ha diseñado videojuegos para su personal.

-La consultora de gestión empresarial que desde hace años tiene su propia banda de rock and roll interna.

-El consejero delegado que instaló tres cámaras escondidas para grabar un particular ‘Inocente Inocente’ en el que gastó bromas a sus principales managers.

-El presidente que dice que a la oficina también hay que venir a divertirse, y que ha construido un centro social para sus colaboradores con gimnasio, área de juegos, sala TV, sala de lectura, cafetería, restaurante y auditorio.

-Los creadores del taller de la mofeta, un laboratorio alternativo en un edificio destartalado con el muñeco de un ejecutivo colgado del cuello a la entrada.

-La productora de televisión dirigida por un payaso –para más señas autor de un disco titulado Te huelen los pies.

En otras palabras, ten mucho cuidado, porque si pones en práctica las ideas de este libro puedes tener un éxito espantoso. Un descuido y acabas en la portada del Financial Times. Imagínate... las anécdotas citadas se refieren, respectivamente, a Sam Walton (fundador de Walmart, el número 1 del Fortune 500), la sede de Google (la empresa con el crecimiento más rápido de la historia), Virgin (la marca más admirada del Reino Unido), USP Hospitales (Premios Empresa Destacada 2007 de la revista Emprendedores y Empresa con Más Futuro 2007 de CRF), Southwest Airlines (la segunda línea aérea del mundo en número de pasajeros transportados), Banesto (una de las principales instituciones financieras de España), Deloitte (la segunda mayor empresa de consultoría), Carlos Bertomeu (Consejero Delegado de Air Nostrum, nombrada por cuarto año consecutivo Mejor Compañía Europea de Aviación Regional), Tomás Fuertes (fundador del exitoso negocio El Pozo Alimentación y premio Emprendedor del Año de Ernst & Young), Xerox (líder mundial en tecnología de gestión documental) y el Grupo Árbol (holding de empresas de producción audiovisual líder en España).

Si te sorprenden estos datos, necesitas leer este libro. Significa que te has creído esa vieja idea de que la diversión no es compatible con la seriedad, mucho menos con el trabajo, y de ningunísima manera con la empresa. Prepárate entonces para un viaje a lugares imposibles pero ciertos. Abróchate el cinturón y colócate el casco. O mejor aun, en las inmortales palabras del Sócrates... agárrate a la brocha que me llevo la escalera.

(Evidentemente, no nos referimos a Socrates el célebre filósofo --que de estrés laboral sabía poco-- sino del menos célebre pero mucho más trabajador pintor de interiores brasileño.

El serious business

Hace algunos años, un alto directivo de una gran corporación envió la siguiente circular a todo el personal de su división:

A partir de hoy, no se permitirán risas ni sonrisas en este edificio durante el horario laboral. La risa distrae a los demás empleados. Y alguien que sonríe no está pensando en su trabajo.

¿Has recibido alguna vez algún email semejante desde arriba? Esperamos que no. Sin embargo, es probable que te suene el mensaje, e incluso que hayas tenido que trabajar alguna vez bajo normas similares –aunque nunca llegaran a escribirse en ningún cartel o librito de normas corporativas.

En los negocios, lo que se lleva es la seriedad. Queremos que nuestras empresas sean serias. Queremos que los clientes, los empleados y la competencia nos tomen en serio. Y no existe mucha tolerancia para lo que suele llamarse, para emplear la palabra técnica, el cachondeo. La profesionalidad requiere una expresión solemne e impasible, como de héroe hollywoodiense, que limita la libertad de sonreír y más aún de reír abiertamente. En las comunicaciones se estila un tono aséptico, formal y lleno de tecnicismos (abundando frases tipo sinergias escalables de outsourcing GSSM). El color dominante es el gris, las formas tienden a ser cuadriculadas, y el código de vestir exige la sobriedad –y a menudo incluso la incomodidad.

Se supone, además, que el trabajo debe ser algo desagradable. Currar es sinónimo de sufrir, y por lo tanto los lunes son días malditos casi por definición. Si un jefe entra en la sala y sorprende a un grupo de personas riendo, lo normal es que se pregunte ¿por qué no están trabajando? ¿Qué pasa aquí? ¿De qué ríen estos zánganos?. Y ellos reaccionarán rápidamente, volviendo a sus pantallas y poniendo cara de preocupación. La diversión debe limitarse a las pausas de café, las noches, el fin de semana y las vacaciones: el tiempo libre en contraste al tiempo encadenado. Es una distinción que aprendimos desde la más tierna infancia. ¿Recuerdas el cuento de los tres cerditos? ¿O el de la hormiga y la cigarra? En ambas fábulas son los personajes divertidos, musicales, bailarines, simpáticos y alegres los que acaban al borde de la miseria o de las fauces del lobo, mientras que prosperan los personajes grises, prácticos y aburridos que no hacen otra cosa que bregar. La moral de la historia es bien clara: para tener éxito, hay que olvidarse de la buena vida.

En realidad, esta distinción tan neta entre el trabajo y la diversión no ha existido siempre. Es un producto cultural relativamente reciente en la historia de la humanidad, que proviene del modelo anglo-americano del serious business. La idea se deriva de la visión de los primeros colonizadores de los Estados Unidos, los puritanos calvinistas, una gente muy austera que creía que era necesario trabajar duro y evitar los placeres en esta vida para recibir una recompensa divina en la próxima. Esta visión guió el desarrollo de la cultura laboral en ese país, y se acopló muy bien a la era de la industrialización, las cadenas de montaje y la mecánica, en la que surgieron las primeras grandes corporaciones. También se fue impregnando del emergente paradigma darwinista de la economía, que presentaba a cada empresa compitiendo por su misma supervivencia en una dramática lucha sin tregua. Y finalmente, mediante el proceso cada vez más acelerado de la globalización económica, este modelo se fue difundiendo en todo el mundo. En otras palabras, recibimos a los americanos con alegría y, como en la película Bienvenido Mr. Marshall, ellos nos recibieron con seriedad, prisas y tecnología. Por algo eran los number one.

Pero el trabajo no fue siempre una actividad tan solemne. Durante la mayoría de historia (y la prehistoria) de la humanidad, el trabajo se ha realizado principalmente en granjas familiares, en el hogar, en talleres de artesanos y en otras pequeñas comunidades, sin tanta formalidad ni tanto uniforme. La risa y la diversión no estaban reñidas con el trabajo, sino que eran habituales –como lo siguen siendo en numerosas comunidades agrícolas y pre-agrícolas que aun existen en el siglo XXI. En muchos lugares, las tareas del trabajo y la conversación informal siguen combinándose, la comida se comparte con el equipo, y todo tipo de ritos aún sirven para celebrar los éxitos. En muchos entornos laborales incluso se han desarrollado canciones de trabajo para amenizar la rutina, tanto individuales como corales. Esto no significa que las tareas a realizar en estos trabajos no sean en muchos casos difíciles, físicamente agotadoras o incluso peligrosas. No estamos hablando de ninguna utopía. Sencillamente queremos dejar constancia de que no ha existido siempre una división tan clara entre la diversión y el trabajo.

Un nuevo modelo: la diversión como valor

Hay que reconocer que el modelo del serious business funciona. No hay duda de que es eficaz, e incluso que supone una de las claves del éxito norteamericano en el mercado competitivo global a lo largo del Siglo XX. Sin embargo, tiene también sus desventajas y sus riesgos, y en los últimos años algunas empresas han comenzado a preguntarse si no nos habremos pasado, si no nos habremos vuelto demasiado serios con tanta corbata, tanta cara larga y tanta sobria documentación en Times New Roman 12.

Los pioneros fueron los y las jóvenes empresarias californianas de la informática, a partir de los años 80, y luego de la revolución de Internet y los móviles en los 90. Esta gente innovadora no se limitó a revolucionar la vida cotidiana de medio mundo mediante los la tecnología, sino que además se comenzó a cuestionar la manera de gestionar los negocios, con preguntas que podían parecer impertinentes: ¿Es necesaria la corbata? ¿O puedo trabajar igual de bien en un cómodo atuendo de camiseta y vaqueros? ¿Puedo traer mi perro al trabajo? ¿Y la tabla de surf? ¿Invitamos a Bon Jovi a nuestra fiesta de salida a bolsa? ¿Instalamos una mesa de ping-pong en la oficina para los momentos de descanso? ¿Y qué tal un tobogán para conectar el primer piso con el segundo?

A pesar de lo que pudiera parecer, muchos de estos experimentos funcionaron, y comenzaron a proliferar las compañías que ofrecían a sus profesionales, además del salario y los beneficios habituales, un entorno de trabajo divertido: decoraciones estrambóticas, juguetes de oficina, inocentadas programadas, fiestas semanales y la libertad para expresar el propio sentido del humor con sus colegas, o incluso con sus clientes. Y no tardaron en aparecer ejemplos de empresas divertidas en otros sectores, desde la hostelería a la industria pesada. Incluso se comenzó a notar un cierto efecto de contagio en las organizaciones más tradicionales, que comenzaron a relajar sus culturas internas con toques de informalidad.

Junto con estos inventos empresariales surgieron numerosas consultoras especializadas en potenciar los recursos humorísticos de las organizaciones en el mercado americano, entre ellas Humor Rules, Playfair, Laughter Works, The Humor Project, Humor Consulting Group, HaHA Institute, Charthouse Learning, BizFutures, Creativity Engineering, Alinea Group y los formadores Steven Sultanoff, Waleed Salameh, John Morreall, Stuart Robertshaw, Allen Klein y Paul McGhee. Estos gurús de la risa laboral llevan años dando conferencias, montando cursos y aconsejando a la alta dirección de organizaciones como IBM, Kodak o Deloitte sobre cómo añadir más chispa a su jornada laboral. Se han publicado también libros y artículos dedicados al tema de la aplicación del humor en el mundo empresarial con títulos como Con Humor se Trabaja Mejor o 301 Maneras de Divertirse en el Trabajo, además de estudios de casos concretos como Nuts! sobre Southwest Airlines o Fish! sobre Pike Place Fish (ver más abajo). En el mundo editorial se han popularizado nuevas líneas de libros sobre temas de management serios pero con un estilo desenfadado, con títulos tan sugerentes como ¿Quién se ha llevado mi queso?, El encanto de Hamelín o Aprenda estrategia de alta dirección ¡Con los Hermanos Marx! Incluso han surgido sorprendentes iniciativas como una tienda dedicada exclusivamente a los juguetes para la oficina, o una productora de videos de formación empresarial liderada por uno de los cómicos más célebres del mundo, John Cleese de los Monty Python.

Es probable que este movimiento del Fun at Work (la diversión en el trabajo) sea una consecuencia de la transformación de la economía en los países occidentales de la producción a los servicios y de trabajos más rutinarios e individuales a ocupaciones que requieren una mayor creatividad, capacidad de comunicación e intercambio de datos. O quizás reflejen algunos de los cambios culturales y sociales de los años ’60 a favor de las libertades individuales, liderados por una joven generación que veinte años más tarde comenzaría a ocupar los puestos de responsabilidad en las empresas. No entraremos aquí en este análisis de las causas más profundas de este fenómeno, sino sólo constatar que algo nuevo está sucediendo. El Great Place to Work Institute, una organización independiente que elabora una lista de las mejores empresas para trabajar, cita como una de las tendencias positivas de los últimos 10 años que el mundo del trabajo es cada vez más divertido. Pero más allá de las estadísticas, hay imágenes que no dejan lugar a dudas, como las fotos de Sir Richard Branson, fundador y director general del conglomerado británico de empresas Virgin, travestido de novia y luciendo un sensacional vestido blanco el día de apertura de sus nuevas tiendas de bodas, Virgin Brides.

Éstas son algunas de las empresas pioneras que mejor representan este movimiento de la diversión en el trabajo:

Google es el eficaz y simpático buscador de la Web adorado por millones de internautas que dependen de él como de un oráculo. Lo que se conoce menos es la divertida cultura interna de la empresa. En la sede de Google de Madrid, situada en la Torre Picasso, los y las googlers (que así se autodenominan) trabajan en

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