P: ¿SE PUEDE SER GRACIOSA EN EL TRABAJO?
Son las nueve de la mañana de un lunes, seguramente la hora más ‘tristona’ de la semana, y acabo de poner en el Slack del equipo de HARPER’S BAZAAR lo que espero que sea la más perfectamente elaborada ocurrencia. Le siguen una dolorosa espera de dos de minutos hasta que finalmente dos caritativas compañeras sienten lástima por mí y responden con una amable retahíla de sonrientes emoticonos.No es la carcajada virtual que me esperaba, pero me sirve.
Mis pinitos en los chistes no responden, afortunadamente, a una equivocada aspiración de participar en más bien me interesa que defiende la idea de usar el ingenio humorístico como método para aumentar la creatividad, la motivación y la resiliencia en el trabajo. Según encuestas realizadas por Hodge-Cronin & Associates y Robert Half International, el 98 % de los altos ejecutivos prefieren empleados con sentido del humor, y un 84 % cree que esas personas hacen mejor su trabajo. Pese a ello, muchos empleados, y las mujeres en particular,siguen pensando erróneamente que la (o ausencia de frivolidad, una de las virtudes clásicas romanas) equivale a la seriedad, convencidos de que una cara seria es esencial para establecer la autoridad.
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