Formulario: https://forms.gle/13seNFVLeG1kavvu6
No te lo pierdas! Te veo dentro. Un abrazo.
Una de mis cartas favoritas de Séneca es en la que le explica a Lucilio que la frecuencia de las cartas es buena para su aprendizaje. Pues esto ayuda a que el estoicismo se infiltre en su alma “gota a gota”.
Tanto me gustó la carta que me motivó a escribir una reflexión diaria para vosotros.
Y no puedo decir que solo halláis ganado vosotros con esto. Desde que tengo este hábito mi mente se ha vuelto más clara y ordenada. Escribir ordena los pensamientos y he notado mucho progreso en mi vida.
Y es que escribir es un estilo de vida. Nadie puede rebatirme eso.
Porque la tarea del escritor es fundir la palabra y la acción. Decir lo que siente y sentir lo que dice. De tal manera que su vida sea acorde a sus palabras.
Porque, ¿quién sería yo si os dijese que fumar es malo mientras sostengo un cigarrillo en la mano?
Y estoy muy contento de haber emprendido este viaje. Porque me ha permitido conocer un poco más sobre vosotros. Sobre lo que os inquieta y ciertos aspectos en los que necesitáis profundizar.
Nada mejor para mí que enseñaros que el estoicismo es de verdad una cura para las enfermedades del alma y no solo una moda de autoayuda.
Séneca decía que para interiorizar las ideas uno debe detenerse en ellas, profundizar en los autores hasta que sus palabras se arraiguen en lo hondo de nuestra alma. Es la única manera de crear cambios permanentes en nuestra conducta.
Piénsalo. Todo lo que trates superficialmente no va a echar raíces en ti. Incluso las mejores ideas para cambiar tu vida, si no te detienes en ellas, resbalarán sobre ti.
Y lo peor es que confundirás los placebos con los tratamientos que de verdad necesitas.
Empezarás a querer tratar un tumor tomándote un paracetamol. Puede que te alivie momentáneamente, pero por debajo sigue pasando algo grave.
Y el estoicismo ha demostrado ser una manera sublime de afrontar la vida. Su poder es tanto que las lecciones de un esclavo estoico cambiaron, para siempre, la vida de un emperador.
¿Crees que Marco Aurelio se leyó por encima las lecciones de Epicteto?
No.
Profundizó en ellas. Les dedicó todo el tiempo que pudo. Porque de ninguna otra manera podría haber interiorizado los remedios del esclavo filósofo.
Remedios que nosotros, dos mil años después, seguimos aplicando en nuestras vidas.
Y que son aquello a lo que le dedico más tiempo.
Como te he contado, ahora tengo la oportunidad de poder ir un poco más lejos. La vida me lo permite y me guía. Y ya sabes: amor fati.
Siempre trato de escribir medicinas generales para poder ayudar al mayor número de lectores y oyentes posible. Me esfuerzo en estrechar la pantalla que nos distancia.
Ahora tenemos la oportunidad de acercarnos más, de conocerte más. No de darte un remedio general, sino de ayudarte personalmente.
He hecho un formulario para saber cuánto quieres aprender de estoicismo, qué aspectos te interesan más y qué tipo de ayuda es el que quieres.
Cuando lo rellenes recibirás una invitación para una videollamada que haremos en Zoom. Ahí nos conoceremos cara a cara. Te contaré cómo aplico el estoicismo en mi vida y me contarás cómo lo aplicas tú en tu vida.
Como el volumen de Incuestionables es bastante grande, las plazas tendrán que ser limitadas.
Así que, si de verdad te interesa el estoicismo y no quieres quedarte en la superficie, te espero dentro.