No naces aislado.
Eres parte de un todo. Según los estoicos de un Todo cósmico y, dentro de este, de un todo humano.
El bienestar del todo es, entonces, el bienestar de las partes.
A eso se refería Marco Aurelio cuando escribió que
Lo que no conviene a la colmena tampoco conviene a la abeja.
Cuando una de las partes cumple con su función no hace otra cosa que favorecer el funcionamiento del Todo.
Por eso ser buen ser humano es hacerle un favor a la humanidad.
Y lo que decían los estoicos es que ayudar al bienestar de la humanidad es nuestra naturaleza.
De hecho, quien comete crímenes contra el resto de personas es llamado “inhumano”.
Entonces, en tanto que seas útil a la humanidad, estarás cumpliendo con tu propósito de ser humano.
Eso, para los estoicos, es la felicidad.
Ayuda a tu hermano, a tu madre, a tu padre, al vecino. Te aseguro que esa satisfacción de servir a alguien más que a ti mismo no es un privilegio. Es parte de ti, es tu naturaleza.
En terapia psicológica se está dando un consejo nefasto a los pacientes: “prioriza tu salud mental”. Puede sonar lógico, pero el problema es que el propio ensimismamiento es lo que lleva a la gente a la depresión. La incapacidad de quitarse el foco de encima es lo que les lleva a la angustia.
Un consejo mucho mejor para tu salud mental es preguntarte: “¿cómo puedo mejorar la vida de las personas en mi entorno inmediato?”.
Actúa así y te aseguro que empezarás a sentirte mejor.
Porque, y lo decía Séneca, eso es lo que se le pide a una persona:
Que sea útil a las personas; si es posible a muchos; si no, a unos pocos; si no, a los más cercanos; si no, a sí mismo.
Y eso también es importante. Estando en tus cabales (no como el supuesto que hemos dicho antes) puedes ser útil al mundo siendo útil para ti mismo. Porque puedes cultivar tus virtudes de tal manera que seas útil para el bien común.
Ya sabes que la primera persona que trato de ayudar cuando escribo estas reflexiones es a mí mismo. Estoy tan enfermo del alma como tú. No escribo para enseñarte. Escribo para aprender.
Y soy consciente que desde que escribo he mejorado mucho en curar mis defectos.
Y alguien que se está curando puede ayudar a curar a otras personas.
El médico es médico aunque se cure solo a sí mismo. Tal como lo decía Musonio Rufo:
Pues no es menos médico el que cura a pocos que el cura a muchos, si efectivamente tiene experiencia médica.